El sueño de Maribel se hizo realidad,…. y el mio.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
EL SUEÑO DE MARIBEL SE HIZO REALIDAD….
, Y EL MIO
Maribel era sin duda alguna la tía que mas me había sorprendido a la hora de follar.
Una tía encantadora, tímida y recatadita que jamás esperarías como se transformaba en una autentica salida y calentorra follando, jamás podré olvidar su imagen… a cuatro patas en tanga y sujetador a juego suplicando ser follada con gemidos e insultos a la voz de “fóllame cabronazo”.
Fui confidente de sus mas profundas fantasías mientras fallábamos, estaba totalmente salida, quería estar con dos tíos a al vez (que aunque se lo ofrecí no quiso por vergüenza), se masturbaba frenéticamente con mi polla dentro (lo cual me ponía a mil), me insultaba sin parar jaleándome para que la diera más (cosa que me ponía…), me decía que ella necesitaba un follador nato como yo (no voy a decir como nos pone eso a los tíos), me decía que se dejaría follar el culo por mí (tonto de mí que desperdicie la oportunidad de follarme el fascinante culo que tenía), se ponía a mil por el echo de saber que yo me follaba a otras tías también (ella a la vez me confesó que se follaba a otro tío).
En definitiva Maribel era una “autentica mujer” que llevaba dentro a una “autentica zorra”.
Siempre lamenté no haber seguido follando con ella, era una impresionante e increíble folladora en una tía que jamás hubiera uno sospechado dado su candidez (lo cual la convertía en mucho mas excitante aún).
En fin nuestras vidas siguieron caminos diferentes, aunque repito (y no fue por falta de oportunidad y porque ella no quisiera) dejamos de follar y eso hizo nuestra especial relación un poquitín tensa, comenzamos por dejar de vernos y al final ya ni nos hablábamos.
Habían pasado unos años desde la última vez que había visto a Maribel, (tengo que reconocer que aun seguía cascándomela por ella) cuando yendo por la calle oigo desde el otro lado de la acera:
_ ¿Qué pasa, ya no saludas a las antiguas amigas?
¡Joder era Maribel!, tan guapa y simpática como siempre.
Lucia una minifalda no muy mini (dejando ver muy poco los muslos de sus piernas) muy de su estilo y que enfatizaba aquel maravilloso culo por el que siempre suspiré y que aún seguía teniendo.
_ ¡Hombre Maribel…, cuanto tiempo!, ¿Qué tal te va la vida?
(Contesté amablemente, acercándome para darle dos besos)
_ ¿Te acuerdas de Ana? (me dijo refiriéndose a la tía con la que estaba al lado)
_ Si, claro… (en realidad aunque me sonaba, no sabía bien quien era)
_ Como no se va a acordar de mí… (dijo sonriendo y dándome otros dos besos)
Luego mientras hablaba sin parar la tal Ana acabé de caer en quien era la cotorra aquella, era una amiga de Maribel que cuando “estuvimos juntos” no salía mucho con ella, pero al oírla hablar me acordé de inmediato.
La verdad sea dicha que nunca me había fijado en Ana, pero viéndola ahora arregladita, con un vestidito mini -mas mini- (ésta sí) que la de Maribel y un escote que dejaba cosas que entrever, la verdad sea dicha que le eché un vistazo, jamás me había dado cuenta de que tenía unas buenas tetas y un tipito nada desdeñable, y de cara era normalita.
Además iban las dos agarradas del brazo, lo cual en un instante me hizo pensar…, pero no, no podía ser…, con lo folladora que yo sabía de Maribel, pero aquel pensamiento me puso un poco cachondo.
_ ¿Qué es de vuestras vidas? (dije por decir algo)
_ Pues nada, aquí esperando a unos amigos (dijo Maribel), que nos vamos a ir a pasar el finde al pueblo y vienen ahora a recogernos.
(Maribel tenia una casita en un bello pueblo de cerca de la ciudad)
_ No vais muy vestidas para ir al pueblo que se diga…, más bien parece que vais a una fiesta, ¿no?
_ ¿Qué pasa que no nos podemos poner elegantes para ir al pueblo?
_ Si hombre, lo decía porque lo mas común es ir con ropa cómoda, y de campo por si vais a dar un paseíto.
_ A ver.
Vamos a ir a comer a un sitio de camino, y esta noche pensamos cenar en el Restaurante bueno que hay en el pueblo, así que un poco arregladas vamos.
Luego me percaté de que detrás de ambas había unas bolsitas pequeñas, así que adiviné que iban a quedarse a dormir allí también.
_ Bueno me voy, a ver si van allegar vuestros novios, o lo que sean y a lo mejor son celosos (dije sonriendo)
_ Ja, ja, ja.
Solo son amigos (dijo Ana partiéndose de risa por mi comentario)
_ Solo amigos….
, hasta ahora.
(puntualizó Maribel sonriendo pícaramente)
_ Mira a ver si quieres apuntarte (dijo ante mi sorpresa Ana)
_ Bueno.
, ejem…, después de tanto tiempo, no creo que sea apropiado, ¿verdad Maribel?
_ Bueno hijo, tampoco pasa nada hombre (dijo Maribel, sonriendo pícaramente de nuevo), ya somos bastante adultos, si Ana te ha hecho la invitación no es para retirarla ahora…, ya hablaré luego yo con ella….
(dijo mirando a su amiga Ana con una cara de circunstancias.
)
_ Os agradezco la invitación, pero así…, de repente, y sin conocer de nada a vuestros amigos, creo que no procede.
_ Tampoco son unos amigos íntimos (dijo la charlatana de Ana), total los conocemos de la semana pasada….
_ ¡Ana…! (le reprochó Maribel como llamándola metepatas)
_ No pasa nada Maribel (les dije) cada uno hace lo que quiere y con quien quiere.
Bueno os dejo, que tengo cosas que hacer (y me acerqué a ambas para darles dos besos de despedida)
De repente Maribel mientras besaba a Ana dice ante mi sorpresa:
_ A lo mejor es que tiene otros deberes……, o peor….
, no se atreve.
_ ¡Vaya hombre! (dije envalentonándome).
¿Me hacéis un hueco?
_ Por supuesto.
(dice categóricamente Maribel)
Les comenté que tenia que ir a por unas cosillas a casa para pasar la noche y que cogería mi coche, con lo cual tardaría un poco.
En aquel momento llego un coche que paro en doble fila al lado de donde estábamos, del vehículo bajaron dos tíos, de la misma edad que teníamos los demás uno de ellos y el otro mas jovencito.
Me los presentaron, uno se llamaba Daniel, y el otro (el más joven) Alfredo, no los conocía de nada ni ellos a mí.
Yo comenté que se fueran yendo y que luego iría yo, que no me esperasen para comer porque ya llegaría yo a la hora que fuera, que si llegaba a la comida bien y que si no ya llegaría al pueblo para la copita de después.
Entonces….
, mala suerte la mía, la cotorra de Ana se ofreció a acompañarme y que ella iría conmigo para que no fuese solo, aunque insistí en que no hacía falta no conseguí quitármela de en medio.
Se despidieron y metiéndose en el coche allí me dejaron con la pesadita de Ana, menudo viajecito.
Al cabo de dos horas ya íbamos camino del pueblo, porque a comer ya no llegaríamos, Ana seguía hablando sin cesar de preguntar que es era de mi vida, que si ella patatín, que si ella patatán.
….
cuando al mirarla hacia su lado, me doy cuenta de que su vestido mini blanco dejaba los dos muslos de las piernas totalmente a la vista, era más, al mirar un poco con descaro se le veían hasta las bragas.
Joder que corte…, Ana se dio cuenta del vistazo que le había echado y se echo ambas manos al vestido para ceñirlo hacia abajo….
_ Anda mira a la carretera, a ver si vamos a tener un accidente….
(Menos mal que lo hizo con una sonrisa en la boca, lo cual me tranquilizó un poco, a ver si encima se me iba a poner de mala hostia y me iba a llamar salido)
_ Tranquila, que no se te veía nada.
_ No lo creo.
Precisamente me lo he puesto por eso, porque seguro que deja cosas que ver… ja, ja, ja
(Tierra trágame, dije para mi mismo)
_ ¿Que pasa Ana?, ¿Qué quieres provocar al personal?
_ Bueno, al personal no, ….
pero a Daniel sí.
(Joder, que descarada era, no la recordaba yo así ni mucho menos)
_ ¿Y te ha gustado lo que has visto?
_ Bueno…, ejem….
, no he visto nada (dije nervioso)
_ No seas crío, algo habrás visto
_ Bueno es cierto, a parte de verte las piernas se te han visto un poco las bragas
_ ¡Ja, ja, ja,… imposible!
_ No, que es cierto, se te han visto un poco, ¿a que son blancas?
_ No si digo que es imposible porque bragas no….
, ¡es tanga! (risas de nuevo)
_ Bueno es que….
con lo poco que mire, y desde aquí tampoco lo puedo ver con claridad.
_ Y ahora…, ¿ahora lo ves con claridad?
La muy cabrona se había incorporado un poco elevando el culo hacia arriba sobre el asiento y se había levantado la parte de abajo del vestido hasta la cintura dejándose ver, ahora clarísimamente, el precioso tanga blanco de encaje que llevaba y además através se le transparentaba bien claro el vello púbico del coño.
Yo no pude dejar de mirar los cinco o seis segundos que duró la escena hasta que volvió el vestido a su posición original.
No tarde ni un ápice en empalmarme ante tal situación.
_ ¿Te has quedado sin palabras?.
esa es buena señal, yo creo que si te ha gustado, y mas cuando veo lo que te ha ocurrido (dijo fijando sus ojos en mi entrepierna).
_ La verdad, es que es bastante bonito lo que llevas (dije aparentando normalidad)
_ A juzgar por como sigues yo diría que es algo mas que bonito (y Ana coloca la palma de su mano bien abierta por encima de mi pantalón donde se marcaba todo el bulto de mi erección)
_ ¡Dios,… Ana!
_ Se que estás a mil, porque lo siento en mi mano, y me gustaría comprobar si es cierto lo que Maribel contaba de ti
No podía más, un terrible dolor de estomago me recorría el cuerpo.
La deje hacer.
_ Tú mira hacia delante.
(me miro a los ojos desabrochándome el pantalón)
_ Ana, esto es peligroso, estoy conduciendo.
De repente saco mi polla erguida y ella esbozó una sonrisa, para hacerlo mas fácil me pidió que levantara un poco el culo y acto seguido bajo un poco mi pantalón sacando ahora mi polla del boxer hasta los huevos.
La muy puta comenzó a hacerme una paja descomunal, lenta, muy lenta, lo cual me jodía pero me producía un placer inmenso.
_ Aaaaaahhhh!, sigue, Ana, sigue así por favor…
_ Avísame cuando te vayas a correr cariño (me dijo con voz suave sin parar de meneármela, ahora más frenéticamente que antes)
Al cabo de unos pocos segundos más:
_ Siiiiiiiiiiiiiiii, yaaaaaaaaaaa!, me coooooooooorro! Anaaaaaaaa!
En aquel momento pensé que se abalanzaría sobre mi polla y se la metería en la boca para contener mi corrida, pero no, lo que hizo fue poner la otra mano sobre mi capullo para que las ráfagas de semen no mancharan ni ropa, ni coche.
La muy cabrona lo hizo genial, no paró hasta estar segura de que me había exprimido totalmente.
La velocidad del coche era bajísima (no pasaría de 50 por hora) y en aquel momento nos paso una pareja que nos miró protestando, estoy seguro que pudieron ver mi cara y a Ana un poco reclinada hacía mí con las dos manos en sobre mi entrepierna.
Ana con las dos manos llenas de leche, me dijo que si había pañuelos.
Los saque como pude de la guantera y después de limpiarse las manos, me limpio a mí.
Lo hizo delicadamente, de lo cual resultó que mi polla estuviera de nuevo empalmada.
Ella sonrió y dijo:
_ Va a ser que Maribel tenía razón….
, eres un cabronazo con una buena polla.
Después de lo que acababa de pasar no me podía quedar así.
Me desvíe en un camino que vi, Ana sonrío adivinando mis intenciones, y al llegar a una pequeña arboleda detuve el coche entre los árboles apartándome del camino.
El lugar parecía ideal, los árboles eran de copa alta, soplaba una ligera brisa que los hacia silbar levemente y la sombra era agradable en un día de calor como era aquel.
Introduje la mano por debajo del asiento de Ana y manejé el dispositivo que echaba hacia atrás su asiento, posteriormente hice lo mismo con el que inclinaba su respaldo hasta que estuvo totalmente reclinada, la cara de Ana era un poema.
A lo mejor se pensaba que la iba a follar, mis intenciones eran totalmente distintas.
Abriéndome paso me coloque en el suelo del coche entre sus dos piernas, colocando mis manos en sus muslos abiertos totalmente las fui subiendo lentamente mientras izaba su vestido hasta que estuvo por encima del sujetador, ella se incorporo un poco y en una rápida maniobra se lo sacó por la cabeza dejándolo sobre mi asiento.
Era espectacular, el sujetador hacia juego con el tanga, ambos se transparentaban, y mientras el tanga dejaba ver los bien arreglados morenos vellos del coño (Ana era rubia y con el pelo corto, me imaginé que era de bote, porque el coño era de un moreno intenso) el sujetador dejaba ver a su través sus grades areolas y pezones oscuros en contraposición con el resto de la piel.
Estaba muy apetecible y muy sensual con aquel conjunto, mis manos comenzaron a deslizarse suavemente por el interior de sus muslos hasta llegar a las ingles, donde se detuvieron para acariciarla suavemente, mientras mis labios húmedos besaban por encima de sus rodillas haciéndolo intermitentemente con la punta de mi lengua también.
Su cara era ya un poema, no hacía nada mas que jadear continuamente y aquello no había echo nada mas que empezar.
Introduje ambas manos por los laterales del tanga ante lo cual ella profirió un pequeño gemido, pero aquel no era le lugar donde se iban a detener ahora, por dentro de los laterales del tanga ascendieron sobre su vientre plano y encogido de placer, sus brazos reposaban cruzados sobre su cabeza y sus ojos permanecían cerrados de locura.
Después de ascender pausadamente hasta sus pechos los liberé del sujetador colocando los aros del mismo por encima de sus carnosas tetas, sujeté ambos pezones entre mis dedos índice y pulgar de ambas manos y los pellizque delicadamente, jugueteando con ellos mientras mi lengua ascendía humedeciéndolo todo hasta sus muslos.
Lamí entonces sus ingles pasando la lengua de arriba abajo lateralmente al tanga en ambos lados mientras mis manos no dejaban de acariciar sus tetas sin dejar de observar su cara poseída de placer.
Mi lengua pasó entonces a recorrer de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba todo el coño por encima del tanga.
El aroma era intenso, sus gemidos iban en aumento, la humedad del tanga denotaba el sentir de Ana.
Mis manos descendieron hasta salirse de dentro del tanga y mientras la derecha apartó el mismo hacia un lado dejando al descubierto un coño realmente precioso, con un vello abundante pero gustosamente arreglado, la izquierda hacia su trabajo, los dedos índice y pulgar abrieron sus labios mientras muy lentamente los dedos de la mano derecha acariciaban continua pero suavemente el interior de su coño, ahora húmedo a más no poder, mi lengua seguía jugueteando en los muslos e ingles de Ana que se deshacía en quejidos lastimeros y gemidos de placer.
Era el turno de corresponderla y matarla de placer, coloque mi cabeza en el humedal e inspire todo su profundo aroma hasta embriagarme de ella, ahora deseaba saborearla, comerle el coño como nadie se lo había comido en su vida (o al memos eso es lo que yo pretendía).
Mi lengua recorrió lentamente el contorno de los labios de su coño mientras los abría con los dedos de ambas manos, la punta de la lengua humedecida de su sabor se introdujo en el interior del coño yendo desde abajo hacia arriba hasta llegar al clítoris, yo miraba a Ana de vez en cuando que ahora me agarraba fuertemente con sus manos la cabeza para que no la apartara de su sexo, pude ver como abría los ojos aunque parecía ida, pareciese que quisiese observar la maniobra que yo realizaba.
Mi lengua recorrió curricularmente su clítoris, muy despacio, lentamente pero sin parar, a veces me despegaba de ella unos centímetros para ver bien su clítoris y atinar con la puntita en su apéndice y tintinear aquel manjar (realmente Ana tenia el coño cien veces mas delicioso que el de Maribel, a la cual dicho sea de paso le iba mucho mas la penetración).
Ana me agarró fuertemente del pelo y tirando de el con ambos manos dijo sus primeras palabras desde que comenzó la operación:
_ ¡Valiente cabrón!.
¡Como pares te mato!
Mi lengua no cesó sabiendo que Ana estaba a punto de correrse, sus gemidos y su respiración se aceleró de manera inusitada, me separe dos centímetros como pude de ella y grite:
_ ¡Córrete puta!.
, ¡Córrete comiéndotelo, zorra!
_ Aaaaaaaaagggggggggghhhhhhhh!, Aaaaaaaaaaaaaaaaahhh!, Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii!, ¡Oh Dios, Como me comes el coño! (chillo posesamnete en un alarido desenfrenado)
Y al volver con mi lengua sobre su coño noté su mayor fluido blanquecino alrededor de sus labios que deguste lentamente mientras me arañaba con sus dos manos la espalda y arqueaba su cuerpo sobre el respaldo del asiento hasta caer desplomada sobre el mismo expirando como si se le hubiese ido el alma.
_ ¡Me has vuelto loca cabrón!, me has matado de placer, y lo mejor de todo es que ni siquiera me has follado.
_ Creo que deberías arreglarte un poco y deberíamos irnos o se van a preguntar que coño hacemos
_ Yo se que coño vas a hacer tú todo el fin de semana, ja, ja, ja….
, esto no me lo podía imaginar yo ni por asomo, y me pone mas cachonda que sea contigo, el follador nato de Maribel.
Le van a dar….
al Daniel y al Alfredo, que cenen y paseen con Maribel si quieren, que yo esta noche se con quien voy a pasarla,….
Si tu quieres por supuesto (me dijo colocándose el vestido y adecentándose el pelo.
_ Hombre a mi no me importa tener una noche loca (queriendo dejar bien claro lo de una noche), pero es que Maribel….
, como se enteré, no se si le va a sentar bien
_ Esto le pasa por ir cacareando por ahí lo buen follador que eras, si se hubiese callado, la verdad sea dicha yo no hubiera reparado en ti.
_ ¡Hombre gracias!
_ No te quejes, que si no es porque te enseñé todo lo que te enseñé tu tampoco te habías fijado en mí.
(la verdad sea dicha, Ana tenia razón)
Cogimos el coche y nos dirigimos al pueblo, ahora ya sin parar, que nos habían dado las cuatro de la tarde y todavía teníamos media hora hasta llegar y además nos aguardaba un recibimiento incógnita……
.
Continuara
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