El Incubo del Internado – Sangre Nueva 20
Tras un ligero trabajo para Brat, uno de sus mayores deseos se cumple, un sueño erótico que podría acabar muy mal….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
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Al despertar, todo estaba como antes, acostado en la celda que me asignaron, aunque deliciosamente se hallaba Grace a mi lado, desnudita, podía sentir cada parte de su delicada figura, hasta me picaban los dedos, sintiendo como podía disfrutar de ella a mis anchas, tenía enterrada mi verga en su culito, me iba creciendo tanto, me encantaba poder tener todo ese precioso cuerpecito a mi alcance, era lo más adictivo, desde sus tetillas en crecimiento, su cinturita sensual, su pubis que aun escurría algo de mi leche mezclada con sus jugos, aparte olía de manera irresistible, no podía dejar de tentarla con mis dedos ansioso, tocando cada parte que podía, logrando que entre sueños ella gimiera un poco, se sentía delicioso, y no pude evitarlo, estaba manoseando cada parte que podía, tratando de sentir ese cuerpo como mío, en especial moví mis caderas un poco para seguir gozando de sus nalguitas, que parecían poder satisfacer todas mis locuras, no era voluptuosa, de hecho ella es esbelta, pero su carita de niña buena me daba una sensación de querer besarla solo para comenzar toda clase de locuras sexuales, que no se resisten a brotar de mi cabeza, entre ellas quería llenarle la cara de semen, y al despertarse por una penetración profunda, ella aceptaría bien mis embestidas, incluso parecía que se estaba corriendo con cada entrada que hacía, era una locura genial, incluso me agarró para sentir mi cuerpo mejor, wow, mirarla rendida a mí, mientras le sobaba la entrada de enfrente, haciendo que se sintiera mejor, le alcanzaba las tetillas, le besaba el cuello era delicioso, y ella me decía:
Mm, que rico, me gusta, mm, sigue así, mm, dame mas, mm – estaba tan perdida en su lujuria que apenas se dio cuenta cuando le terminé llenándole todo su culito de leche, y ella se corrió mojándome los dedos, mientras se mordía el labio para no sonar tan fuerte, genial.
Luego entre las sabanas nos besamos, era una delicia, esa linda chica de apenas 13 años, una niña de papi (quien aun la veía pequeña, de solo 10) aunque casi llegaba a los 14 se estaba perdiendo en mis brazos, esperando mas, sentirla a mi alcance era un placer que nadie podría quitarme, o eso pensé cuando súbitamente tocaron la puerta, era temprano, no había salido el sol, pero nos estaban buscando, y para mi sorpresa era Zoe, la bella rubia que el jefe Jay se había echado antes. Esta llegó con ropa limpia, para Grace, quien no supo que decir, se puso roja al saberse descubierta, yo me puse mi uniforme militar, y le seguimos, estaba la madre superiora esperándonos, justo en la sala, donde olía a sexo, parece que no fue falsa la faena de los padres de la chica, de hecho encontraríamos a los 3 algo inquietos (cuento al hermano mayor, ok), los niños seguían dormidos, ellos al ver a mi noviecita, querían hablar de cosas con la jefa del lugar, se notaban bien inquietos, como si no supieran que decir o hacer, pero no lo harían ahí, por lo que nos dejaron solos a mí con la mujer, que luego me daría cuenta que era doctora, psiquiatra, y ella me pediría que le guiara al cuarto secreto, carajo, parece que se escondía un secreto.
Lo siento, es que ese camara no se abre a cualquiera, se hacen rituales, toda clase de conjuros y maldiciones, solo que se mantiene cerrado a toda la gente, son puntos de poder, necesitamos de alguien que pueda entrar y averiguar lo que se pudiera, pero solo se abren a personas con poder o vinculados al tipo de magia – o eso me dijo la sensual rubia.
Así tuve que mostrarle la entrada, parecía oculta de todos, quizás alguna clase de brujería se ocultaba ahí, quien sabe, la mujer me siguió, esperando poder mantener la ubicación en su cabeza o al menos eso deseaba, había una especie de suerte de amnesia para quienes no fueran invitados al siniestro cuarto, o eso notaba, así que me fui a ver, pues no tuve problemas para hallar el cuarto de nuevo, abriendo un pasadizo que sorprendió a Zoe, pero ella me esperaría afuera, y la verdad es que el sueño fue algo ambiguo. Todo abajo era tan superfluo, por lo que baje por unas escaleras de caracol por varios metros, las cuales ni recordaba, estaba mirando, el lugar era tétrico, como todo ahí, una vieja construcción que parecía castillo de películas de horror clásicas, solo le faltan las telarañas, pero al contrario estaba muy limpio, aunque como sanatorio mental, por decirlo de alguna manera, no era tan agradable, así llegué al fondo, esperando que todo se mantuviera tranquilo, había arañas, los restos de todo lo que hicimos, el olor a sexo seguía fresco, me dejaba bien parado, de poder habría seguido cogiendo con Grace, era una delicia estar así, metiendo todo mi palo dentro suyo, haciéndola gemir de manera rica, no podía olvidar como la hice mía, mm, pero debía darme prisa, revisé y encontré algunas cosa, restos de reliquias, y hojas de papel, carajo, creí que estaba vacío el lugar, pero me equivoqué.
Al regresar llevé todas las cosas que pude conmigo, algo abajo no me gustaba, era muy frio, por suerte me habían dejado una bolsa, así que no habría problemas, solo las guardé y podría marcharme, porque eso era parte de lo que debía hacer, recuperar esas cosas para ganarme mi lugar en el internado, por suerte la madre superiora solo revisó con cierta indiferencia, pero me las dejaron todas, no estaba del todo contenta, se nota que le causaba problemas todo lo que era maldito, por suerte prefería que me las llevara conmigo, pues debían ser revisadas por las brujas. Por otra parte la familia de Grace estaba contenta, al parecer Marga debería descansar unos días más, pero lo haría en su casa, así que me devolví con la familia de Benjamin, aunque no estaba tan cómodo, la señora casi me interrogaba, era bien astuta, seguro se dio cuenta de todo lo que le hice a su hija, pero el ambiente del sanatorio así como el internado era igual, parecía tomar el control de la gente, me preguntaba cuantos lugares habría parecidos, Grace se veía ansiosa, su padre no la soltaba, aunque no eran quienes para decirme nada, pues ellos fueron descubiertos en la faena por la señorita Zoe (al menos así me dijo que la llamara), quien aparte fue con nosotros para ayudarla, llevando a su hijita, quien era una bebe risueña, pero era evidente que se trataba de otra hija del director.
Al volver era fin de semana, estaba pensando en quedarme en el internado, aunque la pasaría solo, a diferencia de mi, Lizy y Meg si eran recogidas por mis padres, sin imaginar ambos que cada que podía les decía toda clase de cosas, como éramos vigilados, apenas podía jugar con ellas, era bastante caliente, no perdía la oportunidad de decirles que se comieran mi verga o que les violaría hasta que escurrieran semen de todos sus huequitos, ambas estaban encantadas con esas ideas, podía olerlas a punto de correrse, se notaban calientes a mi lado, de poder las manoseaba un poco, logrando cogerles los coñitos, que con solo un roce de mi parte se ponían tan húmedos, era una delicia total, en especial cuando pujaban, como suplicando que mandara todo al demonio para empalarlas con mi barra de carne, pero no podría hacerles nada de momento, algo parecía suceder sin que me diera cuenta, carajo. Volviendo a lo que decía antes, tras regresar del viaje, cabe decir que Grace estaba ansiosa cuando me despedí, su hermano le decía de cosas, como si supiera que ella estaba prendida de mi, aunque era para molestar a su papá, que no sabía cómo manejar todo eso, Marga apenas entendía lo sucedido, los padres eran más ariscos conmigo, al menos el señor, los pequeños fueron muy educados, pero me fui siendo poco después de mediodía, me estaba dando hambre, e iba por las calles cuando me alcanzó la señorita Zoe, pues quería dejarme una carta, aunque igual hablar conmigo, así que nos fuimos a una cafetería un poco corriente para comer, y ya estando me dijo:
Tú trabajas para Jay, ¿verdad? Podrías decirme algunas cosas, es que me quedaré en la ciudad un tiempo y no nos hemos visto en unos años – me dijo la ardiente rubia cruzando la pierna, que aparte con el traje de enfermera se veía tan sensual.
Claro, pero una cosa, su bebé es del jefe, o me equivoco – le dije sin pelos en la lengua.
Si, lo es, ese hombre me tomó, casi me violó, aunque me lo gané, es algo preocupante, pero me llenó las entrañas de leche y ahora tengo a esta bebita, solo para conseguir fluidos de recién nacida o algo, no sé, dime que sabes de todo esto – decía la señorita Zoe tratando de ser seria, aunque por otra parte se veía como si quisiera contener un terrible orgasmo.
Pues ¿Qué quiere que le diga? El internado es un agujero del infierno, pasan cosas sexuales – comenzaría a explicarle todo lo que sabía, tontamente pensé que era de las buenas, incluso como paso algo en Halloween y que el Jefe estaba tratando de tener el control de todo eso, luego me di cuenta que cometí un error, porque casi no la conocía, debía ser más precavido.
Ha, ya veo, con que eso sucede, gracias por decirme estas cosas, descuida, pero la verdad es que la madre superiora no está contenta, el sanatorio es igual, solo que hay un demonio normal, pero está encerrado en una reliquia o cuarto, no lo sabemos, nosotros usamos cosas religiosas para detener a esa cosa, parece que ese ente tienta a todos con sus deseos íntimos, no es como el incubo que lo hace por sexo, así que por eso tuvieron esas visiones, aunque me advirtieron que tu tendrías roces con la muchachita, y lo vi, la estuviste violando – me dijo la mujer algo incomoda, aunque se veía intentando aguantarse.
No la violé, estuvimos cogiendo, que es diferente, ella me busca, siempre lo goza, aunque la traten como niña pequeña, es toda una caliente que le gusta que se la meta hasta el fondo, y se entrega bien rico, mm – acerté a decirle, y algo en ella pareció reaccionar, mientras nos servían un poco de comida, un menú corrido, con buen olor.
Soy una mujer problemática, siempre ha sido así, me gustaba coquetearle a los maestros, hacer que se fijaran en mí, me abría un poco la camisa, subiría mi falda, morderme el labio, jugar con mis piernas, seducirlos con movimientos descuidados enseñando de mas, hacerlos sudar, verme como una zorra, metiéndolos en problemas, siempre estuve en escuelas religiosas, me gustaba que los hombres me vieran, ser deseada, aun en mi trabajo, me sentía tan conforme cuando al pasar todos volteaban al verme, casi babeando, notando fugaz que las vergas se le paraban, soñando que sus miembros entraban a mi coño mojado, pero jamás esperé que me pasara esto, una vez estaba atendiendo a una loca, liberal o lo que fuera, una golfa que le gustaba que se la cogieran fuerte, pero luego se quejaba de que la abusaban y terminaba matando a todos sus amantes, pensé que debería estar en un manicomio, decía que estaba poseída, pero solo era un desorden mental, como fuera el caso, le estaba atendiendo, cuando me atacó, trató de violarme con un tubo, me mordió las tetas, sentí que me las iba a arrancar, mientras ese pedazo de metal iba entrando por mi vulva, estaba áspero, de alguna manera me sacó un suspiro, quería alejarme, solo que la tipa me estrangulo, moviendo de repente su panza grasosa para someterme, pero también de alguna manera ese pedazo de fierro, lograba que me calentara, era algo doloroso, aunque llegaba a calentarme. Aunque eso solo fue por unos instantes, deseaba soltarme, esa gorda era más fuerte, por segundos creí que me iba a matar, en serio estaba loca, tanto que temí por mi vida, solo que el soldado estaba de visita, ya lo conocía de antes, fue para revisar algo, y al final es como te imaginaras, me salvó, la jalo fuera con su brazo, aventándola contra la pared, pero solo para ser él quien me abriera el coño, siendo un delirio mayor, su miembro me abrió de una manera que jamás esperé, fue tan intenso, una sola estocada, me la metía hasta el fondo, se sentía tan bien, me llenaba completamente, era como si mi cuerpo fuera hecho para sentir placer, entregarme a ese hombre, me abría con fuerza, mi interior ardía, respiraba de manera acelerada, mientras mis tetillas se iban hinchando, ah, me iba bombeando igual que una locomotora, me ahogaba en placer, gimiendo como una golfa, abriéndome el coño con una furor tan delicioso, estaba sudando, babeando, escurriendo, todo eso se mezclaba, mientras me hacia suya, mm, no puedo creerlo, pero una corriente eléctrica llenaba mi cuerpo con un calor electrizante, haciéndole sentir tan bien, mientras iba entrando o saliendo, estábamos en una sala aislada, no había forma de que nos descubrieran, pero me daba un morbo increíble que lo hicieran, quería eso, ser vista empalada por ese hombre, siendo llenada por su verga tan implacable, mi cuerpo era sacudido como si no pesara nada, gemía desesperada, entregada al placer que me regalaba, en serio como me encantaba esa sensación de placer total, me rompía por dentro, no sé cuantas veces me terminé corriendo, aun puedo sentir sus manos agarrándome, haciéndome sentir su fuerza, que me volvía suya, mm, iba y venían haciéndome convulsionar, convirtiéndome en su esclava, mmm – decía la mujer y en ese momento, carajo se corrió a mitad del local, como si se hubiera orinado.
Señorita Zoe, usted quiere volver a verse con el jefe Jay, le urge que este la vuelva a hacer suya, o me equivoco – le digo haciéndome sentir incomodo, es que en serio, oír de las locuras sexuales de otro, me daba tanta envidia.
Casi me rogó, parece que se obsesionó con eso, si por ello es que tuvo al bebe, porque lo pudo haber abortado, pero sabía que si lo tenía podría tener forma de volverlo a ver, aparte que no le dijo a nadie de quien era hija la niña, por lo que podía entender lo que pensaba, o casi, la loca quería atrapar al director de esa forma, pero le aclaré que este ya era casado, así que podría volverse su puta como única opción, y que carajo, porque acepto de inmediato, muy sonriente, en serio estaba loca, aunque no le dije nada, estaba invitando la comida, aparte que verla a punto de masturbarse en medio de la cafetería era un gusto bastante excitante. Notaba mirando alrededor a un par de idiotas que seguramente querrían metérsela hasta el fondo, estaban tiesos, con gestos de pervertidos, deseando poder hacerles de todo, metérselas hasta el fondo, cosa que no sucedería, jejeje, algunos estaban acompañados, idiotas. Cabe decir que después de eso, salí y recordando las cosas que traía un sobre importante, pensé en ir a la casa del director para entregarlo, quizás me dejarían descansar ahí, las camas de su mansión eran tan suaves, que me gustaba la idea, pero tuve un pequeño problema, no tenía mi bici, así que me tardaría un poco. Salí rápido, y la señorita Zoe me explicó que se quedaría a revisar que sucedía con las víctimas del anterior suceso, las que fueron violadas por las brujas rebeldes en la noche del diablo, o eso entendía, bueno, estaba de regreso, caminaba por las calles de esa ciudad, la cual me parecía que olía a sexo del fuerte, iba muy tranquilo, cuando me fui a topar con Leila, quien usaba una minifalda negra, unas medias de red, una blusa que dejaba ver que no usaba sujetador, aunque esta le tapaba hasta el ombligo o los brazos, iba bien cubierta, pero igual de sexy, estaba llegando a la plaza comercial cuando me la encontré, sentaba en la entrada, mientras sus padres hacían compras, cuando al verme me dijo:
Ah, genial, no te había visto desde ayer, dime ¿Qué tienes que hacer? Mm – me preguntaba impaciente, como deseando que le dijera algo en especifico, pero la verdad se me antojaba gozar de su culo carnoso.
Pues voy con el director, le hice un encargo, pero me puedo dar un tiempo para ti – le dije, y no pude evitar agarrarle el culo carnoso, a lo que ella me sonrió.
Si quiero, pero aquí donde, aparte que me esperan para comprar cosas, como lo odio, me tratan como a una niña, quieren verme usando rosa, eso solo una tanga, jijijijijii – me dijo, como ofreciéndome una pequeña fantasía, me encantaba como se ponía caliente, en serio quería metérsela, pero en eso tuve una excelente idea.
Sin pensarlo mucho la invité a que me siguiera, podía conseguir todo acudiendo a un lugar, siendo justamente la tienda de Conejitas, la cual sorprendió un poco a Leila, pues decían que era como una especie de mito, no muchos entraban en esta, pero no le importo, entramos, casi se decepcionó al ver que no era lo que ella pensaba, una tienda fantasma o poseída, y se puso a buscar algunas cosas, por suerte tenía muchas cosas que a ella le interesaron, aunque yo esperaba poder llevarla a la parte trasera, solo que una tipa estaba ahí, siendo de lo mas antipática. Por suerte su turno terminaba, y el viejo al verme sonrió, abriendo la compuerta, lo cual pareció gustarle, aunque notaba que ya tenía Leila un par de cosillas interesantes, pero no se resistió a buscar al fondo cuando le mostré la compuerta, así que nos pasamos, que cosas, porque sentí como si le brillaran los ojos, algo en su rostro se iluminaba, se veía tan ansiosa, y se compró varios dulces que parecían consoladores, cosas con las que iba a jugar, aparte de deliciosa lencería que querría verla con ella puesta, me estaba calentando, aparte que mi gótica no tenia cuidado, me enseñaba que debajo usaba unas prendas bien ricas, calzones negros que dejaban ver la forma de su coño, el cual ya había saboreado, y muchas veces por el escote se le veían hasta los pezones, en serio quería cogérmela con todo, así que mandando todo al diablo, me abrí la bragueta sacándomela toda y me acerqué cuando ella se inclinaba para comenzar a comerle el coño.
AHH, ¿Qué haces? Aquí nos descubren – decía Leila comenzando a sonrojarse
Poco me importó, quería que se diera cuenta quien manda, le iba a dar una buena cogida ahí mismo, así que seguía dándole un masaje con mi lengua en su coño, sabia ahora que el viejo deseaba ver eso, a unos adolecentes calientes disfrutando del sexo, por lo que me impuse sobre ella, logrando que se sorprendiera, se sentía tan caliente, mientras le iba saboreando esa vulva jugosa, además que era una delicia, ella suspiraba, dejándose hacer, yo le hacía eso, moviendo la tela inferior, aferrándome a sus carnosas nalgas, que eran preciosas, tan bien formadas, que no pude evitarlo, tratar de clavársela hasta el fondo.
Oye, que nos van a descubrir aquí – decía agitada Leila.
Es lo más probable, que el viejo mañoso nos esté viendo, pero si quieres un descuento, te la clavo hasta el fondo, mm – le dije mientras notaba como estaba bien mojada, y eso me hizo pensar en clavársela de una vez.
Ella solo me miró un poco sorprendida, sonrojándose tratando de no hacer un escándalo, mientras mi verga se preparaba para entrar al fondo, suspirando de manera viciosa, como si no quisiera ser descubierta por nadie, y de una sola embestida se la metí, ella gimió con los labios cerrados, tratando de contenerme, aunque se notaba que le sorprendí completamente, le iba a dar con todo, eso me excitaba, así que comencé el vaivén sexual, jugando con su entrepierna, pues no pude evitar agarrar un aceite y mientras se la metía, le unte un poco en el culo pero también le sobe el coñito, logrando que ella se fuera calentando mas, le estaba dando de a 4, aun así ella por un impulso sexual se levantaría, dejándome alcanzarle las tetas, mientras ella se entregaba, dejándome ver en el espejo un gesto delicioso, diciéndome.
Adelante, dame con todo, pero rápido, que mis padres me esperan, mm – que rico placer me daba Leila, sentir sus nalgas era un gusto apretándome la verga mientras la penetraba, sobándola y tomando el control, aunque debía terminar pronto.
Estaba dándole con ganas, tratando de llegar hasta el fondo, siempre estuvo conteniendo cada gemido, aunque bien que eso deseaba, era una viciosa del sexo, le encantaba sentirme dentro suyo, no intentaba escaparse, sus nalgas se sobaban en mi de forma deliciosa, me encantan, una de mis manos le agarraba las tetas, otra su coñito, nos acomodamos para besarnos de lengua, que delicia era poseerla de semejante manera, tan entregada a mí, que sin problemas pude correrme en su interior, siendo acompañada por un orgasmo de su parte. Leila me miró con sorpresa, parecía contenta, nos besamos un poco más, dejándome tocarla con libertad, seguro de que pude haber hecho algo coqueto, quería metérselo por enfrente, mi verga no se cansaba de apuntar contra su coño, como fierro listo para la acción, pero en buen momento se tuvo que acabar, porque llegaban los padres de ella a la tienda, carajo hasta usaban su celular para saber donde estaba, eran un tanto locos y posesivos, pero no había de otra, apenas pudimos zafarnos, escurría mi leche, pero estaba contenta, se reacomodó la ropa esperando no tardar, antes de salir un poco ajetreada, llevándose las cosas que tomó de ahí, recibiendo un generoso descuento, así se iría, diciéndome que luego me invitaba a su casa, por suerte sus padres me vieron con una sonrisa, parecía que tomaban a bien mi presencia, menos mal.
Luego de ello pensaba en irme, aunque el viejo vicioso de la tienda me preguntó algunas cosas, algo sabia de las reliquias, pero no estaba tan enterado, solo sabía que este no era de fiar, algo me advirtió el jefe Jay, por lo que le di algunas largas, me hice seriamente el desconcertado, así que perdió interés, menos mal. Estaba saliendo, apenas compré unas cosas que quería regalarle a mis hermanas, soñando con que jugaran con esas golosinas soñando que se masturbaban, pero luego de eso estaba saliendo al estacionamiento de la plaza cuando pude notar a un par de personas que no me esperaba ver, una usando unos pantaloncitos ajustados, con sandalia altas, y un top con una chaquetita, mientras que la otra usando un conjunto igual pero en otros colores, se les notaba algo inquietas, no era para menos, ya estaba anocheciendo, aparte hacia frio, ambas iban algo frescas, por lo que me acerque un tanto cortes, aunque igual de caliente, me daban ganas de arrimarles mi verga, que seguía tiesa, lista para darles con todo, de hecho verles el culo redondo apretado por ese pantalón, realmente me ponía ansioso, mierda, pues no lo negaré, me encanta ese par, como quisiera llevármelas a la cama, juntas o separadas, no importa.
Buenas, ¿Qué hacen por aquí? Mm – les dije algo coqueto esperando no incomodar.
Ah, menos mal – dijo Angie al verme y sujetándose de mi brazo, pude sentir sus pechitos, jejeje.
Nos salvaste, Barto – agregó Giby haciendo lo mismo, casi tirando el sobre que traía.
Uf, pensé que interrumpiría algo, pero veo que no – carajo las tenía a ambas a un lado y podía olerlas, era una mezcla de sudor con perfume infantil, como a vainilla, que delicia.
Bien soldado tienes una nueva misión – decía Angie mientras llamaba por teléfono y rápido le dijo: primo, buenas noticias, encontramos a Bartolomeo de camino, el nos acompañará a casa, ok.
No sé qué pasaba, pero me sentía bien, ambas chicas eran un deleite, me encantaban, muchos babosos me miraron sorprendidos, mientras que yo disfrutaba de ese momento, quería hacer muchas cosas con las 2, pero no quería abusar de mi suerte, carajo, notaba como las bragas sobresalían de sus pantaloneras, se veían bien ricas.
Qué suerte, no nos sentimos muy bien, estábamos en una fiesta, la de mi hermana mayor, es su cumpleaños, vino de visita con su marido, y mi sobrino, pero se pusieron a beber, mi hermano es muy celoso conmigo, no le culpo, cosas que no sabes, Bartolo, así que me pidió que me fuera a casa, aunque no me quejó, un tipo gordo se nota que iba a metérmela a la primera oportunidad, hasta usaba una cosa de las brujas, solo que nos salimos antes – me confesaba Giby muy contenta de verme, o al menos eso quiero creer.
Toma – me dijo Angie en ese momento, dejándome su celular.
Jay: Bartolo, ya volviste, perfecto, dime ¿Qué vas a hacer? Puedes llevarte a esas 2 a mi casa, no quiero que se queden en la fiesta, un imbécil ya las está rondando, y no quiero que un viejo con el triple de edad se las vaya a violar…
Si jefazo, aparte iba a su casa para dejarle algunas cosas, las del sanatorio de la montaña, así que voy a donde mismo, yo las escoltó – le aseguré muy contento con la situación.
Jay: perfecto, te las encargo, pero “No Abuses de tu Suerte”…
Eso me dijo de manera contundente, lo cual era claro su mensaje, un poco intimidante, aunque yo podría aceptarlo, pero luego me daría cuenta que las chicas pensaban diferente, cosa que sería un poco problemático para mi, pues en serio, ambas me gustaban, y en esa escuela, el internado, pues, que decir, sabía que podía hacer toda clase de cosas, como tener a varias chicas a la vez, sólo que Giby y Angie, eran como la fruta prohibida, así que no debían tentar mi suerte, aunque verlas así me resultaba muy tentador, ambas tenían buenos pechitos, aún mostraban sus ombligos pero su parte baja era la más tentadora, mas de una vez quise lanzarme a ellas y arrancarles las faldas o tangas para cogérmelas como la ley manda, en especial cuando el viento movía esas telas de manera sugestiva, solo que el miedo al director me detuvo, pero esa noche sería diferente, demasiado. Tomamos un taxi y no tardamos en llegar a su casa, donde ambas me invitaron a pasar, estaba algo inquieto, pensé que lo mejor sería irme, solo con ambas era demasiado tentador, aun podría tomar el camión al internado o volver a casa de mis padres a intentar cogerme a mis hermanitas, no quería tener problemas con el jefe, aunque si quería intentar algo con Giby, estaba pensando en lo que haría cuando Angie me diría: oye, quédate con nosotras, será lo mejor, puede que luego ese gordo se quiera meter a la casa, no saben que un “no” de mi primo es “solo inténtalo y te mato”…
Mm, la familia es muy importante para el jefe, cierto – acerté a decirle a ambas perdiendo un poco el miedo a seguirles.
Así es – agregó la hermanita del director y me jaló con una sonrisa picara que no le conocía.
Entré con cuidado, estaba solo en la casa con 2 chicas, era como una fantasía, y ellas me pidieron que pusiera unas películas, las que yo quisiera, estaban aburridas de elegir, querían algo diferente, pero en lo que lo hacia se iban a cambiar, me prohibieron seguirlas, carajo, cuantas películas porno empezaban con algo así, me quedé pensando un poco y elegí un par de cintas de miedo, aunque tenían algunos tintes eróticos, era lo más decente que podía elegir, y me quedé viendo por un segundo, aunque luego dejé la pantalla, que estaba en una salita especial para televisión y les dije que prepararía unas palomitas, a lo que me dijeron que tomara botanas de la alacena, lo cual acepté, la verdad prefiero las papas fritas o los cacahuates condimentados. Como sea, fui por las frituras, incluso agarré un par de sodas, sabía cuáles eran las favoritas de ambas, tenían gustos curiosos, pues Angie le encantaba la gaseosa de cereza, que era de exportación, mientras que Giby, wow, adoraba una de vainilla que era pedida de lejos, parece que era un recuerdo de antes de mudarse a la ciudad del incubo, bien, yo solo tomaría una de naranja, así que me fui con todo a esperar, o eso creí, no me tardé nada, pero ellas ya estaban ahí cubriéndose con un sarape, e iba a sentarme a su lado, en un sillón aparte, dejando las cosas en una mesita, para ver las películas cuando Angie me dijo coqueta:
A dónde vas, quédate con nosotras acá – dijo y me invitó a quedar en medio.
Carajo, eso era una invitación a algo más caliente, todo estaba algo oscuro, ya casi era de noche, los últimos rayos del sol dejaban el cielo, haciendo que todo fuera más intimo, aparte que por la frazada no pude notarlo, pero cuando Giby alzó, pude ver que solo usaban un shorcito de licra y una playerita de tirantes, la pelirroja de color azul, la morenita de rosa, dándole un aspecto delicioso a ambas, en serio me estaban tentando, me iba a poner bien tieso, pero solo un tarado se habría negado, así que sin demora me acomodé entre ambas, las abracé sintiéndome un rey, mm, olían delicioso, así nos quedamos viendo un poco de la película, vampiros y sexo, que buena combinación, estábamos disfrutándola de lo lindo, aunque yo quedaba más contento con tenerlas a mi lado, sintiendo sus pechos, viéndolas tan cerca, siendo lo mejor que se acurrucaban a mi lado como si fueran mis amantes, quería avanzar o intentar algo cuando Giby me preguntó:
Oye y a cuantas te has cogido, y no digo que sean de una vez, sino que constante, que las tengas de putas comunes, gozando cada que puedes en el baño o en algún rinconcito entre los árboles, aunque tú tienes celda de lujo, jijijii – dijo con una facilidad que me sorprendió.
Ya sabes, la esposa de Jay es Tea, pero tiene a Elisa, Tammy, Sary, Lexy, de las trabajadoras a Sheyla, Holly, Kim, Sage, Brandy, Maron, Nancy, a las criadas a Drew, Michelle, Elsa, Lara y Valentina, así se llaman las mas chicas, dime tu a ¿Cuántas tienes? – me preguntaba Angie con un tonito que me daba algo de calor.
Bueno, pues yo tengo a Jesy, mi vecina, a Vivi, era una enamorada en mi secundaria, Grace la hermana de Bejamin, también a Shanon, la hermana del bravucón, Leila la Gotica nalgona y parece que se me quiere juntar a Yeong o como se diga, pensé que era chinita, pero me doy cuenta que no, esa se me acercó después de un problemilla después de halloween – dije algo inquieto, aunque no entendía porque me preguntaban esas cosas.
Mm, con que 6, y un par son las hermanas de tus amigos, que interesante – dijo Angie pensativa.
No olvides a tus hermanitas, las ha estado cuidado Maron, se dio cuenta, bien que les gusta que les des cariñitos, así que son 8, eres todo un pervertido, aunque me agrada, muchooo – señaló un poco coqueta Giby y me emocione.
Bueno, que quieres que te diga, tengo la sangre caliente, y me falta amor, así que lo tomo de dónde puedo – acerté a decir sin pensar en la estupidez que estaba haciendo, en serio.
Mm, perfecto, dime, si pudieras quedarte con una de nosotras, a quien elegirías – cuestionó ahora la pelirroja mirándome coqueta, casi tallando sus tetillas en mi brazo mientras me acariciaba.
Y no hablamos de coger, sino de tener una relación, de novios, ahora confiesa, mi primita o yo – ahora me cuestionaba Giby con una sonrisa incitante.
Eso era una tortura, que decir, no sabía nada de sus intenciones, era un problema, sentía la verga bien dura, puesta para metérsela a quien se dejara, pero el dilema es que ambas deseaban eso mismo, aunque me hacían elegír, podía verlas bien preciosas, listas para disfrutar de una buena revolcada, lo cual me dejaba en una situación difícil, aunque por instinto no tardé en responder, solo porque la vi primero, siendo la hermana del jefe, diciéndolo casi como un suspiro, que causó gracia en las 2, intercambiando miradas.
Bien, eres un goloso, pero tienes suerte – me dijo Angie mientras me daba un beso de lengua que jamás esperé, aunque si lo deseaba.
Si hubieras elegido a mi prima te hubieras quedado con ella, mi hermano no quiere a un puto que la elija pero me tome de amante, pero si me quieres a mí, ella no tiene problema en compartirme, es algo envidiosa, pero así la quiero, y Jay es muy orgulloso, celoso, aunque es obvio, fue mi primer amante, jijijii – me confesaba y en ese momento me empezó a besar, carajo, hice la mejor elección estúpida de mi vida.
Esto se iba a poner bueno, ambas me empezaron a besar, alternándose un poco, usaba mi uniforme de militar, pero este pronto salió sobrando, la chaqueta primero, entre caricias de sus dedos atrevidos, dejándome con una playera que igual fue sacada, mientras podía gozar como de un escalofrió que llenaba de electricidad cada parte de mi cuerpo, en serio las manos de ambas eran muy hábiles, dejándome sentir sus deditos tibios, yo no sabía que mas hacer aparte de sujetarlas de las cinturas, como si fueran a escaparse, sintiendo que tan estrechas eran, aparte que estaban ardiendo, y en medio de ese juego sus manos alcanzaron mi entrepierna, la cual estaba dura, como acero, esto era lo que deseaba desde hace tiempo. Cuantas veces las vi a ambas, intocables, inalcanzables, eran preciosas, jugando con las gemelas, luciéndose tan lindas, entre la inocencia pero también con un aire tan sexy, en verdad quería cogérmelas, soñaba con clavársela a Angie mientras usaba un delicioso bikini, en la alberca que permanecía cerrada por culpa del clima, aparte que no quería despertar la lujuria del momento con adolecentes casi desnudas, mientras que a Giby deseaba hacerle de todo con su uniforme frente a los caballos para fastidiarlos, empalarla mientras le llenaba el coño de mi leche, siendo ese solo el inicio, en verdad estaba puesto con ambas, pero me contenía por Jesy y las demás, follandolas de las maneras que ya he mencionado, aunque de cierta forma era un desquite por saber a estas 2 inalcanzables, hasta ahora, jejejejee.
Te gusta, querías esto verdad Bartolo – decía con malicia Giby mientras se restregaba con un calentura que no podía resistir.
No es justo, que elijas a mi prima, Brat – agregaba como una queja la pelirroja mientras no se quedaba atrás, sobándose contra mí.
Ya verán que no las dejo mal a ambas – les respondí jalándolas un poco más, para disfrutar mejor de ambas, saboreando sus labios.
Empezaba a calentarme como locomotora, sentía una necesidad de empalarlas, mis manos alcanzaron sus culitos, que eran deliciosos, primero tenté sobre la ropa, pero mientras ganaba confianza, fui alcanzado a meterme entre los pliegues de la tela, realmente quería hacerles de todo, y sin problemas se dejaron meter manos en sus tangas, dejándome tocarles cada parte de sus tesoros, era una delicia hacerlo, pero antes que me diera cuenta estábamos en un beso triple, mis manos alcanzaban sus coños que estaban escurriendo, podía escuchar como sus gemidos se ahogaban en mis labios, mientras nuestras lenguas jugaban de manera ansiosa, como si quisieran eso mas que yo, en verdad lo estaba gozando, quería sentir tanto como pudiera de ambas preciosidades, solo que si las soltaba, pensé que se irían de mi lado, era una delicia.
Ya no importaba la película, aunque en esta se veía a un insípido actor de vampiro manoseando a una sensual rubia, le sacaba las ubres para besarlas mientras le daba dedo en su entrepierna jugosa, pero yo la estaba pasando mejor, aunque sentí un pequeño desastre, ambas se soltaban para levantarse, por segundos me sentí rechazado, pero no lo esperaba, ellas me sacarían el pantalón con todo y calzón, mirando mi verga que estaba muy bien, no sé porque pero me sentía bien dotado, incluso ellas dirían:
Mm, que te parece primita, este tiene verga de caballo, jijijiji – decía fascinada Angie lamiéndose los labios de manera viciosa.
Wow, tienes razón, es solo un poco más pequeña que la de Jay – agregó Giby mientras me miraba contenta, incluso emocionada.
Eso no me lo esperaba, pero me encantaba totalmente, estaba tan emocionado, que no pude contenerme, quería darles con todo, pero no sabía cómo empezar, es que era la primera vez que tenía a 2 chicas a la vez, que no fueran mis hermanas, a esas las sabia de mi propiedad, así que estaba confiado, empezaba por la mayor, acababa con la menor, pero ambas enfrente eran aparte, así que me quedé con mis dedos ansiosos, como fiera esperando poder hacer algo, cuando ellas me dijeron: desnúdanos; una orden que no pude evitar que me causara que me saliera mi baba previa a la corrida, y sin demora acerqué a Giby para comenzar a sacarle su playerita, logrando chuparle las tetillas, eran preciosas, con una forma y tamaño exquisito, no tan grandes, pero me daba la impresión de que seguirían creciendo, redondas, así mientras las chupaba, y ella me acariciaba la nuca mientras me daba una sonrisa viciosa, le fui sacando las bragas, dejándola desnudita. Besuqué un poco a la chica, prendiéndome de sus labios, pero ella me empujó, antes de que sintiera a la otra, impaciente, lo cual me hizo jalarla para besarla igual, e irle sacando su playerita de tirantes, y lamerle los pezones que eran una delicia, estaban rosaditos y de igual manera le saqué la tanga, para ver que su coñito estaba depilado, lo cual me encantaba, se lo fui sobando con mucho cuidado, disfrutando de cómo iban escurriendo sus primeras mieles del sexo, en eso se volvía a unir la primera, acariciándome desde atrás, mientras restregaba su figura y me lamia el cuello, esta iba a ser una noche para recordar, en serio.
Estábamos en plena faena, disfrutando de una serie de caricias, besos, nuestros cuerpos se tocaban entre sí, reconociendo nuestras formas, disfrutando del calor, porque afuera estaba muy fresco, nos perdíamos entre sí en ese placer tan vicioso, y parecía que me querían marcar como suyo, pues restregaban sus vulvas babosas conmigo, para dejarme su aroma femenino, mientras saboreaba cada parte de ellas, dándome el placer de mi vida, en especial cuando ellas se correrían por solo masturbarse con mi piel. Yo estaba perdido en esa sensación, disfrutando de un trió de locura, pero quería más, mi verga me dolía de lo dura que estaba, y eso lo notaron ambas, pues la película se terminaba, seguía otra, pero no les importaba, en especial cuando dijo Angie: yo primero; una súplica que fue respondida afirmativa, una señal que no me negué, pues antes que dijera nada ya se estaba sentado sobre mí para dejar caer su cuerpo para clavarse ella misma, dejándome sentir sus pliegues interiores abrirse de golpe, sus nalgas chocar haciendo un sonido como de aplauso, mientras dejaba escapar un suspiro de placer que me puso bastante apasionado, en especial cuando me viera de frente, perdiéndome en su cuerpo delirante. Luego de ello, me besaría, dejándome disfrutar de sus pechitos que tenían una forma preciosa restregarse contra mi, en verdad, querían gozarme aquellas formas y ahora lo estaba haciendo, palpaba todo su cuerpo de manera viciosa, se notaba que ambas tenían alguna clase de trato especial, me las llegué imaginar que hacían esto entre ellas, desde bañarse hasta sobarse para calmar los deseos de su carne, pero ahora deseaban una verga de verdad, así eligieron la mía, mm, que gusto me estaba dando, entrando y saliendo de ese coño que era embriagador, como una caricia que me iba sacando el alma en cada embestida, disfrutando de un ritmo que yo le daba pero ella parecía guiarme, su lengua jugaba dentro de mi boca, mis manos amasaban esas nalgas que eran perfectas, como siempre me gustaron redondas, suaves, nuestros cuerpos estaban perfectamente unidos, y finalmente me terminé corriendo.
Mm, que buena carga, me llenaste toda – me dijo Angie y en ese momento, mientras me terminaba de correr ella tuvo su orgasmo, era como si se hubiera orinado, solo me vio de manera sonrojada, como si quisiera aclarar algo, pero le dijo.
Qué manera de correrte, wow – ella gustó de ese comentario, mas porque moví un poco mis caderas como para embestirla de nuevo, parece que eran las palabras que deseaba oír, pero las cosas no terminaban.
Sigo yo, pero, wow, pensé que tendría que alegrarte – dijo Giby, mirándome, no perdí fuerza, estaba listo para darle a ella, mi verga alzada hasta apuntar al cielo, eso le asombró y solo le quedaba elegir qué postura, pero eso a mí me desesperó.
Con un ánimo cargado de deseos, la tomé para clavárselo dejándome sentir su cuerpo por detrás, sus nalgas chocando contra mi estomago, mientras acariciaba cada parte de su cuerpo, sobé sus tetas, siempre las desee tocar así, su coño me recibía igual que el de su prima, incluso tocaba sus piernas, ella se entregaba contenta, mientras empezábamos a quedar en un mismo ritmo que se volvía cada vez mas sincronizado, en verdad lo estaba gozando, ambos, ella empezaba a gemir, dando un sonidito que me hacia arder, aunque en medio de todo ese juego no sé que me dijo que le gustaba que fuera tan ansioso, pero que aguantara, tanto como pudiera, que iba a enojarse si me corría pronto, cosa que no iba a pasar, la película seguía y se veía a un tipo, otro vampiro empezar a violar a una mulata sexy, grandes pechos, un coño depilado, cintura breve, ja, se veía como un baboso, pero en esos momentos nuestras lenguas se alcanzaron para darse un beso, uniéndonos en una postura incomoda, pero al vernos un poco ella me dijo caliente.
Mm, que rico se siente, esto era lo que necesitaba, mm, sigue así Bartolo, creo que me vas a enamorar, mm, sigue así cariño, mm, dame con todo, ah – me decía Giby perdida en el movimiento de mis cadera que trataban de llegar al fondo de ella mientras no dejaba de sobar su cuerpo delicioso, mm.
Que rico se siente, prima, este es el bueno, sabes que no podemos estar con Jay, pero él funcionará, jijijijii, vamos Barto, dale con todo para que nos quedemos contentas – dijo con un tonito que no me terminaba de gustar.
No entendía mucho lo que pasaba, pero sabía que las cosas no estaban del todo bien, ah, poco me importó, estaba gozando de ese coño estrecho, que aparte se aferraba de mi de una forma que no esperaba, la sensación de cogérmela era mejor de lo que jamás soñé, había valido la pena todo mi esfuerzo, seguir al jefe Jay, jejejeje, quizás pronto lo tenga que llamar cuñado, porque coger con Giby era de lo mejor, su cuerpo, la forma en que me recibía, mm, me corrí con ella al mismo tiempo llenándole el coño e igual se corrió como si se orinara, dejándome empapado, causando una explosión de placer en su interior que me hizo sorprender.
Carajo mujer, en serio que sabes gozar, ahorita no sé ni cómo seguir, pero de que quiero “quiero” – respondí y mi verga algo morcillona seguía lista para el juego.
Mm, este si funciona, míralo nada mas no ha perdido ganas – dijo un tanto viciosa Angie mientras me dejaba ver algo, que por la oscuridad no noté, pensé que sería imposible, pero escurría sangre, como si fuera virgen hasta ahora.
Mm, si, felicidades cariño, vas a ser el elegido, después de esto no puedes correr, vamos a pasarla tan bien juntos, jijijijijii – agregó un poco burlona Giby quien también escurría sangre, era como si la hubiera desvirgado, lo cual me hizo sentir importante y en peligro mortal, no entendía mucho.
No tuve tiempo de replicar, ambas se volvieron a acomodar sobre mí para seguir, con sus manos acariciaron mi verga para que siguiera con todo, había perdido algo de rigidez, sin embargo la acción continuaba, con unas caricias me recuperaría, eso fue exquisito, se sentía demasiado bien, sus labios, sus cuerpos, eran demasiado sexys, quería sentirlas por dentro y por fuera, me valía ya la película, estaba con 2 bellezas al mismo tiempo, que me buscaban con una lujuria que aplacaba la mía, querían gozar, yo darles con todo, estábamos ardiendo, pero no me dejaba de poner tieso, estaba disfrutándolas, nos restregamos y empecé a meter mis dedos en sus culos como si fuera una petición, ellas me sonrieron coquetas, dejándome ver unos gestos que aseguraban lo que íbamos a hacer después, aceptando la propuesta con un cinismo demasiado coqueto, aunque esta vez seria Giby la primera, recibiéndome con gusto de a perrito, pero luego seguiría Angie, quien no estaba tan contenta, aunque igual le daría con todo, a ambas, en verdad, sería la mejor noche de mi vida, valió la pena esperar, wow.
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