El Menonita: Tercera noche
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por capicapicapicapi.
Desperté y a mi lado ya estaba Cornelius masturbándose, ese joven era muy caliente y no podía controlarse
–Buen día Capi–
–¿Qué hora es?– le pregunté casi sin abrir los ojos
–Son las 5:30 de la mañana–
–Tan temprano ya ya andas de caliente–
–No soy el único– dijo Cornelius mientras miraba mi entrepierna
Yo había despertado con la verga dura como cada mañana.
Habíamos dormido completamente desnudos y así seguíamos.
Cornelius tomó un poco de lubricante, lo untó en sus manos y de repente puso sus manos sobre mi verga para lubricarla, montó el masturbador en mi verga y lo movía de arriba abajo para que pareciera que esa mujer me estaba montando
–Vamos a hacer un trío– me dijo Cornelius
Casi sin poder reaccionar dejó reposar en mí ese masturbador tamaño real que simula de la cintura a las nalgas una mujer orificios de vagina y culo que se sienten muy real, abrió mis pies, se puso entre ellos y le metió su verga larga y delgada en el culito del masturbador y ahí estábamos los dos masturbándonos con ese aparato
–Desde ayer te iba a proponer que hiciéramos este trío Capi, nuestra mujer no se puede negar–
–Pues ella no se puede negar–
Poco a poco Cornelius se acercaba a mí de tal modo que nuestros huevos chocaban mientras cogíamos ese masturbador
–¿No vas a poner porno?–
–No la necesito Capi teniéndote aquí de frente, disfrutemos el momento como si de verdad estuviéramos con una mujer–
–Una mujer puede hacernos grandes maravillas muchacho…–
–No la tenemos, disfruta esto–
Y así terminamos de masturbarnos, él se fue a la habitación de huéspedes y yo me metí a bañar, desayunamos los dos junto con Juan y poco después se fueron a trabajar.
De igual manera yo salí a trabajar.
Ese día tenía mucho trabajo por recoger y cerca de las 13:00 horas recibí una llamada, era Cornelius para preguntarme que a qué hora iba a llegar a la casa porqué el y Juan ya estaban ahí.
Hice un par de llamadas y me fui a casa no sin antes ir a comprar algo para comer.
Al llegar a casa Cornelius estaba sentado en la sala y tenía sentado sobre sus piernas a Juan, haciendo movimientos como si Juan lo estuviera montando, creo no se dieron cuenta de que había yo llegado
–Ya llegué, vamos a comer–
Juan se levantó rápidamente y se fue al baño, Cornelius con más calma volteo sonriente y me preguntó qué comeríamos, se acercó a la cocina y me preguntó como había estado el trabajo
–Bien, hice lo más que pude y avancé rápido con el proceso de unos documentos–
–Juan y yo volvimos temprano a casa, no quisimos terminar todo el producto sino tendremos que irnos antes–
–Pero sabes que se pueden quedar en casa los días que necesiten, incluso después de vender todo.
No seas tonto y vende tus productos, que importa si se acaba todo hoy.
Pueden seguir en casa–
–Si lo acabo prometes no decirle a mi padre que nos quedamos más días sin trabajar–
–Sí, lo prometo.
No tengo por qué andar de chismoso–
–Entonces así le diremos, confío en ti Capi–
Cornelius llamó a Juan en alemán para que viniera a comer y ahí estábamos los tres en el comedor
–¿Crees que puedas dejar a Juan jugar Xbox mientras tú y yo trabajamos en el piso de arriba?–
–¿Qué necesitas de trabajo Cornelius?– le dije sin captar lo que me trataba de decir
–Trabajo, como el que hicimos ayer–
–Ahhh sí, no hay problema– le dije mientras no dejaba de reír por sentirme tan tonto
Llamé a una amiga para que vinera a casa, de igual manera a caseta de seguridad para que la dejaran pasar.
Subimos a mi habitación y Cornelius cerró la puerta, mientras que Juan se quedaba abajo jugando.
Tan pronto estábamos en la habitación y él quería quitarme la ropa
–Espera Cornelius, te tengo una sorpresa–
–¿Dónde está? quiero verla–
–Tranquilo, ya llegará–
Así estuvo impaciente, se quitó la camiseta y se acostó en la cama, no dejaba de frotar su verga con sus manos o sobre la cama, escuchamos el timbre de la casa
–Ponte la camiseta y espera aquí–
bajé las escaleras, abrí la puerta, era mi amiga a la que había invitado a un trío, no le dije detalles pero a ella le encanta coger conmigo y no cuestionó, le gustan las sorpresas.
Juan nos miró al pasar pero aún así siguió jugando Xbox, subimos las escaleras, le pedí a ella que abriera la puerta y entrara primero, esperé unos segundos y entré yo.
Cornelius estaba de pie con las manos al frente y muy serio, mi amiga Andrea estaba sin decir palabras, solo sonreía y movía su cuerpo de lado a lado
–¿Y esa cara Cornelius? ¿Parece que te han comido la lengua los ratones?–
–No, no pasa nada– respondió y agachó la mirada
–Híjole Capi ahora si te pasaste ¿De dónde sacaste a este Güero? Parece un menita ¿y qué hace un niño en la sala?– preguntaba mi amiga Andrea
–Tranquila mujer, él es Cornelius; el hijo de un amigo y sí es menonita, su hermano Juan es el que viste en la sala, pero ven Cornelius acércate a saludar–
Cornelius se acercó muy nervioso a Andrea, seguía con la mirada agachada
–Soy Cornelius, mucho gusto señorita–
Y cuando dijo eso Andrea y yo nos reímos
–Pero qué es esto ¿un niño tímido acaso?– preguntaba Andrea
–Tengo 19 años señorita–
Andrea es una chica muy atractiva, morena, mide 1:65 metros, con tremendo culo y grandes chichis, a mí me gustan las chichis pequeñas pero no importa que las de Andrea sean enormes, cabello negro y muy largo, rizado y es de Torreón pero ya tiene tiempo viviendo en Parral, es peluquera.
Se acercó a Cornelius y le levantó la cara, le dio un beso en la mejilla y le dijo Mucho gusto.
Yo me senté en el sillón y le mandé un whatsapp a Andrea diciéndole que se lo cogiera mientras yo veía.
Ella ni lo dudó, se le acercó, le agarró la verga (que la tenía flácida) y lo acostó en la cama
–¿Qué pasa pequeño, eres virgen o nunca habías estado con una morena?–
Y Cornelius no le contestaba nada, yo me quité la camisa y me saqué la verga del pantalón para empezar a masturbarme, acostado sobre la cama y sin desabrochar su camiseta Andrea sacó la verga de Cornelius que seguía flácida y le dio tremenda mamada en los huevos que se la empezó a poner dura, cuando ya estaba dura Cornelius la tomaba de su cabeza y cabello para hacerla que se la metiera lo más profundo Andrea en su boca, Después Andrea le quitó toda la ropa, se quitó su ropa y se empezó a sentar sobre la verga de Cornelius, sin condón y él gemía de placer
–¿Qué pasa Capi? No vienes a acompañarnos– me decía Cornelius
–Tranquilo pequeño, ahora voy–
Andrea montaba suavemente a Cornelius y el no dejaba de tocar su cabello negro, rizado, de vez en cuando se divertía estirando esos rizos y los soltaba, me acerqué a la cama y me puse de pie frente a Andrea para que ella, mientras seguía cabalgando a Cornelius, me mamara la verga, ésta amiga es experta en el sexo y sabe lo que me gusta por eso comenzó a mamar primero mis huevos que ella bien sabe que eso me excita demasiado.
Andrea me tomó de las manos, luego cuando iba bajando me acostó en la cama y se montó en mí, ahora seguía el turno de cogerme esa rica panochita morena, gemía de placer cuando yo entraba con toda mi verga en su puchita apretada, luego Cornelius se puso de pie frente a ella para coger muy duro su boca, tanto que le sacaba una que otra lágrima a Andrea al llegar tan profundo en su garganta.
Andrea se giró y se sacó mi verga de su vagina, la puso en su culito y fue de lo más rico que puedo sentir, esa sensación de ir abriendo un culito poco a poco y tan rico, Cornelius se puso entre mis pies y comenzó a hacerle sexo oral a Andrea mientras yo ya le daba duro a Andrea, así estuvimos un buen rato.
Ahora sí nuestros cuerpos sudaban de placer, le dábamos duro y en cuantas posiciones se nos ocurría, tomando turnos para usar sus dos huequitos, o tres contando la boca.
Ahora se acostó Cornelius boca arriba y Andrea se le montó en su verga con su vagina mientras que yo me puse con ellos y le penetré muy rico el culito, así los tres disfrutamos de una rica sesión de sexo, Cornelius no dejaba de acariciar esas ricas chichis enormes que tiene Andrea y que al momento de verlas no puedes resistirte a apretarlas e incluso a darle una que otra mordida, yo estaba dándole tan duro que de pronto se me salió la verga de su culo, y Cornelius la agarró para que se la metiera, su mano estaba tibia, Andrea se levantó y se puso de perrito (le encanta esa posición) y yo me puse detrás de ella , se la metía y sacaba toda en su culito, esa sensación de meterla sin agarrarla es tan rico, cuando tu verga está muy dura y no batallas en tener que apuntar justo en el orifico, le das tan duro que parece que el hueco de la vagina tiene imán y atrae a tu verga a que se meta hasta el fondo.
Esta vez Cornelius no se puso en su boca, tomó un poco de lubricante (ya sabía donde lo guardo), me dio la espalda y se puso frente a mí, me saque un poco de onda pero a la vez me excité más, eso lo habíamos visto en una escena porno donde le hacen triple penetración a una mujer, nosotros no hicimos ni una doble anal, sino que él se puso arriba de Andrea y pegado a mí para penetrarla por el culo, de tal manera que los tres quedábamos mirando hacia el mismo lado.
Sentí su espalda un poco húmeda y lisa de vellos, él sentía mis vellos del pecho y le daba duro a Andrea, con una mano se apoyaba en su espalda y con la otra se agarraba de mí del brazo, sentía esas nalguitas flacas de Cornelius rosándome y sus pelos de las bolas me acariciaban mi panza, de pronto Cornelius puso su mano detrás de mí y fue bajando rosando mis nalgas hasta llegar a mis bolas, me las acariciaba y sentía mucho placer…
Andrea no dejaba de gemir, yo saqué mi verga de la vagina de Andrea, e hice que Cornelius la penetrara por la vagina, agarré lubricante y me lo unté en la verga, no le dije nada y se la arrimé en el culo, él igual no dijo nada, entonces puse más lubricante en mis dedos y lo empecé a penetrar, uno y luego dos.
Lo tomé de una mano por la cintura y con la otra fui apuntando mi verga en su culito hasta que lo penetré.
Mi verga poco a poco se abría en su culito camino, ya pasando un poco ás de la cabeza es fácil meter el tronco, sin avisarle se la dejé caer duro, el gritó un poco pero no se quitó, se quedó quieto.
En eso Andrea supo que yo estaba penetrando a Cornelius, los tres nos quedamos quietos, el trenecito se detuvo por unos instantes, luego Cornelius comenzó a moverse de tal forma que cuando se hacía para atrás se penetraba más en mi verga y cuando se hacía para adelante penetraba a full a Andrea.
Él ya no pudo aguantar más y le echó toda su leche a Andrea, tanta que le brotaba de su vagina morena, gimió de placer, al igual que Andrea, luego Andrea se levantó, yo tenía ensartado aún a Cornelius, Andrea se quedó observando, yo voltee a Cornelius a Cornelius, lo acosté en la cama boca arriba, le abrí sus pies y se la metí toda completa, él gritó un poco, su cara se puso roja muy roja, le pedí a Andrea que se sentara en su cara y él le hacía sexo oral tragándose su leche, yo le daba más y más duro y el no parada de gemir y gritar, lo sentía más apretado, creo que después de vaciarse dejó de dilatarse sin embargo no me pidió que parara y le seguí dando.
Cuando me iba a venir los hinqué a los dos y se los eche en sus caras, que la de Cornelius seguía roja de tan duro que le di y la de Andrea se veía tan hermosa esos mecos en su carita morena.
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