FRESITAS CON LECHE – Capitulo 4
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por robertototo147.
Después de una tremenda sesión de sexo con mi hija Tiara, quedamos rendidos en el sofá. Desperté, vi el reloj que ya marcaba el mediodía, vi a mi costado a mi niña que dormía como un angelito, claro, después de follarla por primera vez, la había dejado sin fuerzas. La desperté con besos cariñosos en sus labios, sus mejillas, acariciándole su cabello hermoso –DESPIERTA AMOR, YA CASI ES HORA DE ALMORZAR- ella se despierta, estirándose sutilmente –ay papi, me lele mi potito- -NO TE PREOCUPES AMOR, AHORA QUE SALIMOS TE COMPRO ALGO EN LA FARMACIA- -está bien papi- -¿TIENES HAMBRE? –zhi-
Recordé que durante esas 2 semanas, habíamos dado libre a la señora que nos atendía por horas, y que se encargaba de la comida, de la limpieza, etc. Total, eran épocas navideñas, y yo me quedaría a atender a mi hija, pero este día no podría hacer nada después de la faena que tuvimos. Nos dimos un duchazo, nos vestimos con ropa ligera, y fuimos rumbo al centro comercial. Al bajar por el ascensor, le explicaba o trataba de explicar a mi niña que esas cosas que habíamos hecho era nuestro jueguito secreto y que su mamá no debía enterarse –¿ENTENDISTE PRINCESA? TU MAMA NO TIENE QUE SABER DE NUESTROS JUEGUITOS SINO YA NO NOS VA A QUERER!- zhi papi- Siendo mi hija muy inteligente, luego comprendí que esas indicaciones no fueron del todo claras. Ya se enterarán porqué. Abrió el ascensor y nos cruzamos con el conserje que al vernos en el hall, fue como que se alegró mucho de vernos, se iluminaron sus hijos al ver a mi niña –hola, van a salir?- -CLARO, YA ES HORA DEL ALMUERZO- -zhi, mi papi me va a llevar al shoping center- -jaja ah muy bien, te regalo este caramelito- Entonces el conserje se arrodilló, y sacando de su bolsillo le dio un pequeño dulce a mi niña, cogió la mano de esta, acariciándola de mas, diría yo, mirándola de arriba abajo como si fuera una princesa real –BUENO, DALE PERO TE LO COMES DESPUES DEL ALMUERZO AH- -zhi papi-, y ella se daba vuelta pero le dije –¿HEY QUE SE DICE?- -gazhias señor paco- -de nada mi reyna- Mi niña me sorprendió cuando se aproximó y le dio un beso en las mejillas al conserje, pero este me sorprendió mas cuando con todo desparpajo giró su cara un poco para rosar sus labios carnosos con los labios finitos y rosados de mi niña, fue un momento particularmente excitante. Mi chiquita finalmente se dio vuelta y se fue dando brincos hacia la puerta, mientras el conserje se quedó arrodillado, con una mirada de lujuria que ni se imaginan, y mordiéndose el labio inferior, fijándose en las piernas de mi niña y por supuesto en su culito. Por cierto, él era un hombre maduro de 50 años, moreno de 1.78m, de contextura gruesa, con una barriga un poco prominente, y unas piernas gruesas, acostumbrado a hacer labores de gran esfuerzo físico.
La tarde fue amena en el centro comercial con mi niña; almorzamos, la llevé a los juegos, a pesar de la cogidota que le di en la mañana, como toda niña a esa edad era hiperactiva con los juegos y ya casi ni le dolía, Obviamente le compré una cremita que me recomendaron en la farmacia (yo mentí al decirles que mi niña estaba un poquito escaldada de su trasero porque no podía hacer sus necesidades normalmente). La tarde terminó con unos helados, y le compré unos juguetes, es decir, ella se lo merecía por haber sido una niñita muy obediente.
Al llegar al edificio, estacioné el auto, y noté unos señores uniformados que estaban haciendo mantenimiento al pequeño sótano de los elevadores, ni modo tuvimos que ir por las escaleras, al siguiente nivel nuevamente nos cruzamos con el conserje que terminaba su turno de trabajo pero extrañamente subia –hola de nuevo, ya están aquí- -zhi!!! Mira lo que mi papi me compró!- -ah que linda muñequita, y que más te compró?- Mi niña, cual curiosa miró el resto de cosas en la bolsa y muy vivaz dijo –ah tamben esta crema pero ya no me duele mi culito papi- Yo me puse de mil colores en un instante, mientras que el conserje soltó una risa medio malévola para luego mirarme fijamente y luego a mi niña quien se adelantaba a subir las escaleras. Eso aprovechó el conserje para deleitarse con las piernas gruesas de mi hija, y nuevamente morderse los labios devorando con la mirada el culo de mi niña.
Yo estaba apenado, avergonzado, no sabía cómo justificar las palabras de mi hija, y cuando pensé que se me había ocurrido algo, se me adelantó el pendejo del conserje que creyéndose dueño de la situación metió su mano gruesa y callosa bajo la faldita de mi beba amasándole sus nalguitas y preguntándole firmemente –y por qué te estaba doliendo el culito mi reyna?- yo me quedé de piedra, sin reacción, solo sentía que me estaba excitando al ver a ese otro degenerado tocándole las nalgas a mi niña de una forma descarada, mi niña giró muy coqueta, y de la forma más natural contestó –es que mi papa me metió su pija y su leche en mi culito- -mmmmmm no me digas- contesto él, mirándome con una cara maliciosa. Se me vino la noche, pensé, la policía, la prensa, mi familia, estaba destruido, pero la reacción del conserje fue la de un depravado de talla mayor. Aun nos faltaba un piso más para llegar al nuestro, y ya que ella estaba continuamente unas gradas más arriba que nosotros, su culito quedaba a la altura perfecta. Él seguía mirándola, pero ahora él se tocaba obscenamente su bulto que ya se veía enorme. Entonces faltando unas gradas para llegar al pasadizo, él se adelantó y obstruyó el camino a mi niña, desabrochando su correa, desabotonando y bajando el cierre de su pantalón, metiendo las manos para sacar su tremenda verga desde la base, con todo y huevos se la puso a escasos centímetros de mi niña. –y si ya no te duele, entonces me vas a dejar que te meta mi pija en tu culito, mi reyna?
Que locura, el conserje estaba a punto de darle de mamar su tremenda verga a mi hijita, y a mí, lejos de molestarme e indignarme, me había provocado una tremenda erección, un exquisito placer que solo era bloqueado por el riesgo de ser visto por algún vecino del edificio. Así que me acerque a ellos, y sin más arrepentimiento cogí de la cabeza a mi hijita y se la guié hacia su nuevo macho. Ella, naturalmente y por instinto abrió su boquita para recibir lo más que pudo de la tremenda verga gorda y morena del conserje. Fueron varios segundos chupando esa pija –PERO POR SUPUESTO QUE MI NIÑA TE VA A DEJAR QUE LE METAS TU PIJA EN SU CULITO, VERDAD MI AMOR?- soltándose ella para poder contestar –zhi papi- -VAMOS, VAMOS- los apresuré, llegamos al departamento, el conserje ni siquiera se había subido los pantalones. Entramos cerramos la puerta, mi niña entró saltando y dando brincos, pero el conserje la cogió del brazo y la atrajo nuevamente para que le siga dando de mamar –a dónde vas putita, siga mamando asiiii, esoooooooo mmm- mi niña hacia tremendo esfuerzo para mamar esa verga que en todo su esplendor ya debía medir unos 21 cms muy gruesa y algo curva. Me acerque para ver con más detalle, que deliciosa mamada le estaba dando mi niña, le entraba fácil en la boquita hasta la mitad, pues era de esas vergas típicas de negro, con poco glande pero que en la parte central del tronco se ensancha como un tremendo navo, y era muy venoso. Todo un lujo poder ver a mi hija que era blanquita satisfaciendo a ese negro maduro y dotado.
Recordé inmediatamente que mi mujer llegaría en menos de una hora así que le dije al conserje que –MI MUJER LLEGA PRONTO- -entonces no perdamos más tiempo, ven para aquí chiquita- Él la levanto y la cargó a un costado de su cuerpo con un solo brazo –¿dónde queda tu cuarto mi reyna?- -alli ezhta paco- llegaron a la habitación, y yo atrás de ellos, solo para ver. Él le quitó el calzoncito a mi niña que cooperaba en todo. No había duda que yo la había convertido en toda una putica de la noche a la mañana, o mejor dicho de la mañana a la noche. El guardó el calzoncito en su bolsillo –este es para mí, para recordar este día que te hice mía chiquita- mientras la besaba apasionadamente, le lamía la boca, le metía la lengua en las orejas, le lamia el cuello, rápidamente le quito toda su ropita, el terminó de quitarse el pantalón y calzoncillo. -Una chupada más bebita- mmmm ñam ñam ñam, mi hijita la chupaba como una profesional, y yo orgulloso, masturbándome en el umbral de la puerta.
Él la soltó por un instante y se acostó en la cama que parecía sacado del cuento de los 7 enanitos al lado de semejante hombre echado ahí, ni siquiera cabía todo su cuerpo en la camita de mi hijita. Con la verga apuntando al cielorraso me dijo –tu siéntamela aquí- embadurnando su verga con harta y espesa saliva, yo me acerque, cargué a mi niña de su cintura y la acomodé en la punta de la verga de su nuevo macho.
Él la recibió tomándola de sus nalguitas, y así la fue acomodando hasta tallarle su verga –ayyyyyyyy, aiiishhhh papi- yo no dije palabra alguna, sentía que yo era el invitado y no el hombre de la casa, era el conserje quien estaba a cargo ahora. –asiii, ufff que potitoooo, empújala más abajo pendejo, si ya está abiertota la puta de tu hija- -auuuuuuuuu- mi niña pegó un grito seco, la solté, me fijé abajo, y pude notar que el negro ese ya la tenía bien ensartada, ya tenía un tercio de pija en el anito de Tiara. Por un momento pensé coger a mi niña y levantarla un poco, pues se notaba q le ardía mucho su culito, pero el conserje con un empujón me hizo para atrás –anda para allá puto, para que veas como le reviento el anito a tu hijita- Yo no dije nada, solo me tumbé al piso, a la alfombra, abriendo las piernas y dándome un furibundo pajazo.. –ayyyy auuuuuu papiiiiiii, ayyyy- -ahhhh cabron… ufffffffff como le gusta la pija a esta putita- él la tenía ahora sujetada de las pantorrillas de tiara, ya con la mitad de la verga metida en su anito, y así se puso de pie, colocando esta vez sus manos grandes en los muslos posteriores de mi niña que ya parecía un juguetito al lado de semejante hombre poseído de lujuria y perversión. –ahhhh me vengo hijo de puta! Tu niña me va a sacar la leche… ahhhhhh uuuffffff- él se dio vuelta y ahora sujetaba a mi niña de su cintura, sus piernitas y en realidad todo su cuerpecito flotando en el aire, sino fuera porque su culito estaba atravesado por la verga del conserje –ohhhhhh- -ayyyyy- -ooouuggffffff- el hombre le llenó el culito de leche a mi hijita que ya no tenía fuerzas pero ni para gemir, terminó la faena, y se desprendió de ella, dejándola caer encima de la cama como si se tratara de un paquete cualquiera. Yo contemple con asombro la tremenda pija de aquel hombre, no puedo negar que sentí una atracción única, un morbo por ver esa pija que empezaba a ponerse flácida pero mantenía su grosor, no lo niego, se veía descomunal, apetitosa, pero volví en mí, para ver a mi niña y atenderla, limpiarla, consolarla. Mientras el hombre se ponía su ropa –uff bueno yo me retiro, yo te aviso cuando tenga ganas de culito, entendiste?- -SI PACO, ENTIENDO- -que tanto me miras la verga pendejo jajaja, bueno ahí me la cuidas- se aproximó hacia mi hija y dándole un beso en los labios le dijo –estuviste genial mi bebe, chao-
Ese día fue el inicio de una relación incestuosa y depravada con mi hija, que ahora tiene 8 años y es toda una experta en la cama, claro después le enseñé que hay cosas que nadie debe saber, no solo su madre, jaja. No quisiera adelantarme a los hechos pero posiblemente en un siguiente y ultimo capitulo les cuente como fue que me convertí en un padre divorciado y con la tenencia absoluta de mi niña, por lo cual aproveché en compartirla no solo con el conserje sino con otros hombres que la gozan como un dulce, como un néctar, como un delicioso postre, así como sus fresitas con leche.
Atte DON PATO
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