LA CONFESION
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Penelopelove.
Esto lo platicábamos cuando estábamos con unas copas encima y excitados haciendo el amor en la posición de ella cabalgando encima de mi gorda verga incrustada hasta el fondo de su caliente vagina, y yo tomándola de sus ricas y carnosas nalgas, se las apretujaba y le abría sus cachetes para decirle si aguantaría que otra verga estuviera entrando por su culo, ella al principio decía que no en forma débil, pero conforme la seguía clavando con mi dura verga y cercana al paroxismo del orgasmo, decía que si a todo, incluso le sugería que otro más se la cogía por su boquita, y excitada decía que si aguantaría tres vergas dentro de ella, pero ya relajados del intenso palo que echamos, no comentábamos nada de mi fantasía de verla cogiendo con alguien más.
Y debido a estas fantasías, nuestras sesiones sexuales eran más calientes e intensas. Pero todo vino a dar un cambio radical, el día en que en la clínica dental en donde trabajo, el dueño don Mateo organizó una fiesta debido al buen funcionamiento de la misma; para la ocasión mi esposa Maribel iba con un vestido negro cortito, ajustado a su cuerpo que le llegaba a medio muslo, de tirantitos y con un sugestivo escote que le lucia sus grandes tetas y descubierto por detrás enseñando la mitad de su blanca espalda, por lo que no llevaba sostén, ya que la parte superior del vestido le mantenía firmes sus grandes senos a pesar del escote, con medias oscuras y zapatos de tacón que le realzaba sus piernas, Maribel fue la sensación al llegar al lugar de la fiesta, debido a su vestimenta que le realzaban las curvas de sus pechos y su bonito trasero.
Nos asignaron la mesa en donde se encontraba don Mateo que era viudo y contaba con casi 60 años de edad, era gordo con una barriga prominente, era calvo y en verdad poco agraciado físicamente, pero era un buen jefe, además estaba Rodolfo colega mío y Raül contador de la empresa, ambos de 35 años y atractivos los dos, sobre todo Raúl, era el guapo de la clínica, ya que muchas empleadas babeaban por el, mi esposa siempre me decía que Raúl le parecía guapillo y que se veía muy decente, no así de mi colega, decía que Rudy le caía mal porque siempre la mira de una forma como si la quisiera desnudar, y que varias veces cuando iba a verme a la clínica, lo cachó mirando con lujuria sus pechos y nalgas, y aunque ese día ella con su mirada le mostró su desaprobación, el ni se inmutó y hasta le sonreía en forma muy cínica, yo le decía que no le diera mucha importancia, que así era siempre de cínico, pero que era buen compañero, nos acomodamos en nuestro lugar tras los saludos de rigor, y nos dispusimos a disfrutar de la fiesta que era amenizada por música en vivo.
Debido a que Maribel era la única mujer en nuestra mesa, las miradas de los presentes se posaban discretamente en los atributos que mostraba ella con su sensual vestimenta. Don Mateo para brindar por el buen funcionamiento de la clínica nos sirvió bebidas a base de whisky, el cual le encanta a mi esposa por lo que su primera copa la terminó pronto, lo que aprovechó Rudy para volver a servirle otra, le comenté en secreto que tomara con calma o luego estaría entonada, ella asintió con una sonrisita divertida, notamos que charlábamos y se brindaba seguido y nos llenaban el vaso, apenas lo íbamos acabando, sobre todo el de mi esposa y el mío, quizá con el fin de emborracharnos pronto y ver que provecho sacaban de la situación, Rudy no quitaba los ojos del escote de Maribel y cuando tocaron música romántica me dijo:
–Aurelio, me permites bailar con tu esposa?…le dije que como ella quisiera, a lo que ella se negó en forma cortés, diciendo que quizá más adelante, seguimos brindando y ya platicábamos más animadamente, así como no cesaban las miradas de los presentes que devoraban con descaro a mi esposa incluido el viejo don Mateo. Se sirvió la cena y ya pasada ésta, continuó la música, y esta vez fue Raúl el que pidió a Maribel bailar, ella aceptó ya algo entonada, mientras iban a la pista, Rudy y don Mateo veían el sensual bamboleo de las nalgas de mi mujer al caminar, seguro envidiando la suerte de Raúl al ir a bailar con tan buena hembra.
En la pista Raúl (me lo platico Maribel después) animado por la bebida, poco a poco atraía más a mi esposa a su cuerpo, sintiendo su bulto en su entrepierna, y sus manos en el escote de atrás acariciando la suave piel de María, le decía que era la mujer más linda de la fiesta, ella le sonreía complacida pues en realidad le gustaba Raúl, este se animó a meter sus manos dentro del escote trasero para posarla en su cadera, rosando sutilmente con sus dedos el tanga rojo que llevaba esa noche, ella que tenía sus manos en sus hombros, trato de alejarlo un poco, pues ya sentía más claro su erección, pero no lo consiguió, y al sentir que le estaba gustando aquello se dejó hacer, Raúl al tener vía libre bajo más sus manos y masajeo las ricas nalgas de mi mujer, a vez que le decía muy cerca del oído:
–Que bonitas nalgas tiene señora Maribel, atrayéndola más a su cuerpo, mi esposa al ver que no desistía de sus avances y a pesar que le gustaba ese tipo, aprovechó que terminó la melodía y le pidió que parara y que fueran a sentarse, a lo que él le pidió que bailaran una pieza más que ya iniciaba, sin despegar sus manos de sus caderas le froto su bulto a ella y sobaba más evidente las nalgas de mi esposa, Maribel se estaba excitando y entonada como estaba, se resistía débilmente, pidiéndole que parara, que era casada y que además les podrían ver, un minuto de manoseo más y finalmente se fueron a sentar, recibiendo don Mateo a Maribel con una copa más y brindando con ella intencionalmente para que tomara de prisa y volver a llenarle su vaso hasta por dos veces más, todos brindaban con ella que por educación les correspondía con sensuales risitas debido a lo achispada que ya se encontraba, luego de un buen rato me dijo ella:
-Aurelio, amor, me siento algo mareada, porque no nos vamos ya?…noté la decepción de los presentes ante las palabras de mi mujer, pues ella era el foco de atención de ellos en la fiesta, ya me encontraba eufórico por la bebida, ya sentía que me faltaba poco para embriagarme:
–Vamos a esperarnos otro ratito mi amor, la fiesta se está poniendo buena…a lo que Raúl apoyándome y mirándola fijamente a los ojos y sonriéndole seductoramente le dijo: —Si señora, quédese otro rato más, si se siente mareada le traigo un café para que se controle un poco… mi esposa aceptó encantada porque se lo pidió Raúl que en verdad le gustaba y más después del sobeteo que le dio en la pista de baile pues le excitó los manoseos de él, y ella le contestó emocionada:
-Está bien, me quedo otro rato, pero nada de café, voy a seguir tomando ese rico whisky pero ahora más despacito, que les parece?…..todos reímos y asentimos satisfechos, seguimos brindando pero ella procuraba no tomar tanto, a pesar de la insistencia de ellos que brindaban seguido conmigo, pero sobre todo con mi esposa. Ahora Rudy saco a bailar a mi esposa, a lo cual esta vez no se negó, intencionalmente la llevo hasta la parte más oscura de la pista donde se bailaba, e inmediatamente la atrajo a él pegándola bien a su cuerpo, mi esposa se quiso zafar, pero Rudy se lo impidió aprisionándola con sus brazos, a la vez que le decía:
–Vamos señora Maribel, que estas melodías se bailan así apretaditos, disfrutemos el momento, además hace un rato la vi bailar con Raúl y la notamos muy complacida siendo acariciada estas buenas nalgas que tiene… y de inmediato metió su mano por el escote posterior, atrayéndola a él para magrear el buen trasero de Maribel, quien sintió pronto la erección de Rudy en su entrepierna, mi esposa se resistió un poco, pero sucumbió ante los lametones a su cuello y oreja que el hábil de Rodolfo le propinaba a Maribel, lametones en su oreja que era el punto débil de ella para pronto excitarse, con lo que ella empezó a sentirse caliente y dejo de resistirse, aceptando todo lo que le hacía Rudy, quien dueño de la situación le empezó a lamer sus pechos por entre su escotado vestido, Maribel dentro de su excitación y estado etílico era consiente aun y trato débilmente de impedirlo, pero Rodolfo no se lo permitió y siguió lamiendo el cuello y los senos de mi esposa, a la vez que sus manos se encargaban de las ricas nalgas de ella, quien temerosa y caliente, solo volteaba a nuestra mesa en donde yo fingía no enterarme de nada y seguía bebiendo con ellos que de reojo no perdían detalle de como la tenía Rodolfo aprisionada entre sus fuertes brazos, que al ser bajita, no podía retirarlo, y este seguía acariciando y disfrutando del buen cuerpo de ella, que ya no se resistía a nada y mi esposa ya mas excitada, se restregaba contra el bulto de Rudy sintiéndose de seguro mojada, terminó la melodía y finalmente se sentaron, Maribel venia con la cara roja y se le veía acalorada.
Y siguieron los brindis, yo de plano ya me sentía mareado, pues con toda intensión mis amigos nunca me dejaron mi vaso vacío, ya solo quedábamos en la fiesta nosotros y dos parejas más que pronto se despidieron, me levante para ir al baño y comprobé al caminar que en efecto, ya estaba ebrio, me lave la cara para despabilarme un poco pero poco lo logré y decidí que ya era hora de retirarme con mi esposa.
Al salir del baño me percaté que Raúl y Rodolfo estaban sentados uno a cada lado de mi esposa, pero demasiado juntos de seguro metiéndole mano entre su vestido que al estar sentada le subía a medio muslos, mientras don Mateo que estaba enfrente de mi esposa no quitaba la mirada de sus grandes pechos, al tiempo que nos servía de nuevo nuestra bebida y brindando con mi esposa se le acercó al oído a comentarle algo que no alcance a oír, seguro era escusa para alabarle y verle de cerca sus chichotas, ella correspondió con una sonrisita coqueta, mientras que por debajo de la mesa Raúl y sobre todo Rudy seguían sobando los muslos y de seguro el húmedo tanguita rojo de mi señora, en el momento que le dije a Maribel que ya nos íbamos.
Don Mateo de inmediato contestó que no era justo que nos retiráramos en ese momento, puesto que el no había bailado con mi esposa, por lo que dirigiéndose a mí pero sin dejar de ver al escote de Maribel, me dijo:
—Te importa que saque a bailar a tu bella esposa, Aurelio?…
–Si ella quiere, adelante… le contesté con voz carrasposa por mi estado de ebriedad…
—Venga señora bonita, su marido quiere que baile conmigo… y Maribel aceptó de inmediato sin pensarlo nada, se le notaba que iba mas achispada por las copas ingeridas, además de excitada por ser el centro de atención de esos tres lobos que babeaban por ella, y excitada por sentirse deseada por todos ellos, por ser una canción lenta en cuanto llegaron a la pista para mi sorpresa fue mi esposa que de inmediato le puso sus brazos al cuello y don Mateo la tomaba de sus caderas, restregándose ambos cuerpos, ella de seguro no podía sentir su paquete duro por la pronunciada curva de su barriga, y pronto el viejo bajó sus manos directamente a las nalgonas de mi esposa que las masajeaba ávidamente y ella sin chistar mirándose fijo a los ojos; tanto Raúl como Rudy no dejaban de tocarse sus paquetes, sin dejar de ver el erótico movimiento de las nalgas de Maribel, así bailaron toda la melodía, mi esposa dejándose tocar, presa de su estado etílico y lo caliente que la pusieron los tres tipos, regresaron a la mesa tomándola don Mateo de la cintura y rozando sus nalgas, ahora si le dije:
–Bueno ya nos retiramos, mucha gracias por todo, se despidieron de mi con un apretón de manos, pero al hacerlo con mi esposa, se despidieron con un beso cerca de sus labios, pero el más osado fue Rodolfo que de plano le plantó el beso directamente en su boca, y entre mi borrachera creí ver que Maribel le correspondía abriendo un poco sus labios sensuales, lo que aprovechó Rudy para con su lengua buscar la de ella y darse un rápido lengüeteo en la húmeda cavidad bucal de Maribel, a la vez que discretamente le daba un último manoseo a su trasero, ante la complacencia de ella, yo aparentaba no darme cuenta, y por fin nos retiramos de la fiesta.
Llegamos a casa sin contratiempos a pesar de el estado de ebriedad en que nos encontrábamos, Maribel se puso cómoda, se quitó su sexi vestido negro y se puso una corta batita roja de seda, se veía muy sensual, yo me quite mi saco y corbata y sentados en la sala le pregunté que como se la había pasado en la fiesta.
-Muy bien mi amor, tus compañeros son agradables, aunque un poco osados, sobre todo el tal Rudy que no me cae nada bien y no dejó de acosarme toda la noche, lo notaste amor?… y pensé para mis adentros: claro que lo noté, pero creo que no le cae tan mal, pues bien que se dejo manosear cuando bailo con él, y bien que le correspondió a la cálida despedida de beso y manoseo de culo, cuando nos retiramos de la fiesta, y aparentando no saber de los manoseos que le dieron mis compañeros a mi esposa, le conteste:
–No te preocupes amor, así es Rudy de lanzado cuando se toma unas copas, pero no creo que se pase de listo, o te hubiera gustado que cuando estaban bailando se animara y acariciara estas ricas nalgas y estas chichotas que te cargas, le decía a la vez que le palpaba ese par de atributos que tiene mi esposa…
-Ay no como crees Aurelio, tu sabes que estas nalgas y pechos son solo tuyos….y se acurrucaba en mi regazo..
–Pero también como que Raúl y don Mateo se te pegaban mucho cuando bailaste con ellos…
-Tienes razón mi amor, si noté como se me replegaban de mas y se querían propasar conmigo, pero los retiraba a tiempo, y aunque al pobre de tu jefe con su barrigona lo único que sentía era su grasa en mi cuerpo, jijijijiji, en cambio con Raúl si que sentía algo allí abajito, se notaba que tenia lo suyo jijijiji…
–Oye mi amor, te hubiera gustado que Raúl se propasara a mas y te estrujara estas ricas nalgas y pechos que tienes?….le preguntaba a la vez que le sobaba su vaginita por encima de su tanguita roja que la sentía mojadita, por la caliente platica que teníamos…
-Eeeste…..no mi amor, ya te dije que mi cuerpo es solo tuyo, y ya vamos a nuestro cuarto que ya es tarde y quiero que ahorita me cojas bien cogida, pues ya me pusiste caliente con tus caricias……pero en realidad creo que estaba cachonda por que recordó la agasajada que le dieron en la fiesta don Mateo, Rudy y Raúl, nos disponíamos a subir a nuestra habitación cuando de pronto escuchamos el timbre de la puerta, nos miramos incrédulos, quien podría ser a estas horas de la noche?…..me asomé por la mirilla de la puerta y vi que eran Raúl, Rudy y don Mateo que traían dos botellas de whisky en las manos, les abrí y me dijeron que habían venido a ver si habíamos regresado con bien, pues estaban preocupados porque yo venía borracho, y que de paso nos invitaban unos últimos tragos para dormir bien a gusto, los hice pasar con un poco de incertidumbre, pues de antemano sabia que en realidad regresaron para ver si de nuevo podrían disfrutar de los encantos de mi linda esposa quien seguía sentada en la sala exhibiendo su sensual anatomía, al verlos entrar puso una cara de asombro y como pudo se bajó su batita para tratar de ocultar sus bellas piernas y su tanguita roja, al tiempo que don Mateo le dijo:
—Hola de nuevo bella señora, espero no se moleste con nuestra presencia, pero pasamos solo para cerciorarnos que hayan llegado con bien, y de paso tomar una última copa con usted…..le dijo a la vez que la miraba con deseo, y los otros dos con lujuria, mi esposa se incorporo sensualmente satisfecha de las miradas de los tipos y en forma coqueta les dijo que pasaran y que se pusieran cómodos, que en un momento regresaba, que iba a cambiarse para estar más presentable, a lo que de inmediato don Mateo le respondió:
—De ninguna manera así está mas que bien presentable, o que opinan ustedes les dijo dirigiéndose a nosotros…
–Como tú te sientas mejor mi amor…le dije a Maribel, a lo que Rudy y Raúl sobre todo le habló mirándola desde sus piernas subiendo la vista por todo su pequeño pero escultural cuerpo, hasta mirarla fijamente a los ojos…
—Así estas más que bien presentable y hermosa, estas perfecta así señora Maribel, le dijo tuteándola por primera vez, ella halagada porque se lo dijo Raúl, que era el que le atraía, se sintió orgullosa y con voz suave le contesto:
-Gracias, entonces voy a la cocina por vasos y unos hielos, se dirigió por ellos ante las miradas de lujuria de mis compañeros que la siguieron hasta perderse en la cocina, cuando regresó nos sirvieron una generosa ración de whisky, sobre todo a mí, que entre brindis me apuraron a que tomara más rápido para emborracharme pronto y en efecto, ya me sentía de nuevo ebrio, estaba mi esposa sentada en un sillón de frente a ellos con las piernas cruzadas en donde se le veía el inicio de su sexi bikini rojo y dándole una panorámica de sus atributos a ellos, quien solo se sobaban sus erecciones por encima de su pantalones, todos estaban con la vista lujuriosa encima del cuerpo de mi esposa, y ella con su vaso de whisky entonándose de nuevo, les correspondía sonriéndoles, sobre todo a Raúl, que seguido intercambiaban miradas de complicidad, y conmigo seguían brindando para emborracharme de nuevo, y en efecto ya me sentía mal, por lo que les dije que iba al baño a mojarme la cara para despabilarme un poco, y cuando me disponía a salir del baño, escuché la voz de Raúl que le decía a mi esposa lo hermosa y buena que estaba, me asomé por una ventanita que comunica a la sala, este se encontraba de pie enfrente de mi esposa que le decía muy animado:
—Que preciosa y buena estas señora Maribel, mira como me tienes de excitado…..le dijo a la vez que le tomaba su manita y se la colocaba en su evidente erección, se la colocó allí sin soltarla de su mano, ella excitada y con cierta timidez se lo empezó a palpar y masajear, ante la mirada de envidia de Rudy y don Mateo…
-Eeesto no está bien Raúl, soy una mujer casada y mi esposo puede venir en cualquier momento…decía mi esposa sin hacer mucho por retirar su manita del bulto de él, quien más animado se bajo el cierre de su pantalón y metió raudo la manita de Maribel en su bragueta y ahora mi esposa palpaba el erecto pene a pelo, meneándolo lentamente, al mismo tiempo que Raúl le acariciaba su linda cara y bajaba su mano para hacer lo mismo con sus pechos, mi esposa se dejaba hacer excitada sin dejar de mirar a los ojos de Raúl, quien seguía halagando a mi mujer:
—Que buenas tetas tiene señora, grandes y duritas como a mí me gustan…y le acercó más el pene a su cara, quien de seguro le llegaba el olor a macho, al mismo tiempo que Rudy y don Mateo ya tenían por fuera sus grandes vergas, y vi que la de don Mateo era en verdad más grande que los tres, era gruesa surcada de venas, con un hinchado glande que parecía un hongo, le sobresalía más de su prominente barriga, estaba meneándola viendo como Maribel era seducida, mi mujer de reojo se dio cuenta del tremendo palo que se cargaba el viejo y aparentaba resistirse…
-Por favor Raúl, no sigas que soy casada y si Aurelio viene nos va a ver, mejor seguimos tomando..…yo viendo y escuchando todo me empecé a calentar porque mi verga la tenia erecta de ver como seducían a mi esposa, y para que ella no se cortara y también por el morbo de ver como pretendían cogerse a mi mujer, les grité desde el baño que me iba a recostar un rato por que seguía mal, esto hizo que ellos se pusieran contentos de estar solos con mi mujer, por lo que aprovechando el momento, Raúl se inclino un poco para besar la boca de mi esposa, quien sin soltar la verga de su mano, y presa de la excitación, correspondió abriendo su boca para recibirlo, luego de que se comieron un poco sus bocas, él se ergio y le acercó su erecta verga que estaba a la altura de su cara y la incitó a que la chupara…
—Le gusta mi verga señora bonita?…le preguntó a mi esposa, quien solo musitó un sí, y abriendo su boquita se la empezó a chupar lamiendo su rojo e hinchado glande para luego introducirse poco a poco el gran trozo de carne que tenía en su boca, mientras los otros dos tipos la miraban babeando de lujuria y se meneaban sus erecciones, calientes de ver a mi mujercita chupando la verga de Raúl, quien le bajó hasta la cintura su batita, descubriendo sus grandes pechos y con ambas manos los amasaba jadeando por la mamada que le hacia mi mujer, que en verdad sabe como mamar una buena verga, la mía se la come toda y me hace disfrutar mucho, pero esas tres vergas son más grandes que la mía, sobre todo la del viejo que la tiene enorme, en eso se acercaron don mateo y Rudy con sus erectas vergas a donde estaba Maribel con la verga de Raúl incrustada hasta su garganta, ellos querían también su parte, ella se excitó al verlos venir, pero quiso aparentar resistencia la cual ya le quedaba poca:
-Nooo, esperen, déjenme ir a ver si mi esposo duerme, con dificultad se apartó de ellos y la vi venir, yo me recosté en la cama y fingía estar durmiendo la borrachera, al comprobar mi estado, la vi arreglarse en el espejo de la habitación su cabellera y alisarse su batita acomodándosela en su lugar, para luego regresar con ellos caminando muy sensual, en la sala ya estaban los tres desnudos, con sus erectas vergas listas, mi esposa en silencio se les quedó viendo sobre todo a la grande verga del viejo con cara de excitación, entonces ahora entre Rudy y don Mateo fueron por ella y la sentaron en el sillón, con ellos a cada lado y Raúl enfrente viendo sus hermosas piernas en parte en cómo estaba sentada y también por lo cortita de su bata, mostrando su tanguita roja, se inclino para empezar acariciar sus torneados muslos subiendo sus manos hasta tocar y sobar su húmeda vagina, mi esposa abría sus pierna para facilitarle su maniobra, mientras que Rudy y el viejo Mateo seguían acariciando sus grandes pechos que ya los tenia por fuera de su pequeña bata y cada uno empezó a mamar con deseo esos hermosos pechos quedando sus pezones duros y erectos de los chupetones que le daban, su cuerpo estaba respondiendo ante las caricias que le prodigaban los tres, y tímidamente acerco su manita a la enorme verga del viejo y la empezó a palpar como no creyendo que fuera de verdad…
—Le gusta mi verga, señora linda?, pues es toda suya, ande tóquela y disfrútela como mejor le apetezca….. mi esposa ebria también de deseo se la empezó a menear lentamente, luego se giro hacia Rudy ofreciéndole su boca, quien sin pensarlo la beso ardientemente, luego se giró ahora hacia don Mateo y le ofreció sus labios sin importar que el viejo no era agraciado físicamente y este también le comió su boca ávidamente, era cierto que mi mujercita ya estaba totalmente entregada a la lujuria, pues seguía masajeando el gran pene de don Mateo, pasando por sus enormes y peludos testículos, y con su otra mano ya meneaba el pene de Rudy que era el menos grande de los tres, mientras que Raúl se encargaba de retirar su tanguita roja y empezó a mamarle su caliente coñito, ella abría mas las piernas para facilitarle las lamidas a su mojada vagina, para luego aprovechando su estado de excitación, tomó su parado miembro y lo dirigió a su encharcada rajita para hundirlo de un solo golpe…
-Aaaaahhhhhhhhhhh…fue solo lo que emitió Maribel, al sentir el duro miembro de Raúl alojada hasta el fondo, quien la tomó de sus caderas y la empezaba a coger con fuerza y deleite, mi dulce esposa de seguro sentía que la gloria entraba entre sus piernas, las cuales las enrollo en la cintura del Raúl, para sentir mejor las estocadas que recibía, y empezó ella también a moverse como le permitía su posición, mientras que Rudy y don Mateo dejaron de babosear la boca y los pechos de Maribel, para incorporarse un poco para colocar sus miembros cerca de la cara de mi mujercita, quien los observó de cerca y extasiada se decidió por la gran tranca de don Mateo, la tomó con sus dos manitas y noté que no la alcanzaba abarcar, ¡!le sobraba algo de espacio a lo largo del pene!¡…
-Uuuuuuy, eeestá mu grandota!… se admiró al verla de cerca y no era para menos, pues era enorme, sacó su lengua y lamió lo ancho de su cabezota, recogiendo algunas gotas pre seminales, luego abrió lo mas que pudo su boquita y empezó a engullir lo mas que pudo de ese gran pedazo de carne dura y empezó a mamar como solo ella sabe hacerlo, don Mateo disfrutaba al máximo de la habilidad bucal de mi mujer, quien seguía siendo taladrada por la verga de Raúl…
—Aaahhhhh, oohhhhh, tienes razón Raúl, esta señora putita mama la verga bien sabroso, oohhhhh,… y mi esposa halagada por el comentario, se giro a la verga de Rudy, quien esperaba ansioso el mismo tratamiento, y por ser menos grande que la del viejo, la engulló de un solo bocado hasta lo profundo de su garganta, mamando golosa, ante el goce de Rudy, yo observaba oculto desde la habitación, en un estado de excitación y morbo el ver como el frágil cuerpo de mi esposa, hacia disfrutar por partida triple a esos tres robustos tipos que casi tapaban por completo la sensual y maciza anatomía de mi mujercita, un poco después que la estuvieron disfrutando y antes de que los hicieran terminar, se salieron de ella y se reacomodaron en el sillón, don Mateo se sentó, subiendo a horcajadas el cuerpito de Maribel, que sabiendo que hacer, tomó con su manita el enorme miembro y lo dirigió con cuidado a la entrada de su mojado coñito, y se fue sentando despacito en esa enorme verga, entrando con dificultad la cabezota, poco a poco fue engullendo el grueso tronco, ella abría las piernas lo mas que podía, esforzándose al máximo para dar cabida a semejante trozo de carne, que iba dilatando sus paredes vaginales, hasta que por fin se la comió toda, quedando solo sus huevos fuera…
-Aaaahhhhhhhhhh, mmmmmhhhh, que grande la tiene don Mateo, me llena toda, aaahhhhhhhhh, fue lo que exclamó mi esposa al estar completamente empalada, se quedó así sentada y clavada un instante, como para acostumbrarse y disfrutar del invasor que tenia dentro, para luego sin importarle nada empezar a mover su culote de adelante hacia atrás y de arriba abajo en forma lenta, gimiendo de gusto con esa grande y gruesa verga de don Mateo incrustada hasta el fondo de su vaginita, este se agarró de las grandes nalgas de Maribel y marcaba el ritmo de la cogida, le sacaba media verga chorreada de jugos de mi esposa, para con firmeza volverla enterrar completa, aprovechando también que sus chichotas rebotaban en la cara del extasiado viejo que con su boca abierta atrapaba ya uno u otro erecto pezón , chupándolo y hasta darle pequeños mordiscos, ante el goce extremo de mi mujercita, quien nunca imaginó que ese viejo feo y barrigón, le pudiera dar tanto placer con su tremenda tranca y su experiencia sexual lo cual demostró al tomar ambas nalgas con sus manazas y abrirlas al máximo, exponiendo a Raúl y Rudy el ano rosadito de mi mujercita, estos entendieron la propuesta del viejo lobo y fue Raúl quien llego antes que Rudy, procediendo a masajear y dilatar con sus dedos y saliva su conducto posterior, Maribel volteo para ver quien se la iba a coger por el culo, y al saber quién era, le regaló una cachonda y sensual sonrisa, a la vez que abría sus labios y sacaba su lengüita en una clara invitación que aceptó gustoso Raúl para prenderse de esos sensuales labios y lengua, en una forma ardiente, para conjugarse ambas salivas, que usaron de lubricante para seguir dilatando su anito, luego se tomó su grande verga, que aunque no era tan gorda como la del viejo, si era de considerables dimensiones, pero delgada y con un glande estilizado, perfecto para encular a mi esposa, dirigió la punta a la entrada del lubricado culito, que seguía expuesto por las manos de don Mateo quien con un increíble aguante, no paraba de coger a Maribel, empujó un poco y entró el glande…
-Aagghhhhhhh, mmmmmhhhh.,..con cuidado mi amor… ouuuchhhhhh,… despacito…ssii,…asiii…mmmmghhhh…eran lo jadeos de mi esposa, cuando lentamente le iba enterrando su verga por su rico culo…
-AAAGGGHHHHHHHHHH…grito de pronto Maribel cuando sintió que Raúl le enterró de golpe más de media verga que faltaba, don Mateo ante tal envite soltó las carnosas nalgas que sepultaron por completo el palo de Raúl en ese sabroso culo de mi mujercita…
—Ooohhhhhh, que rico y apretadito culo tiene señora Maribel, le está gustando como la estamos cogiendo señora putita, vamos contésteme mi putita…se lo decía al oído de mi esposa que más se calentaba, a la vez que tomándola de sus caderas, entraba y salía del culo de mi mujer en firmes clavadas, me gustó la expresión de lujuria de mi caliente esposa, pidiendo mas mientras se movía como poseída…
-Aaahhhhhh,…sssiiiii, me gusta cómo me cogen…me llenan toda…aaahhhhhh,…mas, denme más duro con sus vergotas, maaasssss…que rico, aaaahhhhhhhhhhhh ya gritaba loca de placer ante de seguro su monumental orgasmo, lo que aprovechó Rudy para callarla, metiendo su verga en la boquita de ella, quien lo recibió gustosa y empezó a mamar con avidez, tanta que hizo explotar pronto a Rudy, descargando una buena cantidad de semen caliente en su boquita, quien se la trago toda casi sin derramar mucho, Rudy se dejo caer en el sillón exhausto, evidentemente no era buen amante para mi mujer este engreído tipo, ahora Raúl se empezó a tensar ante su inminente corrida, esto lo notó don Mateo, quien le pidió que parara y se relajara…….
—Espera Raúl relájate, vamos hacer una posición que vi en una película porno, jejejeje, y esta señora putita con este sabroso cuerpecito que tiene es ideal para hacerla bramar de placer con esta nueva forma de ensartarla, jejejeje, no te corras aun ni se la saque de su culo……que tramaba este viejo me dije, que mas seguía, pues yo ya me había corrido casi a la vez que mi esposa, se sincronizaron los dos para levantar su frágil cuerpo sin que las dos vergas salieran de sus agujeros, ya estaban de pie y Maribel se tuvo que agarrar del cuello y enrollar sus piernas a la bofa barriga del viejo para no caer, pero eso no podía suceder pues ambos garrotes estaban bien incrustados, en su culo y panocha lo que lo impedía…
—Ahora suéltese señora, vamos hacer malabares con este cuerpecito jejejeje…..a lo que mi esposa con cierto temor bajo sus piernas del obeso cuerpo de don Mateo y quedó suspendida en medio de ellos, sus piecitos no tocaban el piso, los dos penes hacían de eje para sostener a mi esposa, y por la gravedad los dos mástiles quedaron enterrados en las profundidades del rico culo y coñito de mi mujercita, quien los sentía hasta el estomago, yo no daba crédito a esta nueva pose, se veía graciosa y a la vez morbosa así cargada por esas dos enormes vergas…
-Aaaaaaaahhhhhhh, ssiiiiii, que ricoooo es esto, uummmhhhhhh, de nuevo siento que me llenan todaaahhhhhh, gracias por este placer que me dan mis amorcitos, le decía a don Mateo, para luego tomarlo de su calva cabeza para darle una serie de besos y lengüetazos a ese feo y sudoroso rostro, para finalmente besarlo en la boca de una forma apasionada y lujuriosa, como agradeciendo por ser el autor de esa forma atípica de darle placer, y como si lo hubiesen ensayado, empezaron a cogerse el sabroso, y frágil cuerpecito de mi esposa, empezó don Mateo con el mete y saca con esa gran verga dentro del dilatado coño de Maribel, y Raúl hizo lo mismo en no menos dilatado culito de ella, así bien afianzado de sus caderas fue que tomó el ritmo y mientras uno entraba el otro salía, como si de un fino pistón bien engrasado se tratara, la cogían con firmeza y delicadeza a la vez, Rudy ya se había empalmado de nuevo y veía la escena con envidia de no ser partícipe de ella, se le veía como un perrito hambriento que está a la espera que le arrojen un pedazo de carne, pero estos perros no estaban dispuestos a compartir esa rica carne de primera, que se estaban comiendo y degustando y esa rica carne de primera era la de mi sabrosa esposa Maribel, pero todo tiene se fin, y este ya era inminente, para mala suerte de mi esposa que seguía disfrutando de esas dos vergas en sus agujeritos…
-Oooohhhhhhhh, sssiiiii, que placer me dan mis machos, aaaahhhhhhhh, sigan cogiéndome duro, asiiii, denme massss, aaahhhhhh, en eso don Mateo se tenso, dejó clavado su grande pene hasta el fondo del coño de Maribel…
—Aaaaahhhhhhhhh, que rico me aprieta tu coñito putita rica, ooohhhhhaaaahhhhhhhh……y empezó a arrojarle toda su descarga de semen hasta el fondo de la vagina, inundándola por completo, dando los últimos espasmos de placer y poniendo los ojos en blanco, hasta temí que en cualquier momento le diera un infarto, pero no fue así, se veía que ese viejo estaba hecho de buena madera, simultáneamente Raúl se tensó y de igual forma incrustó su largo pene hasta lo más profundo del culito de mi esposa…
—Aaaaaahhhhhhh, toma tu lechita mi putita, tomaaaaa, oooooohhhhhhhhh, jadeaba Raúl, ahora afianzado a sus chichotas en donde se apoyaba para descargar otra buen cantidad de leche en el deseado culo de mi mujercita, quien recibió ambas descargas que la hicieron también disfrutar otro enorme orgasmo…
-Aaaaahhhhhhhhhhh, que rico me inundan mis dos sementales, aaaahhhhhhhhhhh…y se aferraba al bofo cuerpo del viejo, con su cuerpecito tenso y vibrando del placer recibido por esos duros y potentes miembros, al terminar todo mi esposa quedó exhausta y desmadejada como si fuera una muñequita de trapo en manos de los tipos que le dieron la cogida de su vida, se desenchufaron de ella y la dejaron despatarrada en el sillón, cansada pero feliz, mirando agradecida a mis tres ¨amigos¨ que ya se vestían para retirarse más que satisfechos, a excepción de Rudy que fue el que quizá disfrutó menos, mi esposa se incorporó y se colocó solo su batita, pues no encontró su tanguita roja que la tenía en la mano Rudy y después de olerla se la guardó, mi esposa se la dejó llevar, quizá como compensación, los despidió en la puerta siendo besada por todos y acariciada por muchas manos en su cuerpecito como despedida, yo me volví a la cama de la habitación a esperarla haciéndome el dormido, regresó al poco rato así sin ducharse, oliendo a sexo, aunque ya se había puesto unas nuevas braguitas y se acorrucó a mi lado con cuidado de no despertarme, sentí su cuerpo aun caliente de la tremenda cogida que recibió, por fin me dormí con una morbosa inquietud de haber permitido la infidelidad de mi esposa Maribel, pero satisfecho y orgulloso por tener a una esposa que fue capaz de dar y recibir mucho placer a mis tres compañeros del trabajo, y de paso a mí que disfruté ver como se la cogieron….
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