Leah! la perra de mi amigo 4

Pasaron largos meses después del último encuentro con Daniel, Luis y nuestra mujercita perruna Leah! Hasta que pudimos ponernos de acuerdo e ir hasta donde ellos estaban. .
La gran tristeza de no tener a Leah como en esos días de sexo y placer, invadían mi mente, incluso mi esposa se daba cuenta que algo me faltaba, porque cuando cogia a Leah con nuestros amigos, yo venía deseoso de darle a mi esposa de perrito hasta que sonara por toda la habitación. Desde que Daniel se llevó a Leah a otro estado por un nuevo trabajo yo había perdido comunicación con él, solo en telegram nos hablábamos, hasta que un día miércoles recibí un mensaje y era él. Me dice que Leah también está triste porque no tiene a sus machos, y aunque él la detona como buen esposo, ya ella estaba acostumbrada a las horas de placer. Rápidamente nos pusimos de acuerdo, y me comentó que también me había escrito a Luis, y que le gustaría que fuéramos los dos. Hicimos un grupo de telegram y quedamos en ir para que Leah tuviera toda la felicidad, verga y leche del mundo.

Yo le dije a mi esposa que era un fin de semana de trabajo fuera de mi estado, no muy me creyó pero no dijo nada más. Salimos un día sábado muy de madrugada, eran 5 horas de camino por lo que teníamos que aprovechar el tiempo. En todo el camino Luis me contaba todas las experiencias que había tenido no solo con perritas sino que también con adolescentes de colegios (eso se los contaré otro día). Y que ambos coñitos se sentían tiernos para él .

Después del largo viaje llegamos por fin con mi amigo Daniel y Leah esperándonos en la puerta de su casa. Estacionamos y fuimos a saludarlos. Leah está feliz de vernos y Luis la saluda con muchos besos en su hocico. Leah los ha extrañado- dijo Daniel.

Pues vamos hacer que nos recuerde- dijo Luis – y los tres nos reímos. Bajamos las maletas y entramos a la casa. Nos acomodamos en su pequeña sala, era una casa bastante cómoda, solo tenía un cuarto más de huéspedes por lo que Luis dijo que él se quedaría en el sofá cama que para el no había problema mientras acariciaba a Leah y le dice- mi amor tu te quedarás conmigo toda la noche-. Comenzamos a tomarnos una cerveza, no teníamos prisa con comenzar con Leah pero si muchas ganas. El más ganoso era Luis- ya se había quitado el pantalón y le ponía el bulto a Leah para que lo oliera y lo lamiera por encima del boxer. Yo acomode mis cosas en la recámara, y solo avisé a mi esposa que ya había llegado, fueron si mucho 5 minutos que estuve adentro y cuando salí a la sala, ya Daniel y Luis tenían la pija de fuera, la pija de Luis estaba adentro de la boquita de Leah- Daniel me explicaba que ya la había entrenado para tener la pija toda adentro y sin que ella intentara morder. Se lograba escuchar ese sonido de la verga que le llegaba hasta el fondo de la garganta. Yo comencé también a quitarme la ropa y los acompañé, les pedí probar y metí mi pija en la boca de Leah, era una de sensación riquísima tener la pija allí adentro, su lengua se movía alrededor de toda la pija, era una gloria. Acomodamos a Leah en el sillón y Daniel comienza a chuparle el coño para lubricarlo- y nos dice, ya Leah desde que los vió empezó a lubricar, anda bien mojadita. Ideamos comenzar con una metida cada uno en turnos, los tres parados , primero Daniel le dió una clavada hasta el tope, luego seguí yo, sentí como se iba abriendo ese coñito para darle paso a mi pija, era una sensación tan rica que sacar la pija de su coño era un crimen. Luego el turno de Luis, de los dos, el la tiene más gruesa, cuando la metió, Leah siempre hizo su gemido característico- Luis le , pregunta – te gusta muchi mi pija verdad amor- y así nos turnamos, cada vez tardando más en tenerla adentro, Leah solo jadeaba hasta que llegó el momento de cogerla como era debido, embestidas fuertes haciendo que ese coño succionará toda la pija, las embestidas se escuchan en toda la sala. Ideamos ir pausando para disfrutar a Leah el mayor tiempo.

Mientras poníamos una película , nos turnabamos para coger a leah en todas la poses habidas y por haber. Los tres sentados frente al televisor , turnandonos a Leah, ya que la montabamos en nuestras pija por 5 minutos cada uno , y así mucha rondas, de ladito , de misionero, boca abajo. La película duro 3 horas y seguíamos dándole, Luis siempre la lograba abotonar en la pose de perrito, ya llevaba dos minutos abotonadita pero Leah no lo liberaba, – creo que lo que ya quiere ella es leche- le dije entre risas, – pues lechita le voy a dar- responde Luis- comienza a darle fuertísimo hasta que sus gemidos de la deslechada nos indican que ya la está preñando. Me tocó a mi de segundo darle lechita y sentir todo lubricado de la leche de Luis me hizo acabar en menos de un minuto, era una sensación deliciosa. Y así sigue el turno de Daniel.

Leah se lamía su coñito de nuestras leches mientras nosotros nos recuperabamos. Nos cambiamos y salimos los tres junto con Leah a comprar algo para la cena, el lugar donde Daniel vivía era una ciudad más abierta, habían muchos perros en la calle, pero la mayoría hembras. Daniel nos contaba que casi solo 3 perros para todas las hembras de la calle. Luis dice- esto es el paraíso- Leah no te pongas celosa amor le habla a ella.

Regresando a la casa cenamos y preparándonos para otra sesión de sexo rico. Luis nos dice que ha traído algo y saca de su maleta un tipo de vibrador, por lo que decidimos probarlo en Leah, al inicio se sintió acelerada cuando se le puso el vibrador en su coñito pero al cabo de unos momentos, vimos como le comentaba a salir agüita de su coño, creo que le está gustando mucho- dijo Daniel, yo me acerque y sin preguntar pase mi lengua en esa aguita, era saladita pero rica , sentir esos fluidos me pusieron duro rápidamente, Leah ya estaba más tranquila, disfrutando de esa estimulación grandiosa. Nuevamente los tres con las pijas ya recuperadas y más duras que la primera vez comenzamos la sesión de sexo con Leah. La noche sería de cogerla y cogerla hasta que nosotros quedáramos sin leche de tanto preñarla. Casi a media noche Daniel se retira y dice que dormirá que nos deja a Leah, le da un beso y se va a su recámara. Nos quedamos Luis y yo, aún con ganas de seguir,- se la monta encima de él y la ensarta, dejando ver esa vista hermosa de su coñito comiéndose esa gran pija, yo veo eso y justo intercambiamos miradas con Luis, creo que ambos entendimos y me dice, allí tengo condones en mi maleta. Me apresuro y saco uno, me lo coloco , Luis se detiene y me deja posicionarme atrás de Leah, pongo la puntita de mi pija en la entrada de su culito que se movía constantemente por el estímulo que tiene en su coño, comienzo a picar hasta que poco a poco le va entrando en ese culito, ya al tenerla adentro comenzamos los dos con movimientos sincronizados, el jadeo de Leah es más intenso, algunas veces se quería safar pero ya era tarde, teníamos tanta calentura para parar y la taladramos de los dos lados, tardamos casi 20 minutos dándole duro hasta que ambos nos venimos al mismo tiempo.

El culito de ella quedó rojito pero luego de unos minutos ya se le miraba normal. El cansancio me venció y a tes de dormir me di una ducha y luego fui  a la recámara dejando a Leah con Luis solos en la sala. Ya había sacado leche 4 veces en pocas horas. Dormí profundamente. Desperté de madrugada y cuando me levanté al baño Luis estaba en el el piso acostado abrazando a leah, los dos durmiendo y la pija de Luis aún con la cabeza en la punta del coñito de Leah,- imaginé que se quedó abotonado después de la última preñada y se quedaron dormidos.

El siguiente día ya nos levantamos tipo 9  de la mañana, Daniel había sacado a Leah a hacer sus necesidades, pensé que diría algo por haberle roto el culito pero me imagino que no se dió cuenta.

Desayunamos nos despedimos de Leah y Daniel- voy a organizar otra fiestecita con otro amigo si no les molesta que se una a nosotros,- claro que no dijimos, entre más machos más feliz Leah. Nos regresamos y estamos a la espera de ese mensaje….

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