El Vigilante de la Privada 6
Matt sigue haciendo de las suyas, buscando controlar a las gemelas, sin embargo un cambio se dará en su vida con Carmela….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
6
Después de una buena sesión de sexo, en que vio como un trío de chamacos cogieron como pervertidos, Matt se alejó sin decir o hacer ruido, estaba contento con lo que había grabado, pero eso sería poco cuando al mandar el video, le avisaron que recibiría un bono por algo así, parecía que el jefe estaba encantado con ese material, diciendo una cifra difícil de creer, aunque el joven tragaba saliva sabiendo que por grabar a un trío de pervertidos tendría una pequeña fortuna. Sin embargo después de ver aquello estaba caliente, le dolía la verga por tanta acción y recordó algo importante, el juego de las gemelas pervertidas, así que pensó en verlas, pues no sabía cómo empezar con su apuesta, donde podría someterlas, sin embargo no podía perder aquella oportunidad, así que fue con ellas. Esperaba encontrarlas solas, disfrutar de sus deliciosas carnes, ya fuera con camisones traslucidos, o aún con sus uniformes, mas no fue tan agradable lo que encontró, pues quería tomarlas por sorpresa, incluso vio que la puerta estaba abierta, esperaban su llegada, sin embargo al entrar en silencio, parecía que unos chicos llegaron en su ausencia, un par de muchachos altos de buen aspecto, demasiado arreglados, seguramente eran compañeros de su escuela privada, o quizás no, tal vez eran de universidad, uno castaño otro de pelo moreno, los encontró justo en la sala muy juntos, por suerte no le notaron, sin embargo llegó para verlos actuar muy acaramelados, besándose en una especie de sesión doble de juegos previos, mientras sobaban sus muslos, Matt terminó maldiciendo, porque se les veían a las chicas unas curvas deliciosas debajo de la falda, unas tangas que apenas le cubrían sus redondas nalgas, tan carnosas y firmes, mientras los chicos sobaban sus preciosas tetas, se veían desesperados, se notaba su inexperiencia, en especial cuando uno de estos le sacó una prenda de forma atroz, pues entre jalones intentando tomar las chichis acabó rompiendo un poco la camisa, sin importarle mucho, pues lograba verle las bolas de carne tan suculentas, como para desear metérselas en la boca, regresando a la tierna infancia, desesperado por saborear aquellos manjares, pero eso enojó a la dueña de la prenda.
Espera ¿Qué hacen? Ah – decía molesta Samantha viendo su camisa rota.
Tranquila bebe – respondía el joven mientras le mamaba las tetas.
Tranquila nada, papá se va a dar cuenta, te dije que esperes – dijo alarmada la chica alejándole.
Vamos, solo es una puta camisa, luego te compro otra, como estas rica Sam – decía el chico tratando de someterla, pues se notaba demasiado caliente como para entender razones.
Te dije que tuvieras cuidado, papá se va a dar cuenta y se enojará – dijo molesta la chica.
Mientras eso pasaba ocurría igual con Tatiana, quien estaba con un chico igual de torpe, solo que este se sentía muy experto, comenzando a tocarle debajo de la falda para disfrutar de aquellas partes íntimas que dejaban escapar un olor tan sensual almizclado, tan embriagador, pero había un problema, este se hallaba tan ahogado en su deseo carnal que ni prestó atención a nada, estaba metiéndole de tal forma su dedo que lejos de excitarle, acababa por lastimarla, haciéndole quejarse de todo eso, en especial porque le causaba un dolorcito punzante por sus uñas largas, el idiota ni se las había cortado, rasguñándole abajo.
Ya estuvo – dijo Tatiana alejándose mientras se cubría.
Vamos Tatis, que no vez que estoy que me quemo por ti, quiero seguir con el juego ¿no? O acaso te vas a arrepentir – decía vicioso el muchacho tratando de besarla, pero le metería su dedo rasguñándole su culo.
No, ya estuvo, me duele – dijo Tatiana alejándose.
Oh, vamos cual es el problema contigo – gruño molesto el chico, dándole una nalgada sonora.
Me haces daño, pareces un animal – replicó molesta la muchacha sobándose abajo.
Ay, qué rica estas, en serio quieres calentarme – dijo el muchacho malinterpretando todo, pues creía que se iba a masturbar, cuando intentaba calmar su molestia.
No, ya basta, fuera – intervino Samantha enojada mientras el tipo trataba de desvestirla.
Vamos, solo es una puta camisa, tienes muchas no, y en este momento yo – decía el chico moreno tratando de pellizcarle las redondas tetas.
Si, vamos, o quién va a sacarlas de este problema, porque papi no está, pero nosotros sí – dijo el castaños empezando a sobar el cuerpo de Tatiana mientras restregaba su verga.
Pero en mal momento pensó Matt que era una buena oportunidad, se regresó a la entrada, para abrir la puerta mientras tocaba con fuerza, diciendo con un tono muy amable.
Buenas, chicas, su papá me habló para ver como estaban, díganme, porque dejaron la puerta abierta, esperan visitas – decía desde la entrada el vigilante, haciéndose el desentendido.
Ambos chicos se asustaron, y con malicia ambas chicas pensaron que esta era una buena forma de desquitarse gritando alarmadas, ambos chicos palidecieron, para ver llegar a Matt quien se podía imponer sobre ambos, ante los ojos del guardia el dúo se metió sin permiso, estaban intentando algo malo, así pues ambas chillaron un poco más, haciendo papel de víctima, dándole una señal al guardia, quien vería a un par de muchachos pervertidos atacándolas, una mentira fácil de creer, así que iría contra estos para sacarlos, y puede que ambos muchachos fueran bien parecidos, altos de cuerpos robustos, pero en comparación de Matt, apenas eran críos peleoneros, quienes acabaron muy mal, siendo sacados a la fuerza. Llamando la atención de algunos vecinos curiosos, que vieron todo desconcertados, hasta el perro saldría a morderlos, apenas se pondrían contentos cuando se enteraran de que ambos patanes se metieron y trataron de sobrepasarse con las gemelas, por lo que se hacía valer el vigilante sacando a los intrusos, lo cual agradó a todos, quienes aplaudieron, aunque no tanto el par de “homosexuales” no estaban contentos con la aceptación de Matt, aunque eso estaría de más.
Luego de ello el joven volvió a ver cómo estaban las gemelas, ambas se hallaban nerviosas, necesitaban arreglar algo para que su padre no les fuera a descubrir, al menos eso pensaban, cosa que le divertía al joven, quien las veía tan ansiosas, sin saber que hacer o decir, pues hasta ahora se hallaban tan engreídas, pero ahora se mostraban perdidas, lo cual le dio ventaja a él para decirle a ambas:
Carajo, en verdad están mal chiquitas, si siempre están de sabrosas moviendo sus culitos para que todos les vean, y miren que pasó, un par de imbéciles ya se las estaban por coger, ajajajajajaa – se burlaba Matt viéndolas a ambas.
Espera Maty, vamos a arreglar esto, no puedes dejarnos así nomas – decía Tatiana algo inquieta.
Si, vamos, acaso quieres que nos manden a un internado, por favor – agregó Samantha.
Jajajajaja, pues mira, que no me importa mucho, están bien ricas, me encanta cogerlas como el par de putas que son, pero no son las únicas que me las paso por aquí – se burló el joven, tocándose el miembro con lujuria mostrando una buena herramienta.
Luego de eso no se quedó más, sabía que necesitaba hacerse desear, pero también darse a respetar, y en mal momento para las gemelas, mirando como el vigilante se marchaba, dejándolas desconcertadas, este se encontraba con alguien más, quien le seguía para buscar un poco de su atención, lo cual fue relativamente sencillo, pues no había nadie, el perro Buster estaba corriendo por ahí jugando o vigilando, cuando una figurilla se le acercó esperando verlo, y como si fuera todo parte de una mala broma, Matt vio a esa personita para disfrutar de un buen rato.
Tal como lo deseaba, el guardia de la privada fue alcanzado por una de las niñas ahí, quien quería acercarse, tal como lo había previsto, o como si sus palabras tuvieran alguna clase de fuerza hipnótica, se le acercó Kimmy para buscar sus atenciones, pues desde la vez que la había cogido algo cambio en ella, se sentía tan acalorada al verlo, le picaba ahí abajo, se humedecía, estaba distraída, necesitaba verlo, pues todo lo que le dijo: que sería de él, que lo buscaría para volver a sentirlo dentro; se grabaron con tanta fuerza en su mente, que ahora cumplía, además que no se hallaba contenta con la presencia de Carmela, quien a su parecer era una intrusa, impulsando más sus pasos, lo cual agrado demasiado al joven, viendo que la chiquilla estaba rendida a sus pies.
Mi mamá dormirá unas horas, se tomó una pastilla estoy sola en casa prácticamente – dijo kimmy mientras dejaba pasar al guardia.
Solo estaba usando una pijama normal, no había nada sensual, pero la situación era demasiado excitante, por ello el vigilante le sonrió, le siguió y en cuanto entró, notó que la señora estaba roncando en su cama, tenía toda la libertad, por lo cual se fue a la salita donde las cortinas se hallaban cerradas, se sentó en la sala para ver a la cría, quien le miraba nerviosa y le dijo calmado:
Qué bien, eres una buena nena, si sabes quién es tu macho, te voy a tratar con mucho cariño hoy – decía Matt con toda la calma viéndola con cuidado.
La nena asintió nerviosa, y sin que nadie le dijera nada, se fue acercando, dejando en segundos que cayera la ropita, dejando al desnudo su cuerpo apenas cubierto por una ligera prenda de algodón, cubriendo su pubis, realmente la nena era preciosa, de cuerpo delgado, pero con forma deliciosa, sus ojos brillantes, y unas puntitas que iban tomando forma, de tal manera que este se quedaba alegre mirando como la niña se iba a entregar nuevamente a sus locuras.
No perdería el tiempo la besaría apasionadamente, metiéndole la lengua, sobando cada parte de su cuerpo de una manera delicada, pues quería que la nena se quedara tranquila, se sintiera en confianza, era un proceso difícil, requería ser muy firme pero al mismo tiempo afectuoso para tener a la niña finalmente en su poder, volviéndola su putita, por eso la jalaba de manera fuerte, más lejos de manosearla feroz, iba buscando que esta se sintiera relajada, a gusto, disfrutando de aquel toque tan sensual, perdida en sus caricias, que iban subiendo de intensidad, a tal grado que pronto fue sacando sus mieles infantiles.
Mm, que rica estás, serás una nena, pero las mujeres mayores no tienen nada que envidiarte, estas preciosa Kimmy, y eres toda mía – le decía el joven Matt.
La niña solo asintió cohibida, pero eso molestaba al guardia, quien quería oírla decir que sí, era mejor cuando las mismas nenas se entregaban al deseo, oírlas hablar de la locura de amor, o sexo, el silencio no le gustaba, así que seguía manejándola con cuidado, cuando súbitamente se detuvo, sin decirle nada, apenas tocando su vulvita.
No me vas a decir nada – decía Matt, pero la chiquilla se mantuvo seria.
Pero me vas a obedecer – agregó el guardia desconfiado, mientras la niña se le quedaba viendo.
Chúpamela – ordenó calmado mientras se sacaba la verga que apuntaba al cielo, con firmeza.
La nena de manera automática le dedicó una mirada tierna al joven, pero sin decir nada se fue a chuparle la verga, dejando en claro que él tenía el control metiéndose esa carne sin problemas mientras miraba al joven, así lamería la verga, lo cual le sorprendió porque era más diestra de lo esperado, sabía muy bien cómo hacer una felación, incluso jugaba con la punta de su lengua con la del miembro, dándole un gusto especial a eso. Matt no podía creerlo, pero realmente la tímida de Kimmy estaba haciendo lo que él quería, y haciendo un esfuerzo, le fue a sacar el calzón, para verla desnuda, sólo una tenue rayita en su pubis se veía surgir, permitiéndole a este ver cuánto se desarrollaba, pues dejaba de ser niña para ser una hembrita, que este pretendía apoderarse.
Qué buena nena eres, seguro prácticas ¿verdad? Dime – dijo algo vicioso Matt mientras sobaba su mejilla con cierto cariño.
Solo juego con los plátanos – finalmente respondió la nena asustada
Mm, con qué es eso, pero no te creo, cuanto a que ya estás viendo videos para adultos, te gustan, no mientas, pero no te preocupes, si quieres, luego vas conmigo para que te enseñe más cosas, seguro las vas a disfrutar – decía complacido Matt con una voz cargada de deseo.
La nena continuo lamiendo por unos minutos más que se volvían demasiado estimulantes, tanto que el joven tuvo que quitarla para acomodarla, dejando, su culito de frente, pero no pretendía darle por ahí, pues no tenía el fetiche de andar cogiendo por ese lado, solo quería sentir sus nalguitas directamente contra él, pues le gustaban mucho, lo que si haría fue ensartarla de un movimiento, lo cual disfrutó, parecía que su cuevita estaba hecha para recibirlo, haciendo poco esfuerzo para entrar, además que se metía como guante.
En serio que bien estas chiquita – diría el joven mientras empezaba su juego sexual.
Lentamente la empezaba a embestir, el ánimo de Matt era tal que la sujeto con pasión, acaricio cada centímetro de su cuerpo, fijándola contra el mismo, así comenzaría a hacer su vaivén con tanto cuidado que la niña se rendía ante aquellos movimientos continuos, siendo agitada de tal manera que no dejaba de quejarse deseando mas, pero no lograba articular palabra alguna, solo unos pujidos que se volvían gemidos calientes, esperando poder sentir aquello como una ninfa del sexo, sonriendo cada vez que se la iban metiendo hasta el fondo, dejando que la niña se ruborizara cada vez más, intentando aferrarse a los músculos de Matt, quien contento le diría:
Eres mía verdad, pequeña putita – le dijo mientras se la clavaba hasta donde podía.
Ah, sí, ahhh – era la respuesta de la tímida niña quien se corría mientras recibía una buena embestida en su interior.
Parecía ser el final, pero estaba lejos de serlo, pues súbitamente algo ocurriría, alguien mas estaba ahí, viéndolo todo, otras de las niñas, quien se acercaba, siendo Angie una preciosidad a la que había echado el ojo, vistiendo solo una batita blanca, esta era una niña de largo cabello rubio, no muy formada, apenas unos pezones se dibujaban en su ropa, delgadita, pero como su nombre indicaba se le notaba angelical, esta llegaba tímida, algo asustada, solo que su rostro era curioso, mirando al guardia interesada en lo que estaba ocurriendo, y al verla por segundos Matt se sintió inquieto, más lejos de asustarse diría:
Mm, entonces mi pequeña putita te dijo todo – preguntó el hombre sin dejar a Kimmy.
Ah, somos amigas, y ella decía que era tu novia, no le creí porque apareció esa otra, la tetona culona – respondía Angie algo nerviosa.
Ah, las nenas siempre andan de chismosas entre ellas, pero tranquila no me molesta – dijo Matt y le dio una mirada que decía ¿Qué quieres?
Una amiga me dijo antes que su tío le hacía cosas, jugó con ella hasta meterle su “nepe” dentro, aunque se ponía loca, pues era como si le encantara, diciendo que podía sentir como su viborota le iba abriendo por dentro, haciéndole sentir como chispas, sacándole gemidos, se puso toda roja, chillando de gusto porque se la iba metiendo, se perdía de más, aferrándose al hombre, mientras la movía como lo hizo, juró que era tan rico, aunque al principio duele mucho, o eso me juraba, y – decía la chica con una voz inquieta se iba calentando.
De igual forma estaba Matt, quien la veía y entendía, como todas las nenas a esas edad tenían curiosidad, no le gustaba que Kimmy hubiera dicho algo privado, pero entendía que gracias a eso ahora tenía a otra de las que le interesaban a su alcance, de hecho esta llegaba por si sola para dejarse hacer cuanto quisiera, y era obvio porque al acercarse la niña, le pudo sacar la batita de un solo movimiento notando algo delicioso, no se fijó en sus pies, traía unas plataformas como las que usaban las putas de lujo, pero también estaba con un leotardo blanco que le daba un aire tan inocente, tenía ganas de rasgárselo en ese maldito momento para disfrutar de la carne infantil, pero sabía que no debía ser demasiado bruto, o asustaría a la chica, y perdería su oportunidad. Con sumo cuidado comenzaría a besarle los pequeños pechos, unas puntas que no sobresalían mucho, aunque su color era demasiado atractivo, sentía la necesidad de chuparlos, lamerlos, saborearlos, detalle que se arregló en algunos segundos, lo cual causó una reacción especial en la nena, quien se hallaba mordiéndose el labio.
Mm, que rico, me dan cosquillas – decía Angie mientras sentía como su vulva se empezaba a humedecer, detalle que le estaba gustando mucho.
Si verdad, se siente muy rico – dijo Kimmy algo cansada, mientras le escurría leche de su vulvita.
El joven no se quedaba quieto, le encantaba aquello, las nenas empezaban a entenderse entre ellas sintiendo gusto por el sexo, lo cual hacia que su sangre hirviera, no estaban asustadas, parecían ser pequeñas golfas buscando el placer, lo cual le hizo sentirse más confiado, en especial por ver que estaban ansiosa por sentirse manejadas por aquel miembro, así que la haría quitarse la ropa, aunque la misma Angie diría.
Me quedo con los zapatos no, eso les gusta a los hombres – decía la niña de manera inesperada.
Y ciertamente le parecía un detalle muy erótico, iba a cogerse a una nena con unas plataformas que acentuaban las formas femeninas, eso mientras iba cayendo el leotardo dejando ver una cintura que apenas iba tomando forma, pero eran los muslos carnosos lo que más llamaría la atención, en especial cuando la tela que cubría su vulva bajaba, dejando en su lugar una línea de baba olorosa, la chiquilla se estaba calentando, era demasiado erótico, así que Matt se emocionó, y comenzaría a lamerle con desespero, saboreando aquella parte con un gusto innegable que fue sacándole algunos gemidos a la nena que por instinto fue apretando la cabeza de su amante, mientras comenzaba a gemir.
Se siente rico ¿verdad? – interrumpía Kimmy sonrojada tocándose ahí abajo.
Ah, sí, mmm, ah, se siente bien, mm – decía Angie mientras su cara reflejaba el verdadero placer.
Y ese era un deleite, porque la niña se perdía en las sensaciones que su pequeña vulva, una oleada de electricidad que llegaba a cada centímetro de su cuerpo, esta le hacía gemir de manera sonora, deseando sentir más de aquel cuerpo masculino, uno que la iba sometiendo, esta se sacudía en el placer del momento, disfrutándolo tanto que parecía querer mover sus muslos para saciar aquello que le estaba causando todo en su interior, pero como era tan parlanchina, y habiendo entrado en confianza empezaría a decir.
Mm, me gusta, si, mm, me gusta mucho, mm, dígame guardia, quiere repetirlo, le gusto, mm, es que se siente riquísimo, mm, me siento extraña, ah, todo me da vueltas, mm, ahh, quiero repetir, mm, siento que algo viene, mm, me encanta, mm, me lo contó una amiga de la escuela, mm, a ella se la coge una tía, mm, es una tipa horrenda, mm, pero sabe mover un juguete de plástico, mm, se lo mete hasta que se orina, mm, dice que se siente rico, mm, no le creía, mm, pero kimmy dice que es mejor con uno real, ah, una verga real es mejor, mm, lo probamos, mm, mi mamá tiene uno escondido, mm, lo usa cuando no está papá, mm, la mantiene fiel, ah, aunque le gusta más la verga de papi, mm, o eso dice a sus amigas cuando cree que no escucho, ah, mm, que rico, y se sintió bien, mm, pero no es igual, mm, esto es mejor, ahh – decía la niña cuando fue interrumpida, pues el dedo de Matt se le medio por el culo.
No chiquita, una verga es 1000 veces mejor, solo espera a que te la meta y veras, luego no querrás otra cosa dentro – dijo el vigilante mientras su dedo jugaba con su culito.
Mm, eso me dice Kimmy, es callada, mmm, pero igual de caliente que yo, ahh, dice que le gustó la verga, que usted la violó muy rico, mm, pero que no dice nada porque le quiere más, mm, que aparte le dijo que era su putita, mm, me gusta, mm, entonces yo también, mm, seré su putita, mm, porque esto me gusta mucho, ah, quiero, mm, mi cuerpo está que arde, ahh, me vuelvo loca, mm – decía la niña cuando súbitamente tendría un orgasmo.
Matt sin demora bebería de aquellos jugos, siempre viendo a la niña directo a los ojos, quien se quedó tímida viendo como el joven clavaba su vista en su cuerpo, mirándola con un deseo fuerte, que la hacía sentirse tan inquieta, ansiosa de seguir con aquel juego ardiente, mientras sus mieles del deseo se iban por la garganta del vigilante, quien no dejaba de saborear aquello, con un gusto que se notaba, pues la nena le flaquearían las piernas siendo alcanzada por el guardia antes de caer, aunque parecía que ella misma buscaba eso, por tenerlo cerca, y con gusto acabaría entre sus brazos. Matt estaba que ardía, le encantaba aquella situación tan candente, e iba a continuar, empezando a amoldar esa pequeña cueva a su verga, si restregaba su punta en la vulva, logrando que Angie gimiera, sintiéndose nerviosa, ansiosa, deseosa, pues ya quería tener aquella cosa adentro, y gracias a su corrida su entrada sería tan sencilla, pues apenas se sentó, la colocó, jugó un poco, no mucho, poca falta hacía, y de un momento a otro la ensartó de un solo movimiento, quizás sería algo tosco aquello, pero le encantaba sentirse dominante, hacerle saber que era suya, aunque la niña estaba ya entregada a ese calor erótico, sin embargo eso afirmada su control sobre ella, logrando un gemido doloroso.
Ahora también eres suya – dijo Kimmy algo cansada.
Si, ahh, soy la puta del guardia, y se siente tan rico, mm, desde ahora me va a coger, ohh, está empezando, me está cogiendo, mm, en serio que rico, mm, empieza a moverse, mm, mi cuerpo está que arde, mm, no puede ser, ahh, esto es demasiado rico, mm, no voy a aguantar mucho, ahh, en serio voy a ser tu puta – decía Angie mientras guardaba silencio para ser cogida con mayor fuerza, lo cual le encantaba
Putita, eres mi putita – decía Matt mientras continuaba con la follada.
Seguirían cogiendo con intensidad, se suponía que Angie estaba ahí porque sus padres salieron un poco, esa vecina solía cuidar a varios chicos, no era difícil saberlo, sin embargo eso ahora había servido para que el vigilante estuviera disfrutando de aquella chica, quien se enviciaba con la verga masculina, sintiendo el vaivén sexual que la estaba convirtiendo en una putita sin remedio, tan perdida en ese placer, que se acabaría corriendo rápido, pues era de esas niñas nacidas para el sexo. Matt por su parte le gustaba mucho la actitud de Angie, pero le advirtió que ahora era su hembra y se la cogería cuando quisiera, y lo iba a gozar, sin embargo el no era de una sola, se follaba a cuantas quisiera, lo cual la nena apenas pudo aceptar por lo embriagadora sensación que estaba gozado, su mente era destrozada debido al maremoto de sensaciones carnales, dejándola tan susceptible, que aceptaba cualquier cosa con tal de seguir con ese gusto candente, pues no podía negarlo, quería seguir sintiendo ese pedazo de carne dentro, la verga de ese hombre, quien la convertía en una zorrita, y quien la tomaba como suya, siendo su clímax final el tercer orgasmo cuando finalmente este se corriera en su interior.
Luego de ello la niña quedaría en un letargo se sentía llena, su vulva apenas escurriría un poco de semen, mezclado con sangre, debido a su virgo destrozado, el cual apenas y le ardió por la técnica y el placer que vivía, aunque al verla Matt buscaría una pomada para untarle ahí, dejándole sentir nuevamente esos pliegues internos, pero con sus dedos, esperando que así el dolor fuera menos al amanecer, luego de terminar, arropó a la niña en una cama disponible, querría salir, pero vería a Kimmy esperándole, estaba cansada, aún despierta, así desnuda la cargaría hasta su cama donde la besaría para empezar a acariciar su vulvita, pues estaba contento, aquella niña le facilitó las cosas Angie, así que podría gozar de ambas cuando quisiera, y presentía que sería parecido con Bella, así que hizo correrse con sus manos, dejando escapar un fuerte flujo, casi como si fuera orina, mojando un poco la cama, pero su olor era diferente, evidenciando el gusto que sintió, luego de eso Matt se marcharía.
A la mañana siguiente, siendo un fin de semana el guardia despertaría algo tarde por culpa del timbre de su caseta, era buscado por las gemelas, quienes querían hablar con él, pues se hallaban inquietas, necesitaban arreglar algo con este urgentemente, pues no sólo le debían la ayuda que recibieron el día anterior, también estaban muy calientes debido a su situación, pues aunque no quisieran aceptarlo, les gustaba ser dominadas, tratadas como golfas, sin embargo eran pocos los tipos que servirían para ese gusto, sus compañeros de clase, jamás funcionarían en ese sentido, pues al menos su amo debía poder someterlas a ambas juntas. Matt era un tipo extraño, tan duro que le gustaba sentirse dueño de lo que le rodeaba, en especial de las vulvas femeninas, por ello en cuanto vio a las gemelas se quedó pensativo ¿Qué pasa? Fue su pregunta, y ellas querían poner las cosas en claro, o algo parecido, seguir con el juego, pero se notaban en sus aromas que todo estaba a su favor, se daba cuenta la excitación, ambas chicas estaban ligeramente sudorosas, como si se hubieran estado tocando todo el rato, se notaba en sus gestos el deseo, balbuceaban mucho, tratando de contenerse ante su calor sexual, casi suplicando por su verga, de hecho sus ojos se fijaban en la entrepierna, y como usaba un short para dormir, notaban el miembro, se sentían acaloradas, Matt tenía una erección que necesitaban dentro.
Miren, par de putas, luego voy a su casa y me las cojo, eso quieren – dijo Matt apuntándose.
Ambas chicas se quedarían heladas, sin saber que decirle, pero aceptarían y se irían, resignadas a no poder controlar con sus juegos a ese hombre, habían estado demasiado tiempo jugando con sus cuerpos, sobándose sus conchas jugosas, que ahora estaban impregnadas de su olor, gimiendo como putas, mientras sabían que el guardia estaba haciendo algo con otra, lo que le desesperaba demasiado a las 2, por lo que ahora se preparaban para disfrutar dando lo que sea por ese gusto.
Como era de esperarse Matt se quedaría trabajando, dejando salir personas, o haciéndolas pasar, incluso permitiría entrar a un par de mensajeros, sin olvidar que pudo notar que un par de niñas se le quedaban viendo con cuidado, como si entendieran algo que él no sabía, y en su momento se le acercaría la linda Valeria, quien se mostraba algo inquieta, lo cual le dejaba pensando si las nenas dentro de la privada no se compartirían los secretos, pues de ser así, podría acercarse más a la rubiecita presente para hacerla suya.
Perdón joven Matt, mi mamá quiere saber si no podría cambiar los aparatos de humo, digo, los detectores, porque dice que mi papá los rompió por borracho – dijo la niña muy inquieta.
No te preocupes preciosa, yo luego voy y te lo arreglo todo, no hace falta decir más – dijo Matt un poco coqueto, mirando a la niña ruborizarse.
Esta se iría, y es que sus papás eran demasiado paranoicos en su cuidado, siempre encima de ella, aunque algo no encajaba, pero los vería desde la distancia, aquí cabía decir un detalle, no tenía cámaras funcionando dentro de esa casa, por lo cual debería aprovechar, así que tomó unos detectores que tenía guardados su abuelo, los conectó a la laptop y se fue a instalarlos, detalle considerablemente sencillo, aunque tardado, tomándole unas horas debido a los problemáticos señores. Habiéndolo hecho, decidió terminar con sus actividades, pues no tenía porque trabajar 24/7, podía tomarse descansos, aunque el gusto le duró poco, tuvo que ir a la casa de la linda Edna, pues la madre de esta, una señora odiosa, no perdió tiempo pidiendo que le cambiaran los detectores de humo por unos más nuevos, al menos eso le permitió acercarse a su presa, así en un descuido saludaría a la niña, quien se hallaba inquieta, y no era para menos, más no podría aguantar por mucho tiempo, aquella chiquilla junto a Laura y Janet, eran de las mas lindas de la privada, y por desgracia a ninguna de ellas había tomado como suya, hasta ahora.
Bien creo que con esto se acaba, cualquier cosa me avisas, preciosa – dijo contento Matt, pues lo habían dejado con la nena, mientras la señora iba a resolver un chisme.
Gracias señor, entonces usted es bueno, porque mamá decía que era malo, le quitó el trabajo al abuelito Benito – dijo la niña algo inquieta.
Como crees, para empezar el abuelo Benito es el papá del mío, somos familia, y me pidió que cuidara aquí en lo que estaba fuera, puede que no vuelva, tuvo un accidente, pero descuida, lo que se ofrezca, siempre estaré para ayudar, en especial a niñas tan hermosas como tú – decía coqueto el Matt llamando la atención de la nena.
Gracias – diría Edna ruborizándose, incluso mordiéndose el labio en un gesto delicioso.
Era una maldición, veía a esta niña jugar con sus ejercicios de gimnasia, empezando a sobarse su dulce pubis, tocándose los pechos, que pese a su edad parecían que crecerían mucho, tomarían una forma deliciosa, demasiado sensual para su gusto, pero lejos de poder hacer algo, tenía que coquetearle de manera inocente, sin que se viera evidente sus deseos de cogérsela, meterle la verga en ese instante, lo cual era demasiado difícil. En ese momento la chiquilla lucia deliciosa, vestía una falda de mezclilla, con un topsito que gracias al calor dejaba ver sus hombros al desnudo, su vientre plano, y unas sandalias, todo normal para una niña, su cuerpo sin embargo dejaba escapar una sensualidad increíble, la cual podría rivalizar con la de las gemelas, dentro de unos años, quizás superándolas, era inquietante, esa niña estaba hecha para matar cardiacos.
Luego de ello se marcharía Matt, pero sentía que estaba más cerca de poder hacer algo con Edna, y por suerte siendo un poco tarde le diría otros vecinos que querrían favores que esperaran, eso le permitiría acercarse, en especial al ver que Laurita estaba entre las casas de los interesados, además de Carla, otra de las preciosidades, una nena de rostro inocente cabello castaño, pero de ojitos casi felinos verdosos grises, lo cual era un gusto enorme, finalmente se podría acercar a todas, o eso pensaba cuando recordó algo, y fue en busca de sus gemelas, quienes le esperaban ansiosas. Ambas chicas eran coquetas, sabían que Matt se tardaría, así que se arreglaron para que este no las despreciara, se pusieron las prendas más sensuales que encontraron, sujetadores casi transparentes, tangas minúsculas , incluso medias, camisones de dormir, que parecían Baby Dolls, lo cuales aseguraban que toda sus figuras se vieran deliciosas.
Bien que estaban esperándome par de putitas – decía finalmente Matt al verlas frente a él.
Mira no somos putas de nadie – dijo Tatiana molesta.
Pero tú coges bien rico – agregó Samantha inquieta.
Miren, que ahora no pueden decir nada, solo miren como me están esperando, además dejaron entrar a un par de tarados que casi las violan mientras estaba en un rondín, cuando su padre llegue se enterará por los vecinos, un par de idiotas casi las violan, dirán todos, pero él me tiene confianza, puedo decirle algo diferente, así que están metidas en un enorme problema, ahora decidan, aunque no les queda de otra Putitas, se rinden o acabaran en el internado donde solo habrá chicas para coger – advirtió un tanto burlón Matt viendo a ambas.
No supieron cómo, pero el vigilante estaba enterado de todo eso, una advertencia dura que su padre tomó en cuenta debido a su situación, estaban acorraladas, sólo les quedo entregarse, abriendo sus piernas para recibir al hombre, quien se iba sacando la verga lista para cogérselas libremente, apuntando arriba firme, y Matt sabiendo que ahora tenía medianamente atrapadas a ambas, iría con todo, si así lo hizo el abuelo antes, solo no pudo cogérselas, así que este debía aprovechar al máximo, y lo haría, empezando por Tatiana, comiéndole la vulva como si no hubiera tragado en días, mientras Samantha veía, él disfrutaba de ese sabor especial, mientras la colegiala comenzaba a gemir, sobándose las tetas, al tiempo que jugaba metiéndole uno o dos dedos en el culo, es que aunque no quisiera admitirlo ella estaba caliente, sentirse atrapada le gustaba mucho, verse así era un delirio, así que se dejó devorar hasta correrse, viendo como el macho que tenia tragaba todo su flujo como si fuera una bebida suculenta, esto sin dejar de verla a los ojos, lo que la dejaba muy nerviosa, pero se detuvo, era el turno de Sam. La hermana se quedó lista, se había estado sobando mientras miraba todo, y cuando se puso sobre ella, esperaba el mismo trato, aunque antes de este le daría un beso, sintiendo el sabor de Tati en su boca, luego haciendo uso de su fuerza empezaría a comerle la vulva, siendo más feroz, quería meterle toda la lengua dentro, lo cual hacia que la pequeña puta le hirviera la sangre, perdida en un delirio sexual, mientras aferraba su mano contra la nuca de su ahora macho para que fuera más dentro.
Curiosamente aquello no quedaría en el anonimato, aquel trió ardiente donde se irían entregando las chicas, mientras que Matt le diera de los flujos a Tati de su hermana, antes de penetrarla por su vulva jugosa y gorda, haciéndola gritar de placer, fue visto por alguien más, pues afuera llegaba a la privada una sensual chica, esperando dar una sorpresa a su novio. Se trataba de Carmela, quien había tenido algunos problemas personales, su padre era un imbécil y dijo de más estando borracho, pensaba que podría irse unos días con su macho, sabía no le molestaría a este, en especial porque deseaba coger tanto como pudiera, incluso podría abrirle el culo, quería sentirlo, traía unas bragas nuevas con las que deseaba pasarlo increíble, sabía que este prácticamente la iba a violar con eso puesto, y es que era un semental, la trataba como una puta, pero la hacía sentir como una reina al penetrarla, era una delicia, de solo pensarlo su braga estaba húmeda, en verdad soñaba en cada cosa que pudiera hacerle, o casi, no era tan tonta para irse solo a follar, sin embargo había llegado hace como 10 minutos y no lo veía, por lo que pensó que se había ido de rondín, lo cual le tomaría un rato, detalle que le molestó si no hubiera visto a alguien.
Buenas, Carmelita, que gusto verte – dijo el dueño de la privada, mientras veía a la chica con unos pantalones entallados que dejaban distinguir sus preciosas curvas, en especial el culo carnoso, imaginando como sonarían sus gemidos.
Buenas, usted era el dueño de aquí, verdad – decía Carmela algo incomoda, porque se daba cuenta que este la miraba con ganas de coger, y no le gustaría ni como violación.
Sí, soy el jefe Pan, como el dios griego de los bosque, ya sabes el de apetitos fuertes – decía el hombre pensando en que si tenía oportunidad le daría una buena cogida, metérsela por el culo mientras le daba nalgadas para marcarla, también agarrarle las tetas.
Estoy buscando a mi novio, pero creo que esta de rondín – aseguró la chica aun incomoda, forzando una buena actitud, imaginando a su novio tomándola desde atrás, empezando a cogérsela enfrente del tipo este para quitárselo de encima.
Iba a decir algo más el jefe, pero en buen momento llegaba una de las señoras, había salido de emergencia para comprar unas cosas, llegando para interrumpir todo, siendo curiosamente la madre de Laurita, quien estaba con ella, y diciendo un par de cosas, pidiendo servicios al dueño Pancracio, quien vería su tiempo con la chica interrumpido, pues la puerta se abriría y ella iría a esperar a su novio en la caseta, donde curiosamente tendría al encontrar la computadora, querría usarla, ver qué cosas guardaba, pero contrario a lo que hubiera deseado Matt, Carmela hallaría un papel donde tenía la contraseña, le calentaba la idea de que tuviera pornografía, pero ¿cuál? Pues la idea de la normal le gustaba, intentar distintas poses, gustos como cuerdas o esposas, pero si tenía algún fetiche especial podría tentarla a cosas más intensas, quizás ser atada a la cama para coger con más de un juguete, usar trajes de cuero, dudaba mucho que quisiera algo de sumisión con el mismo, pero ser sometida, o juegos de rol, le podían divertir, solo esperaba que no tuviera nada raro como con excremento o animales, porque eso le daría asco, aunque luego le llegaría una idea que le calentaría como un volcán, cámaras ocultas dentro de las residencias, eso sería tan audaz, que temblando cuando escribió y buscó por el contenido, notando carpetas con nombres de chicas, pero luego vio un icono raro y al dar click halló más de lo que esperaba:
Cariño, creo que me voy a correr con esto – se decía mientras en un acto reflejo se fue sacando la ropa deliciosamente, dejando a la vista sus enormes tetas, luego las bragas, acomodándose para disfrutar de la vista desde la camas pues tenía la vista perfecta.
En la computadora se veía como estaba Tatiana de a 4, o casi, le estaban metiendo la verga en su culo con una ferocidad increíble, esta gemía como loca, mientras el hombre la jalaba desde atrás para sujetarla de las tetas mientras le hacía venirse, esta caería perdida diciendo toda clase de cosas, aunque el audio era malísimo pero escucharía:
Ah, soy tu puta, soy tu puta, tuya, ahhahaha – decía Tatis perdida en su orgasmo.
Me toca a mí – decía la hermana ofreciendo su culo redondo y carnoso.
Sin decir nada Matt empezaría a cogerse aquel recto, metiéndosela de una sola vez, dejando que esta diera un gemido bastante sonoro, que sería acompañado de pujidos, pues el joven estaba como bestia dándole con todo a las tripas de la chica, mientras la cargaba para usar todo su peso al penetrarla, logrando que Sam se perdiera en este placer, viéndose en el espejo violada, siendo alcanzadas sus tetas, mientras veía a su hermana desfallecer, habían empezado desde hace rato, primero con una chupada de vulvas y vergas, luego se montó sobre ambas, donde tuvieron unos buenos orgasmos, ahora que estaban rendidas les destrozaba los culos, no entendían como es que este hombre les podía dar tanto gozo, parecía un semental cogiendo a un par de hembras brutas, y con ese pensamiento su cuerpo les traicionaba con un fuerte orgasmo, pero Matt no se contuvo, las reunió para echarles su leche en la cara, diciéndoles:
No chiquitas, este es el inicio de todo, a partir de ahora son mis putas, y me las cojo cuando quiera, harán lo que les diga, y les prometo, lo van a gozar – decía casi como una burla, pero que ambas aceptaron, mientras se lamian entre ellas besándose con el semen en la cara para saborearlo, y Matt vería con gusto que las tenía sometidas.
Espero con ansias la continuación y ver que pasara con Carmelita.
colega, que ya mande la continuación, espero la disfrutes, nos vemos…