Leah! la perra de mi amigo 3
Después de pasar muchos días llenando la conchita de Leah con la leche de Javier y mía, era una morbosidad ver cómo le salia esa leche mezclada de ambos en su útero perruno. Fuimos probando nuevas poses para darle bien rico y dejarla satisfecha y eso nos abrió una puerta más para su disfrute..
En nuestra última cogida, Javier me comenta que ha encontrado a un amigo zoo, la verdad yo me sentía emocionado ya que es difícil encontrar amigos zoo y que vivan cerca de tu residencia. Javier me platicó que ese chico ya había tenido una experiencia y quería unirse a nuestro grupo. Eso me emociono y justo me imaginé una escena caliente con Leah!
Quedamos para un sábado en la mañana ya que era cuando yo tenía más tiempo porque mi esposa se levanta tarde. Esa mañana Javier me espera siempre cerca de la casa junto a Leah, quien se pone contenta al verme, – Hola mi perrita hermosa – saludo a Leah y ella me lame la mano. Creo que te extraña- me dice Javier. Dando vueltas a las cuadras de la residencial, me cuenta un poco sobre el nuevo amigo. Se llama Luis, tiene aproximadamente 27 años y le gusta ir al gym. Justo habían quedado que después de pasar al gym el llegaría a su casa. Nos apresuramos un poco para poder hacer nuestros ejercicios y como siempre los dos detrás de Leah, admirando esa cuca tan rica, húmeda que invita a estar dentro de ella noche y día. Llegamos a la casa de Javier y tomamos agua para hidratarnos y estaba que explotaba y mientras Leah tomaba agua, yo me senté detrás de ella dedeandola un poco y ver cómo se mojaba al sentir algo entrar en su coñito rico.
Javier recibió un mensaje y me dice-ya está afuera. Se dirigió a entrada y abrió la puerta. Luis era moreno, bastante musculoso, venia algo sudadito, buen porte y yo solo pensé, este va a romper a Leah! Nos saludamos y rápido pone su vista en ella y le dice- esta es la nena hermosa? Uff, está más bella y buena de lo que pensé. Se acerca a Leah y comienza con cariños a lo que ella se deja. Nos sentamos los tres en el sillón y Leah frente a nosotros. A lo que Luis comienza a sacarse el pans de gym y se queda en boxer, le seguimos el paso y Leah, se fue acercando y lamiendo encima del boxer de Javier, luego se pasó al boxer de Luis y comenzó a lamer, el decia- esta nena hermosa si que sabe calentar y el bulto le comenzó a crecer. Yo nunca había dejado que Leah me lamiera la pija pero dejé que lamiera sobre mi boxer y sentí bien delicioso.
Luis dijo- bueno es hora que coma salchicha está perrita linda,- dejamos que él controlara la situación ya que era el invitado. Luis se quita el boxer y de verdad me quedé asombrado. Era una pija demasiada gruesa, algo venosa, mucho más gruesa que la mía y la de Javier pero no tan larga. Leah se abalanzó al sentir su olor de pija de macho y comenzó a lamer, nosotros veíamos la escena y nos masturbabamos, los tres nos pusimos de pie luego y Leah tenía las tres pijas a su disposición. Lamía una por una, y le encantaba sentir nuestros fluidos salir, su lengua era algo sin igual, era primera vez que yo dejaba que Leah me lamiera, siempre me la cogía mientras ella lamía a Javier, pero esta vez era de probar todo nuevo.
Luis dijo- como el dueño es el arfitrion que él comience a darle a su perrita. La subimos en el sillón, Javier se puso atrás de ella y comenzó a penetrar ese hermoso coñito de Leah, mientras disfrutábamos la vista, estuvo dándole unos minutos y le dije a Luis, vamos tu turno y elyme replicó- quiero ver cómo le dan primero ustedes y yo invitado el último. Aceptamos y fue mi turno, siempre me ha gustado coger de segundo porque se siente más húmedo, Leah siempre se moja bien rico. Estuve dándole fuerte y rico, sentía lo calientito de su útero perruno, esa sensación de querer succionar la pija y no querer soltarla. Me detuve y le di mi puesto a Luis, el se acercó y cuando metió la cabeza Leah dió un breve gemido y vimos como se le hundia esa pija gruesa en su coñito. Al inicio comenzó suave y hasta el fondo a lo que Leah, gemia levemente pero después comenzó a embestirla con una fuerza que se movía hasta el sillón, Leah comenzó a jadear mientras Luis decía entre cortado- perrita rica, que hermoso es partirte el coñito, ver esa escena era tan rico y excitante, al querer sacar la verga, vimos como se estiraba el coñito de Leah. Javier se sentó y la subimos montadita en su pija y le ayudabamos a subir y a bajar, Luis pidió ser el segundo y la acostó boca arriba y patas abiertas en el sillón, se acostó sobre ella y metió esa verga descomunal y dejó caer todo su peso, tomó a Leah por la cintura y comenzó a embestirla como que no hubiera un mañana, pensamos que rompería el sillón, luego de darle durísimo la tomo en sus brazos y sin sacar la pija, la carga y la penetra de esa forma. Probamos y repetimos poses, pero siempre era lo mejor como Luis de la cogía.
Ya para descargar nuestras lechitas dentro de ella, primero me descargué yo, dejando ese coñito lleno de leche, luego siguió Javier,le dió bien rico y hasta él gimió de su deslechada, creo que fue buena idea que Luis fuera el último ya que l leche y los fluidos ayudarían que lubricar mejor, cuando Luis la penetró literalmente le sacó las dos leches que le habiamos dejado adentro, empezó sus embestidas durísimas ya Leah sabía que era él ya que solo con él tenía esos gemidos. Le dió unos 5 minutos sin parar cuando comenzó a dejar la leche dentro de ella , los dos gimieron y se miraba como se movía la pija mientras dejaba depositado litros de leche. Lo impresionante vino después, al querer separarse de Leah no salía la pija, el dijo haber sentido algo que lo apretó en su descarga, allí supimos que había abotonado a Leah, su verga no perdió el grosor y solo mirábamos como se estiraba el coñito de Leah. Estuvieron pegados 2 minutos y Leah lo fue liberando a poco hasta que se escuchó un puff! Y vimos ese coñito rosadito y abiertito con bastante leche.
Leah se dispone a lamerse y limpiarse el coñito y nosotros a descansar y vestirnos, el tiempo había pasado, casi 2 horas y media dándole a Leah, yo tenía ya 7 llamadas perdidas de mi esposa.
Salí apresurado para la casa.
Cogimos a Leah entre los tres un total de 7 veces.
La segunda vez cada uno depósito dos veces lechita dentro de Leah, ella se sentía feliz de recibir buenos masajes en su útero, en una de esas veces vimos orines saliendo del coñito de Leah! Llena de orgasmos y leche como debe ser para una perrita.
Lastimosamente mi amigo Javier se tuvo que mudar a otro estado porque le había salido un nuevo trabajo. Llevandose a Leah con él y dejándonos sin una perrita. Fue lo mejor de haber encontrado a Leah y a mi amigo!!
Si quieren chat o compartir material zoo, les dejo mi TG @Ggggg1511
Sería bueno tener todos una hermandad.
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