Me cogí a ella y a él, relato inédito
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace dos años tenía un trabajo en una empresa que iba creciendo aceleradamente, no diré el nombre pues todavía trabajo alli. No me quedaba mucho tiempo para tener una relación sentimental, asi que asistía con mis pocos amigos a ciertos bares donde uno puede encontrar solteras, divorciadas y casadas con ganas de sexo, aveces algunas parejitas swinger iban alli. Ese día iba solo, me senté en el bar y pedí un whisky doble. Como a los 20 minutos de estar alli, vi entrar a una linda hembra, de 1.70 mt aproximadamente, vestido de una pieza corto, con un único tirante al cuello, escotado, lucía unas lindas tetas, que sin ser enormes tenían buen tamaño, un trasero que se dibujaba en el vestido apretado, y zapatos de tacón. Iba con un hombre que debía ser su esposo, de buen ver y alto. La chica hizo voltear a todos, y nuestras miradas se intercambiaron, pensé que ella iba a dejar de verme, por un momento creí que era alguna conocida, por la forma en me miraba, pero no simplemente era una mirada coqueta entre ambos.
Ellos se sentaron no lejos de donde yo estaba, pidieron bebidas con alcohol. Nuevamente al voltear nuestras miradas se volvieron a encontrar, ella me sonrió y su esposo también volteo y me vió, levantó su copa y brindo alzandola, yo lo hice y me puse pie, me fui acercando, él me invitó a sentarme, me presentó a su esposa Eugenia, tenía un rostro bello como toda ella. Me senté y yo invite otra ronda de bebidas iguales. Mientras charlamos de temas triviales, yo miraba a Eugenia y ella me veía, las miradas eran penetrantes, con deseo. Al rato ella se levantó y anunció que iba al sanitario, el cual se encuentra subiendo unas gradas al segundo nivel, pero en su mirada me invitó a encontrarla. Me quedé unos minutos con Rodrigo, que asi se llamaba el esposo, al poco rato, le dije que tenia que hacer una llamada a mi trabajo, me levanté y dando un rodeo, subí las gradas al segundo nivel, alli en el pasadizo estaba Eugenía, me acerqué a ella, me tomó de la cintura y nos besamos muy apasionadamente, con labios y luego lengua, mis manos recorrían su cintura, caderas y luego apreté sus nalgas sobre el vestido, ella soltó mi boca y beso mi cuello, me dijo al oido, -quieres coger conmigo?-, entre jadeos le dije -y tu esposo?-, entonces Eugenia me dijo -él también quiere participar!-, al oir eso rápido pensé en un trio. En eso ella me dijo que iba a regresar a la mesa, al rato me fui yo, nos volvimos a encontrar los tres, al parecer ella ya le había comentado algo a su esposo Rodrigo. El pidió la cuenta y salimos los tres. En el parqueo me subí a su auto, un Mercedes Benz Kompresor compacto, color gris plomo. Durante el viaje, los dos me fueron interrogando, me preguntaron por mi procedencia, mi trabajo, hábitos, vicios, etc..
Cuando llegamos, me invitaron a pasar a la sala, me senté, Rodrigo nos sirvió a todos una bebida alcohólica, Eugenia se sentó a mi lado, casi pegada a mi, charlamos y ellos hicieron algunas bromas, yo creo que me vieron nervioso y eso rompió un poco el hielo. En eso Rodrigo desapareció de la sala, me quedé solo con Eugenia, quien me preguntó si estaba nervioso, le dije que un poco, ella me acarició el pene sobre la tela del pantalón que llevaba, la verdad es que mi pene estaba reducido y flácido, ella tomó su bolsa de mano y sacó una pastilla de color azul, me dijo que me la tomara, lo hice con la bebida. Luego me fue diciendo que era muy guapo y atractivo, me preguntó si tenía novia, le dije que en ese momento no. Me tomó de las manos y cuando hablaba ella acercaba su rostro al mio. Me dio un beso en los labios y yo le correspondí. Una de sus manos volvió a acariciar mi pene, lo frotaba suavemente. Su lengua salió de su boca y recorrió mis labios por fuera, yo le tomé su lengua con mis labios y la chupé, ella sonrió. No noté cuando Rodrigo su esposo, se colocó en un sofá frente a nosotros. Eugenía y yo seguimos besándonos muy ardientemente, ahora yo le acaricié los muslos, ella abrió sus piernas y tomándome la mano me la llevó directamente a su braguita, sentí lo caliente de su sexo aún sobre la tela de su braga, se la acaricié.
De pronto ella bajó el cierre de mi pantalón y metiendo su mano entre mi boxer, me sacó la verga, ya no estaba tan flácida, la comenzó a acariciar con su fina y delicada mano. Eso me fue poniendo cachondo, a pesar que la presencia de Rodrigo, su esposo, me causaba incomodidad. Sin embargo, aún con todo eso, deslicé mi mano dentro de su braguita y pude palpar su vulva, luego sus labios vaginales, los cuales se fueron mojando cuando mis dedos se metían entre ellos. Uno de mis dedos halló sus labios menores y su vagina, para ese momento Eugenía me hacía una chaqueta (paja) deliciosa. Mi verga fue creciendo más entre su mano, sin llegar a estar totalmente empalada. Entonces ella dejó mi boca y se dirigió a mi miembro, lo puso parado y le lamió la cabeza, le siguió dando lamidas y fue bajando por el tronco de mi verga, yo sentía lo tibio de su lengua apoderarse de mi falo. Luego engulló la cabeza de mi pene y comenzó a succionarlo suavemente, mi verga fue creciendo dentro de su boca. Mi verga se fue poniendo durisima. Eugenía la mamaba ahora metiendosela a la boca casi todo completa por momentos.
Pero todo cambiaría esa noche. En un momento Eugenia sacó mi verga y se la ofreció a su esposo, quien llegó a donde estábamos nosotros y agachándose la metió en su boca y comenzó a mamarla también, nunca en mi corta vida me había sucedido algo asi, otro hombre me chupaba la verga. Luego ellos se intercambiaban mi verga, unos momentos la mamaba Eugenia y en otros su esposo Rodrigo. Hasta que él se quedó chupandome el glande y ella se quedó lamiendo mis huevos, mi verga estaba empalada, cerré los ojos para degustar y con eso olvidarme que otro hombre me daba una felación y que la estaba degustando. Los dos esposos se pusieron a tomar un compás y me fueron llevando sin remedio a una corrida, cuando ellos me vieron como que aumentaron su ritmo y les anuncie unos segundos antes mi venida, pero Rodrigo no dejó de tener dentro de su boca, asi que cuando eyaculé explosivamente, mis chorros de leche se fueron directamente a su garganta, mi verga palpitaba y no dejaba de expulsar esperma y fue tanto que él no pudo retener la totalidad, él se quitó de mi verga y le dio cabida a Eugenía quien terminó de recibir mis descargas y lamió mi verga hasta que me la dejó totalmente limpia.
A pesar de la larga eyaculación que tuve, mi verga seguía parada, había pérdido poca dureza, vi a Eugenía que se subió el vestido y se colocó montada sobre mis piernas de frente a mi, se hizo la braguita hacia un lado y se fue sentando sobre mi verga, sentí lo caliente y húmedo de sus labios vaginales y luego la cabeza de mi verga comenzó a entrar en su vagina, ella cerró los ojos y se dejó caer más, mi verga se fue deslizando dentro del canal de su vagina hasta quedar totalmente clavada dentro de ella, luego comenzó a moverse rico con un lento vaivén, su esposo Rodrigo se regresó a sentarse enfrente de nosotros viendonos coger, mientras Eugenia me cabalgaba, le zafé el tirante de su cuello, cayendo la parte frontal de su vestido y dejando descubiertas sus bellas tetas, tomé una y la mamé, luego tomé la otra y la mamé también, mis labios tomaron sus pezones por turnos y los chupaba y le pasaba la lengua haciéndole pequeños círculos, entonces Eugenia comenzó a dar quejidos y gemidos que evidenciaban que estaba muy excitada en ese momento, sus movimientos pélvicos se convirtieron en más profundos y recios. Mi verga se movía dentro de su caliente vagina y mis inquietas manos tomaron sus nalgas por atras y las apreté. Después de varios minutos ella estaba al borde de un orgasmo, entonces yo empecé a mover mi cintura ayudando a que fuera más fuerte el mete-saca, lo cual dio frutos, pues ella comenzó a emitir suspiros y gemidos y tensó su espalda y su vientre, estaba teniendo una corrida soberbia, se dejó caer sobre mi, yo seguía penetrándola hasta que ella calmó su respiración, yo no me había corrido con ella.
En eso, cuando ella se quitó de encima de mi, desprendiéndose de mi verga, se acercó Rodrigo, vi que estaba desnudo y poniendose en cuatro me pidió que lo cogiera, me quedé un momento impactado, pues nunca lo había hecho, pero dándome valor me fui colocando atras y vi que su ano estaba semi-abierto, le puse mi verga en la entrada y empujandola lo penetré, él aulló de gusto y me dijo que lo cogiera duro, me puse a moverme dentro de él, mi verga entraba y salia de su culo, al principio me dio cierto asco, pero conforme pasaban los segundos, me daba placer metersela, un par de minutos después, la cosa mejoró, pues Eugenía ya completamente desnuda se puso al lado de su esposo y colocándose en cuatro me pidió que la cogiera también, se la puse en el entrada de su culo y también la penetré por alli, ella gimió y me dijo que estaba rico, ella movia su trasero de forma que ella colaboraba para que mi verga le entrara hasta que solo mis huevos quedaron fuera de su culo. Todo era delicioso, hasta que Rodrigo se quejó que solo a su mujer le daba verga, asi que me fui turnando para penetrar ambos culos, pero era un hecho que tardaba más y gozaba más el culo de Eugenía, pues tenía unas nalgas hermosas y duras. Pronto fui llegando a mi segunda corrida, intencionalmente me corrí dentro del orto de Eugenia y ahora yo era quien daba alaridos de placer. Agotado me senté en el sofá y ellos poco a poco se fueron poniendo de pie con sus anos abiertos y dilatados por mi verga. Se fueron sentando, él siempre al frente y ella a mi lado. Nos recuperamos todos y Rodrigo se paró a servirnos otra tanda de bebidas.
Fue mi primera experiencia bisexual y la verdad la gocé.
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