Fantasía cumplida, mi mujer y yo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi esposa Rebeca y yo somos un matrimonio relativamente joven, ella tiene 24 y yo 25 años. Aunque tenemos solo dos años de casados, fuimos novios por cinco, y ya teníamos relaciones sexuales antes de casarnos. Somos una pareja moderna, deseosa de experimentar cosas sexuales, vemos videos porno y navegamos en internet para saber de sexualidad, y ambos tenemos gustos afines, no nos gusta la homosexualidad, tampoco el masoquismo, si nos gusta todo lo que es sexo oral, el sexo vaginal en todas sus posiciones (algunas muy raras), nos gusta el sexo anal (previo preparación), nos gusta el sexo público, hacerlo en la calle, dentro del auto, en otros lugares públicos.
Bueno, al relato. Desde hace algunos meses atras, nos estusiasmaba ver videos de intercambios o tríos, esposo, esposa y un acompañante (mujer u hombre), y finalmente empezamos a planear la situación. Como dije casi al inicio, mucha gente no está de acuerdo con lo que es eso, asi que no podíamos meter en la cama a cualquiera, ya que se podría saber y mi esposa tener problemas con papá o mamá de cada lado, asi que lo planeamos cuidadosamente.
En ese momento, en la empresa donde yo laboro, fuimos visitados por la junta directiva de la organización, uno de ellos es un Ing. Otto (cambiado también, pero el tipo es europeo), quien debe tener unos 35 años, maduro y atractivo, le tomé una foto con mi teléfono y se la llevé a mi esposa y a ella le gustó que fuera nuestro invitado en cama, ahora era como planearlo. Asi que ideamos que yo lo invitaría a cenar, durante, le platicaría que mi esposa estaba fuera de la ciudad y que lo invitaba a mi casa a tomar una bebidas, en una calle cerca de mi casa (que es segura), mi esposa estaría vestida como una putita y yo pararía a levantarla y la llevaría a nuestra casa y alli la fornicaríamos con Otto (nunca le he presentado mi esposa a Otto, o sea no la conoce). Todo planeado.
Llegó el día. Llevé a cenar a Otto, alli le conté que mi esposa no estaba (no tenemos hijos aún), en la cena estabamos cuando, se apareció un amigo de Otto, él era un tipo alto, tez blanca, posiblemente de la misma edad de Otto, algo corpulento, pero no mal cuerpo, saludó efusivamente al ingeniero y luego se sentó, pidió el menú y pidió comida, Otto al ver mi extrañeza, me dijo que esperaba no me molestara y presentó al invitado como Bruno, un antiguo amigo de universidad. Por un momento pensé que los planes se habían deshecho, pero segui adelante, no sabía además si el tipo comería y se iría, pero no fue asi. Después de la cena, el ingeniero Otto, me preguntó si no es molestía que Bruno nos acompañara a mi casa, que fueramos los tres. Yo no sabía que hacer en ese momento, dije que no había problema.
Al pasar por la calle donde nos esperaría mi mujer, paré el vehiculo al verla, iba vestida bien deliciosa, con una mini negra y un blusita sencilla, debo decir que mi esposa fue una edecan y modelo de una cerveza, tiene una figura linda, bien hecha, lo mejor son sus caderas y cintura y un culo que pararía el trafico de una avenida. Paré e hice la imitación de contratarla por algunas horas, llegamos un precio y ella entró al auto, en la parte de atras iba Bruno, a quien no había visto mi esposa porque el auto es polarizado. Cuando ella lo vió me miró extrañada del por qué había otro hombre alli.
Conducí a la casa, entré el auto hasta su carport, bajamos y entre bromas entramos a la casa, la única que iba un poco sería era mi esposa, cuando ellos se sentaron, ella me hizo señas, preguntando quien era el otro tipo, mi hizo los dedos como diciendo "dos". Poco a poco ella se fue relajando, los tipos resultaron muy amenos, bromsitas y buena plática, en ningun momento por ser "putita" la discriminaron, sino que la hacían pasar un buen rato. Eso me fue calmando. Lo unico que hacían los dos tipos, tanto Otto como Bruno, era abrazarla y aveces le tocaban las piernas, que las tiene muy bonitas mi esposa.
En eso, fue Otto quien le dijo a Rebeca, que nos bailara algo, yo al principio pensé que ella los mandaria al carajo, pero no, ella se paró y me pidió que pusiera música, no sabía cual poner, y puse alguna romántica en inglés de los 80´s, eso creo que fue lo mejor, porque mi mujer se movía eroticamente con la música, nunca la había visto en ese plano, pero la verdad que nos paró a todos la verga, sus movimientos sexys, luego se quitó la falda y Rebeca tenía uno de esos hilos dentales que tanto me gustan, sus nalgas desnudas bellas, imponentes, yo ví que Otto y Bruno se frotaron la verga sobre sus pantalones, luego se quitó la blusita y se quedó en sosten, un mini sosten, que dejaba libre la mitad de sus tetas. La verdad si parecía una putita con experiencia, por la forma como bailaba, se agachaba y les mostraba la parte más linda de su cuerpazo, su culo. El ambiente estaba caliente de verdad.
Al terminar, Otto y Bruno le aplaudieron, ella se fue a sentar en medio de ellos en el sofá, yo estaba en otro de frente a ellos. Los dos tipos empezaron a tocar el cuerpo de mi esposa, al principio sentí celos, pero yo estaba muy excitado por todo esto. Uno le acariciaba los senos y el otro las piernas. Bruno más decidido le zafó el sosten por atras, los senos de Rebeca saltarón libres, Bruno los acarició y buscó la boca de mi esposa. Otto pasaba sus dedos sobre la rajita de ella y él se fue hincando en el suelo, yo me tocaba la verga que ya no cabía en mis pantalones. Otto fue sacando la braga a Rebeca, mientras ella frotaba su lengua con la de Bruno, quien en sus manos tenía cada teta de mi esposa. NO pude más y me saqué la verga del pantalón para masturbarme de ese cuadro.
Otto abrió las piernas de Rebeca y depósito varios lenguetazos en los muslos y partes alrededor de la raja depilada de mi mujer, luego con sus dedos abrió el sexo de ella y le comenzó a pasar la lengua en sus labios vaginales y en su clitoris; Bruno al ver eso, tomó cada seno y se lo llevó a la boca, los mamó uno por uno, le pasaba la lengua en sus pezones que se pusieron duros y erectos. Yo me tomaba la verga con fuerza, al ver como un tipo mamaba sus lindos senos y el otro se sumergía entre su sexo devorandolo todo.
Al ver todo eso, quise participar, como Bruno estaba ocupado chupando sus pezones, me puse de pie con la verga afuera y me acerqué, al verme, Rebeca extendió la mano para tomar mi verga y comenzar a chuparla succionándomela. En ocasiones ella soltaba mi verga para gemir, los tipos se la estaban comiendo viva.
Bruno fue el primero en ponerse de pie y quitarse la ropa, creo que solo se quedó con los calcetines, y luego se puso a mi lado, con la verga en su mano, como esperando turno para que mi esposa se la mamara, ella al verlo, sonrió y dejando mi verga, tomó la de él y la metió en su boquita y se la chupó con clase. Bruno cerraba los ojos para degustar la felación. en cambio Otto no dejaba de mamar el sexo de Rebeca, al verlo pude comprobar que le tenía metido un dedo en la raja mientras se lo mamaba. En ningún momento que recuerde, Rebeca puso en duda ante los tipos que ella no era una puta, sino más bien ellos estaban seguros que lo era, ya que la actuación de ella era soberbía, mamaba dos penes, mientras tenía un dedo del otro y su lengua chupando su pepa.
-Dejame probarle su chuchita!- dijo Bruno y Otto se quitó de entre las piernas y le cedió su lugar, vi como Bruno se acomodaba alli, levantando un poco las nalgas de Rebeca, vi como su lengua tocaba sus labios vaginales, pero siguieron con dirección hacia su ano, siii, Bruno comenzó a comerle el ojete del culito, mi esposa reaccionó y soltando mi verga comenzó a gemir y decir cosas que nunca se las había oido decir en la cama. Otto se desnudaba y poniendose a mi lado ahora, extendio su verga para que mi esposa le hiciera los honores y se la mamara también.
-Que cuadros aquellos!- yo estuve a punto de correrme en la boca de Rebeca, pero eso sería muy penoso. Me retiré y me senté de nuevo en sofá de enfrente y me masturbaba viendo aquello. En eso, vi que Bruno, quien era quien manejaba más la situación, le dijo a mi esposa que se pusiera de rodillas sobre el sofá, con el culo hacia afuera. -Quiero cogerte lindura, me tienes loco!!- le dijo con fuerte tono. Mi esposa siguió sus instrucciones y sus preciosas nalgas quedaron al aire dispuestas a los placer más bajos de esos tipos. Bruno tomó su verga que era grande y gorda y la puso en la entrada de su raja y fue empujando hasta que entre gemidos de ambos, desapareció en su coño. Luego se puso a bombearsela primeros segundos lento pero profundo, pero conforme pasaba el tiempo, se volvieron unos pistonazos secos, que movían la carne de las nalgas de mi mujer, Otto que estaba masturbándose también frente a esa imagen, se puso del otro lado del sofá y le ofreció su verga a mi mujer para que la mamara, ella sin perder un segundo la tomó y comenzó a chuparla. Los gemidos de los tres inundaron la sala de estar. Yo en esos segundos con la verga en la mano, llegué a mi orgasmo, un buen chorro de esperma dejé regado en el piso frente a mi.
No pasaron muchos minutos para que Otto le pidiera a Bruno un cambio de lugares, Otto desenfundó su verga de la raja de mi mujer y alli se presentó Otto, quien tomo su verga erecta, pero al ver la belleza de la forma de culo de Rebeca, hundió su rostro entre las nalgas de ella, lamiendo y chupando sus carnes y su ojete del culito. Bruno fue a ponerle la verga en la boca a ella y Rebeca empezó a limpiar el brillo de sus propios jugos impregnados en ese pedazo de carne dura. Yo seguí masturbándome, mi verga seguía dura y erecta. Vi que Otto lamía el culo de mi mujer, estaba como poseido por ese trasero. Pero se puso de pie y penetró en la raja a mi mujer, quien empezó a gemir como loca, seguidó de un largo quejido, creo que Rebeca se corrió en ese momento. Otto siguió cogiendola con fuerza, en ocasiones jugaba insertándole un dedo dentro de su culo y ella movía su trasero como diciendole que le gustaba lo que él hacía.
Bruno no aguantó y se corrió en la boca de Rebeca, quien apenas pudo evitar tragarselo todo, le escurría leche en los labios y la barbilla, pero la verga de Bruno apenas se bajó de tamaño y dureza. En eso vi que Otto cambiaba de lugar su verga, eso era lo que ya tenía planeado hacer, y la puso en el culo de mi esposa, la tomó de la cintura y despacio la fue ensartándo hasta meterla casi toda, luego se puso a pistonear despacio, entraba y sacaba su verga de su ano. Ahora fue Bruno quien al ver eso, se sentó al lado de donde estaba hincada mi esposa y le dijo a Otto que la cogieran juntos, Otto sacó su verga del culo de Rebeca y la puso encima de la verga de Bruno, quien estaba sentado, mi esposa con gran soltura se fue clavando la verga de Bruno y comenzó a cabalgarla para acomodarla en su vagina, luego el la jaló hacia adelante dándole lugar a Otto, quien al ver el culo de mi mujer no dudó en penetrarla por el culo, luego empezaron a moverse como animales. Mi esposa clavada de forma doble, por la raja y por el ano. Algo digno de verse en video. Yo ya estaba por llegar a otra corrida alli viendo sentado.
Los dos se movieron dentro de mi esposa. Ponían varios ritmos, todos gemían fuerte, resaltaban los gemidos de ella. Bruno que tenía cerca las tetas de ella las mamaba apretándolas fuerte. Me corrí, ahora si por segunda vez. Otto gritó y empezó a moverse hasta descargar toda su esperma en el culo de Rebeca, luego la saco y se sentó un rato. Ella saltaba ahora con más libertad sobre la verga grande de Bruno y lo llevó en dos minutos a su corrida, Bruno descargó su esperma en la raja de ella, quien se quedó arriba cabalgandolo hasta que le sacó lo último. Total, Bruno y yo nos corrimos dos veces y Otto solo una, cinco venidas, y mi mujer no se cuantos orgasmos, solo la oía gemir, gritar y gozarla.
Mi esposa se soltó de la verga de Bruno y caminando como una gran putisima, se fue al tocador desnuda, alli tardó varios minutos limpiándose. Bruno se levantó a servirse otro trago de licor, luego me dijo que la tipa (mi esposa) era una mujer tremendamente caliente, era una excelente puta!!, dijo él. Otto seguía reponiendose y pidió que le sirvieran también. Cuando regresó Rebeca, le sirvieron un trago también y se sentó para ponerse solo la ropita interior. Yo estaba platicando con Bruno, de algunos planes para la empresa donde laboro, cuando vi que Otto dijo que irían a la cocina para ver si habían algunas botanas, se fue con mi esposa, vi cuando le acariciaba las nalgas mientras caminaban. Pasaron diez minutos y no regresaban, le dije a Bruno que iría a orinar, pero no fue asi, quería ir a ver a la cocina que pasaba.
Llegué a la puerta y Otto tenía a mi mujer acostada en la mesa del desayunador, con los pies de ella a los lados de su cabeza y el dándole verga por el culo. -tenía muchas ganas de cogerte el culo muñeca, lo tienes divino!!- le decía mientras gemía el rubio de Otto. Mi esposa gritaba y le pedía que le diera más duro, de verdad la estaba gozando. Ella no me había visto aún en la puerta. En eso vi que Otto sacaba la verga del recto de mi esposa y ahora la cogía duro por la raja, luego al cabo de quince o veinte segundos la volvía a clavar por el culito y asi se turnaba para follarla por sus dos lados. De nuevo me hice una paja viendolos, me vine como quinceañero, rapidamente. Luego me fui de alli y regresé donde Bruno.
Al rato, unos diez minutos, ellos regresaron como si nada, hasta bromeando y nos llevaban unos quesos y pan con algo. -Oye Cesar, no te vas a tirar a la chica?- me dijo Bruno, y si era cierto, yo era el único que no la había penetrado, pensaran que soy gay?, -si, verdad!!- dije yo, la tomé de la mano a mi esposa y sentándome la invité a cabalgarme la verga, al principio Rebeca no estaba de acuerdo, luego supe porque, su raja estaba llena del esperma de Otto, por lo sucedido en la cocina, ella no se había limpiado, asi que cuando la penetré sentí mojado el interior de su raja, me dio un poco de asco, sentir el esperma de otro tipo en la vagina de mi mujer y tocarla con mi verga, pero con el licor ingerido y con todo lo que había sucedido en la noche, eso no debia ser un problema. Asi que ella se puso a cabalgarme, hasta que me hizo correrme, mientra los otros dos observaban todo y se jalaban la verga todavía. Le terminé de llenar la raja de esperma a Rebeca.
Ahora si, ella se puso su atuendo, Bruno y Otto se empezaron a despedir, yo les dije que no tuvieran pena por Rebeca que yo la llevaría a donde la recogimos en la avenida.
Rebeca estaba apenada por el último suceso, alguna vez yo le había dicho que lo único que nunca haría era meter mi verga en la raja de una mujer donde antes hubiera acabado otro hombre. Pero yo la hice sentir bien, le dije que lo de la noche había salido mejor que lo planeado. Ahora quiero hacerlo con dos o tres mujeres- le dije.
Espero les haya gustado, y todo fue real. He visto a Otto una vez en un año completo, a Bruno nunca..
La experiencia ha hecho que los siguientes palos que le dado a mi mujer hayan sido de pelicula, riicoos.
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