Cuestión de negocios
Dos hombre acceden a entregar a sus hijas a su jefe .
No podía creer lo que iba a hacer, estaba a punto de entregar a mi hija de 10 años a mi jefe a cambio de un aumento sustancial de sueldo y una buena promoción en el trabajo.
Todo comenzó el día que don Roberto, mi jefe, nos propuso a mí y a mi compañero Iván, que si queríamos un ascenso y un buen aumento de sueldo, deberíamos ofrecerle algo, nunca imaginé lo que nos pediría, quería cogerse a mi hija Lorena y a Tania, la hija de 9 años de Iván. Aunque nos pareció de momento algo terrible, luego lo consideramos, porque era asegurar nuestro futuro en la empresa, además don Roberto era una persona muy seria de negocios, que tenía gustos muy caros y era de palabra.
Una vez que me decidí tenía que encontrar la manera de que Lorena se dejara meter la verga por aquel millonario tipo, que mi esposa no se diera cuenta y que a la niña no le causara daño emocional. Y comencé un plan para lograr que mi hija comenzara a ver el sexo como algo normal y posible para ella, al respecto yo ya sabía que ella se había interesado por ese tema a muy temprana edad y que era muy despierta; comencé de poco a poco abrazando a Lorena y procuraba rosar su culo con mi tolete, me di cuenta que a la escuincla aquello no le desagradaba del todo, incluso ella cada vez buscaba ese tipo de encuentros; otras veces le dejaba a propósito pornografía para que ella la pudiera ver, al principio mostró desagrado, pero yo la veía con toda naturalidad, diciéndole que sólo los de mente cerrada se espantaban de esas cosas; ella poco a poco comenzó a curiosear en el mundo del porno, de repente llegaba yo y veía lo que estaba curioseando y yo no mostraba ninguna expresión negativa, incluso comentábamos los videos que estábamos viendo; tenía el cuidado de recordarle que su mamá no debería darse cuenta porque era de mente muy mocha; en otras ocasiones me mostraba totalmente desnudo ante ella, cosa que también le espantó la primera vez, pero luego ya me veía con toda naturalidad, en cierta ocasión entré de forma intempestiva a su recámara y la encontré desnuda, a sus 10 años tenía un cuerpo delgado, buenas piernas y unas nalgas paraditas que invitaban a comérsela, Lorena viéndome se cubrió con las manos y yo con toda naturalidad y de forma despreocupada, le dije:
–Oye, Lore, no me había dado cuenta, pero ya estás buena para ser cogida, creo que ya aguantarías una verga en tu panocha.
Ella abrió los ojos como platos y solo se limitó a reírse y verse la cuca con curiosidad. Mi plan iba funcionando, cuando mi esposa no estaba en casa, mi Lorena se paseaba desnuda por la casa y yo igual, nos bañábamos juntos y yo la enjabonaba y procuraba rosarle el clítoris, ella respondía moviendo sus caderas y respiraba agitadamente; un día hice lo posible para ponerle un video porno, donde una niña rusa de 11 años era penetrada por su abuelo, que al final echaba toda su leche en la cara de la pequeña niña; Lorena veía aquello con curiosidad; y mientras veíamos aquel filme comentábamos como si de cualquier caricatura se tratara, ambos desnudos y sentados en el sillón de nuestra sala, yo tenía la verga parada y dura como un riel; ella tocaba su clítoris; hasta que me dijo:
–Papi… ¿Crees que me quepa una verga como la tuya en la panocha?;
-claro que sí, me parece que ya deberían cogerte.
Utilizando la psicología inversa le dije:
-pero no creo que quieras, ni que te atrevas…
Ella respondió con vivacidad
–¡Si quiero!
Mi plan estaba funcionando. Por lo que añadí
-Para recibir una buena verga, tienes que ir por partes; primero jamás nadie debe saber esto, ni tu mamá, ni nadie; ¿De acuerdo?
Ella asintió con la cabeza, le dije que lo primero era preparar su concha; le dije que abriera las piernas y que yo iba a mamarle el coño, como en las películas; ella abrió las piernas y he ahí que estaba mi hija Lorena, de 10 años, ofreciéndome su pequeña flor, rosadita y sin ningún pelo, me incliné sobre ella y comencé a chupar aquel manjar, Lorena comenzó a gemir levemente, yo chupaba su pequeño clítoris, lamia toda su raja, poco a poco comenzaba a mover sus caderas, yo saboreaba aquella pequeña vulva y todos los jugos que emanaban de mi propia hija, al tiempo y sin darme cuenta Lorena ya gemía como perra en celo, mientas con ambas manos se tocaba sus inexistentes senos, hasta que sentí como ella temblaba y cómo perdía el control de sus caderas y éstas se movían al ritmo de los estertores de su clímax; en esos momento sentí la necesidad de meterle la verga y cogérmela, pero me llegó un momento de lucidez y pude detenerme, finalmente era mi hija y mi plan era conseguir el ascenso en mi trabajo; la miré y le pregunté
-¿Te gustó? Ella dijo que si, con una enorme sonrisa y su cara sudorosa;
Ella me dijo:
–Papi, ¿crees que ya puedan meterme una verga?
–Quizá sí, tienes un buen chocho, aunque eres pequeña, creo que primero deberías mamar una.
–Papi… ¿Te puedo mamar la verga?
No le respondí, pero me paré frente a ella con mi barra de carne tiesa, ella entendió perfectamente lo que seguía, el porno había hecho su trabajo; ella abrió tímidamente la boca y comenzó a dar pequeños lengüetazos, yo la tomé de la nuca y de un solo golpe le metí mi reata en la boca, ella se atragantó un poco, pero luego comenzó a mamar como una experta, no pude aguantar mucho y le solté toda la leche que traía, ella bebió la mayor parte y otra había quedado fuera de su boca. Quedamos los dos sentados en el sillón de la sala, ella me preguntó de forma inocente.
–¿Ahora ya podrían meterme la verga?
Hubiera querido metérsela yo en ese momento, pero seguí en píe con mi plan inicial, le dije:
–Sí, creo que necesitas una verga en esa panocha.
Después de ese día le mamé la concha un par de veces y cada vez se le veía más ansiosa de ser cogida; por lo que le dije a mi amigo Iván
–Ya tengo lista a Lorena, ¿Cómo vas con Tania?
-Ya está lista. Respondió.
– ¿Estás seguro que quieres hacer esto?
Pregunté. Iván me respondió muy seguro:
–Ya no podemos echarnos para atrás.
Llenos de nervios nos presentamos con don Roberto, e Iván le dijo:
–Señor, las niñas ya están listas.
El viejo sonrió levemente y dijo:
-Bien vamos a concertar la cita y ya saben que si cumplen con el trato, pueden contar con lo pactado.
Para un fin de semana quedamos en llevar a Tania y a Lorena a una de las tantas casas que don Roberto tenía.
Llegó el día pactado en el que mi Lorena sería cogida por aquel viejo millonario, don Roberto, hombre de 57 años, de cuerpo aun atlético, pues hacía mucho ejercicio y era muy disciplinado, decía que era el secreto de su éxito, pelo entrecano y bigote que le daban un porte señorial. Para cerrar mi plan, un día antes, mientras le mamaba la concha a Lorena, le dije:
–Lore, creo que es hora de que te metan una verga, sabes, un buen padre cuida de su hija, yo no quiero que tengas una mala experiencia, por lo que cuidaré que nadie te haga daño, que te hagan mujer y que esa experiencia sea grata para ti.
Ella sudaba y emocionada me dijo
–Si papi.
Estoy seguro que ella hubiera recibido una verga con gusto en ese momento. Le dije a Lorena
–Creo que conozco a la persona indicada para darte una buena cogida.
Le dije que la llevaría a un lugar lindo donde sería desvirgada, ella casi en el orgasmo asintió con la cabeza.
Llegué en el carro con Lorena a la finca de don Roberto, Iván ya estaba ahí con Tania, su hija de 9 años, Tania era un poco más llenita que Lorena, por lo que era de piernas y caderas más redondeadas, usaba lentes que le daban un tono como de intelectual, y lo que más me gustaba de ella, sus nalgas más redondas y grandes, ambas niñas, que ya se conocían, fueron corriendo a encontrarse y se fundieron en un saludo, los cuatro avanzamos al jardín trasero de aquella gran mansión, pasamos a una enorme sala, toda esa casa estaba adornada con buen gusto, de forma elegante y costosa,; ahí esperamos a don Roberto; Iván me preguntó
–¿Cómo hiciste para convencer a Lorena?
Yo le expliqué a groso modo mi táctica
–¿Y tú, cómo convenciste a Tania?
Iván fue más práctico, me dijo que simplemente le había dicho a Tania que tenía un gran problema y que ella podía ayudarle, que Tania era muy despierta y que simplemente aceptó, dijo que Tania nunca había visto una verga en vivo, pero que sabía lo que le iba a hacer con don Roberto y que estuvo de acuerdo en todo; que sería un secreto y que tendría un gran regalo a cambio; yo dudé de esa táctica y le dije
-¿Crees que ella pueda hacerlo?.
Me dijo:
-No te preocupes, hablé muy claro y directo con ella y sabe perfectamente todo lo que pasará, ella es muy lista.
Voltee a ver al par de ninfas que se encontraban a unos metros de nosotros, cuchicheando entre ella y riéndose, las llamé y por pura curiosidad pregunté
– Oigan niñas, ¿Saben lo que van a hacer hoy?
Tardaron en contestar, pero Lorena se adelantó y dijo
– ¡Nos van a coger!
Tania dijo casi entre risas nerviosas:
–Sí, don Roberto nos quiere meter el pito; papi, dice Lorena que ella le mama el pito a su papá.
Iván la miró con dureza por la indiscreción. Mi Lorena preguntó
–Papi, ¿Quién es don Roberto?
–Es un señor muy rico y el dueño de esta casa y las va a coger a ambas, y ustedes ¿Creen que están listas para esto, quieren hacerlo?
Tania dijo con una seguridad que me tranquilizó
–Sí, quiero el pito de don Roberto en mi pipi.
Don Roberto llegó a la casa y despidió a la servidumbre, sólo con un guarura se quedó afuera para vigilar. Don Roberto vio al par de ninfetas junto a nosotros y sonrió malicioso, como todo un caballero con buenos modales nos saludó.
-Qué tal lindas damitas, que lindas son las dos.
Dirigiéndose a nosotros
–veo que han cumplido con su parte del trato, ¿Ellas están listas para esto? No quiero dramas, ni una mala experiencia.
–Sí, señor, dijo Iván con sumisión, justo hablábamos de eso ahorita, ellas están listas para usted.
–bien, respondió don Roberto. Creo que pueden contar con su ascenso si todo sale bien.
Nos dirigimos al comedor donde ya había algunas viandas que había dejado el personal de servicio, él nos sirvió unas copas y después de breves charlas, nos dijo,
-Bien, llegó el momento, síganme.
Nos llevó a un cuarto oscuro en el que había un par de sillones y un vidrio al frente, hasta que encendió unas luces y entonces nos dimos cuenta de que se iluminaba la habitación de junto, una recamara con una gran cama y grandes espejos donde podríamos ver todo, fue en ese momento en el que nos dijo,
-Sus hijas serán bien tratadas, las voy a desvirgar y ustedes podrán constatar que en ningún momento serán maltratadas. Sírvanse lo que gusten, nos señaló una surtida cava.
Mi corazón latía a mil, mientras Iván y yo hablábamos cuando se abrió la puerta y entró don Roberto con las niñas, ellas estaban riéndose y él con mimos infantiles bromeando con ellas, ellas admiraron la habitación y Tania incluso se miró en el espejo, sin percatarse que nosotros estábamos detrás. Don Roberto se sentó en la cama y les dijo
–¿Están listas niñas?.
Ellas seguían bromeando entre risas, como sin tomar en serio que un hombre adulto les quitaría el virgo a ambas, nosotros nos sentamos cada uno en un sillón. En eso don Roberto, dijo
–Tania, quiero que te desvistas bailando.
Puso una música, Tania comenzó a reír y cómo jugando comenzó a bailar torpemente, nada que se pareciera a una teibolera, como que no tenía idea de lo que era un baile sensual, pero eso le parecía divertido a don Roberto. Tania se quitó los zapatitos, y las medias, se quitó el pantalón de mezclilla con bordados de animalitos que llevaba. Quitó su blusa y quedó con una pantaletita rosa con dibujos de corazones, ahí como que dudó un poco, después se quitó el panti por orden de don Roberto y siguió bailando con torpeza ya estando totalmente desnuda. Por primera vez pude ver desnuda a aquella niña y ese culo que me encantaba. Lorena se reía, fue en ese momento en el que don Roberto le dijo a Lorena,
– Ahora tu Lorena.
Ella llevaba un short de color rojo y una pequeña blusa con dibujos, su ropa fue desapareciendo poco a poco. Mi Lorena bailó mejor y de forma más sensual, quizá había visto algún video en internet. Cuando Lorena terminó su baile, le dijo a ambas niñas, ahora quiero que me desvistan a mí, ambas lo hicieron con cierta torpeza, cuando don Roberto se quedó en bóxer, ya se le notaba una gran erección. Las niñas seguían riendo, fue Tania la que dio un tirón al bóxer y este llegó a los talones de don Roberto, al momento en que Tania se incorporó, la enorme verga de don Roberto le quedó a centímetros de la cara, ella abrió los ojos tan grandes que casi se le salían de las órbitas, por lo que dijo Iván era la primera vez que Tania veía una verga en vivo, las risas cesaron, Lorena vio aquel fierro con cierta curiosidad, para ella era la segunda verga en vivo, aunque ya había visto muchas en el porno, ambas niñas se pusieron serias, don Roberto besó a Tania y luego a Lorena, ella se dejaron besar y luego don Roberto las puso frente a sí mismo y le dirigió las manos a aquel tolete que pronto entraría a dos panochas vírgenes, ambas se pusieron a masturbarlo con cierta timidez y torpeza, pero al parecer a don Roberto aquella inexperiencia lo divertía y excitaba, finalmente dijo
–¡Mámenlo¡.
Las niñas se miraron y no decidían qué hacer, aunque lo sabían, sobretodo mi Lore. Don Roberto ayudó tomando la cabeza de Tania, y la orientó a su enorme verga, ella se vio como asustada y se resistió un poco, pero no pudo hacer nada ante el ímpetu del adulto y no pudo evitar su destino, comenzó a mamar el enorme fierro del empresario, Lorena para no quedar ociosa comenzó a chupar los huevos del viejo; Tania al ver a Lorena participar, como que se animó y comenzó a mamar con deleite, pronto ambas ninfas se disputaban el tolete de don Roberto, el viejo temiendo venirse ante aquellas succionadoras, las detuvo y las condujo a la enorme cama, tomó a Tania, la niña de 9 años y le dijo
–Tú primero Tania, ¿Sabes lo que te voy a hacer?
Tania dijo con mucho nerviosismo
–me va a meter su pito en mi pipí.
A él le pareció graciosa la respuesta. La besó y tomándola de las axilas la levantó y la arrojó sobre la cama, Tania rebotó en el enorme lecho y luego se quedó viendo al viejo con cierto nervio.
–Abre las piernas, voy a chuparte la vagina.
Tania obedeció sin chistar, don Roberto se puso a mamar aquella concha y en pocos minutos Tania ya daba gritos de placer, viejo maldito, se veía que sabía cómo hacer aquello. Don Roberto puso sus manos debajo de las nalgas de Tania, y se comía aquél delicioso manjar.
-Ahaaaaaaa, ahaaaaa
Gemía la niña, era la primera vez que le chupaban la almeja a Tania, y al parecer la experiencia le encantó. Tania no paraba de gemir, por los gritos intuimos que su orgasmo estaba próximo. Iván y yo estábamos inmóviles viendo aquella escena y Lorena veía con intriga cómo se desarrollaban las cosas, mientras se tocaba el clítoris despistadamente. En eso Tania comenzó a temblar sin control
–ahaaaaaaa, siiiiii, ahaaaaa.
Al parecer en ese momento le llegó el clímax, don Roberto no la dejó descansar y le dijo
–Tania, ya es hora de desvirgarte.
Tania parecía desesperada, como que si don Roberto no lo hubiera pedido ella misma lo hubiera sugerido. Don Roberto acomodó a Tania, le tomó las piernas hacia arriba y dirigió su enorme falo hacia la cuevita virgen de Tania, ella que por el orgasmo no se daba cuenta de nada, reaccionó y dijo nerviosa.
–Don Roberto, su pito es muy grande, no me va a caber.
–No te preocupes Tania, te gustará, relájate.
El viejo puso su enorme verga en la cueva de Tania. Iván dijo nervioso, tronándose los dedos
-Ya se la va a meter…
-Calma amigo, pronto pasará
Le dije para consolarlo, sabiendo que pronto le tocaría el turno a Lorena. Don Roberto comenzó a presionar en los labios vaginales de Tania y puesto que ella estaba muy mojada el enorme falo se abrió camino en el diminuto túnel, Tania gritó
–Aaaaarggg, no don Roberto, no me meta el pito, me duele, ya no quiero.
La resistencia de la niña pareció motivar al viejo, que de otro empujón desvirgó a la inocente Tania, ella dio un enorme grito y comenzaron a salirle lágrimas, mientras don Roberto la pistoneaba sin parar, Lorena miraba aquella escena y ya no parecía tan divertida, pero poco a poco, los lamentos de Tania se fueron convirtiendo en gemidos de placer. Lo que tranquilizó a Lorena. En un momento don Roberto tomó a la recién desvirgada y la puso de perrito, él se puso detrás y de un solo golpe le metió toda la verga, Tania dio un pequeño grito, pero de inmediato se puso a gemir con el mete y saca
–ahhhhh, siiiiii, me gusta. Don Roberto, me gusta su pito, cójame, aahhhhaaaaa, siiiii. Que rico su pito, me gusta cómo me lo mete, lo quiero todo, ahhhhaaaaaaa.
Don Roberto que no paraba de horadar aquella cueva, hasta unos minutos antes virgen.
– ¿Te gusta puta, Te gusta cómo te lo meto? eres mi puta.
–si, don Roberto, me gusta su pito, ahhhaaaaa, siiiii, quiero su pito dentro de mí, ahhaaaaaa.
Don Roberto dio fuertes empellones clavó su estaca hasta el fondo y echó toda la leche en la vagina de Tania, que cayó rendida, don Roberto se tumbó a un lado aun bufando por el esfuerzo, mientras Tania hurgaba su recién cogida vagina y observaba la lefa que salía de su intimidad.
Hasta ese momento Iván y yo habíamos permanecido en total expectativa, como mudos, don Roberto se levantó aun con visible cansancio por la batalla que había presentado con la pequeña puta. Pensé que ya no le quedarían ganas de cogerse a Lorena, que hasta ese momento había estado simplemente como espectadora, viendo cómo le daban caña a la pequeña Tania. Pero el viejo cabrón se levantó y le dijo a Lorena,
-Sigues tu Lorenita, es hora de desvirgarte, sólo dame un minuto.
Lorena que aun tocaba su panocha, la verdad se le veían las ansias en la cara, al parecer contemplar en vivo y en directo lo que veía en las películas, la había puesto más caliente de lo normal, prácticamente le suplicó con la mirada a don Roberto que la desvirgara. El viejo millonario caminó al cuarto contiguo y regresó con un vaso que contenía un líquido y con varias pastillas, que tomo de una vez. Entro en el cuarto de baño y se escuchó la regadera, entre tanto las niñas murmuraban tiradas de panza en la cama. Unos minutos más tarde salió don Roberto fresco como una lechuga, con una toalla a la cintura, después de bromear un poco bailando para las niñas, se quitó la toalla y nuevamente tenía una enorme erección. Lorena vio el enorme falo y guardo silencio, sabiendo que esa verga estaría pronto dentro de ella. Don Roberto tomó a mi hija y le dio un beso en la boca, la llevó a la cama y la puso en un 69, Lorena chupaba aquella reata como ella sabía, mientras don Roberto le mamaba el chocho, no cabe duda que don Roberto era muy bueno en el arte mamatorio, pues Lorena en un momento dejó de mamar, para dar rienda suelta a sus gemidos, habiendo vencido a la pequeña niña, que aunque ya iniciada en el arte de mamar penes, no fue rival ante el experimentado amante. En un momento deshicieron el 69 y don Roberto se dedicó a castigar a mi Lorena con mamadas de panocha que la hicieron gemir.
–ahaaaaaa, ahaaaaa
Gemía mi hija y se tocaba sus planos pechos, se mordía los labios y las caderas se movían como licuadora, don Roberto parecía disfrutar viendo el placer que le provocaba a la niña, que llegó a experimentar un fuerte orgasmo y le hizo poner los ojos en blanco. Don Roberto, tenía el tolete a todo poder, Lorena estaba lista para recibir al impetuoso amante. En ese momento sentí palpitar mi corazón, iban a desvirgar a mi pequeña niña, no quería ver, pero tampoco podía apartar la mirada, mi amigo Iván dijo con emoción
–¡Ya le van a meter el pito a Lorena¡
Yo reí fingidamente. En tanto don Roberto ya tenía a Lorena con las piernas abiertas, Lorena misma sostenía sus piernas en compás, exponiendo su cuevita virgen a aquel hombre que blandía su enorme pene erecto, Lorena seguía dando pequeños gemidos, respiraba agitadamente
-Don Roberto, métame su verga, quiero que me coja, yo también quiero ser su puta.
De verdad que Lorena se había puesto bien cachonda con la cogida que le dieron a Tania y la mamada de concha que le habían dado. Don Roberto, con una sonrisa triunfante, dijo.
–Lorenita, es hora de cogerte.
Y dicho eso le metió de un golpe el glande en la cuevita a mi hija, que dio un pequeño respingo.
–Ay, me duele, despacio.
Don Roberto exclamó.
–Ay mi´ja que apretada estás.
Y dicho esto le clavo sus 20 centímetros de verga, Lorena lanzó un grito que me erizó la piel. De inmediato don Roberto empezó a bombear a Lorena. Que comenzó quejándose.
–Ay, dueeeeeleee, ya nooooo, bastaaa, me duele, ay, su verga es muy grande!!!
Don Roberto hizo caso omiso de las quejas de la mocosa y siguió con el mete y saca, unos minutos después Lorena ya gemía como una puta experta.
–Ahaaaaa, siiiiiiii, me gusta su verga don Roberto, quiero verga, métamela, no pare, deme más!
La niña tuvo otro orgasmo antes que don Roberto, cuando don Roberto vio que la niña temblaba con el orgasmo, él paró de bombearla, Lorena disfruto su primer orgasmo de penetración en su vida; Lorena pensó que la sesión había terminado, pero don Roberto pensaba diferente, tomó a Lorena y la volteó, la puso en cuatro y colocando la punta de su tolete en la cuca de mi hija, la penetró de un solo golpe, a diferencia de Tania ella gimió de placer con esta penetración tan repentina y el viejo maldito tomó a mi hija de sus caderitas y la comenzó a pistonear sin piedad.
–ahhaaaa, siiiiii, que rico me coge, quiero su verga, no pare, quiero ser su puta, me encanta como me coge, ahaaaaaa, maaas, ahaaaa.
Yo no podía creer cómo mi hija disfrutaba de aquella enorme pija en su coño, pero por lo lubricada que salía la verga de aquella panocha se veía que Lorena estaba disfrutando como loca, mi pequeña niña dejó salir la puta que toda mujer lleva adentro. La niña calló en la cama presa del agotamiento que le dejaba aquel placer, nuevo para ella. Pero don Roberto no tuvo piedad de mi niña, le levantó una pierna se la puso al pecho y continuó dándole caña, Lorena solo atinaba a decir
–ahaaaaa, me gusta su verga, siiiiii, que rico siento.
Don Roberto, bufaba sintiendo aquella pequeña cueva de placer
–si Lorena, ten mi verga, pequeña puta, oh, Dios que apretadita estás, ten toda mi verga putita!
–Si don Roberto soy su puta.
Y Lorena comenzó a decir como posesa
–Quiero verga, quiero verga, quiero verga…
La pequeña Tania llena de curiosidad estaba a centímetros de la pareja de amantes, viendo detenidamente como aquel enorme falo entraba en las pequeñas entrañas de su amiga, fue cuando don Roberto comenzó a rosal el clítoris de Lorena con los dedos, aquella caricia nueva, ser tocada en su botoncito mientras recibía aquel enorme garrote no pasó desapercibido para Loren quien estalló en un tremendo orgasmo, que le puso los ojos en blanco y la hizo temblar incontrolablemente, ella terminó, varias embestidas más y don Roberto por fin vació sus huevos en aquella infantil vagina. Fue cuando yo escuche una exclamación de júbilo por parte de Iván y me di cuenta de que ese cabronazo se estaba masturbando viendo a como le llenaba el coño a Lorena, lo miré con ojos de fusil que lo avergonzó.
Los tres quedaron exhaustos, pero en la siguiente hora, una vez que se repusieron don Roberto se las cogió a las dos por turnos y en varias posiciones, se vino en la cara de ambas. Las pequeñas ninfas lo jaloneaban del brazo para que las volviera coger, pero los 57 años del tipo no habían pasado en vano, parecía que ella las niñas las que abusaban de aquel hombre adulto. Pero él ya no pudo meterles aquel flácido garrote que ya había sucumbido antes dos cuevas infantiles que parecía no tener límites. Por lo que don Roberto fue por ayuda y sacó de un closet un juguete sexual, las niñas nunca habían visto uno, por lo que el viejo las comenzó a masturbar por turnos hasta que las niñas terminaron rendidas y finalmente se quedaron dormidas en aquella enorme cama. El hombre vio hacia el espejo donde sabía que estábamos viendo e hizo una señal de victoria, yo sólo atiné a decir -¡Hijo de puta!
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