El cumpleaños de mi hermano gemelo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por hector.richvoldsen.
Era nuestro decimoquinto cumpleaños, y decidí hacerle a mi hermano un regalo especial.
El haber nacido el mismo día, y el compartir rasgos, gestos y muchos momentos quieras que no une mucho, y la relación que teníamos Javi y yo puede calificarse de especial, en el sentido de que es mucho más estrecha que cualquier relación entre hermanos.
Compartíamos clase, habitación, amistades, ropa e incluso habíamos compartido novia en alguna ocasión, jugando a ser el otro.
Pasábamos casi todo el día juntos, y nos contábamos todo lo que nos pasaba estando separados.
Incluso me atrevería a decir que éramos casi como una sola persona separada en dos cuerpos.
Entre nosotros no había ningún pudor, siempre nos habíamos visto desnudos y al llegar a la adolescencia solíamos pajearnos juntos sin mayor problema.
Recuerdo que fue Javi quien nos inició en el tema, pues lo descubrió una noche que no podía dormir.
Al día siguiente me explicó lo que había hecho, y nos hicimos la primera paja juntos.
Sin embargo, y al contrario que alguno de nuestros amigos, ambos habíamos acabado tercero de la ESO castos y puros, sin tener el más pequeño contacto con una chica.
Nos habíamos dado algún piquito con una novieta y cosas así, pero nada más.
Creo que a los dos se nos pasó por la cabeza alguna vez proponerle algo al otro, pero al menos yo desistí porque no me va ese tipo de rollos.
Allá cada uno, pero paso de hacer nada con otro tío que no sea yo mismo.
Teníamos ganas de perder la virginidad, pero tenía que ser con una tía.
Así, y después de darle muchas vueltas, di con una solución bastante aceptable.
Tenía un dinerillo ahorrado, lo suficiente para llevar a cabo mi plan.
Convencí a mis padres para que nos dejaran solos en casa la noche de nuestro cumpleaños (en teoría para montar una fiesta con nuestros amigos), y le dije a Javi que yo me encargaría de todo.
Llegó por fin el gran día, y mi plan se puso en marcha.
Tras ojear varios periódicos, llamé a uno de los anuncios de contactos para solicitar los servicios de Selena, de 22 años, rubia, ojos marrones, universitaria, completo por 100 euros.
Le expliqué lo que quería, mintiéndole en la edad, y aceptó mi oferta, 150 euros por una hora con los dos en nuestra casa.
El límite acordado era de tiempo, no de servicios, así que podíamos hacer todo lo que quisiéramos o pudiéramos.
Se que debería haber avisado a Javi de lo que me proponía, pero hubiera perdido parte de su gracia.
La cara que puso cuando abrí la puerta a Selena y le expliqué de que iba el tema fue para enmarcarla.
Yo me la imaginaba algo más guapa, pero tampoco estaba nada mal.
Tenía un pecho bastante grande, y por el precio que tenía, no podíamos pedir mucho más.
Nos pusimos cómodos y fuimos a nuestra habitación.
Yo la tenía dura solo de pensar lo que iba a pasar, y Javi me hizo saber que estaba igual que yo.
Los tres nos desnudamos, y Selena se sorprendió al vernos sin ropa.
Era una de las pocas diferencias físicas que tenemos, mientras que yo tengo una polla muy normalita, de unos 14 centímetros, Javi tiene un rabo considerable, creo que andaba por los 21 centímetros la última vez que nos la medimos.
Nunca se lo he dicho, pero siempre me ha jodido ser el hermano más desfavorecido en ese aspecto.
Ella se sentó entre nosotros, y comenzó a pajearnos muy despacio, tratando de ponernos aun más cachondos.
No nos hacía demasiada falta, pues los dos estábamos más salidos que un balcón, pero fue un buen comienzo.
Puede que sea eso que dicen de que con el tiempo tendemos a verlo todo mejor de lo que fue, pero de momento ninguna chica me ha vuelto a hacer una paja como aquella.
Yo estaba casi a punto de correrme cuando Selena me pidió que fuera a por los condones.
Cuando se los di, le puso uno a mi hermano y comenzó a chupársela con pasión.
Esa visión me puso más cachondo si cabe de lo que ya estaba, sobre todo al pensar que dentro de poco me tocaba a mí.
Javi me miraba con cara de darme las gracias, al tiempo que trataba de contener sus gemidos.
Me senté en la cama junto a ellos, y me puse como pude un condón.
Era la segunda vez que lo hacía y no me quedó demasiado mal, aunque costó un poco desenrollarlo (la primera fue cuando nos dieron unas charlas de educación sexual y Javi y yo al llegar a casa decidimos ponernos uno en plan coña).
Selena captó la indirecta y dejó a mi hermano para ocuparse de mi.
Seguro que el preservativo me restaba algo de sensibilidad, pero la mamada que me hizo fue algo bestial.
Duró poco, la verdad, pues en un minuto o así ya me había corrido, pero me lo pasé de puta madre.
Me tumbé en mi cama a descansar un poco mientras observaba como la chica llevaba a Javi al orgasmo.
Tampoco tardó mucho en correrse, y cuando lo hizo, tomé la iniciativa de nuevo.
Tumbé a Selena boca arriba, y comencé a explorar su coño.
Aunque lo había visto en películas y revistas, aquello era totalmente nuevo para mí, y dediqué un buen rato a manosear aquella rajita perfectamente rasurada.
Primero toqué un poco por fuera, y luego me animé a meter un par de dedos con toda la delicadeza que pude.
Supongo que estaría sobreactuando, pero parecía gustarle.
Me sorprendió el calor y la humedad de su chochito, y pensé que tenía que ser genial meterla ahí.
La tenía tiesa otra vez, y ya llevábamos un cuarto de hora de servicio, así que me puse otro condón y me tumbé con la polla mirando al techo para que ella tomara la iniciativa.
Tenía miedo de no atinar bien o de hacerla daño, así que preferí que hiciera ella el trabajo.
Se insertó muy despacio en mi rabo, y fue acelerando el ritmo de la cabalgada poco a poco.
Javi también se había vuelto a empalmar, y se acercó para que Selena le pajeara mientras nos miraba.
Para entonces ya estábamos follando a toda leche y pese a ser el segundo asalto, tampoco parecía que fuera a aguantar mucho sin correrme.
Tampoco me importaba mucho, me recupero bastante pronto y si podía echar dos polvos, mejor que uno.
Javi se puso otro condón y se la metió a Selena en la boca, y esta hacía lo que podía por chupársela mientras me follaba.
Aun así, no tardé mucho más en volver a eyacular, y esta vez fue aún mejor que la anterior.
Tuve que pedirla incluso que parara, pues no era capaz de aguantar el gusto que me daba.
Javi prefirió que volviera a chupársela hasta el final, y Selena, que era una mandada, así lo hizo.
Le agarró del culo y se tragó la polla de mi hermano enterita, dejándonos flipados a los dos.
Parecía imposible que aquel pollón le entrara en la boca, pero ella parecía no inmutarse.
Javi comenzó a follarse su boca, y en pocas embestidas comenzó a correrse por segunda vez.
De nuevo paramos para respirar un rato, llevábamos cerca de 40 minutos sin apenas descansar y aunque nuestras pollas seguían morcillonas pidiendo más guerra, comenzábamos a estar agotados.
Selena parecía estar fresca como una rosa, pues se puso a hacer para nosotros un baile erótico-festivo que nos la volvió a poner totalmente dura.
Esta vez tomó ella la iniciativa, y se sentó sobre Javi haciéndole perder por fin su virginidad.
Me cosqué de que si tardaba mucho no me iba a dar tiempo a repetir, y me había quedado con ganas de follar llevando yo la iniciativa.
Sin pensar demasiado se me ocurrió la idea, y con lo salido que estaba tampoco me dio ningún reparo.
Lo había visto en alguna peli porno, y en aquel momento me parecía la mejor solución.
Me puse un condón limpio, me coloqué detrás de Selena y Javi, y sin avisar se la metí yo también.
Entró sin demasiados problemas, aunque los dos se quedaron un poco extrañados.
Le guiñé un ojo a mi hermano, y comenzamos a follarnosla a la vez.
Era una sensación bastante rara, pues notaba perfectamente la polla de Javi rozando la mía, pero no puedo negar que aquello me dio aun más morbo.
Selena comenzó a gemir, y estoy casi seguro de que tuvo realmente un orgasmo con aquello.
Es normal, a mi me pondría muy cachondo tirarme a la vez a dos hermanas gemelas.
Cuando nos quisimos dar cuenta se había pasado la hora, así que aceleramos un poco más para que Selena no nos dejara a medias.
No me atrevería a decir que nos corrimos a la vez, pero si es cierto que cuando noté que la polla de Javi comenzaba a tener espasmos yo ya estaba casi a punto.
Javi la dejó dentro hasta que yo terminé, pues como me confesó después, también le gustó aquello.
Nos vestimos y pagué lo acordado a Selena, más 25 euros de propina que puso Javi de su bolsillo.
No hemos vuelto a verla, supongo que acabaría la carrera y se buscaría un trabajo más decente, pero cada vez que cumplimos años y ambos estamos sin novia nos damos el capricho de contratar a una chica para tirárnosla a la vez.
Es nuestro pequeño secreto de hermanos.
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