La inquieta Katty
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por oscareduardo.
Katty llegó a esa casa de casualidad, era el hogar de su compañera de apartamento en Bogotá.
Ambas recién llegadas a la capital estudiaban en la misma universidad y buscando un apartamento coincidieron en la misma dirección.
Lo tomaron entre las dos y Laura que así se llamaba su amiga le había agradado aunque no hubieran tenido una íntima mistad hasta el momento.
Llegó una semana de descanso y Laura invitó a Katty a su casa, quería que conociera su familia aunque le advirtió de antemano que era una familia muy conservadora en sus costumbres.
El padre de Laura era un profesor universitario muy serio, tendría unos cuarenta y tantos años y su comportamiento académico lo mostraba como una persona seria, entregado a su trabajo y sus investigaciones.
Normalmente no salía de su cuarto de estudio en donde se rodeaba de sus libros, sus discos preferidos y el infaltable computador.
Se llamaba Néstor pero todos en la casa le decían don Néstor .
Por su parte la madre de Laura se llamaba Cristina, era una mujer cuarentona, de rostro muy agradable su cara desprovista de maquillaje la hacía ver bonita pero mayor de su verdadera edad, su manera de vestir con ropas muy holgadas ocultaban a la vista de todos una silueta muy estilizada.
Sus blusas altas y cerradas escondía sus hermosos senos , en fin todos sus encantos quedaban ocultos.
Sexualmente su matrimonio ya no funcionaba, su esposo no le prestaba mayor atención y ella se distraía con sus amigas en veladas incansables de juegos entre señoras que sólo eran un pretexto para hablar de las amigas ausentes o comentar los chismes del pueblo.
Su distanciamiento era tal que dormían en cuartos separados.
Katty en el primer día visualizó este dramático escenario que estaba enmarcado en un pueblo casi colonial rodeado de calles centenarias y casonas antiquísimas que daban al vecindario el aspecto de un lugar lóbrego y melancólico.
Katty se sintió en el lugar equivocado, ella era muy despierta, una joven llena de vida, con deseos de sentir emociones intensas, un espíritu inquieto que estaba hambriento de vivencias nuevas, de experiencias inéditas y sobre todo de satisfacer al máximo sus deseos sexuales hasta ahora reprimidos en su hogar.
El problema era que había salido de un hogar moderadamente liberal a un hogar muy conservador…ese era su reto y decidió que iba tratar de hacer algo al respecto.
Como todo hogar conservador que se respete la rutina y la cotidianidad marcan el desarrollo de todos los quehaceres y personajes.
Don Néstor se levantaba muy temprano, hacía una serie de ejercicios, se bañaba, luego se desayunaba y se encerraba toda la mañana en su estudio para trabajar .
Doña Cristina en cambio se levantaba muy tarde, normalmente tomaba el desayuno en la cama , seguía acostada casi hasta el medio día y después de un buen baño bajaba a almorzar.
Por la tarde se dedicaba a perecear en la cama, leía, escuchaba música y hacia el atardecer salía a visitar a sus amigas.
Al otro día Katty se levantó muy temprano, se bañó, busco una blusa medianamente transparente con un buen escote, una minifalda de amplio ruedo que al caminar casi dejaba ver sus panties, unas sandalias muy deportivas ,se pintó un poco los labios de un carmín intenso que hacían ver sus labios supremamente provocativos.
Se miró al espejo y la imagen le reflejo la bella figura de una joven muy sexy y atrevida.
Se asomó a la ventana y mirando a la piscina se dio cuenta que don Néstor ya estaba próximo a terminar su rutina de natación.
Bajó a la cocina y preparó un jugo de naranja que adornó con unos cubos de hielo, miró el pequeño bar y encontró una ginebra muy fina, vertió un poquito del licor en el jugo y se fué a la mesa cercana a la piscina donde don Néstor siempre se hacía a leer los titulares de prensa, con una voz muy sensual le dio los buenos días y le ofreció el jugo.
Don Néstor quedo gratamente sorprendido recibió el jugo e invitó a Katty a sentarse a la mesa.
Al ver semejante cuerpazo don Néstor casi no puede beber el jugo.
Katty al acercar el asiento a la mesa se agachó levemente dejando ver unos senos preciosos.
Don Néstor se tomó el vaso y se despidió de Katty dándole las gracias, llegó a su cuarto y en la ducha se acordó de la chica, una incipiente erección trató de insinuarse.
Cambió al chorro de agua fría y dejó que el choque térmico del agua gélida le bajara su emoción.
Empezó a vestirse frente al espejo y por primera vez en muchos años se fijó en su apariencia personal.
Su cuerpo todavía era atlético y quizás un poco de arreglo personal mejoraría su apariencia…sin quererlo empezaba a tener en cuenta la presencia de Katty en esa casa.
Bajó a desayunar y por variar se encerró en su estudio.
Trató de empezar a trabajar pero la imagen de Katty volvía una y otra vez como un poderosos distractor que no lo dejaba concentrar.
Además estaba eufórico, tal vez era el jugo que aunque era de naranja parecía tener otro ingrediente que le había subido su ánimo.
Ya iban a ser las diez de la mañana cuando unos leves toque en la puerta lo trajeron a la realidad…abrió y con sorpresa encontró a Katty…le llevaba un pequeño refrigerio, se lo entregó y se sentó frente a un cómodo sillón que don Nestor tenía frente a su escritorio.
Mientras el profesor empezaba a degustar el platillo Katty subió las piernas al sillón dejando al descubierto sus torneados muslos y casi a la vista sus panties , otra vez don Néstor casi se ahoga…esa chica era un pequeño demonio, trató de concentrarse en las viandas pero la curiosidad era muy grande, otra vez enfocó su mirada al sillón , Katty como calculando sus movimientos cambió de posición dejando a la vista por una fracción de minuto la diminuta tanga blanca que dejaba entrever la oscura sombra del vello púbico de la chica.
Katty sonrió para sus adentros…ya había despertado la curiosidad y sobre todo la sexualidad de aquel incólume profesor.
Recogió el plato y salió del estudio.
Don Néstor quedó mirando al techo del estudio, eran muchas emociones para una mañana.
Después Katty salió hacia el cuarto de doña Cristina, tocó levemente a su puerta y ella sin levantarse la mandó a seguir, le llevaba un jugo de naranja, un café negro y unas tostadas.
Era un preámbulo al desayuno.
Doña Cristina estaba acostada leyendo un libro, tenía una pijama transparente, su blusa dejaba ver su brasier también blanco que escondía unos voluminosos senos, se quitó la sábana que la cubría, encogió sus largas piernas y dejó al descubierto un pequeño short también transparente que dejaba visualizar un panti ajustado a su cuerpo.
Katty le pasó el jugo, se quedó mirando su esbelta figura y Doña Cristina sintió un estremecimiento y un poco de rubor encendió sus mejillas.
Al recibir el plato Katty le pasó las manos por la cabellera a doña Cristina soltando una frase lisonjera sin embargo la mano de la chica bajando por la extensa cabellera llegó hasta su pecho y los dedos de Katty rozaron sin querer queriendo su pezón.
Doña Cristina se estremeció pero Katty abandonó el cuarto.
Había también dejado un toque de erotismo en esa bella mujer para que se diera cuenta todo el potencial erótico que tenía.
Al día siguiente Katty hizo pequeñas pero sustanciales variaciones, a don Néstor le incrementó un poquito la ginebra, ese pequeño toque alcohólico le aumentaba la libido, la blusa transparente permaneció no así el brasier que al dejar de usarlo puso sus senos a la vista y casi a escasos centímetros del profesor, sus pezones como moras encendidas permanecían erectos y provocadores.
Hubo un avance significativo también con doña Cristina agregó unos toques sutiles pero efectivos, con el mismo atuendo fue al cuarto a llevarle su pequeño abrebocas, Katty se encontró con una pequeña sorpresa,ese día doña Cristina llevaba un baby doll transparente , no llevaba brasier y sus senos caían sobre su torso dejando ver unos pezones erectos de un rojizo encendido.
Katty los miró con fascinación mientras doña Cristina tampoco apartaba los ojos de los juveniles y provocativos senos de Katty.
La chica sabía que tenía que atizar ese incipiente fuego.
Se acercó y con atrevimiento deslizó sus manos apretando los senos de doña Cristina.
Ella solo emitió un ahogado no…pero era por aparentar porque en su interior quería que esa chica le chupara sus senos y algo más.
Katty apretó más los senos de doña Cristina y salió del cuarto.
En el tercer día Katty ajustó más el cerco, don Néstor ese día salió de la piscina directo para su estudio, llevaba una bata corta y como esperando una cita convenida se sentó en su escritorio .
Katty llegó cumplida, su minifalda estaba más corta, su blusa escotada solo tenía un botón anudado, estaba sin tanga completamente desnuda, para sorpresa suya don Néstor estaba con la bata casi desanudada, ella soltó el pequeño lazo y al abrirse la bata quedo la verga de don Néstor en todo su esplendor, era un grueso cilindro de carne que Katty enseguida cogió y lo llevó a su boca, sus labios empezaron a besar esa bella golosina, su lengua empezó a recorrer esa verga erecta y como poseída por el demonio de la lujuria empezó a mamar ese pene, fue algo maravillosos, don Néstor sólo atinaba a gemir y a retorcerse, Katty incremento sus succiones hasta que el orgasmo del profesor le llenó su boca de semen, fue tal la cantidad que dos pequeños hilos de semen bajaron por la comisura de sus labios.
Katty se limpió la boca, le dio un beso con lengua al profesor y se marchó.
Ahora el turno era con doña Cristina, la encontró leyendo con las piernas recogidas y cubierta con la sábana pero cuando Katty fue a entregarle su refrigerio ella quitó la sábana dejando al descubierto sus piernas completamente abiertas y desnudas, su sexo descollaba como un triángulo dorado, se abrió de piernas y doña Cristina tomando de la cabeza a Katty la sumergió en su sexo.
Katty se sintió casi ahogada pero al tener esa vagina tan rica a flor de labios empezó a acariciarla, su lengua como un delicado estilete empezó a penetrar esa vagina húmeda y rica en toda clase de efluvios.
Doña Cristina empezó a temblar y a retorcerse de la pasión, Katty empezó a lamer ese clítoris grande y rosado que emergió como un guardián solitario de esa inmensa cuna de lujuria.
Katty con sus lametazos largos que coronaban en el clítoris le hizo sentir a doña Cristina un orgasmo nunca antes sentido.
Katty se paró, abandonó el cuarto y se fue.
Esa noche doña Cristina y don Néstor cada uno en su cuarto pensaban en la inquieta Katty, esa chica había venido a despertar un mar de emociones que ellos figuraban dormidos, sus deseos latentes a flor de piel que estaban adormilados pero no acabados, esos ímpetus sexuales que volvían a renacer con más expectativas.
Pero era apenas el comienzo.
Katty al otro día se alistó para recibir el fruto de su cosecha.
En efecto don Néstor cuando la vio en ese sillón completamente desnuda, abierta de piernas, comprendió que Katty quería sexo oral y él se lo dio gustoso, lamió esa virginal concha con frenesí incontrolable, su lengua extrajo los deliciosos líquidos de esa vagina que era un manantial inagotable ,sus dedos penetraron por esa gruta llena de excitantes vericuetos, manipuló con esmerada atención ese clítoris erecto y delicioso, se solazó con unas lamidas a esos labios vaginales tan exquisitos, y Katty le regaló un hermosos orgasmo, su frágil cuerpo se estremeció hasta que entregó sus más recónditas emociones.
Katty quedó desmadejada, cansada pero no saciada, faltaba la caricia oral de doña Cristina, sabía que era el punto culminante para cambiar la mentalidad de esa familia.
Y no se equivocó, Doña Cristina sabía que debía corresponderle a Katty esas sensaciones reencontradas y no escatimó esfuerzos, su boca se convirtió en el órgano más versátil para deleitar esa bella joven, su lengua entraba y salía con lentitud, tratando de abarcar la mayor área en cada lambetazo, se engolosinó con ese bello clítoris que sabía a gloria, pero cuando estaba llegando a su clímax Katty no aguantó y maniobrando su cuerpo quedó en un 69 perfecto que le permitió a las dos hembras corresponderse en forma directa sus caricias, fueron minutos de locura, alucinación y placer ilimitado, como dos sierpes enrolladas querían meter sus lenguas en lo más profundo de sus vaginas hasta que un orgasmo casi simultáneo las fundió y en un aullido ahogado expresaron la llegada del orgasmo divino.
Katty se fue a su cuarto tomó dos papeles de esquela y garrapateó unas frases, fue al cuarto de doña Cristina y deslizó un papel por debajo de la puerta, hizo lo mismo en el estudio de don Néstor y salió de la casa a dar una vuelta.
Regresó a las horas del atardecer, buscó en su ropa interior la prenda más atrevida, escogió un hilo dental negro que se metía en su vagina y en su precioso culo aumentando sus encantos naturales, encima se colocó unas medias de malla negra que ajustó a su cintura con un liguero de color rojo.
Encima se colocó un brasier rojo que no cubría sino sus pezones, se calzó unos zapatos de tacón super alto que la hacían ver como una diosa extraterrestre y por último se cubrió con una pequeña bata.
Eran las ocho de la noche, unos golpes en la puerta la hicieron abrir la puerta, era doña Cristina, quedó estupefacta ante esa imagen de Katty, pero no hubo tiempo de ningún comentario… otros toques la llevaron nuevamente a la puerta, era don Néstor, los dos esposos se miraron desconcertados, no hubo palabras, Katty los cogió de la mano y los llevó a su cama, allí delante de los dos se quitó la bata y con un ademán más que diciente los invitó a la cama.
Se paró encima de la cama y empezó a quitarse lentamente sus prendas en un parsimonioso streap tease .
La sorpresa inicial fue olvidada por el par de esposos que sedientos de emociones se abalanzaron sobre Katty que los recibió con las piernas abiertas.
Doña Cristina se apoderó de la vagina de Katty, don Néstor al ver en cuatro a su mujer la despojó de su ropa y se pegó a la vagina de su esposa.
Después fue la locura, uno a uno se turnaban para satisfacer sus deseos más íntimos, las pequeñas aberraciones fueron dando paso a las más grandes parafilias, Don Néstor encontró en su esposa cosas inconfesables que nunca había pensado encontrar , doña Cecilia se destapó como una verdadera prostituta que busca satisfacer sus más bajos deseos en un trío y Katty se satisfizo como ese factor común que aglutinó esa pareja.
Las pasiones íntimas más lujuriosas de esa pareja fueron las experiencias más vívidas de su existencia y sin saberlo eran apenas el comienzo de una vida sexual llena de experiencias aleccionadoras.
Agradeció para sus adentros a su amiga Laura y se prometió a si misma que cuando volviera a Bogotá haría lo posible y lo imposible para agradecerle esta experiencia….
desde ya estaba planeando esa nueva aventura.
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