En la escuela, algo mas que estudiar…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por tigreblanco89.
La escuela, algo más que aprender…
Todos hemos sentido esa atracción por alguien de nuestro salón o de nuestro grupo de amigos, yo lleve esa atracción a algo mejor, la acción…
Siempre estamos en grupo hombres y mujeres a todos lados, y en mi “grupito” hay dos mujeres que me ponen loco.
Antes que nada debo describirme, mi nombre es Roberto, soy un hombre de 20 años, alto de una complexión regular, ni muy musculoso ni muy delgado, digamos “mordible”, siempre he hecho deporte así que soy atlético sin llegar a exagerar, no me considero muy agraciado físicamente pero creo que mi personalidad lo compensa.
Ellas son como una obra de arte hecha mujer, una se llama Alicia y la otra Mariana, sus cuerpos se complementan y hacen una combinación perfecta, Alicia mide como 1,65 es esbelta, delgada, con una cara tallada por los mismos ángeles, su tez es blanca con tintes rosas y unos labios rojos que te incitan a no dejar de besarlos nunca, su cara se ilumina con unos ojos color café claro que podrían hipnotizarte hasta hacerte caer rendido a los pies de semejante diosa, su cuello es claro y terso con lunares que es delicioso contar a besos, su hombros son delicados, “sus pechos podrían caber fácilmente en mis manos” pensé yo (no imagine que luego lo averiguaría ), su cintura es perfecta delgada, de esas que con un brazo puedes envolver por completo, sus caderas podrían hacer que hasta el más cuerdo perdiera el juicio, acompañadas de un par de nalgas que harían que no desearas ningunas otras, son grandes jugosas, de esas que no puedes abarcar con una sola mano, nalgas que no quieres dejar de morder y besar, y para terminar un par de piernas que cual buena deportista son la cereza del pastel de un postre perfecto que cualquier hombre desearía devorar.
Mariana por otro lado, tiene un conjunto de encantos que la hacen el complemento perfecto de Alicia, su cara es bella, tez trigueña, su ojos son penetrantes café oscuro, el fuego puede verse a través de ellos, y cuando algo quiere su mirada te grita “cógeme” sus labios son un poco más gruesos y carnosos que los de Ali, un rosa pálido los hace enmarcar su angelical rostro, su cuello se antoja para marcar su piel a mordidas, sus hombros son fuertes para levantar un hermoso par de pechos que luchan por salir de la blusa que se ponga, fácilmente un sujetador copa CC o D se esconde bajo esa blusa blanca del uniforme, su cintura es marcada y se engalana con un trasero que aunque sea más pequeño juraría no querer dejar de nalguear.
Los días pasaban y mi deseo crecía más y más, me sentía todo un adolecente prepuber tratando de ver por encima de sus escotes, o aprovechando para rosar sus nalgas o sus tetas en cualquier situación “accidental” o a manera de “juego”, moría de miedo de saber si se daban cuenta, aunque a veces pensaba que eran ellas las que trataban de pasar frente a mi o acercarse demasiado, me llenaba de ansiedad cuando se me quedaban viendo y secreteaban o se reían, había ocasiones en que la “provocación” era tanta que debía ocultar las erecciones que tenia, y cuando la excitación era mucha debía correr al baño a pajearme y dedicarles mi eyaculación, había veces que “jugaban” a tocarse entre ellas, eran tan sexys que llegue a pensar que de verdad eran o bis o lesbianas.
Trate de lentamente irme acercando más y más, para entrar más en confianza y pues enterarme de lo que hablaban y sobre todo de si se gustaban entre ellas o solo era un juego de borrachera o de esas interacciones que solo se tienen en las fiestas universitarias, hasta que un día no hizo falta preguntar…
Un día, terminamos clases, y como es de costumbre todos comenzamos a despedirnos y ese ritual de siempre, pero esta vez algo cambio, dijeron que “debían ir a buscar un libro”, es curioso cuando en todo lo que llevo de conocerlas no había notado su preocupación por las cuestiones escolares, así que decidí seguirlas, iba caminando a una distancia de unos 20 pasos y con el bullicio de la hora de salida podía ocultarme fácilmente para no ser descubierto, comenzaron a caminar hacia una parte alejada de la escuela donde hay bodegas y almacenes, me escondí detrás de un contenedor donde pude observarlas bien, entraron a una bodega que parecía estar vacía, me acerque a la puerta y solo podía escuchar una respiración agitada tras la puerta, escuche un ruido y trate de moverme para observar mejor, y ahí estaba yo, tenía una visión perfecta de la situación, y como lo sospechaba ¡se estaban besando! Ali dominaba la situación y tenía a mariana contra la pared, estaban fundidas en un beso que parecía no tener fin y que aparentaba no ser el primero, inconscientemente comencé a jadear y en mi pantalón comenzó a dibujarse una erección, mis pensamientos y fantasías se estaba haciendo realidad ante mis ojos, Ali besaba con mucha pasión el cuello de mariana, su mano izquierda se apoyaba en la pared mientras con la derecha acariciaba la empapada entrepierna de mariana, sin dejar de besar su cuello, mariana tenía la vista perdida en el cielo, sus piernas se contraían y su abdomen se contraccionaba, ella estaba a punto de gemir cuando Ali ahogo sus intenciones en un beso, que hizo que me estremeciera…
No podía dejar que todo eso pasara ante mí y yo no hacer nada, necesitaba actuar rápido si eso quería o retirarme, me arme de valor y con un pensamiento sin vuelta atrás comencé a adentrarme en la bodega, mi mente volaba en que era lo que debía hacer o como debería de actuar, me acerque lo suficiente y solo alcance a decir….
R- Pero que delicia
Abrieron los ojos a la par, y los colores se les fueron al suelo, Ali sacó la mano del pantalón de mariana y con una voz de pena y lujuria solo alcanzaron a decir…
A- Rrroberrtoo que haces aquí? -su voz temblorosa me hacía dudar de una posible reacción negativa-
R- Yo solo las seguí para ver si mis suposiciones eran ciertas, y ¡lo son! Tantas veces las imagine en esta situación y ahora sé que es verdad.
M- Ah si? Y te gusta lo que ves?
R- No voy a negar que me ponen caliente con este espectáculo, pero pues la verdad me es indiferente – trate de decir mientras con mis manos ocultaba mi erección-
A- Pues tu amiguito no piensa lo mismo que tú, míralo ahí encerrado…- dijo acercándose a mí, volteándome contra la pared, de pronto tome la posición que mariana tenia, y el calor se me subió al rostro.
M- Te vamos a ayudar a aliviar la presión en tu pantalón… -terminando la frase me planto un beso que me hizo elevarme hasta el cielo, el ruido de mi bragueta bajando me hizo volver de golpe a la realidad de lo que pasaba y al voltear la mirada Ali estaba hincada frente a mi tomando mi pantalón para llevarlo a mis rodillas.
A- Es una pequeña muestra de nuestra amistad….
– antes de terminar de hablar, mi pene salto como un resorte cuando ella bajo mi ropa interior (he de decir que aun que no considero que tenga un pene muy grande, un pene de 18 cms me ha sido bastante útil para satisfacer a más de una) y antes de que mi mente asimilara lo que acababa de pasar sus labios rodearon mi pene hasta la mitad, el vaivén de su cabeza hacia que la mía diera vueltas y mis ojos se pusieran en blanco, mariana se le unió en la maravillosa felación, tenía a ambas hincadas en el suelo, Ali por mi derecha y mariana por mi izquierda…
El panorama era magnifico, Ali se quedó muy ocupada con mi pene en su boca, puse de pie a mariana y enseguida me abalance a quitarle la blusa, llevaba puesto un sujetador blanco, se veía apretado y sus hermosas tetas estaban a punto de salir por encima, comencé a besar su cuello y trataba sin éxito de abarcar sus pechos con mis manos, hundí mi rostro en medio de esas magnificas esculturas y mientras la abrazaba, con mi mano izquierda logre abrir su sujetador, sus tetas chocaron contra mi cara, sus pezones eran café claro y para ese entonces estaban muy duros, me concentre en tomar sus tetas con mis manos y hacer círculos con mi lengua en sus pezones, la fuimos recorriendo hacia la pared, para entonces yo ya había perdido mi pantalón por completo, y Ali ahora le estaba dando una espectacular mamada a mariana que quien sin darnos cuenta perdió su pantalón junto con el mío, la boca de Ali se perdía en una entrepierna perfectamente depilada que escurría lubricación, la mano derecha de Ali subió a comenzar a meter dos dedos en la vagina de mariana, y la izquierda me pajeaba al mismo ritmo, yo cual niño hambriento no podía dejar de lamer y morder los magníficos pechos de mariana, lo único que su boca podía emanar en ese momento eran gemidos.
Habíamos sido demasiado egoístas y habíamos dejado de lado a Ali un poco, decidí que ya era hora de comernos ese delicioso pastel que tanto y desde hace mucho tiempo había deseado comerme, puse a Ali contra la pared mientras mariana terminaba de quitarse las prendas que se habían quedado a medias, tenía preso el cuello de Ali entre mi boca y mi mano derecha, su respiración se aceleraba y yo recargaba mi pene en su abdomen, comencé a levantar su blusa blanca, mis manos comenzaron a temblar por el nerviosismo y la excitación, deje al descubierto su sujetador rosa y en un ágil movimiento lo arranque para dejar ver un par de tetas hermosas que se acoplaban perfectamente a mis manos, instintivamente las tome, y mi boca como si estuviera en trance aprisiono los dos tiernos y pequeños pezones color rosa pálido, que debo confesar llevaba lo que parecía una eternidad deseando verlos y sobre todo tenerlos entre mis labios como los tenia, de inmediato se comenzaron a poner duritos, mi cabeza se movía al ritmo de su respiración, era el cuadro mejor retratado de un trío y yo lo tenía ante mis ojos.
La desnudez nos sorprendió inesperadamente, aunque Ali se había quedado un poco atrás y aun llevaba puesta una tanga que aun que no era de hilo dental se perdía magníficamente entre esos dos monumentos que eran los más jugosos que hubiese visto jamás, Ali estaba felizmente ocupada en los pezones de Mariana, en contra de la pared, me estaba dando la espalda y era el momento perfecto para yo poder trabajar ese perfecto trasero, me hinque detrás de ella, y con ambas manos empecé a bajar su tanga, de su entrepierna emanaba un suculento aroma intoxicarte, sus fabulosas nalgas quedaron ante mis ojos ya sin ningún estorbo, y cual profesional me clave en medio de ellas, y saque la lengua tanto como pude, las separe un poco y mi boca se apegó a lo primero que encontró, la punta de mi lengua comenzaba a abrirse paso hasta llegar a un destino grandioso, su hermoso culito, se sentía estrecho y mi lengua ya se encargaba de humedecerlo, Ali dio un pequeño salto al sentirme ahí, y un gemido se le escapó, mi mano viajo a satisfacer su ya muy mojada vagina, se sentía muy caliente y llegaba al punto de escurrir levemente, me puse de pie y ya todo listo, aprovechando su posición comencé a clavar mi pene en su vagina que por lo que pudieron sentir mis dedos ya estaba pidiendo una verga a gritos.
Seguí bombeando y su espalda se arqueaba, ella penetraba a Mariana con sus dedos tan rápido como mi pene entraba y salía de su vagina, escuche un susurrante M- Métemelo a mí… mientras mariana me llevaba al suelo, me acosté boca arriba y ella se sentó sobre mi miembro aún muy duro y lubricado con los jugos de Ali, la cabalgata era perfecta y el bamboleo de sus tetas era hipnotizaste, Ali por su parte se sentó en mi cara de frente a Mariana, hasta ese momento no había probado una vagina más deliciosa, era de un rosa precioso, estaba hinchada por lo acalorado de la situación, su clítoris se hinchaba con cada contracción que le provocaba el que yo lo lamiera, el frenesí de los sentones que Mariana me estaba dando me estaban haciendo llegar al orgasmo, de pronto las piernas de Ali estaban contrallándose, y mi boca se vio inundada con una marea deliciosa de jugos vaginales que me apresure a beber, Ali leyó mi mente y por los gemidos que empezó a escuchar de mi boca supo lo que estaba a punto de ocurrir, se quitó de mi cara y con una habilidad magistral hizo que ambas quedaran hincadas y yo rápidamente me pare sin dejar de pajearme, las dos tenían una mirada de suplicio deseando ese esperado premio que sabían que se habían ganado, la paja fue más intensa cada vez, cuando después de unos segundos de paja intensa de mi verga comenzaron a salir disparados chorros de semen que tuvieron como objetivo las lenguas de ambas doncellas que se apresuraron a degustar, se voltearon a ver y mutuamente recogieron el semen de la cara de su compañera para terminar en un beso apasionado con un toque blanquecino en sus labios, sabía que la película había terminado ya que el timbre de los cambios de hora me lo recordaba, en ese momento una mano en mi hombro me hizo volver de mí fantasía y al abrir los ojos pude observar como Ali y Mariana se alejaban, mientras yo me quedaba detrás de aquella puerta con una erección a medias y una mancha en mi pantalón, que la prefecta notó y con un estridente grito de “PERVERTIDO!!!” me hizo a la realidad volver, suplicante me hallaba ya cuando dijo, P- esto no tiene por qué saberse si tú eres amable conmigo…
En ese momento estaba a punto de descubrir que, la experiencia lo es todo….
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