El Concurso del dia de la Graduacion
Las mamas estaban como locas, super entusiasmadas, no les importaba la integridad de sus hijas, solo pensaban en lo orgullosas que se sentirían si alguna de sus hijas ganara el Concurso. .
Se acercaba la graduación del último grado de primaria. el Colegio había organizado un Concurso de las menores que se graduaban. Las mamas estaban como locas, super entusiasmadas, no les importaba la integridad de sus hijas, solo pensaban en lo orgullosas que se sentirían si alguna de sus hijas ganara el Concurso.
Yo era una niña muy linda, definitivamente sobresalía de las demas. Era un poco alta, la panza plana, nalgas redondas y paraditas, eran la delicia de los maestros, mis bubis pequeñas aun, como dos montecitos incipientes, pero en conjunto, lucia espectacular.
El día del Concurso, mi mama estaba segura de que iba a ganar, pero, para asegurarse, me consiguió un bikini minúsculo que se me metía entre las nalgas y entre la rajita, haciendo que los labios se abrieran y se pararan, una delicia a la vista del Jurado.
Tampoco quiso ponerme top, decía que mis pechitos se veían divinos así, al natural.
Resulta que quede entre las finalistas. El presidente del jurado, un hombre como de unos 65, me invito a su casa el día antes de las votaciones finales. Decía que tenía una hija como de 7 y que quería que yo fuera a jugar con ella. Yo acepte y el hombre me llevo de la mano a ver a mi mama.
~ Mami, ¿puedo irme con este señor? Quiere que vaya a jugar con su hija ~
Me di cuenta como ellos se dieron una mirada de complicidad y se sonrieron sabiendo perfectamente las intenciones del presidente del Jurado.
~Si hija ~ decía mi mama, ~ve con él y pórtate bien y obedece en todo al señor ~
El hombre complacido, me llevo de la mano a su auto. Nos fuimos rumbo a su casa. Al llegar esperaba encontrar a su hija, pero no había nadie, estábamos los dos solos.
~Mi hija no tarda, ¿quieres que mientras llega juguemos al caballito? ~ pregunto con toda intención.
Yo acepte y me llevo a su recamara, se empezó a desvestir y me dijo…
~Quítate la ropa, pequeña, no queremos que se te arrugue y tu mama pueda enojarse conmigo. ~
Yo obedecí en silencio. Ya toda desnuda, el hombre se recostó sobre la cama diciendo que me colocara encima de él, acomodo su enorme verga sobre su gordo vientre y me hizo sentarme sobre ella, colocándola a lo largo de mi raja.
Yo obedecí y me monté sobre su verga y empezamos a jugar al caballito. Se sentía muy rico su verga caliente frotándome todo el sexo, yo suspiraba cerrando los ojos y moviéndome lentamente, disfrutando el momento.
Al poco, el hombre empezó a jadear, respirando agitadamente. yo pensé que se sentía mal y le pregunté si quería que me bajara.
~No bb, ahora quiero que te montes sobre mi verga y trates de metértela ~
Yo obedecí, me levante un poco y coloque su verga a la entrada de mi sexo, trate de metérmela, pero me dolía mucho.
~No puedo señor, me duele mucho ~
~Si, lo sé, pero luego que entre ya se te pasará el dolor y entonces empezaremos a disfrutar los dos, así que aguanta cariño, solo dolerá un momento ~
El hombre me tomo de las caderas y me dio un tremendo empujón que me hizo gritar de dolor, sentí que casi me desvanecía, luego me dio otro y otro más, hasta que caí casi desmayada sobre la cama.
El hombre aprovecho el momento, se puso de pie sobre la cama, me jalo hacia él, me acomodo su enorme verga a la entrada del sexo y me empezó a coger duro, jalándome de las caderas, empujando fuertemente hasta que por fin logro desvirgarme, se empezó a mover rápidamente, casi con desesperación, hasta que por fin logro metérmela toda y fue entonces que se terminó en un tremendo orgasmo llenándome toda de su leche caliente, lo que hizo que el dolor desapareciera un poco.
No me di cuenta, pero el hombre me puso un ungüento y me lo froto dentro de todo el sexo, para mitigar el dolor.
Mas tarde, luego de darme leche y galletas para cenar, me pregunto…
~Todavía te duele? ~
~No señor, ya casi no ~
~Estas lista para seguir jugando? ~
~Si señor, creo que si ~
Sobra decir que me estuvo cogiendo durante horas hasta ya muy noche, fue que me di cuenta de que ese jueguito como que me estaba empezando a gustar.
En un momento dado, con su enorme verga metida hasta los huevos dentro de mi sexo, moviéndose de lo más cachondo, entonces fue que empecé a sentir el verdadero placer.
Sin darme cuenta, yo ya había empezado a jadear y a suspirar, hasta note que mis caderas se movían solas como si yo me lo estuviera cogiendo a él. Empecé a sentir un tremendo calor que salía de mi sexo y me recorría todo el cuerpo, haciéndome jadear de excitación.
~Lo sabía, decía orgulloso el viejo pervertido, eres una puta caliente igual que todas ~
~ Ya estas bien caliente bb, ya estas disfrutando ~
Yo no podía responder, me abrazaba fuertemente a él moviéndome como toda una puta caliente, tratando de sentir su verga hasta dentro de mis entrañas.
Momentos después, explotaba en mi primer orgasmo soltando chorros de jugos, mojándolo todo a ese buen hombre.
Ya era suya, ya le pertenecía, me había hecho su mujer, su hembra, y algo muy dentro de mí me decía que no tardaría en que ese viejo me convirtiera en su puta, al fin él había sido mi primer hombre y no lo había hecho nada mal el condenado viejo.
Mas noche, todavía logro arrancarme tres o cuatro orgasmos más y nos quedamos dormidos finalmente, tumbados, abrazados muy juntitos.
Al despertar, muy temprano en la mañana, el condenado viejo, como si no me hubiera dado suficiente, me estuvo cogiendo un buen rato hasta que terminamos y por fin nos levantamos para desayunar.
Al llegar al evento el hombre me llevo de la mano y me entrego con mi mamá, no podía ocultar su cara de felicidad.
Se acercaba la graduación del último grado de primaria. el Colegio había organizado un Concurso de las menores que se graduaban. Las mamas estaban como locas, super entusiasmadas, no les importaba la integridad de sus hijas, solo pensaban en lo orgullosas que se sentirían si alguna de sus hijas ganara el Concurso.
Yo era una niña muy linda, definitivamente sobresalía de las demas. Era un poco alta, la panza plana, nalgas redondas y paraditas, eran la delicia de los maestros, mis bubis pequeñas aun, como dos montecitos incipientes, pero en conjunto, lucia espectacular.
El día del Concurso, mi mama estaba segura de que iba a ganar, pero, para asegurarse, me consiguió un bikini minúsculo que se me metía entre las nalgas y entre la rajita, haciendo que los labios se abrieran y se pararan, una delicia a la vista del Jurado.
Tampoco quiso ponerme top, decía que mis pechitos se veían divinos así, al natural.
Resulta que quede entre las finalistas. El presidente del jurado, un hombre como de unos 65, me invito a su casa el día antes de las votaciones finales. Decía que tenía una hija como de 7 y que quería que yo fuera a jugar con ella. Yo acepte y el hombre me llevo de la mano a ver a mi mama.
~ Mami, ¿puedo irme con este señor? Quiere que vaya a jugar con su hija ~
Me di cuenta como ellos se dieron una mirada de complicidad y se sonrieron sabiendo perfectamente las intenciones del presidente del Jurado.
~Si hija ~ decía mi mama, ~ve con él y pórtate bien y obedece en todo al señor ~
El hombre complacido, me llevo de la mano a su auto. Nos fuimos rumbo a su casa. Al llegar esperaba encontrar a su hija, pero no había nadie, estábamos los dos solos.
~Mi hija no tarda, ¿quieres que mientras llega juguemos al caballito? ~ pregunto con toda intención.
Yo acepte y me llevo a su recamara, se empezó a desvestir y me dijo…
~Quítate la ropa, pequeña, no queremos que se te arrugue y tu mama pueda enojarse conmigo. ~
Yo obedecí en silencio. Ya toda desnuda, el hombre se recostó sobre la cama diciendo que me colocara encima de él, acomodo su enorme verga sobre su gordo vientre y me hizo sentarme sobre ella, colocándola a lo largo de mi raja.
Yo obedecí y me monté sobre su verga y empezamos a jugar al caballito. Se sentía muy rico su verga caliente frotándome todo el sexo, yo suspiraba cerrando los ojos y moviéndome lentamente, disfrutando el momento.
Al poco, el hombre empezó a jadear, respirando agitadamente. yo pensé que se sentía mal y le pregunté si quería que me bajara.
~No bb, ahora quiero que te montes sobre mi verga y trates de metértela ~
Yo obedecí, me levante un poco y coloque su verga a la entrada de mi sexo, trate de metérmela, pero me dolía mucho.
~No puedo señor, me duele mucho ~
~Si, lo sé, pero luego que entre ya se te pasará el dolor y entonces empezaremos a disfrutar los dos, así que aguanta cariño, solo dolerá un momento ~
El hombre me tomo de las caderas y me dio un tremendo empujón que me hizo gritar de dolor, sentí que casi me desvanecía, luego me dio otro y otro más, hasta que caí casi desmayada sobre la cama.
El hombre aprovecho el momento, se puso de pie sobre la cama, me jalo hacia él, me acomodo su enorme verga a la entrada del sexo y me empezó a coger duro, jalándome de las caderas, empujando fuertemente hasta que por fin logro desvirgarme, se empezó a mover rápidamente, casi con desesperación, hasta que por fin logro metérmela toda y fue entonces que se terminó en un tremendo orgasmo llenándome toda de su leche caliente, lo que hizo que el dolor desapareciera un poco.
No me di cuenta, pero el hombre me puso un ungüento y me lo froto dentro de todo el sexo, para mitigar el dolor.
Mas tarde, luego de darme leche y galletas para cenar, me pregunto…
~Todavía te duele? ~
~No señor, ya casi no ~
~Estas lista? para seguir jugando ~
~Si señor, creo que si ~
Sobra decir que me estuvo cogiendo durante horas hasta ya muy noche, fue que me di cuenta de que ese jueguito como que me estaba empezando a gustar.
En un momento dado, con su enorme verga metida hasta los huevos dentro de mi sexo, moviéndose de lo más cachondo, entonces fue que empecé a sentir el verdadero placer.
Sin darme cuenta, yo ya había empezado a jadear y a suspirar, hasta note que mis caderas se movían solas como si yo me lo estuviera cogiendo a él. Empecé a sentir un tremendo calor que salía de mi sexo y me recorría todo el cuerpo, haciéndome jadear de excitación.
~Lo sabía, decía orgulloso el viejo pervertido, eres una puta caliente igual que todas ~
~ Ya estas bien caliente bb, ya estas disfrutando ~
Yo no podía responder, me abrazaba fuertemente a él moviéndome como toda una puta caliente, tratando de sentir su verga hasta dentro de mis entrañas.
Momentos después, explotaba en mi primer orgasmo soltando chorros de jugos, mojándolo todo a ese buen hombre.
Ya era suya, ya le pertenecía, me había hecho su mujer, su hembra, y algo muy dentro de mí me decía que no tardaría en que ese viejo me convirtiera en su puta, al fin él había sido mi primer hombre y no lo había hecho nada mal el condenado viejo.
Mas noche, todavía logro arrancarme tres o cuatro orgasmos más y nos quedamos dormidos finalmente, tumbados, abrazados muy juntitos.
Al despertar, muy temprano en la mañana, el condenado viejo, como si no me hubiera dado suficiente, me estuvo cogiendo un buen rato hasta que terminamos y por fin nos levantamos para desayunar.
Por fin llegamos al evento y el hombre me llevaba de la mano y me entrego con mi mama. Ella se mostró feliz de vernos y de inmediato se dio cuenta de lo que había pasado y se sonrió pícaramente con el presidente del evento.
~Todo bien? Pregunto con malicia.
~Mejor que bien ~respondió el hombre con sonrisa de triunfo.
~Espero que valga la pena, no me vaya a defraudar ~ le decía mi mama al pervertido.
~No se preocupe señora, su hija tiene un talento increíble ~ respondió sonriendo con sarcasmo.
~Voy a necesitar llevármela en otras ocasiones para que perfeccione ~
~Por supuesto, venga a casa por ella cuando guste ~ le ofreció mi mama.
Mas tarde, durante las últimas votaciones para designar a la ganadora, yo ya había cambiado, mi cuerpo había cambiado, ya no era la niña de la vez anterior, ya era toda una mujer, y.…los jueces lo notaron.
Me veía espectacular, de una extraña manera que nadie podría describir. Mi sexo se veía más abultado que el día anterior, mis labios más hinchados, lo que me daba una apariencia increíblemente sexi, erótica, sensual.
Mi mama se dio cuenta y me sonrió complacida, eres una buena niña, me había dicho.
Finalmente quede como ganadora del Concurso. Los jueces me invitaron a un apartado para celebrar mi triunfo. El presidente del Jurado me llevo de la mano a celebrar.
En el salón cerrado, el evento era exclusivo, nadie podía entrar solo el presidente y los 12 los jueces.
Luego de mi trofeo y mi medalla, los jueces me dieron un regalo más, a una señal del presidente, los jueces se sentaros alrededor de una mesa enorme como de la sala de juntas, me hicieron subirme y recorrer toda la mesa a gatas, mientras uno a uno me chupaba la panocha y me metía los dedos, al poco, entre todos me estuvieron cogiendo y dando verga durante horas.
Durante mi Iniciación, como ellos le llamaban, pude darme cuenta de que yo sentía mucho más placer con los maestros que tenían las vergas más grandes y gruesas, y con ellos lograba terminarme en tremendos orgasmos,
Así que, en el plazo de un solo día, de virgen inexperta, me convertí en la puta más experimentada de todo el Colegio, antes de entrar a Secundaria.
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