Me llamo Blanca 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando volvimos a donde estábamos, tenía que ir sentada de costado, era tremendo como me dolía el culo.
Bernardo iba sentado en el asiento de acompañante y yo en el asiento de atrás, "me destrozaste el ojete", le decía, sentada de costado y con una mano me apretaba las nalgas del dolor, a lo que se reían mi marido y Bernardo.
Llegamos, nos despedimos y nosotros nos fuimos al hotel, yo apenas podía caminar, entramos en la habitación, y me acosté boca abajo, Jacinto me quitó la ropa, y agarrando su cámara me hizo abrir las nalgas y me grababa como me había quedado el ojete, "como estas mi amor?", me dijo, grabando mi cara, "como quieres que esté, si hasta me cagué de la cogida que me dio por el culo y vos disfrutando como me destrozaba el ojete, cornudo de mierda, pon me algo frío en el ano, a ver si me pasa el dolor", le decía yo, incapaz de moverme.
Jacinto dejo la cámara y me curo el ano, que estaba sucio, de sangre y de como me había cagado.
Al otro día nos levantamos y nos fuimos a la playa, yo sentía como mi ojete me punzaba, el frío del mar me hacía muy bien, me sentía relajada, así pasamos el día tranquilos, regresamos al hotel y pusimos la grabación de cuando me rompieron el culo, Jacinto me quiso coger, pero me dolía el ojete y le dije que no, que se la chupaba y que se acabe en mi boca, pero lo raro es que a Jacinto, no le gusta acabarse en mi boca, si le gusta ver como otros se acaban en mi boca y les trago la leche, pero que se lo haga a él no le gusta, así que le hice una paja y a dormir.
Nos levantamos como a las doce del medio día y volvimos a la playa, hacía calor y estaba llena de gente, yo ya estaba bastante mejor del ojete, no me dolía.
Me tiendo a tomar sol, Jacinto fue a buscar unas cervezas, cuando vuelve, viene hablando con un matrimonio de unos casi 60 años, me presenta, nos pusimos a tomar algunas cervezas, eran dos personas de lo mas agradables, bromeábamos, no dejábamos de reír, y quedamos para cenar los cuatro.
A la noche nos encontramos en un restaurante, cenamos, tomamos un par de botellas de vino y quedamos para el otro día salir al lado del río, a hacer un asado.
"que te parecen Juan y Gladys, no te gustaría un trío con ellos?", me decía Jacinto, "no están mal, pero querrán hacer algo?", le dije a mi marido, "no se, mañana se lo insinuamos, que te parece?", me dijo Jacinto, y así quedamos.
Nos encontramos a la mañana, compramos carne, bebidas, y nos fuimos.
Ya que había cerca un monte y recogimos leña.
Estábamos al borde de un arroyo de aguas muy cristalinas, de vez en cuando nos dábamos un chapuzón, "y si nos bañamos desnudas las dos?", le digo a Gladys, "pero que dirá tu marido?", me dijo Gladys, "nada, nosotros somos muy liberales", le dije, empezando a quitarme la parte de arriba de la maya de baño, quedando con mis tetas sueltas, "hay, nosotros también", me dijo Gladys, acariciando mis tetas y besando mis labios, y así nos desnudamos, y pasamos corriendo desnudas por delante de nuestros maridos, "he Jacinto, que buena esta tu mujer", dijo Juan, bebiendo cerveza, mientras Gladys y yo nos abrazábamos y nos besábamos dentro del agua, "podíamos hacer un intercambio de parejas, vos te coges a mi mujer y yo me cojo a la tuya", decía Juan, sacándose la maya de baño, "o podés cogértelas vos a las dos juntas mientras yo grabo", le dijo mi marido, "que sos, cornudo?, te gusta grabar a tu mujer mientras otro se la coge?", le dijo Juan, desnudo y yendo al agua para estar con su mujer y conmigo.
Jacinto fue a buscar la cámara y nos grababa desde la orilla mientras Juan y Gladys y yo, nos besábamos, "salgan del agua así los grabo mejor", nos gritó Jacinto, salimos del agua entre besos, y caricias, hasta que en la orilla, nos arrodillamos las dos y le chupábamos la pija a Juan, "y tu marido no va a estar con nosotros?", me decía Gladys, lamiendo la pija de su marido y acariciando mis tetas, "no, el es cornudo, solo le gusta mirar y grabar", le dije, metiendo la pija de Juan mi boca.
Juan fue hasta el coche, mientras su mujer y yo nos besábamos y nos acariciábamos de rodillas en el pasto, tendió una manta y nos dijo que fuéramos, él estaba boca arriba y seguimos chupando su pija, los dedos de Gladys no dejaban de meterse en mi concha, me fui subiendo sobre Juan y noto como Gladys acomoda la pija de su marido contra mi concha y me fui sentando,sintiendo como me entraba, como me estaba cogiendo, Jacinto estaba grabando todo, Juan me abre las nalgas y siento como Gladys me lambía el ojete, mis tetas se movían para adelante y para atrás sobre la cara de Juan, que me daba mordiscos en los pezones.
Me bajo de la pija de Juan y su mujer se la empieza a chupar, hasta que se sienta y mientras yo le lamía el ojete a ella, veía como la pija de su marido se perdía dentro de su concha.
Yo abracé por la espalda a Gladys y mientras el marido la cogía, nos besábamos las bocas y yo le estrujaba sus tetas, "papi, tiene el ojete como te gusta a vos, todo salido para afuera", le decía Gladys a su marido, "si, ahora las voy a coger por el culo a las dos", dijo Juan, yo me asusté un poco, pero la verdad que la pija de Juan, no se podía comparar con la pija de Bernardo, el que me había roto el culo, hacía un par de días.
Gladys se bajo de su marido y me hace acostar boca arriba, sentándose casi en mi cara, dejando que yo le chupe la concha y la lamba el ojete, que lo tenía bien abierto, mientras ella me empezaba a chupar los pies y sentí como su marido se acomodó entre mis piernas y acomodó su pija contra mi ojete, haciendo fuerza y empezando a meter su pija en mi culo.
Jacinto no perdía detalle de como me estaban cogiendo el culo de nuevo, como la pija de Juan se iba metiendo toda por mi ojete, mientras yo le chupaba la concha a Gladys que la tenía cada vez mas mojada.
Gladys no dejaba de chupar mi pies y sentía como la pija de Juan entraba y salía de mi ojete, "Blanca, moja bien mi ojete con saliva que ahora quiero yo la pija en mi culo", me decía Gladys, moviendo su cintura en mi cara, el olor, el sabor que tenía Gladys en su concha y en su ojete, me volvían loca, no podía dejar de disfrutar chupando la concha y el ojete de esa mujer mientras su marido me cogía por el culo.
"Vení mi amor", le dijo Juan a su mujer sacando su pija de mi culo y haciendo que Gladys se ponga en cuatro patas, yo le abrí sus nalgas y vi como Juan se la metía toda dentro de su culo, escuchaba como Gladys gemía de placer al ser cogida por el culo por Juan.
Yo me senté frente a Gladys de piernas abiertas, dejando que me chupe la concha mientras el marido la cogía por el ojete.
Jacinto no perdía detalle de nada, grababa todo, no perdía detalle ninguno, se ponía casi entre las piernas de Juan para grabar su pija entrando y saliendo de nuestros ojetes, como Gladys pasaba su lengua por mi concha, como la chupaba, como gritábamos, como gemíamos de placer los tres, "pónganse bien juntas las dos que les voy a llenar la boca de leche, puedo cornudo llenárle la boca de leche a tu mujer?", le dijo Juan a mi marido, "si, si, a mi me encanta ver como traga leche", le dijo Jacinto, enfocando mi cara y la de Gladys, cuando Juan se empezó a acabar, como caía la leche en nuestras bocas, en nuestras caras, como lamíamos la pija de Juan, su mano que estaba llena de leche, nuestras caras, no dejábamos ni gota de leche sin tragar, "huy cornudo, lo que te perdiste", le decía Juan, de pie, mientras Jacinto grababa como Gladys y yo, arrodilladas, limpiábamos con nuestras bocas la pija de Juan.
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