Me compartieron a Paola
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Este relato va dirigido a todos aquellos hombres y/o mujeres que desean formar un trio en la cama, colocando a algun familiar, amigo (a) o desconocido (a) en la relación sexual. Yo se que es muy caliente ver follar a él (la) novio (a), esposo (a) con otro hombre o mujer, pero sepan que el riesgo es mayor cuando no se toman ciertas consideraciones. Por ejemplo, no pidas incluir a un tercero (a) en la cama si tu no haz satisfecho hasta la saciedad a tu pareja anteriormente, si no han intentado variaciones entre pareja, incluyendo sexo anal, dildos y masturbaciones conjuntas, porque si una mujer u hombre prueba eso fuera el matrimonio y la satisface, es muy probable que sea infiel posteriormente.
Cuando tenía entre 20 y 25 años, tomé la afición de visitar varios bares y lugares que frecuentan parejas que desean acción con otras parejas o con alguna tercera persona. Yo iba solo para ligar sobre todo parejas, en muchos de los casos las condiciones eran follar frente a la pareja, pero existían tambien los casos en los cuales yo me llevaba a la novia o esposa a un motelito y el esposo o novio la esperaba en casa para que ella le narrara su aventura y tener sexo en ese momento, esto ùltimo tiene mucho más riesgo y les contaré por qué?.
Está el casó de Paola, una linda esposa de tez blanca y de baja estatura, alrededor de 1,60 mt, tenía una carita preciosa, una muñeca a pesar de su pequeña talla, Paola tenía un par de tetas enormes, bien definidas y tersas. Ella era un poco timida o retraida. En lo personal, para mi Paola era una mujer muy atractiva, la clase de mujer que siempre te quieres tirar y si encuentras la ocasión la follas a morir.
Cuando tu tienes la oportunidad de follarte una mujer que tu sabes que ésta casada y que probablemente no tendras una segunda oportunidad, la tienes que coger como nunca, le quieres hacer de todo y probarla de todos lados y no dejar nada para después. Yo me preparé y previo a recogerla me tomé una pastilla de Viagra, ya que quería cogerla todo el tiempo posible a esta rica hembrita.
Asi pues, la llevé a un motel especializado en satisfacer a parejas que buscan sexo. Estando ya en la habitación, ella no sabía que hacer o decir, asi que yo decidí romper el hielo, le pedí que se desnudara frente a mi, al principio se ruborizó y tuve que convencerla, diciéndole que ella debería poner de su parte para que esto surtiera el efecto que querían con su marido. Se quitó su ropa, un pantalón jeans y una blusa floja, se quedo en ropa interior, nada del otro mundo, su busto era lo que yo pensaba, un delicioso par de tetas grandes y duras que desafiaban la gravedad. Se quitó el sujetador, eran impresionantes!, luego se quitó las bragas, tenía un peluchito en forma de triangulo arriba de su vulvita, ella vió que yo se lo estaba observando, se cubrió con las manos su sexo. Me dijo que era la primera vez que hacía esto. Yo no respondi, solo me quité también toda la ropa incluyendo mi boxer, quedando en cueros, mi verga estaba ya erecta.
Le indique verbalmente que quería empezar con una felación, quería que me mamara la verga. Dudó un momento, pero se acercó a mi, se hinco frente a mi y la tomó con una de sus manos, sus lindos ojos vieron los mios, indudablemente tenía una carita preciosa, donde resaltaban sus ojos y sus cejas. Chupó lentamente mi glande, mi verga terminó que erectarse en su boca, luego lamió el tronco, a veces levantaba la cabeza para verme la cara, como preguntándome si lo hacía bien, yo tomé mi verga con una de mis manos y la levanté como diciendole que quería que chupara mis cojones, primero los lamió torpemente, era probable que nunca lo hubiera hecho con su marido y ahora lo hacía con su amante. Me encantó lo caliente y húmedo de su lengua lamiendo mis huevos. Más adelante, le tome su cabellera y le meti la verga en su boca, le fui imponiendo un ritmo de mete saca, cada vez que quería retirarse la sujetaba y le metía más la verga en su garganta. Era rico meter mi verga en una boca tan suave y que era parte de un rostro bello.
Al cabo de unos minutos, ahora le pedi que me masturbara la verga con sus tetas, ella no sabía que le estaba pidiendo!, asi que yo le tomé sus dos tetas con ambas manos y puse mi verga en medio y comencé a masturbarme con ellas. Luego Paola copió mi muestra y comenzó a hacerlo, le dije que mamara la punta de la verga cada vez que saliera entre sus tetas. Se veía que Paola nunca le había hecho algo semejante a su marido, ya que no lo sabía hacer, pero ahora yo lo estaba gozando, gozando ese delicioso par de tetas.
El efecto de la viagra logró que no me viniera entre sus tetas, hubiera sido desastroso para mi, porque yo quería darle una buena cogida a esta hembrita ajena.
Más adelante me acosté y le dije a Paola que se montara encima de mi, ella creyò que yo quería que me cabalgara la verga, pero le dije que quería su rajita sobra mi boca, ella no sabía como hacerlo, asi que la guíe, tuve su vulvita a escasos centímetros de mi cara, y comencé a lamerle su parte intima como si fuera un perrito, dándole lenguetazos a su coñito. Al principio, Paola estaba tensa, se podía apeciar en sus musculos de las piernas y su espalda, poco a poco le fui metiendo la lengua entre sus labios vaginales, a pesar de su tensión, fue segregando sus liquidos vaginales, los cuales chupé y tragué. Luego tomé su clítoris entre mis labios y lo lamí dentro de mi boca. En ese momento ella quiso zafarse del sexo oral, pero la sujeté firmemente de sus muslos, y seguí comiendome su rica rajita. Luego me puso sus manos en mi cabeza y me tomó por los cabellos, unos segundos más tarde me regaló serie de eyaculaciones que bebí. Además ella comenzó a gemir y a respirar aceleradamente. En pocos segundos se vino entre quejidos y gemidos sobre mi cara. Aún asi seguí comiendome esta rica fruta.
Bueno ya era hora de cogerla!. La quité de sobre mi cara y la hice hacia atrás, para que su vulva quedara sobre mi erección, ella se dio cuenta de mi intención y se quedó esperando, tome mi verga con la mano y la puse vertical y fui poniendosela dentro de su rajita, mi glande la penetró y ella cerro los ojos degustándola. Luego la sujete de sus caderas e hice que se fuera sentando poco a poco sobre mi verga. El tronco se fue enterrando en su intimidad, sentí lo húmedo de su interior y lo caliente que estaba, finalmente tuve toda mi virilidad dentro de su coñito. Ella se mordió el labio, al parecer la verga de su marido no era tan grande como la mia. Le puse ambas manos en sus bonitas nalgas y la comencé a follar haciendola hacia el frente y hacia atrás, mi verga se movía dentro de su vagina, la tenía a reventar, dura y erguida, podía sentir la suavidad de sus paredes intimas, además sentía estrecha su vagina, solamente la lubricación lograba que se moviera sin dificultad. Por lo dura y erecta que estaba, yo sentía que se la metía hasta el fondo de su frutita, ella aceleró su respiración en una clara muestra que empezaba a gozar, pero que no quería demostrarlo.
Yo empecé a mover mis caderas y mi pelvis para que mi verga entrara y saliera, ya que ella no saltaba encima de mi, al acelerar la follada, Paola estalló en varios gemidos que había tenido reprimidos. Luego la tomé de las tetas y me las llevé a la boca mamandole los pezones erectos, chupándolos con fuerza mientras le penetraba la rajita.
Con ella agachada, porque yo le chupaba las tetas, me dio más libertad para mover mi pelvis y que mi verga entrara al fondo y luego sacarsela hasta el glande para volver a ensartarla, eso la excitó mucho, sus quejidos mostraron que estaba por llegar a su climax de nuevo. Aceleré aún más y apreté sus pezones con mis labios, eso la hizo llegar, sentí que me mojó todo el tronco dentro de su vagina. Paola se estaba viniendo.
Sin perder tiempo, ni dejar que se apagara la calentura, la quité de encima y la coloqué en cuatro en la cama, una de mis poses favoritas, luego me puse por detrás y la volví a penetrar, mi verga entró con mucha más facilidad, por toda la mezcla de jugos vaginales que tenía ella en su rajita. Su trasero era exquisito, sus nalgas blancas y su coñito con prominentes labios vaginales, me invitaban a lamerlo, asi que se la saqué y empecé a comerle su bello culo y nalgas, lamí su arrugado ano y casi mordía sus gluteos. Ella movía su trasero y gemía cada vez que le chupaba su orto.
Después retomé la posición para seguirla cogiendo, esta vez le daba duros y secos golpes con la verga, se la metí profundamente que me sujetaba de sus hombros para lograr la máxima penetración. Ella gemía ahora más libre, ya no tan reprimidamente como al inicio. Paola bajó su cara a la superficie de la cama y me dejó solamente su trasero arriba, lo cual aproveché para sujetarla de sus caderas y lograr un delicioso ritmo de mete saca en su coñito. En condiciones normales ya me hubiera corrido, sobre todo con una mujer hermosa como Paola, pero la milagrosa Viagra lograba que yo siguiera cogiendola y aún sin ganas de terminar. Lo que si estaba era sudado, gotas de sudor yacían en mi frente y espalda.
Paola en la posición en cuatro se corrió nuevamente, y por el cansancio del ritmo impuesto, estaba exhausta, se dejó caer en la cama quedando boca abajo, solo con el culo erguido, yo saqué mi verga de su rajita y vi que aún estaba intacta, dura, colorada y erguida. Tomé lubricación de la su misma vagina y se la unté en su orificio arrugado, ella estaba tan casanda que no se movio, pusé la cabeza de mi verga en la entrada de su ano y empujé, al sentir mi verga en su orto, ella trato en vano de detenerme, -No, por allí no!- grito Paolita, -aguanta, aguanta, relajate!!- le grite yo, sin detenerme logre meter mi glande en su colita, quiso nuevamente zafarse haciendo su culito para uno de los lados, pero yo la agarré de las caderas y volví a empujar y nuevamente le grite –relajate, relajate!!- y entro la mitad de mi tronco, en ese instante me detuve un poco para tomar aire y descansar, ella ya no se movió, solo se quejaba un poco, luego comencé a sacar un poco y meter otro poco de mi verga, no cabe duda que ella se relajó porque con dos vaivenes logré meter casi todo mi falo en su colita.
Me fui colocando y colocándola a ella de lado, sin sacarsela, asi podríamos coger y descansar a la vez, al menos estar más comodos. Ella tenía la cara volteada, por lo cual no pude ver sus gestos, seguí moviendome dentro de su recto lentamente, su esfínter apretaba bien el tronco de mi verga. Coger por el ano era uno de mis fetiches favoritos. Asi que me concentré en el culito de Paola y seguí embistiendola ahora más rápido, pronto su culo se amoldó a mi miembro viril y creo que los dos empezamos a gozar, sus quejidos cambiaron a gemidos, eso era bueno escuchar. Estire una mano y la metí debajo de mi verga y le fui estimulando su rajita sobre todo su clítoris, eso al parecer le gusto, porque a los pocos minutos la oí gemir y estar a punto de correrse de nuevo. Su bollo estaba mojadisimo.
Por un momento, me acerqué por fin a mi venida, lo apretadito de su culito, me estaba haciendo llegar al climax. Paola llegó de nuevo, esta vez no gimió fuerte sino, solo aceleró su respiración, yo aceleré al máximo la penetración anal y eso me llevó al borde del climax, me detuve y se la saqué de su culito. La coloqué ahora boca arriba, Paola parecía muñequita de trapo, se dejaba mover y colocar donde yo quisiera, me puse entre sus piernas, en la posición del misionero, le levanté las piernas y se la clavé en su rajita de nuevo, puse todo mi peso encima de ella y comencé a bombearle mi verga en su coñito, como sabía que estaba cerca de mi venida, aceleré con fuerza el pistoneo de mi verga dentro de su vagina, como tenía frente a mi su cara y más abajo sus tetas, le besé su cuello y llegué hasta sus tetas, mientras que se la metía en un ritmo intenso le chupaba sus pezones, pronto comencé yo a emitir gemidos, estaba muy cerca, seguí follandola y todo lo acumulado en esta hora y media, salió por la punta de mi verga, el primer chorro cayó dentro de su vagina.
Pero, me tomé la verga y apreté mi tronco reteniendo mi venida, me zafé y me subí de modo que le puse mi verga en los labios a Paola, le dije que abriera la boca, ella cansada fisicamente, me obedeció y abrió sus labios y dejé ir mi segunda venida, mucha de ella cayó dentro de su boca, pero también en su quijada, cuello y tetas. Yo emití un bramido como de toro, la cantidad de esperma que salió fue enorme, crei que no acababa de salir toda. Mi verga convulsionaba como nunca. Cuando hube acabado, me acerqué al oido de Paola y le dije que había sido el polvo más rico de toda mi vida. Ella ni siquiera se inmutó.
Nos vestimos, ella sin decir una sola palabra. Como habíamos convenido la pasé dejando frente a su casa y me despedí de ella.
No volví a saber de ella hasta después de tres semanas, en la empresa donde trabajaba me dijeron que alguien me llamaba por telefono, era Paola, con una voz muy entrecortada, me dijo que después de aquel día, ya no ha podido gozar el sexo con su marido y que me maldecía por eso. Nunca había tenido tantos orgasmos como esa vez conmigo. Yo solo la escuché. Me dijo que cada vez que tenía sexo con su marido pensaba en mi, y solamente lograba venirse si pensaba que era yo quien la cogía. Finalmente me dijo que quería encontrase conmigo de nuevo, que su marido estaba fuera de la ciudad y que quería verme, al principio le dije que estaba ocupado, realmente no quería problemas entre casados. Pero ella insistió, inclusive me dijo que podía pagarme. Para terminar, me volví a encontrar con Paola y fue otro rico polvo, ahora ella fue diferente, gozó de todo lo que le hice y bien que le hice de todo un poco. Ahora es una de mis amantes.
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