Mi compañero de trabajo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Facundo, tengo 25 años, Luis es un año mayor que yo, vivimos en Montevideo.
Somos compañeros de trabajo y amigos.
Luis es casado hace tres años, su esposa, Mirtha tiene mi misma edad.
Siempre voy a su casa, hacemos alguna que otra comida, nos llevamos muy bien y lo pasamos genial.
Mirtha me quiere enganchar con una de sus hermanas, pero la verdad, como le dije, yo no quiero nada serio por ahora.
Una mañana en el trabajo, Luis estaba un poco nervioso, «que te pasa Luis, que estas así?», le dije.
«Pensativo, pensando en algo que me dijo Mirtha», respondió, «epa, no me digas que quiere tener un hijo y eso te preocupa», le dije riendo, «no, nada que ver, ojalá me hubiera dicho eso», me respondió.
«Pero que te pasa loco, al final me estas poniendo nervioso a mí también», le dije un poco molesto.
«Facu, es que no es facil», decía apesadumbrado.
«Te metió los cuernos y se arrepintió de lo que hizo y te lo contó y no sabes si perdonarla o no», tiré una onda.
«Bueno es tan así, pero va por ese lado, me dijo que quería coger con otro delante mío», dijo bajando la cabeza.
«Que, que te dijo que?, está loca esa mina», dije sorprendido por lo que ma decía mi amigo, «y vos que vas a hacer?», le pregunté.
«No lo sé, prefiero que me lo haya dicho a que se deje coger con otro y yo no me entere», me contaba, «bueno, visto por ese lado, sí, tenes razón, y que vas a hacer?», le pregunté, «voy a hablar bien con ella, a ver que me dice», respondió y seguimos trabajando.
«Y, hablaste con ella?», le pregunté al otro día en el trabajo.
«Sí, estuvimos hablando y me dijo que quiere saber que siente coger con otro, pero no quiere faltarme el respeto, quiere sentirla por la cola, y a mi por atrás no me gusta», decía mi amigo dudando sin saber que hacer.
«Bueno, por lo menos la mina es derecha, otra te mete los cuernos y ni te enteras», le dije.
«Facu, vos te la cogerías a Mirtha?», me preguntó.
«No es fácil lo que me decís, cogerla, si la cogería, pero después como quedaría nuestra amistad?», le pregunté.
«Es que sí alguien la va a coger, prefiero que seas vos, que somos amigos, serías al único que dejaría que se coja a mi mujer», me dijo mirando fijamente mis ojos, «y cuando sería la cosa, como sería, tipo seducción o nos sentamos a tomar unas copas y Mirtha va a estar semidesnuda, llego y nos vamos de una a la cama?, que tienen planeado como hacerlo?», le dije intrigado.
«La verdad que no lo sé, nunca hicimos esto.
Vos que nos aconsejas?», me dijo.
«Tipo seducción lo veo jodido, ya que seducir a tú mujer frente tuyo, es como que estás pintado en tú casa y cada tipo que la seduzca se la lleva a la cama, yo diría algo informal, que se yo, vos en calzoncillos, Mirtha en baby doll transparente, con una tanguita hilo y que se le vean las tetas a través de la ropa, saber y que vos sepas a que voy, no sé, se me ocurre a mí, y si queres voy el sábado a la tarde a tú casa y hacemos eso», le dije dándole algunas ideas.
Así quedamos, para el sábado.
Cuando llegué a casa de mis amigo, Luis estaba en calzoncillos y Mirtha con un baby doll rojo transparente, una tanguita hilo bien chiquita y sus dos hermosas tetas sueltas bajo la ropa, estaba de infarto la mujer de Luis.
Nos saludamos, a Mirtha le besé sus labios, me saqué mi ropa también quedando en calzoncillos, enseguida se dieron cuenta de como estaba, ya qué tenía dura la pija.
Luis estaba tenso, Mirtha nerviosa, yo me quería hacer el canchero, pero estaba nervioso también.
Me senté en el sillón del salón, empezamos a tomar unas cervezas, abracé a Mirtha y le empecé a acariciar las tetas, metiendo mi mano dentro de su baby doll.
Veo que Luis empieza a grabar lo que hacíamos con su mujer, saqué mi pija y empujando suavemente su cabeza, hice que Mirtha me empiece a chupar la pija mientras su marido grababa.
Le saqué el baby doll, manoseando sus tetas mientras Mirtha ya mas relajada me seguia chupando la pija.
Noté que Luis no sólo se relajaba, sino que se excitada también ya que se notaba como se le ponía dura su pija viendo a su mujer chupando la mía.
Nos fuimos a su dormitorio donde Mirtha se acuesta boca arriba, dejando que le saque su tanguita, abriendo bien sus piernas, dejando que le vea su concha sin un sólo bello, le abrí los labios, se notaba que estaba empapada, Luis grababa todo, como me puse entre las piernas de su mujer y el grito que ella pegó cuando le empecé a chupar su concha.
Empecé a subir besando todo el cuerpo de Mirtha, hasta llegar a sus tetas.
«Chupalas fuerte, hacele chupones», me pedía Luis.
Yo le chupaba los pezones, le marcaba las tetas, escuchando los gemidos que daba Mirtha.
Ella con su mano la acomodó contra su concha y gritó de placer cuando se la metí y le empecé a coger su concha.
Luis grababa todo, a su mujer abriendo sus piernas lo más que podía, mi pija entrando y saliendo de su concha, como le hacía marcas en su cuello, en sus tetas.
«Estas disfrutando mi amor?», le dijo Luis a su mujer, «si mi vida, estoy disfrutando mucho, gracias, te amo», le dijo Mirtha a su marido, gimiendo y gritando mientras yo la seguía cogiendo.
«Facu, rompele el culo a Mirtha», me dijo Luis.
Cuando Mirtha se puso en cuatro en el borde de la cama, le abrí sus nalgas redondas, duras, y vi ese ojete, oscuro, cerrado, bien apretado, no aguanté y metí mi cara entre sus nalgas y le chupaba el ojete a la mujer de mi amigo, mientras ella gritaba de.
placer y él grababa todo.
«Toma la vaselina Facu», me dijo y me dio un pote.
Mirtha se abría las nalgas y Luis grababa como pasaba vaselina por el ojete de su mujer, como metía el dedo dentro de su cola, Mirtha daba unos fuertes gemidos.
«Dale Facu, rompeme la cola», pedía Mirtha entre gemidos.
Luis grababa como acomodaba mi pija contra el ano de su mujer, Mirtha no dejaba de abrir sus nalgas.
Se escuchó como Mirtha dio un pequeño grito de dolor cuando le empecé a meter la pija.
«Aguanta mi amor que ya te está entrando, como se te abre el ano mi vida a medida que te va entrando la pija, como te están rompiendo el ojete», le decía Luis a su mujer mientras yo le iba metiendo la pija en la cola.
Di un empujón seco y quedé pegado a la cola de Mirtha, que no dejaba de abrir sus nalgas.
«Ya la tenes toda adentro mi vida, ya te rompieron la cola», decía Luis sin dejar de grabar como mi pija estaba toda dentro de la cola de su mujer.
«Sacala a ver como tiene el ojete», me pidió Luis.
Él no dejaba de grabar, «mi amor, que abierto te quedo el ano, está sucio de sangre y caca, y la pija de Facu esta toda sucia de sangre, si que te rompieron bien rota la cola.
Seguíle cogiendo la cola Facu», me dijo grabando como le volvía a meter toda la pija en la cola de su mujer, y se la cogía, metiendo y sacando mi pija de su ano y escuchando los gemidos y los gritos que daba Mirtha pidiendo que la siga cogiendo por la cola, que estaba disfrutando mucho, yo la agarré fuerte de sus caderas, se la sacaba casi toda y se la clavaba bien fuerte, haciendo que Mirtha grite de placer, pidiendo a los gritos que no pare de cogerla así que estaba a punto de acabarse.
Se escuchaba el sonido seco del choque de nuestros cuerpos cuando chocaban, como le salía el aire de su cola cómo si se estuviera tirando pedos.
«Si Facundo, así, reventale bien el ojete a mi mujer», gritaba Luis grabando con que fuerza le cogía la cola a Mirtha, los gritos de ella, los míos y los de él, que mientras grababa se estaba haciendo la paja.
Mirtha empezó a gritar de placer mientras se acababa, retorcia su cuerpo, yo se le clave lo más adentro que pude y me empece a acabar, llenando de leche la cola de Mirtha y Luis gemia acabando sobre la espalda de su mujer.
Saque mi pija de la cola de Mirtha, Luis grababa como le salía la leche de su ojete, pasaba sus dedos, los metía dentro, moviéndolos, «que bien te reventaron el ojete mi amor, está totalmente abierto y lleno de leche,», dijo Luis sacando los dedos de la cola de su mujer.
«Disfrutaste mi vida», le preguntó Luis a su mujer, estábamos sentados los tres desnudos en el salón de su casa tomando cerveza.
«Si mi amor, muchas gracias por dejarme hacer romper la cola, aunque ahora me duele bastante, siento como me puja y me palpita el ojete, pero seguro que en las próximas ocaciones voy a disfrutar solamente, sin que me duela», dijo Mirtha besando la boca de su marido.
«O sea que van a ver próximas veces?», dijo Luis mirando a su mujer, «si, vos me vas a coger la cola, vas a ver como se disfruta o sino le decimos a Facuando que venga y mela coge él», decía Mirtha sentada en las piernas de su marido.
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