Hasta donde llegaron mis locuras. *
Una amiga a la le gustaba mi novia y yo planeamos un trío. .
Trataré de ser breve.
Mi nombre es Alberto y lo que a continuación viene, sucedió en una salida a un antro para simplemente escapar de la rutina.
Mi novia se llama Martha. Ella es una chica de 1.65 de estatura, delgada, pechos medianos, caderas medianas, tez trigueña.
Mi amiga Sara. 1.65, pechos grandes, cadera mediana, tez blanca, llenita.
Esta amiga resultó ser bisexual y lo mejor de todo es que le gustaba mi novia. Digo. Lo mejor porque ella medio uno de los mejores regalos en mi vida.
En medio de los tragos, el baile, el chacoteo con los demás amigos que íbamos, Sara comenzó a ponerse más en ambiente con sus tachas.
Bien. Al momento de percatarme de esto. Rápido se me vino la idea de poner a Martha algo eufórica.
Pactado el asunto y sin que Martha se diera cuenta, agregamos una pastilla en su bebida y luego otra.
Mi novia parecía pirinola, baile y baile, hasta que llegó la hora que me puso al mil por hora.
Como vivo solo, no habría quien nos interrumpiera en lo que sería mi mejor noche.
Agasajandome de una Martha fuera de si. Mi amiga escondida se encontraba expectante de como desnudaba a nuestra amiga en común.
Primero, quitándole su suéter, su blusa y sostén, para luego quitar esa falda, con una tanga amarilla.
Ahí es donde entró Sara.
Empezó por disfrutar de un recorrido de ésas piernas firmes con la lengua, para posarse en la vulva de mi novia.
Martha estaba tan en la luna que ni cuenta daba de quien devoraba tan apetitosa vagina.
Sus gemidos estaban llenos de lujuria, cargadas de unas manos que casi metían a su nueva amante en aquélla cueva.
Sara. Como pudo se quitó la parte de arriba, arrojandome su sostén. Cosa que Levante gustoso para disfrutar del aroma de sus tetas.
Los orgasmos de mi novia llegaron; a lo que Sara, se coló sobre su cara para que esta disfrutará de su vagina.
En ese momento, aproveché para penetrar a Martha y a la vez, oler las pantis de mi amiga.
El aroma de Sara y la vista de ver a mi novia devorar a otra chica era sublime.
Sara se recostó, Martha seguía atendiendo la panocha de nuestra amiga y yo perforaba el ano de mi novia.
En esa posición pronto llegó el orgasmo de las dos chicas.
Sara me pidió sentarme para que ella y Martha deboraran mi verga.
Tener esas lenguas rondando por mi glande de arriba a bajo hizo que les terminará en la cara.
Sara y Martha se limpiaban una a la otra con sus lenguas, tan cachondas que otra vez terminarían en la cama.
Después de llenarse de besos todo el cuerpo y entre risas, formaron un rico 69.
Todo esto hizo que recuperará mi energía sexual, tan así que me acerqué a Sara, tomándola de los cabellos y plantandole tremendo beso, fundiendo mi lengua co la de ella.
Lo mismo hice con Martha; sólo que aquí, me acomodé de tal forma para clavar el agujero de esta amiga.
Los gemidos de los tres ya era muy notorio.
Algo que debo agregar es que, no se si por el efecto de las tachas o de la calentura que mis dos mujeres en cuestión no pusieron queja alguna.
Acomode a Sara de a tijera, en lo que Martha le chupaba las tetas, dando así un rico orgasmo.
Con la poca fuerza, hice lo mismo con mi novia y de igual forma, termine.
Ya descansados lleve a Sara a su casa y al regresar me coji de nueva cuenta a Martha, teniendo así un buen recuerdo de esa noche.
Supuestamente Martha no recordaba nada al día siguiente.
¿Ustedes que creen?
Vladimir escritor.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!