La hija de Sofia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por LaPamelaOriginal.
¿Conocimos a Sofía en un viaje, y fue hace como un año ya; la verdad que poca comunicación con ella hemos tenido desde entonces. No fue un viaje hecho al azar. Fuimos a algo que nos gusta, invitados por un matrimonio que nos la presento. Esta historia es de ella, sin los nombres reales como siempre para proteger la intimidad, y con todos los permisos correspondientes.
Sofía es una atractiva mujer que pasa los 44 años. Divorciada y con un dinamismo increíble. De esas que andan con dos celulares, madre de hija adolescente, y en el rubro inmobiliario, es un torbellino que no para y si te distraes un segundo te pierdes la mitad de alguna historia, siempre muy "jugosa". Sofía es de hablar rápido, y entre charla y charla revisa alguno de sus aparatos o envía un mensaje.
Nos reunimos con ella en el chalet de nuestros amigos en común, el matrimonio que nos invitó a pasar un buen fin de semana. Y para la primera velada le invitaron junto con otros dos matrimonios, todos del rubro por supuesto, por lo que formamos un lindo grupo; en lo que sería (y lo fue) una gran noche.
Todo sucedió de acuerdo a lo esperado, o sea a lo que fuimos, se entiende verdad. Y para eso de las tres o cuatro de la mañana ya nos habíamos quedado los tres solos. En algún momento nos retiramos a uno de los dormitorios y abrimos un enorme ventanal que daba a la playa, el mar no se veía por lo oscuro de la noche, pero nos venía el ruido de las olas como un arrullo permanente. La brisa fresca del mar… no era muy fresca esa noche, y no soplaba un ápice de viento y por ende estábamos muertos de calor. El ventanal daba a un balcón; y Sofía se sentó justo en medio de la ventana quedando con medio cuerpo dentro y medio cuerpo fuera del cuarto. Encendía un cigarrillo, y esa braza era la única luz que se veía en todo el lugar. Cuando lo llevaba a la boca iluminaba su rostro y sus pechos desnudos.
Con mi marido estábamos tendidos en la cama aún, yo boca abajo y el boca arriba con la cabeza tirada hacia atrás en el borde de la cama miraba el mundo del revés por la ventana. La voz Sofía se perdía en medio del ruido del mar y por la poca atención que podía prestar yo a esa hora, entre cansada y saciada de todo, no tenia las fuerzas para concentrarme en todo lo que decía. Y la verdad es que me perdí toda la primera parte de su historia pero enganche cuando dijo algo así: "…los hermanos, mama, son hermanos que no entiendes?." Y con esto hacia referencia a algo que me perdí en la primera parte claro.
Unos días después (siguió contando Sofía) volví a casa luego del trabajo y un montón de chicos estaban por todos lados, con sus bicicletas en mi césped y haciendo uso de toda mi casa. De inmediato me dispuse a correrlos a todos, fuera de mi sala, fuera de patio, de mi cochera y apaguen el sonido antes de irse, ordenen los sillones y los almohadones. Y por último fui a la cocina donde encontré a mi hija, la única artífice y total culpable de todo este caos. Pero ella estaba en otra cosa, miraba como embelesada como unos chicos se besaban de forma lasciva al otro lado de la mesa de la cocina. Yo no podía dar crédito a lo que veía, eso no era besarce; estaban haciéndolo con la boca. Unos calores me subían y bajaban y eso que ya he visto de todo. Y tal cual como había dicho mi hija eran los hermanos y la verdad cualquiera que los mirase diría que son una linda pareja.
No pude seguir mirando revise toda la casa en busca de polizones pero ya se habían ido todos. Llame a mi hija para reprenderla por usar mi casa sin permiso, pero en cuanto se reunió conmigo en la sala, dejando a los hermanos en la cocina. Lo primero que hizo fue pedirme si se podían quedar a dormir esta noche en mi casa. Me dejo sin palabras porque yo quería reprenderla pero ya estaba a punto de hacer lo opuesto. Me contó que ya tenían una coartada planeada, para ella que habría una pijamada en casa y el varón que se iría con sus amigos. Yo solo tendría que confirmarlo en caso de que sus padres me llamaran a tal fin.
Mi hija me rogaba y pedía que yo aceptase, ella misma se imponía penas a cumplir a futuro aún mas duras que las que le iba a dar por el desorden reciente.
Para ese momento los dos ya se habían vuelto a la sala y desde el umbral de la puerta esperaban un gesto de confirmación, así que ante la presión tuve que decir que si.
Al fin pude subir a mi recamara a darme un baño, largo y relajante, luego me puse cómoda con mi camisón de dormir nuevo, es un poco largo pero muy fino y fresco y arriba bastante escotado de mas, pero como vivimos solas no repare en que los chicos me fuesen a ver esa noche.
Baje a la cocina y mi hija había preparado unos bocadillos y unas pizzas para esperar a sus amigos que no tardarían en llegar, ya que tan solo se fueron a bañar y cambiar para salir nuevamente.
No paso mucho rato en que sonara el timbre. Mi hija les fue abrir y luego tranco la puerta con todos los seguros. Los chicos pasaron a la sala donde frente al televisor habíamos dispuesto todo para cenar. Luego echamos un montón de almohadones en el piso alrededor la mesa ratona y en la tele pasaba una película casi sin audio para no interrumpir la charla. Abrí una botella de vino y serví en cuatro copas. No pude evitar ver como el chico observaba mi escote y es que no deja mucho a la imaginación. Pero como su motivación era otra, no le di importancia a eso y no repare en cubrirme en lo mas mínimo. Por otro lado mi hija también estaba ligera con un camisón bien cortito, que ni siquiera tapaba sus nalgas, si bien era mas cerrado arriba, cuando se sentaba quedaban todas sus bragas a la vista. Pero todo esto no incomodo a los hermanos al contrario; puso mas calor a sus ya encendidas ganas de besarse ya que entre trago y trago no perdían oportunidad de posar sus labios juntos.
Yo quería saber como era la historia pero, no me atrevía a preguntar de donde nació todo eso. Entre charla y charla cada vez mas caliente me di cuenta que todo era solo por experimentar y no tenia ningún fin mas que jugar con los limites de lo prohibido. De hacer algo que no debían hacer, pero que lo disfrutaban no habían dudas. Mi hija estaba como un cine porno supongo, porque su excitación no la podía disimular. A cada momento le decía a su amiga que se acercara a su hermano y le besara o se tocaran, o insinuaba algo mas fuerte con algún juego de palabras.
La botella de vino bajaba rápido y la temperatura subía, yo fui a buscar otra botella mientras mi hija sugirió a su amiga que se pusiera cómoda, eso quería decir con su ropa de dormir. Cuando volví de la cocina donde solo estuve unos minutos buscando y destapando la botella, vi que la hermana ya no estaba en la sala y mi hija se había arrimado al chico. En realidad estaba casi encima de él. Note un rápido movimientos de manos y de gente que volvía al lugar, lo que me dio indicio que andaban jugando a algo también. No le di importancia y sin decir una palabra solo rellene las copas y deje que todo siguiera su curso, sin hacerme responsable de lo que ocurría frente a mis narices. Ya a esta altura diría con mi consentimiento…
En este punto mi hija me plantea su idea de dormir conmigo en mi cama, claro, y así dejar su dormitorio para sus amigos y de esa manera propiciar así que tengan relaciones.De inmediato me niego, aludiendo que con lo excitada que estaba no la quería en mi cama. (ja ja que maldita y preparada es Sofía, nota del autor).
No tardo en aparecer la amiga de mi hija que volvía del dormitorio donde se había cambiado, dejándose tan solo una vieja blusa blanca y sin mangas, y su tanga.
Por la blusa se balanceaban unas grandes tetas que amenazaban con salirse por los costados de blusa, y lo fina de la tela traslucía sus pezones. Su tanga fina se perdía por detrás, dentro de sus grandes nalgas, todo su cuerpo parecía que estaba diseñado para el deseo. Y siendo yo tan bisexual no podía dejar ya de verla con cierta lujuria e imaginándome muchas cosas con solo mirarla.
Al pasar frente a su hermano da una vuelta muy sensual para excitarlo un o poco mas como si acaso eso fuere necesario. Este no pierde oportunidad y tendiendo la mano la toma y la hace sentarse en su falda, donde los besos y ahora los manoseos son de nuevo protagonistas. Yo y mi hija los miramos y animamos al ver como el pasa sus manos debajo da la blusa y amasa esos grandes pechos. Mientras mi hija secretamente desea estar en lugar de su amiga y yo en lugar de hermano, ja ja.
Su hermana desabrocha un par de botones de su camisa; y es, que ya es hora de que el se ponga cómodo también. Para ese momento nostras tres ya estamos casi en pelotas. Y como si fuese una coreografía entre el vino y lo excitadas que estamos las dos nos arrimamos y de rodillas sobre los almohadones comenzamos a ayudar, sacando su camisa primero para revelar un torso bien ejercitado y joven que es un placer acariciar, placer del que mi hija sin mucho disimulo no se priva. Ante el consentimiento de su amiga que se lo permite. El chico se retrae un poco cuando llega la hora de los pantalones, pero tirándolo hacia atrás, una desprende su cinto y botones mientras las demás quitamos sus zapatos y tiramos de los pantalones hasta dejarlo tan solo de calzoncillos. Unos ajustados calzoncillos negros que nos enseñan a la perfección la forma de su paquete bien hinchado y ya pronto para saltar. Mi hija no se puede contener y sus manos exploran mas de la cuenta, todas nos dimos cuenta de eso pero dejamos seguir.
De repente los manoseos y besos se vuelven moneda corriente y no solo entre los hermanos. Ya en este punto todo puede pasar. Antes de que las cosas se salgan de control yo vuelo hasta mi cuarto a traer unos condones, ja ja por las dudas claro. Si no lo hacía en ese momento no lo haría mas porque estaba loca de excitada igual que los adolescentes. No puedo dejar de mirarme en el espejo cuando llego a mi dormitorio. Tenía todo fuera de lugar y una lola ya se me escapaba, así que me las acomode como pude. Y al revisar mi tanga note que también esta mucho mas húmeda de lo que había imaginado, tenia la tanga empapada.
Cuando baje de nuevo, las cosas se habían desencadenado rápidamente, el chico estaba con su pene de fuera, fuerte, hinchado y muy venoso. Su hermana se lo comía como si fuese el ultimo de la tierra. Mientras mi hija le sujetaba el pelo y acariciaba su espalda. Su cara estaba como sacada, y de su boca parecía imitar a la de su amiga. Literalmente se podía decir que la boca se le hacia agua. Yo no pude contenerme y en mi espíritu de justiciera del sexo me coloque detrás de la hermana metí mis manos por los grandes agujeros de los brazos de su blusa y saque uno de esos enormes pechos afuera. Cuando la chica me miro, yo la tome de la barbilla y gire su cara hacia mi tomándola por sorpresa y robando le un profundo beso de boca abierta. Mientras hacia esto, con la otra mano tome a mi hija por la nuca y conduje su cabeza hacia abajo de forma que entienda que era su turno de comer esa hermosa pija.
Unos instantes después ya a nadie le quedaba una prenda puesta, ni por asomo. Y el chico ya penetraba a mi hija, mientras su hermana y yo nos comíamos los coños con una lujuria desenfrenada. Y según supe en otra oportunidad, yo fui su primer coño, yo y mi hija claro.
Porque no tardamos mucho y cambiar de posiciones y para compartir todo con todos, y esa polla fue entrando en cada boca y cada coño ya que las tres queríamos y necesitábamos ser folladas esa noche y por fortuna así fue, el chico nos dejo satisfechas en todo lo que pudo y cuando ya estaba muy cansado nosotras mismas nos dimos de lengua hasta corrernos… "
De repente, el cigarrillo se apago. Sofía dio su ultima pitada y esta vez se ilumino mas intensamente su rosto y cuerpo desnudo. Hermoso y esbelto, se paro arrojando su cigarrillo por la terraza, luego camino hacía la puerta pasando por el costado de la cama, con sus dedos recorrió mi espalda y luego abrió la puerta parándose en el umbral, nos dio las buenas noches dejándonos de regalo la vista de su cuerpo y sus grandes tetas como ultima imagen antes de dormirnos.
Por la ventana algo de aire ya comenzaba a soplar, y en cuanto recibí los primeros soplos de aire fresco no pude evitar dormirme de cansada.
Casi al medio día del siguiente día, nos levantamos con mi marido. Salimos a la cocina a encontrarnos con nuestros anfitriones, que preparaban algo para agasajarnos. Ellos nos dijeron que tanto Sofia como las demás parejas partieron temprano en la mañana rumbo a sus casas. Y solo nos quedamos nosotros para pasar la tarde con ellos.
Que también; antes del anochecer emprendimos el camino de retorno ya que son mas de tres horas de viaje en auto. Pasaron varios km antes de que mi marido me preguntara si recordaba la historia de Sofia de antes de dormirnos. Solo en parte le conteste y ahí quedamos de volver a hablar con sofía para que nos cuente mas y que paso después, pero como imaginaran las pocas veces que logramos comunicarnos con ella se ha salido con otros temas y poco y nada ha dicho sobre lo que paso.
Bueno somos German y Pam y si lo leen le agradezco que dejen sus comentario y criticas debajo, que es importante para motivar y seguir subiendo historias.
Algunas propias y otras que recolecto por ahí como han visto. Saludos a todos mis lectores.
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