La prima me invita a un trío
Mi tío Efraín es convencido por mi prima (seguramente hija de él con su hermana) para invitarme a hacer un trío..
Estaba la tetona (yo) un día en el laboratorio de los chimoles, cuando tocaron a la puerta. ¡Ja, ja, ja! Quise hacer una introducción mezclando a Jis y Trino con Gabriel Vargas y me surgió una epifanía: ¡Tita es la tetona Mendoza! No creo, ¿o sí? Es que cuando abro un correo de ella dice “Tita de Mendoza” (¡Ja, ja, ja!, perdona, Tita, pero se me hizo divertido) Cuando escribí la primera línea, yo solamente traía un pants, con las tetas al aire, ¡ja, ja, ja!, igual que la caricatura.
Para quienes no son de México, les diré que Jis y Trino son dos excelentes caricaturistas tapatíos autores de una tira llamada “El Santos contra la Tetona Mendoza”, y Gabriel Vargas, ya finado, escribió durante más de medio siglo la historieta de “La Familia Burrón” donde la protagonista principal es “Borola” y ella le llama “laboratorio de los chimoles” a la cocina.
Bueno comienzo, ya en serio, mi relato:
Una mañana que estaba yo cocinando, sonó el timbre y fui a abrir la puerta. Por la mirilla me di cuenta que se trataba de mi prima Gaby de quien relaté en “Apoyo familiar”. Le abrí y la invité a pasar a la sala y fui a la cocina a apagar una hornilla que tenía prendida.
–Sé que la semana pasada fuiste en la mañana a “visitar” al tío Efraín –me soltó Gaby en cuanto regresé a la sala, haciendo la señal de “comillas” con la mano al pronunciar “visitar”.
–¿Te lo dijo mi tío? –pregunté suponiéndolo, pero con extrañamiento porque el tío Efraín no suele irse de la lengua.
–Lo aceptó porque yo se lo demostré flagrantemente –dijo con aire de superioridad.
–¿Cómo fue eso? –inquirí con mucha curiosidad.
–¿Recuerdas el perfume que te regalé en tu cumpleaños? –me preguntó y yo asentí con un movimiento de cabeza–. Lo compré en Europa, ¡me encantó cuando me dieron a oler la fragancia! Pero se me ocurrió regalártelo, aún sin estrenarlo, para salir del paso cuando fui a tu festejo, pensando en que después me podría comprar otro y no, en México no he encontrado… –hizo un silencio y yo entendí.
–¡Fuiste a coger con él después que yo…! –exclamé.
–Sí, pero sin previa cita. Me recibió en bata asegurando que se acababa de levantar. Le quité la bata. Él quedó desnudo. Vi que su pene estaba flácido y con residuos de lefa en el prepucio, cosa que corroboré al mamárselo para que se le parara, mientras yo me desvestía. La verga sabía y olía a sexo. Pensé que mi mamá, o alguien más, aún estaba allí. “¿Estás solo?”, le pregunté. Al contestar afirmativamente, lo tomé de la mano y lo llevé a la recámara; allí encontré la cama revuelta, notoriamente sudada y con pelos de dos colores, ahora sé que tú los tienes cafés. El olor a sexo era muy intenso, seguramente las sábanas no tenían sólo sudor. Había pensado en mi mamá, pero destacó un olor que me sumergió en recuerdos de Brujas. ¡Ahí compré tu perfume! Le pedí a la vendedora pocas gotas que me puse ese día… –concluyó con aire de Poirot, detective de Agatha Christie.
–…Y en ese momento le afirmaste que yo había estado ahí… – dije aceptando mi presencia antes de ella.
–No, lo primero era lo primero. Me calenté muchísimo cuando saboreé los residuos de semen y flujo, así que sólo lo tiré a la cama y me senté en su cara para que me chupara, luego me incliné para hacer el 69. Etcétera, etcétera. Aunque lo dejaste muy usado, aun así pude satisfacerme en su cuerpo –explicó, pero yo no entendía por qué fue a decirme todo eso.
–Ahora te quedará claro que tienes que avisarle anticipadamente que irás a verlo, al menos así le hago yo –comenté.
–Siempre aviso, no quiero incomodar a mi madre, pero hoy supe que hay otras más… –dijo mirando hacia un costado, sin mirarme directamente, como sería el caso si solamente se refiriera a mí.
–¿Cuántas más de nosotras tres? –pregunté por curiosidad, pues él nunca me lo ha dicho.
–Actualmente no sé, pero aceptó que ya hubo otras primas con quienes inició desde pequeño y mi mamá que fue la primera, desde las caricias, besos y chupadas. Después los enseñaron sus primos a penetrarlos. Ellos aprendieron bien y crecieron así hasta que llegaron los orgasmos con eyaculación. Por lo visto se cuidaron bien durante seis o siete años. Pero algún día de los que no había condón no se salió a tiempo, el tío o el novio de mi madre, y quedé concebida… Durante mucho tiempo creyeron que el novio de mamá era el padre, por eso se casaron –explicó lo que ya sabía yo.
–Eso ya me lo habías contado, también que amó más a la tía Ofelia que a su esposa Saraí –le dije.
–Sí, pero hay otra prima a quien ama más que lo que amó a Saraí, pero menos que a mi mamá. ¿Esa eres tú? –me soltó a bocajarro.
–No, no soy yo. Él y yo lo hicimos por primera vez al inicio del año pasado. Me gustó, a él también, y lo hacemos de vez en cuando. Creo saber de quién hablas, pero dime nombres de quienes tú sepas… –la provoqué.
–Ninguna me consta ni tampoco me ha querido contar a quiénes de nosotras se coge –contestó.
–Estamos igual, sólo sé que también desvirgó a mi hermana mayor, quizá se trató de ella… –expliqué y ella sólo levantó los hombros–. Pues ya saliste de tus dudas: Sí cogimos el mismo día, antes que llegaras tú, y no sabemos cuántas parientes más cogen con él –le dije a Gaby para dar la charla por terminada.
–Bueno, en realidad, yo vine para hacerte una proposición. A Efraín le gustan tus tetas y la manera en que le chupas la verga. A mí me gusta cómo me coge él y cómo me chupa la vagina, ¡todo lo hace mucho mejor que mi marido!, a quien tengo para mantener a mis hijos, pues ambos son de él y los quiere mucho. Se me ocurrió que hiciéramos un trío. ¿Tú ya has hecho alguno? –me preguntó.
–Sí, alguna vez con dos amigos, para ver lo que se sentía tener dos falos para usar –contesté no queriendo dar más detalles.
–A mí también se me antojó sentir al mismo tiempo una verga en la boca y otra en la vagina, y seduje a dos compañeros del trabajo exclusivamente para eso, en una fiesta donde los empecé a calentar cuando estábamos tomando. Fue delicioso cumplir mi deseo y, además, me estrenaron por atrás al hacerme un sándwich –me contó, y yo asentí acordándome de lo bien que me trataron Ber y Chicles cuando les pedí ese servicio.
–Ahora pensé en ¿qué se sentirá un trío MHM? Y se lo propuse a Efraín después de otras caricias y jaladas. Se negó a molestar a mi mamá con eso. “Yo pensaba en Ishtar, a quien te cogiste en esta misma cama”, le dije. Y, ante su silencio, le mostré tus vellos cafés, diciéndole “Tú y yo los tenemos muy negros”. Replicó preguntándome “¿Cómo sabes de quién son?, y le demostré que ustedes cogieron unos minutos antes – explicó.
–Después de eso, ¿Efraín estuvo de acuerdo en el trío? –pregunté intrigada y sintiendo una ligera humedad en mi panocha.
–Como vi que él no estaba convencido, le pregunté, dándole jaloncitos del flácido aparato desde los huevos, qué le gustaba más de cada una de nosotras. Le dije: “¿No te gustaría que una cabalgue en tu verga y otra te dé tetas para chupárselas como te gusta? ¿Qué tal sentir una boca en cada huevo y tener dos vaginas en la boca?”, y le dije de otras posiciones más, las cuales seguramente imaginaba porque se le comenzó a endurecer la herramienta. Contestó “¡Yo no le voy a pedir eso a Ishtar!”. “Pero yo sí”, repliqué. Y aquí estoy…
–Sí, se me antoja sacarle toda la putez que tiene dentro… –acepté.
La puta de mi prima sonrió y se despidió dándome un beso en la boca después de decir “Vamos buscando un día para hacerlo”. Me quedé helada y pensando hasta donde podría llegar Gaby en ese encuentro.
A ver qué pasa…
Buena oportunidad para tomar leche servida en otra mujer. Eso querías, ¿o no?
Sí, también escribí algo así en los comentarios a Mar y Vaquita, pero cuando te vi lamiendo los huevos de Ber, pensé en si podría yo lamer una vagina estando caliente; obviamente, la respuesta es «sí», desde el momento de preguntármelo.
Tendrás el «apoyo masculino» para calentarte y llegar a las verijas de tu prima llenas del esperma de su papá. Pues «A ver qué pasa…», como dices tú, aunque ya sabes qué pasará… Suerte en tu segundo trío, a mí me gustó el primero.
La noche del otro día que me visitó mi prima para hacerme la propuesta soñé con ella y mi tío, no sólo era calentura de coger, también me gustaba acariciarle las nalgas, el ombligo y la pepa con mi cara. tallaba mis labios en los vellos de su pubis y otras cosas más. Me desperté caliente y me puse a mamar a mi marido quien pronto me cubrió, pero mientras su pene entraba y salía de mí pensaba en lo que le gustaría a mi prima de mí, con ese «apoyo masculino». Recordé que a mar le gustan las chichotas de Dalita; a Tita le acarició las tetas la esposa de su amante y a La Vaquita le chupa las tetas laura. También recordé que mi amigo Jaime contó que no cogió con su hermana y su prima, que sólo les llenó las tetas de lefa (no supe si ellas se mamaron sus pechos así). Con ello pensé que si a mi prima le gustan mis tetas, le pediré a Efraín que se venga en ellas para que la prima me las chupe más rico.
¡Ay Dios!, me vine muy rico esa noche con la tranca de mi marido y los pensamientos que tuve imaginando la boca de mi prima…
A ver si no terminas con una mujer amante, igual que Mar y yo. Ella se prenderá de tus chiches y tú de su panocha. El tío Efraín tendrá un buen espectáculo lésbico
Ni siquiera sé si me llegue a gustar algo con mi prima, menos si llegara a tenerla de amante regular, como ustedes, pero sí quiero ver a mi tío con su hija
¡Vaya!, serás lesbiana, adúltera y doblemente incestuosa… ¡Cómo cambian las «mosquitas muertas»! Se santiguan, se confiesan y van por más pecados…
¿Es mucho pecar?
Ahora vas a entender que es muy rica la panocha, sobre todo cuando estás muy caliente y no te importa que sea mujer a quien chupas. No dejes de contarlos cómo te fue y con suficientes detalles. A mí me gusta mi chichona, y a ella le fascina mamarme la panocha mientras los machos nos miran y se la jalan. ¡Suerte!
Ha de ser muy caliente ver al tío Efraín jalársela, y encima provocar esa acción.