El Incubo del Internado 30
Jay siguen haciendo de las suyas, afianzando no solo a las maestras, tambien a un par de lolitas sexys para su disfrute.
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
Capitulo 30
Maldito frio, o era lo que decían los estudiantes pues no podían disfrutar de la vista de las compañeras, a menos que pudieras entrar al gimnasio, el cual finalmente se abría, habían sido algunos meses de labor constante, pero estaba en su mayoría terminado, si acaso faltaban ciertos detalles, pero eso podía quedar de lado, la estructura, fachada y la caldera que mantendría todo caliente durante el invierno estaba listo, así que sería usado de inmediato, por suerte no dejaron al gimnasio junto al internado, porque los 2 edificios eran lo opuesto, uno moderno, el otro antiguo, o eso checaba cuando pensé ¿se verá afectado este lugar por el incubo? Sería cuestión de tiempo para verlo, todo seguía como hasta ahora, en cuanto a la influencia, al parecer el clima también le afectaba al morbo producto del demonio, así que las cosas se relajaban, o casi, muchos alumnos sin estar tan controlados recordaban las cosas con más claridad, así que algunas actitudes confusas se manejaban, o eso me enteraba con la doña, a quien aun mantenía como aliada.
Si muchacho, el invierno ayuda mucho con el control del incubo, el frio no permite el morbo, si una alumna se enferma por mostrar piel, no puede ser manipulada, así que la efectividad de este baja, por eso se desata en los meses de calor, para juntar energía, es como un oso hasta cierto punto, lo sé muy bien, ahora prepárate, que las clases van a acabar y yo me tengo que retirar – decía la doña con su cafecito.
Si, no se preocupe, ahora veo porque esta todo tan calmado, y yo también me tengo que arreglar para el curso de boxeo – le dije mientras nos despedíamos.
Y como había dicho la doña, si una se enferma no hay avances, lo que cambiaria mi suerte para mejor, pues las niñas del grupo de porristas estaban en problemas, llegaba justamente la señorita Marón para avisarme que miss Holly no se encontraba disponible por un resfriado, mientras que ella tenía que volver pues su abuela (la vieja Olga) la necesitaba para un encargo, lo peor es que hasta ese momento me fui enterando que había una competencia deportiva entre escuelas, razón también de la construcción del gimnasio, así que no se podían cancelar las practicas, como se imaginaran tuve que llevarme a las alumnas conmigo, ya me sabía un poco su rutina, así que no habría problema, o eso pensaba. Reuní a los alumnos para hacerlos correr hasta el gimnasio, los conocía bien, se emocionaban viendo quién era el mejor, ninguno quería quedarse atrás, cosa que hicieron cuando les di oportunidad, mientras hice trotar detrás de mí a las alumnas para que entraran en calor, no nos tardamos muchos, por suerte los chicos estaban motivados, en mi ausencia hacían el calentamiento, así que al muchos ya se hallaban listos al abrir la puerta, dentro no cabe decir mucho lo que paso, se realizaron ejercicios y prácticas, tuve que estar más pendiente de las niñas para hacer algunas de sus maniobras, algo que no me gustaba mucho, es que parecían querer ofrecerse con sus pequeños cuerpos en desarrollos, y todos a mi maldito alcance, podía olerlas, sentirlas entre pegadas ropas, y casi saborearlas, aunque apenas soportaba porque muchas por el control de temperatura se habían quitado el pants dejando a la vista sus figuras envueltas en ajustadas licras, que en ocasiones se metían entre sus nalguitas, o incluso dejaban ver el contorno de sus labio inferiores, para ese momento tuve que contar con la ayuda de Simón, pues era el más aventajado de todos, casi se podría decir mi segundo al mando, aunque el muy coqueto quería ayudarme con las porristas, pero se arrepintió cuando vio que el equipo de atletismo llegaba a entrenar, en ese estaba Tesi, con quien seguía intentándolo, intercambiando miradas que no decían mucho. Sin más acabamos la jornada y nos dispusimos a volver, cuando un pequeño accidente se dio, no fue la gran cosa, los alumnos correteando chocaron contra una niña que termino cayendo, pero en la caída se lastimara el tobillo, aunque parecía broma, se trataba de Elisa, quien se lamentaba del golpe, como fuera, le dije a Simón que regresara con todos a la escuela, le presté la llave, mientras yo tenía que regresar con Elisa para hacerle la curación en el gimnasio (ese lugar me quedaba más cerca) así lo hicieron, por las dudas revisé que se fueran directo al internado, y por suerte la mayoría lo hizo, aunque uno que otro antes se pasaron a la tienda a comprar golosinas, una vez que todos entraron volvimos al gimnasio, este era un lugar muy grande, con un largo pasillo para llegar a los vestidores, y unas oficinas antes del área deportiva, a esas me dirigí, sin que me vieran los demás, pues ahí tenían la enfermería con un catre y botiquín, pero como se imaginaran mi suerte llegó a un tono lascivo.
Saqué una pomada y con cuidado de quite la zapatilla y calcetín, tenía un poco hinchado el tobillo, así que le comencé a hacer un masajito, trataba de ser lo más profesional, aunque no era sencillo, su cuerpo se estremecía entre mis manos, su piel suave, aparte que ella traía un pants, pero en cuanto la senté opto por quitárselo, dejándome a la vista un short de licra muy ajustado, que revelaba perfectamente sus formas, casi parecía que me tentaba, como si no pudiera hacerle lo que quisiera cuando deseara, esa inocencia me gustaba, pero antes disfrutaba del momento, pues divisaba sus formitas mientras acariciaba su pierna, al tiempo que incluso distinguía el elástico de su calzón sobresaliendo, ella me miraba nerviosa, esperando a que hiciera mi movimiento, a fin de cuentas era mi hembrita, yo su macho, así que estaba en mi derecho, aunque antes quería ver que estuviera mejor, no es como si gozara con el dolor, antes bien la curaría, incluso le hice tronar su tobillo, reacomodando un poco los huesos, seguí masajeando, y sabiendo que estaría mejor, era tiempo de gozar, le fui acariciando más la pierna, poco a poco llegué a su muslo, así como al borde de su licra, ella notaba mi iniciativa y se entregaba, sin decir palabra, cerro sus ojitos, era muy tímida conmigo, así que la jale, para ubicar su culito entre mis piernas, la sometí abrazándola con mi brazo izquierdo, mientras la besaba profundamente, pero también, comencé a hurgar en su intimidad con la mano derecha, Elisa quería gemir, aunque todos sus quejidos eran ahogados por mis labios, ella se me aferraba, su cuerpo se estremecía muy fácilmente, era un encanto, antes de darme cuenta ella se estaba corriendo con mis dedos adentro, la solté un poco y respiraba con ansiedad, viéndome roja, era una ternura:
No hemos terminado – le dije coqueto.
Ella asintió, y la recosté en la cama mientras le abría las piernitas, ella misma se sacaba la playera, esperaba que le metiera mi estaca, pero tenía curiosidad de probar su sabor, así que coloque mi cabeza en su vulva para saborearla a mis anchas, ella se quedó boquiabierta, y comenzó a gemir, por miedo a que me descubrieran, la hice chuparme los dedos, los mismo que tenía bañados con sus jugos, era increíble sentir su lengua, mientras saboreaba su intimidad, llegó el punto en que ella comenzó a apretarme más contra su intimidad, usando sus manos estaba por correrse de nuevo, así que comencé a meterle más la lengua, como si quisiera penetrarla con mi boca, ella gemía desesperada, hasta que me inundo la boca con sus jugos, luego ella se desvaneció, exhalando todo el aire que podía, estaba rendida, pero apenas comenzaba.
Me asomé un poco para verificar que nadie nos viera, todo estaba en silencio, así que fui por todo, aprovechando sus corridas acomode mi verga para metérsela en su lampiño coño, y como de costumbre su interior me recibía, de hecho podría decir que ya se había adaptado a mi forma, así que comencé a darle una buena cogida, abriendo su interior, empecé con unas lentas y cadenciosa venidas, la verdad es que la sensación de ser descubiertos era excitante, me emocioné más, la pobre Elisa recibía mis embestida perdida en el placer, totalmente abierta, parecía casi en trance, tenía el control total sobre ella, esta sólo gemía un poco, mientras mi verga se metía en su interior llenándolo, viendo que todo estaba bien comencé a ir más rápido, pues aquel contacto era embriagante, ella comenzó a reaccionar, pero era demasiado tarde para que hiciera algo, pronto mis embestidas eran demasiado violentas, sólo podía aferrarse a mí para soportar el placer, ahora se quejaba un poco, pero no trataba de alejarse, se la estuve metiendo hasta que me corrí, llenándole su interior con mi leche, era excelente, quería más pero justo en ese momento noté que los miembros del club de atletismo estaban por salir, así que le convine que nos arregláramos, o eso deseaba hacer cuando la misma Elisa antes me limpio la verga con su boca, no sé de donde lo aprendió, pero jugó con su lengüita hasta quitar todo rastro de semen, fue una sensación extraña aunque placentera, no podía meterse mi paquete dentro, así que sólo me dio unas lamidas, después de eso nos vestimos, y estaba colocándole un vendaje cuando alguien vino a ver qué pasaba aquí, era uno de los miembros del club, por suerte nos encontró, como ya dije poniéndole el vendaje, me salve de cualquier cosa, después nos retiramos con el grupo, y debo admitir, mi hermana se hallaba algo celosa de mi pequeña noviecita.
Las cosas continuaron con cierta tranquilidad, ahora se añadía Elisa a mi grupo de amantes cotidianas, casi como si tomara el lugar de Tesi, quien se veía más distante, algo que me preocupaba tanto o más que me alegraba, pues al menos notaba que Simón seguía en su lucha por gustarle, aunque este no era su tipo, además que con lo ocurrido en la fiesta anterior, la situación era más complicada, así mismo fui viendo algo curioso, en últimas fechas, las chicas hacían de lado a Lexi, no sabía que pasaba pero no me gustaba, desde que llegó se hizo buena amiga de mi hermana, siempre las veía juntas, eso me alegró, pero ahora estaba notando que había cierto rechazo para con ella, e ignoraba la razón, si en verdad la muchacha era muy agradable, y en realidad no sé que me paso que hice algo tal vez demasiado temerario o estúpido, la verdad aún tengo dudas, ese fin de semana mis hermanas nuevamente se irían con mi tía, de hecho se habían vuelto muy unidas, creo que para ellas era una madre sustituta, y la ayuda que ellas brindaban en la casa, así como la compañía era reconfortante, aparte que yo aportaba cualquier cosa que estuviera en mis posibilidades, así que todos estábamos contentos, a diferencia de Pit que seguía de extraño buscando al incubo. Volviendo al tema de Lexi, una vez que las vi retirarse a ambas, y los camiones que se llevaban a los demás partieron, pude notar que la chica estaba ahí, esta era de las que casi siempre salían a primera hora en camión o sus padres llegaban por ella, como antes había dicho, la pobre rubia no podía dar un paso sin que sus papás estuvieran a un lado de manera castrante, pero ahora ella esperaba sola a que llegaran, estábamos casi solos, Beni se despedía antes de salir, viéndome con respeto, mientras miraba a Lexi y pude notar cierto gesto difícil de traducir, pero diría que era algo funesto, no me importó así que comencé a hablarle:
Hola Lexi ¿Qué pasa? ¿Por qué tan sola? Mm – le dije amistoso.
Jay, no es nada – indicó tranquila, o eso en apariencia.
Oye, eh notado que te estaban molestando, pasa algo – cuestioné.
No te preocupes, es lo de siempre – indico seria.
Como que lo de siempre, eso no está bien, eres una dulzura de chica, no está bien que te hagan a un lado – dije molesto.
Gracias Jay, pero es algo que siempre pasa, no sé porque – dijo Lexi cabizbaja.
Carajo, entonces esto te pasaba desde antes que llegara, pero si siempre te vi muy contenta con Tesi – indiqué confundido.
La verdad, creo que es por mis padres, que – quería decir algo pero en eso el vehículo de ellos se vio acercarse a lo lejos.
Oye mañana estarás libre – dije rápidamente.
Si, ¿por? – cuestionó Lexi.
Bien, pues mañana te invito a salir, a la 1 en la plaza comercial – dije presuroso.
Excelente, nos vemos Jay – dijo lexi antes de acercarse a subirse en el vehículo de su padre, donde pude ver a este no de muy buen humor, de hecho parecía gritarle fuerte.
Lo que siguió fue la rutina de siempre, ejercicios de boxeo, si acaso al terminar Simón me dijo que debería hablar con su padre una vez más, ahora con él para arreglar los términos del pacto, donde la daga era entregada formalmente, eso se me hacía algo raro, pero imaginé que era porque yo tomaría control de los Búhos, o algo así, aparte que me “entregarían” a Elisa, en verdad que estas familias eran una locura, pero tener a mi disposición a esa dulzura me hacía hervir la sangre, por ello acepte, sin embargo cuando me dijeron que lo hiciéramos mañana tuve que negarme por el compromiso previo, cosa que pareció no agradarle al muchacho, pero aceptó de todas formas, sería en otra ocasión, y yo sólo tuve que hacer mis cosas de siempre. Al día siguiente me arreglé tanto como pude, la verdad no sabía porque hacia esto, a fin de cuentas, estaba con Tea, podía jugar tanto con Michelle y Drew a mis anchas, incluso tenía a Elisa, sin olvidar que cuando quería podía cogerme a las maestras, siendo mis preferidas Holly, Sage, sin olvidarme de Kim, sin embargo me arreglé para ir tras Lexi, y así fue, salí de la escuela, para tomar el transporte y llegar a la plaza comercial, ahí me quedé en la entrada principal, esperando a la jovencita, de hecho por errores de cálculo había llegado una hora antes, pensé que eso habría sido un error, pero esta a los 20 minutos me estaba saludando, también vino antes de tiempo, aunque parecía que no estaba bien, su arreglo era optimo, pero se veía deprimida, traía puesto unos botines, medias blancas, una falda corta negra, y un suéter amarillo, se veía linda, aunque su cara escondía una tristeza, por ello me decidí a consentirla, así que fuimos a divertirnos, la plaza tenía muchas cosas, centros de juego donde le conseguí un peluche, el cine en el que vimos una película, en cierta forma nos veíamos un poco raros, pues ella era obviamente una niña de 15 casi 16 años, mientras que yo ya tenía mis 21 y no había forma de decir que éramos familiares para despistar a algunos curiosos, al final fuimos a la zona de comida, para comernos una pizza, Lexi me esperaba en una mesa mientras la estaba pidiendo cuando me tope con una vista poco usual, estaban Simón con Elisa, y ambos no lucían muy bien juntos, me acerqué a ver qué pasaba y que sorpresa me di.
¿Qué pasa aquí? – preguntó confundido.
Jay, acaso tu compromiso es con esta – dijo Simón molesto.
Mas respeto Simón, sí, es con ella, la mejor amiga de Tesi – indiqué molesto.
Tranquilo Jay, es sólo que no creo que sea bueno que te juntes con su grupo – alegó Simón notando mi humor.
¿Su grupo? – pregunté confundido.
No sé de qué hablan – dijo Lexi asustada.
Como que no sabes – respondió Simón irritado.
Bien, yo tampoco se, mejor cuéntame para entenderte – dije malhumorado.
Tranquilo Jay, si casi somos familia – dijo buscando calmarme.
No cuentes tanto con ello – dijo triste Lexi a punto de llorar.
¿Tú que sabes? – respondió Simón enojado.
Mejor amiga de Tesi, lo recuerdas, hasta ella te ayudaría con tu mal de amores – indique serio.
Si no es que me mande al infierno antes – sentenció Simón irracional.
¿De qué hablas? – chilló Lexi sorprendida.
Vamos, no te hagas la inocente, si tu familia pertenece a ese grupito, y ya estamos en guerra desde haces varias semanas, no salgas con que tu “soy inocente” – dijo molesto Simón.
Mejor explícate Simón, que no te entiendo nada – dije molesto.
Está bien, Jay, lo que pasa es que aquí la presente es hija de indeseables, mira, recuerdas las historias que he contado de la ciudad ¿no? Es un lugar maldito, nunca han faltado cosas siniestras, y las grandes familias que lo controlamos, estaban vinculadas con la secta, la cual se vino en declive, bien, parte de eso fue por los múltiples monstruos nacidos como billys, eso ya lo sabes, pero también porque en los 50s la secta tuvo nuevos miembros que armaron problemas, entre ellos la invocación de una Súcubo, que casi termina por hundir la ciudad en la célebre noche del diablo del 56, se dicen que la ciudad se volvió un infierno en la tierra, hubo un incendio, por lo que las familias dejaron los cultos, pero muchos otros tipejos se quedaron haciendo sus estupideces, y no dudan en molestarnos a todos con sus locuras cada que se les ocurre, si no fuera por nosotros se hubiera descubierto el problema de esta ciudad hace años, bueno pues de una vez te aclaro, esta es hija de los actuales miembros, así que mejor aléjate– indicó Simón finalmente.
Oh, ya veo – dijo sorprendido al oírle.
Espera, Jay, le vas a creer esas locuras a Simón – dijo descorazonada Lexi.
Si, la ciudad está muy loca, te sorprendería, pero – dije calmado.
¿Pero? – preguntaron Lexy y Simón.
Simón, no dudaré de tus palabras, siempre has sido un buen aliado, pero, Lexy ¿Cuánto de esto sabias? O dime si tus padres hacen algo por las noches, o similar – cuestioné cuidadoso.
Bueno, mira que no sé nada, pero ellos salen a una congregación todos los viernes en la noche, yo no voy porque no me gusta, el edificio me dio miedo desde los 5 años, aunque me obligaron, y luego de un año me dejaron en paz – dijo pensativa.
¿Congregación? – preguntó Simón sorprendido.
¿Qué? Así la llamaron, y no me gusta porque parece casa del terror, a mi me disgustan esas cosas, así que no voy, también por eso es que te ignoro – sentenció Lexi nerviosa.
Ho, así que no te les uniste, eso significa que no eres del culto – indiqué tranquilo.
No me convence – indicó Simón dudoso.
Jay, a mi no me gustan esas cosas, soy miedosa para esos temas, si hasta cuando fuimos al cine viste que evité las películas de miedo, por favor créeme, no sé de qué habla este nerd – confesó nerviosa Lexy.
No te preocupes te creo – dije calmándola, poniendo mi mano en su hombro.
Entonces debe haber algún interés contigo, porque sus miembros siempre te vigilan, o sino ¿Por qué tu papá es tan castrante? – dijo Simón sin creerle.
Mira no se dé que hablas, a mi esas cosas no me gustan, me dan miedo, si hasta nunca me ha gustado mucho la escuela, siento que hay algo perverso, algo que me controla – dijo como si cayera en la lujuria lentamente.
En ese momento Elisa le dijo algo en el oído a Simón, y este volteo a todas partes, luciendo extrañado, así que dijo:
Es cierto, no tienes “sombras” – dijo confundido viendo para todas partes.
¿Sombras? – dije buscando respuestas.
Ah, gente ocultan entre todos, vigilándola, así le llamamos a los miembros de la secta que hacen esas cosas, para nosotros los cuervos nos resultaba obvios, pero ya no se ven – indicó Simón.
Bien, entonces por lo que puedo entender, Lexi, o al menos sus padres son miembros de la actual secta, aunque ella no, sin embargo debían tener algún interés, no sé ¿usarla para un ritual? Algo debió fallarles, ahora no la necesitan, así que creo que pueden dejarla en paz, si hasta eh notado que su mismo papá la está maltratando, como para que sigan todos con esto – indagué serio.
Simón se me quedó mirando, al parecer con mis palabras lo dejé pensando, y eso que sólo hable al aire por defender a Lexy, este me vio, al parecer había dado con algunos puntos interesantes, justo en ese momento llegaba la pizza, así que tanto el chico como su hermana se retiraron, dejándonos comer solos, no sabía que pensar, pero al menos las cosas se habían calmado.
¿En verdad crees en todas esas cosas? Jay – decía Lexi nerviosa.
Si tú supieras – le respondí calmado comiendo pizza.
No me gustan esas cosas – repitió Lexi asustada.
Lo sé, pero es la verdad, y en serio comprendo que no te gusten, sólo que en esta ciudad son bastante palpables, y no las puedes ignorar – indiqué tranquilo disfrutando la pizza.
Sólo quieres asustarme ¿verdad? – me dijo un poco molesta.
Cuando quieras te lo demuestro – le dije tranquilo.
Ahorita mismo – retó ella algo enojada.
Si puedo, pero no aquí, aparte no es para que te enojes, además no consigo nada enseñándote lo que realmente pasa – dije calmado viéndola a los ojos.
Bien, que tal una apuesta, si me puedes convencer que no estás tratando de asustarme, sino que algo horrible pasa, hare cualquier cosa que me pidas, sino, lo harás tú – me retó la chica.
Claro, pero antes dime ¿Qué talla eres? – le pregunté con cierta malicia.
Soy mediana ¿por? – indicó Lexi confundida.
Yo sólo le sonreí, una vez me dijeron que tendría alguna clase de suerte con las chicas gracias al ritual que termine sin querer, ahora notaba eso mejor, porque tenía en mis manos a la pobre muchacha, salí del área de comida, dejándole que comiera sola por un momento, fui a “conejitas”, por suerte no se hallaba el viejo, sino otro trabajador, ahora era un tipo sin chiste, pero era de los que menos me fiaba, fui al sector privado, y saqué algo que sospechaba que encontraría, un conjunto de lencería para menores en color negro, así que lo compré, después volví con toda calma, llevando el paquete cubierto, ella se me quedó mirando, pero no dijo nada, de hecho notaba que era un regalo para ella, seguimos un rato más de paseo, creo que eran las 5 cuando finalmente me dijo:
Y bien, cuando vas a demostrarme que si pasa algo, jay – cuestionó lexy inquieta.
Bien, pero como dije, aquí no se puede, vamos y te enseño – respondí confiado.
Ella sin perder tiempo me siguió, no le gustaban estas cosas, pero le molestaba que se las contaran e incluso que trataran de convencerla de ellas, volvimos a la escuela, ella no estaba muy segura de lo que pasaba, para ese momento ya eran las 6, muchos cursos se habían acabado, algunos estudiantes por tradición se quedaban en la sala comunitaria a ver películas, mientras eran vigilados por alguna encargada, al tiempo que otras guardaban o arreglaban cualquier desastre, al llegar vi que salía la maestra Sonja en su automóvil, no me sorprendía, había un curso de manualidades, así que era normal, Lexy no sabía que estaba haciendo, pero pronto se daría cuenta, seguimos revisando el lugar, ella no estaba muy contenta, vimos a una cocinera salir, al parecer ya había terminado, eso no me importaba, la mujer no era de las que le gustaban al incubo, en eso recordé que le tocaba cuidar a Marón, y probablemente estaría limpiando el salón de arte, así que jalé a la chica para que me siguiera, caminamos sólo un poco, subimos unas escaleras, por suerte los salones tenían ventanales, al llegar ahí estaba la mujer limpiando, usaba un trapo para quitar manchas de pintura de un escritorio a un lado se veía una escoba, el salón estaba tranquilo, Lexy me miraba un poco fastidiada.
Todo se veía normal, cuando paso lo que esperaba, una fuerza invisible alzó a Marón para subirla al escritorio, luego le arrancó las bragas, dejando tanto su culo como la vulva expuestas, ella estaba sorprendida, trataba de pedir auxilio, pero algo invisible se metía en su boca, habían empezado a violarla por la boca, estaba bien sometida, pues pese a sus intentos de zafarse no lograba nada, en ese momento su vulva se abrió totalmente, desde nuestro lugar se notaban los pliegues internos de su cuerpo, siendo profanados en una simple penetración, pero una vez que llegaron al fondo de ella, se abrió repentinamente su culo, el cual seguiría el mismo tratamiento, recibiendo doble violación, siendo penetrada por todos sus orificios, así la faena comenzaría, pues se notaria como es que en un ritmo lento y cadencioso sería forzada, logrando que se comenzara a excitar, mientras eran jalados sus brazos para seguirla sometiendo, en una postura que exponía sus tetas, las cuales empezaban a ser masajeadas por unas manos invisibles, era un espectáculo increíble, la pobre mujer era ultrajada de una forma tan excitante por el incubo, sin que esta pudiera hacer nada, siendo ahogada en el placer del sexo, al ser completamente bombardeada por todos sus puntos eróticos, y aunque al principio todo el ritmo era sencillo, lento y sensual, este no duraría, mientras más se iba excitando, las embestidas serían más rápidas, más fuertes, al cabo de unos minutos, la tremenda violación estaría destrozándola mientras sus gritos eran ahogados, por las múltiples corridas de una sustancia grisácea tan abundante que terminarían bañándola en esta.
Por mi parte poco me faltó para meterme, pero tenía a Lexy al lado, de hecho noté que puso sus manos sobre su vulva, seguramente todo eso la había excitado, me gustaba, seguramente estaría lista para mis planes, la jale sin dejarle hacer ruido, y si acaso noté como la pobre Marón acababa en el suelo mientras el demonio le metía el palo de la escoba por el culo, sacándole un quejido, había terminado, pero yo apenas comenzaba, me lleve a la chica a los jardines, se veía excitada, o eso indicaba lo rojo de su cara, esta me miró y dijo:
¿Qué demonios fue eso? – acertó a preguntar lexy.
El incubo de la escuela haciendo de las suyas – indiqué tranquilo.
Eso pasa a menudo – cuestionó nerviosa.
Sí, todos los días, a maestras o estudiantes – dije calmado.
Porque nadie hace nada – agregó lexi alarmada.
Em, en serio, oigan en la escuela un demonio viola a maestras y estudiantes – respondí sarcástico.
Ya veo, pero, en serio ¿Cómo puede ser? Esto es imposible – dijo desconcertada.
Es posible, tu lo viste, de hecho es un secreto a voces, todos lo saben, pero lo ignoran o más porque les atrae, tus padres son conscientes por lo que veo, y muchos otros – indiqué.
¿Qué vamos a hacer? – dijo sorprendida.
Nada, no es algo que realmente podamos enfrentar, más bien tenemos que vivir con él – señalé.
En serio dices eso, y si le hace algo a Tesi o Giby – cuestionó.
Lo ha hecho, y contigo también, nadie se le escapa – indiqué severo.
Y bien, ¿Qué vamos a hacer? Supongo que quieres tu pago, la apuesta, lo digo por ello – suspiró lexy dándose por vencida.
Sí, pero ya es algo tarde, supongo que tus padres te esperan – dije algo fastidiado al ver lo oscuro que estaba el cielo.
No creo que sea problema, mis padres no me ven con buenos ojos, es como si algo les hubiera hecho, y fuera imperdonable – dijo un poco triste.
Si ese es el caso, bien por mi – dije con cierta malicia.
En qué piensas Jay – me preguntó.
Nena, hoy te quedas conmigo – me burle jalándola para seguirme.
No tuvo tiempo para replicar, la jalé conmigo para llevarla a mi celda, estaba realmente fresco, ahí, llegando a ser molesto, pero lo disfrutaría, el paquete que había comprado se lo entregué, diciendo que se lo pusiera, mientras yo fui a ver como estaba Blacky, quien recorría toda la escuela como si fuera su parque de juego, los estudiantes cenaban, todo estaba tranquilo, ignoré como Marón seguía, pero hasta ahora nadie salió herido, así que estaba calmado, luego me regresé para ver a Lexi vistiendo un sexy conjunto a su medida, de lencería negra, que contrastaba con su clara piel, haciéndola ver deliciosa, en verdad sus ligeras formas eran tan sensuales, ella me miró sorprendida, pero como de costumbre no sabía cómo responderme:
Hermosa – sólo le dije comiéndola con la mirada.
Con esa palabra se quedó roja, y cuando la bese, metiendo mi lengua en su paladar ella se entregó sin problemas, la atrape con mi brazo izquierdo, levantándola un poco, ella al sentirse sometida se abrazó tanto con sus brazos como con sus piernas, así con mi mano derecha comencé a sobar cada parte de su cuerpo, disfrutando del suave tacto, lexi se dejaba hacer de todo, creo que era la primera vez que la tenía a mis pies en sus 5 sentidos, no bajo la influencia de algo más, como en halloween o la fiesta de Henry, por eso me sorprendió lo fácil que se me entregaba, con un dedo sobe por encima de su tanga su vulva logrando que se empapara la prenda, no sé bien como, pero estaba entregada al placer, así seguíamos jugando con nuestras lenguas, aunque me tuve que separar un poco, de hecho la aventé a la cama, cayendo de forma sexy, es que me tenía que quitar la ropa, ya tenía practica en ello, así que salió fácil, lexi no me quitaba la vista, respiraba ansiosa, y su mano alcanzó su vagina acariciándola mientras me quitaba cada prenda, la chiquilla era tan excitante, pues no tenía mucho pecho, aunque eran como pequeñas limas, pero la forma de su cuerpo junto con su rostro infantil e inocente la hacían ver bastante sensual, así que cuando mi calzón salió mi verga estaba arriba de forma imponente, ella se quedó hipnotizada, tanto que ya no se acariciaba, eso no me servía, me fui a su entrepierna y haciendo a un lado su tanga saboreé tan dulce entrepierna, logrando que esta soltara fuertes gemidos, al igual me inundara con sus jugos la boca, los cuales me sabían a gloria, aparte con sus piernas atrapó mi cabeza, mientras con sus manos intentaba que mi lengua alcanzara más dentro de su interior, prácticamente la estaba penetrando, lo cual gozaba, arqueaba su espalda, mientras la acariciaba, o más bien, jugaba con sus tetitas, las jalaba, pellizcaba, las había liberado del corsé y aunque no eran muy grandes las estaba disfrutando, las jalaba como si quisiera que estas se hicieran más grandes, ella por lo mismo chillaba excitada, y por el constante toqueteo, terminó por correrse en mi boca, acabando casi desmayada mientras respiraba profundamente, pero yo no había empezado.
Ahora sí, es mi turno – le dije con mi animo a 1000.
La chica estaba completamente abierta, sin fuerzas para reaccionar, así que la acomodé, estaba justo sobre su vulva, de un solo movimiento fui entrando fácil, gracias a sus jugos que me dejaban resbalar de forma deliciosa, con una ligera fricción que me enloquecía, pues no dejaba de apretar, una vez dentro, ella se quedó como en trance, pero una vez que comencé a embestirla, despertaría para aferrarse a mi desesperada mientras gemía en mi oído, diciendo:
Por favor Jay, me rompes – gemía Lexi con una voz tan sensual.
No le hice mucho caso, seguí metiéndosela, además no lo hacía con todas mis fuerzas, era más un ritmo fuerte y constante, pero ante la pobre debía ser imponente, no dejaba de disfrutar, mientras el tiempo pasaba, yo sólo sentía su cuerpo contra el mío, en especial sus pezones clavados en mi, nos besamos, jugando con las lenguas, mientras nuestra saliva se mesclaba, sólo por unos momentos me pase a su cuello, besándolo, logrando que se le erizara la piel, lexi se dejaba de quejar un poco, para que sus gemidos fueran más sonoros, casi sentía que estaba por venirme, así que empecé a embestirla con más rapidez, ella lo notó y por un momento me miro, como si me preguntara ¿Qué voy a hacer? No hubo respuesta de mi parte, sólo me concentré en seguir, así no tardamos en corrernos juntos, depositándole toda mi leche en su interior.
Al terminar me levanté, ella seguía exhausta en la cama, yo hambriento, así que supuse, por la hora que ya todos abrían cenado, así que me vestí para ir por algo de comer, quería un pequeño descanso, más tarde seguiría, o eso pensé, me retiré de momento, comí una golosina mientras esperaba unas hamburguesas, comería con lexi después que se repusiera, o eso deseaba, al volver no esperaba semejante escena, casi todo estaba tranquilo, seguramente los del internado se habrían dormido, pero antes de entrar a mi celda pude escuchar algo, lexi no estaba sola ¿Quién podría haber entrado? Me quedé tranquilo y al abrir la puerta, ni siquiera me notaron, sobre la chica estaba la señorita Marón, en un casi perfecto 69, esta devoraba la vulva de la estudiante, mientras la chica casi era obligada a probar la de la encargada, era una escena genial, como si ambas estuvieran desesperadas por sentir a la otra, las miré por un momento, mientras mi virilidad se iba alzando, no me quería quedar fuera de esto, así que nuevamente me saqué la ropa, mientras ellas lograban correrse, gemían desesperadas, pero no estaba dispuesto a que terminara así, me acerque a Marón y la alcé, está el verme se lanzó a mis labios, yo aproveché para sentir su cuerpo, estaba algo helado, pero no importaba, la levanté para dejarla sobre la cama junto a Lexi, y sin más se la clavé de un movimiento, la pobre mujer estaba muy húmeda por tanta acción, así la envestí con fuerza, mientras vi como la chica se colocaba sobre esta, para besuquearse, dejando su culo a mis disposición, el cual tomé y con uno de mis pulgares comencé a sobarlo hasta metérselo, logrando que la chica se quejara un poco, así seguí, clavándosela, ya no tan fuerte, sino disfrutando de tenerla dentro, saberla mía, mientras ambas hembras estaban dominadas por un instinto lujurioso, no sé cuánto tiempo duré haciendo eso, pero sin proponérmelo terminé corriéndome dentro de Marón, lo disfrutaba mucho, y por la manipulación anal, también le siguió Lexi, ambas se habían estado besuqueando, mientras sus pechos se acariciaban, aunque los pechos de la encargada casi parecían absorber a los de la chica, pero cuando se corrieron juntas chocaron entre sí sus pezones logrando estimularlas más, casi se desmayan, pero antes de hacerlo me jalaron para que me acostara, ellas se ubicaron sobre mí, besándome mientras sus manos acariciaban la verga que les dada placer, siendo cuidadosas en su tacto, pues resbalaba gracias los jugos que aún tenía encima por las corridas, para ese momento sus cuerpos hervían y se hallaban cubiertos de sudor, lo cual se sentía muy bien, hasta su aroma era embriagador, de hecho las sobaba con cierta fuerza, pues alcanzaba sus culos sin problemas, tocando sus puntos de placer con mis dedos los cuales ya estaban muy sensibles por tanta acción, mientras sus finos cuerpos se restregaban sobre mí fijando su aroma sensual, como si no tuvieran suficiente, hasta que finalmente con mis dedos logré que se volvieran a correr, o eso me di cuenta cuando mis muslos se humedecieron, así mismo sus miradas se quedaron en blanco, de hecho también disfrutaba de sus trabajo de manos, así que me vine al mismo tiempo, logrando una corrida que les lleno sus dedos con mi semilla, después de eso terminaría dormido con ambas mujeres sobre mí.
Despertaríamos mucho más tarde de lo habitual, la señorita marón están sorprendida por lo ocurrido, de hecho no sabía porque había hecho eso, tampoco Lexi, yo me divertía, sabía bien porque pasó, y por esa actitud tomé un poco de control sobre ambas, no de manera impositiva, más bien como si fuera su guardián, aunque eso era algo falso, la verdad disfrutaba de todo este problema, pues de esta forma tenía en mis manos a ambas para gozarlas a mi antojo.
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