Cuando un masaje erótico, es algo mas ( capitulo 1º )
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por xico.
Hola me e decido a escribir este relato por que es algo maravilloso que nos paso a tres personas, a Mar a Carlos y Mi.
Tras estar una temporada charlando por msn, decidimos conocernos, acordamos una fecha y organice un viaje para conocer a Mar y a Carlos.
Era verano hacia mucho calor, estaba en una estación de ferrocarril, esperando el tren para ese viaje que tanto deseábamos los tres, mi mente estaba ausenten mi mirada perdida, mirando la vía y la gente pasar, escuche el chirrido del tren que iba a llevarme al mejor destino de mi vida, tras la multitud ascendí al vagón busqué para encontrar el mejor sitio para ese largo viaje.
Me acomode delante de una mujer que era los mas parecido a Mar, estaba ansioso por conocerla, lo mismo que a Carlos, su marido, son una pareja encantadora y el muy especial, pues quiso regalarle uno de mis masajes eróticos a su bella mujer, tras ese largo viaje por fin llegue al final de mi destino, mi corazón latía con fuerza, apenas podía tragar la saliba, mi nerviosismo era inminente , las manos me temblaban, por fin podíamos realizar nuestra fantasía aquello que llevábamos tiempo esperando los tres.
Mire por la ventana del tren y no tenia contacto visual, no los hallaba en la estación, el tren paró, y mientras bajaba del tren, ¡¡¡¡ Dios !!!! allí estaban, a la sombra, mirándome y mientras sus sonrisas de dibujaba en sus labios, me hacían señas con las manos.
No sabia ni que decir, ni que pensar, deseaba tanto ese viaje que me parecía un sueño, un sueño hecho realidad, allí se encontraban, esperándome, contentos y nerviosos como yo, allí se encontraba una preciosa mujer, alta morena con el pelo un poco mas a bajo de sus hombros, una mirada cautivadora, no dejaba de observarme, me desnudaba con su mirada, sus dientes mordían su labio superior, como si adivinara el motivo de mi largo viaje, vestía sexy, provocadora, mi mirada no podía apartarse de su sugerente escote y la miraba a los ojos, parecía leer sus pensamientos, escuché su voz, que sin decir nada retumbaba en mi mente, escuchaba que decía, " si mirarlos bien, dentro de un momento serán tuyos " su mirada hablaba, no hacían falta las palabras, su cuerpo con unas curvas impresionantes, detrás de ella Carlos, esa persona que solo con escuchar su voz, te sientes en el cielo, esa sensacion de paz, de bienestar, esa dulzura de su forma de hablar, me encanta escuchar a Carlos. un tipo educado, serio y alegre a la vez, cuerpo atlético, moreno de piel y de cabello, sus ojos brillaban, un brillo de alegria, en su sonrisa y en su mirada.
Después de unos segundos de silencio, que aunque no se escuchaba nada, no lo decíamos todo, no eran necesarias las palabras, los tres adivinamos los pensamientos de cada uno, sabíamos a la perfección nuestros gustos, nuestras inquietudes, nuestros deseos, fruto de largas horas conversando por msn.
Por fin Carlos alargo su mano, yo hice los mismo, nuestras manos sudorosas, temblaban de emoción, por fin su voz varonil, me hizo despertar y darme cuenta que aquello no era un sueño, era real, real como la vida misma, Mar inclinó su cuerpo hacia el mio, uffffff su aroma, su perfume, me llevaban a otra dimensión, puse mis manos en su cintura, sus grandes senos, rozaban mi pecho, y cerrando los ojos, sus labios se unieron a los mios, fue un beso con ternura, con inocencia, un beso que me hacia sentir como si fuera un niño.
Su voz me imnotizaba, escuchar esa voz tan dulce y divina, una voz acorde con su belleza.
Tras los correspondientes saludos, me llevaron hacia su coche, conducía Carlos y Mar de copiloto, el miraba por el espejo retrovisor, yo lo miraba a el, el silencio nos invadia, pero sobraban las palabras, había un morbo y una excitacion en el ambiente, se podía sentir, se podía oler, nuestros cuerpos dispuestos al deseo.
Carlos posó su mano derecha en el muslo izquierdo de Mar, ella abría un poco sus piernas, dejando hacer, la mano de Carlos ascendía por debajo de su falda, yo no sabia ni que hacer ni que decir, solo observaba los movimientos de Carlos, y la reacción de Mar.
Sin saber como, mis manos se posaron en los hombros de Mar, masajeandolos muy suaves, demasiado suaves, Mar movía la cabeza de un lado a otro, en un movimiento circular, el olor que desprendía su pelo, me excitava, la pasividad de Mar me animaba a continuar, la respiración de ella se agitaba por momentos, sus senos abquirian un movimiento espectacular provocados por su respiración.
Carlos observó que mis ojos estaban clavados en los exuberantes senos de Mar, mi visión desde atrás se forzaba por ver algo mas que ese escote, Carlos parecía ir adivinando mis pensamientos, desabrocho un botón de la camisa de Mar y su mano acariciaba por el exterior de la prenda los abultados pezones de esta mujer. esos pezones parecían que querían agujerear la camisa, se podían apreciar a la perfección, la falta de su ropa interior me excitaba sobremanera, la mano de Carlos se perdía por el escote de Mar, ufffff cuanto deseaba que esas manos fueran las mías, sentir su suave piel en las palmas de mis manos, como un hipnotismo, mis manos fueron descendiendo sin poder controlarlas, muy lentamente por los brazos de Mar, hasta llegar a sus senos, mis manos tropezaron con la mano de Carlos, mis dedos largos y finos se entrelazaban con los suyos, podía apreciar la dureza de sus pezones, mi manos derecha acariciaba el seno derecho por encima de la fina tela de la camisa de Mar, y mi mano izquierda jugaba con los dedos de Carlos, y rozaba levemente el pezón izquierdo.
Mar acaricio nuestras manos y acompañó mi mano derecha hacia en interior de su generoso escote, mi cuerpo tembló, al notar el tacto de su piel, mis dedos buscaban su pezón, que delataba la excitación de ella.
Comencé a masajear su esplendoroso seno, lo masajeaba con lentitud, lo amasaba, jugaba con su pezón, mi dedo recorría su aureola, como si la dibujara, apenas la tocaba era un leve roce, que a Mar le provocaba escalofríos.
Mientras tanto, mi mano izquierda seguía acariciando la mano de Carlos, el me la cojia y la acompañaba para tocar el seno izquierdo de Mar, ahora eran los dos senos los que estaban en mi poder, los masajeaba, pellizcaba muy suave sus pezones, los estiraba un poquito, las volvía a masajear.
La mano izquierda de Mar, se aproximaba al abultado paquete de Carlos, odservandose la excitación de el, no podía negar lo que ocultaba debajo de su pantalón, la erección era inminente, la mano de Mar acaricia su bulto, Carlos se aferraba al volante y muy concentrado en la conducción se dejaba hacer.
Mis labios se posaron en el cuello de Mar, mientras mis manos continuaban masajeando sus tetas.
La cremallera del pantalón de Carlos fue desabrochada por los dedos de Mar, liberando por fin el tesoro que ocultaba, no podía resistir el mirar lo que Mar estaba haciendo, mis ojos seguían los movimientos de sus manos, entre sus dedos pude ver un pene extremadamente duro, adornado por sus benas, en aquel momento, estaban a pleno rendimiento, su sangre bullía por ellas.
Mar lo acariciaba con delicadeza, subía y baja la piel de su pene, Carlos se estremecía, aparcó al lado derecho de la carretera, mis manos seguían jugando con las tetas de Mar, una mano de Carlos urgaba en la entrepierna de ella, saco el dedo del interior de su coño y mirándome lo llevó a mi boca, puede percibir al olor a sexo caliente, abrí mi boca para saborear el manjar que me ofrecía Carlos, saque mi lengua y recorrí su dedo, para después meterlo en mi boca sin apartar mi mirada de la suya.
Me acerqué a Carlos, en ese momento Mar inclinó su cuerpo hacia el cuerpo de Carlos, bajo su cabeza para saborear aquella verga ansiosa de sus labios, mientras tanto yo acariciaba la cabeza de Carlos el cual, no podía esconder el placer que le estaba proporcionando Mar.
Sentí el deseo de juntar los labios de Carlos con los mios, este jiró su cabeza buscando mis labios también, sacando su lengua para buscar la mía. Carlos casi no podía respirar, entre la mamada que le estaba dando Mar y mi boca en la suya, se escuchaban unos gemidos ahogados procedentes de la garganta de Carlos, su cálido aliento era liberado por sus fosas nasales, acentuando el sonido de su respiración.
Una de mis manos acariciaban la espalda de Mar, acompañando el movimiento de su cuerpo debido a la espectacular mamada.
Carlos buscó mi paquete, estaba apunto de reventar mi pantalón. le ayude a liberar mi pene, el lo abarco con sus poderosos dedos, yo notaba su mano caliente y sudorosa, comenzó a masturbarme con una maestría sin igual, era impresionante le excitación que sentía en ese momento, esa imagen, ver a Mar, absorbiendo el pene de Carlos.
Mis manos y mis labios buscaron la espalda de Mar que yo masajeaba y besaba mientras Carlos me proporcionaba un rico placer.
Mar se coloco de manera que mis manos pudieran acceder a su sexo, mis manos recorrieron sus nalgas no quería apartar mis manos de su cuerpo ni un segundo, pericia que estuvieran pegadas a el, acaricié sus muslos, después la cara interior de los mismos, mis dedos rozaban como sin querer su húmedo coño.
Mis dedos resbalaban a su interior, de el manaba un torrente de flujos, mis dedos masajeaban los pliegues de sus labios vaginales, me entretuve en su clítoris, super erecto, super caliente, sus jadeos aumentaban.
Aumentaban los jadeos de los tres, anunciando uno increíble orgasmo múltiple.
Mar saco la polla de Carlos de su boca, pero sin dejar de masturbarlo, tenia la necesidad de respiarar aire fresco y poder gritar de placer que mis dedos le proporcionaban.
Carlos, inclinaba la cabeza hacia tras cerrando los ojos, mientras intentaba controlar sus gemidos, sin dejar de masturbarme, la polla de Carlos comenzó a tirar chorros de semen, como un volcan en erupción, llegando a alcanzar la cara de Mar, como pude aproxime mi verga sin dejar que Carlos dejara de hacer lo que estaba haciendo, apuntando con mi pene hacia las tetas de Mar, las cuales fueron adornadas con mi espesa leche, Carlos y yo nos lanzamos a lamer nuestros propios manjares, para después llevar nuestras lengua impregnadas de semen a la boca de Mar, que las recibía con glotonería, las tres lenguas si rozaban a la vez, volvimos a recoger mas mercancía, como si fuéramos, avejas en busca de polen para que se convirtiera en una rica miel en el interior de la boca de Mar.
ufffff estábamos casi sin fuerzas, nuestros cuerpos se desplomaban en los asientos, tras recuperados y volver a la normalidad, Carlos arrancó el coche y seguimos la ruta hacia su casa, aquello era solo el comienzo, todavía nos quedaba descubrír nuevas sensaciones.
Autor : xico
msn, xico_manos_divinas@hotmail.com
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