Mi cuñada mojigata
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Dwall3d.
El núcleo principal de la familia de mi esposa (mis suegros y dos hermanas), es muy unido.
A pesar de ello, mi suegro tuvo hijos muy joven, de dos matrimonios anteriores, y el resto de los hermanos de mi mujer no son tan unidos (y hasta lejanos).
Sin embargo, la hermana mayor es la mas unida de ellos, a pesar de no haber sido criadas juntas.
Para que conozcan mejor a mi cuñada, Sara, deben saber que tiene 49 años.
Es soltera, pero no porque sea fea, sino porque es bastante retraída y de paso con un carácter de los mil demonios.
Físicamente, a pesar de que en su cara se nota el paso de los años, esta muy bien.
Es rubia, delgada, buen culo, alta y un par de tetas espectaculares, que se notan, a pesar de que no viste muy ceñido de manera frecuente.
Vive sola, en las afueras de la ciudad donde viven mis suegros, pero trabaja como directora de un colegio de educación primaria, muy cerca de casa de mis suegros.
Todo comenzó, en una oportunidad en la que fuimos de viaje a visitarlos.
En su casa, tenemos nuestra propia habitación, donde tenemos "relativa intimidad", sin embargo esto generó ya después de una semana allá, algo de sequía sexual, por la ubicación de la habitación, aunado a los compromisos sociales que teníamos.
Un día nos quedamos en casa solos, durante el mediodía, porque los suegros salieron, y mi esposa y yo aprovechamos el momento darle rienda suelta a nuestra excitación.
Durante el magreo, sentí como si alguien hubiese entrado a la casa, pero como son casa tipo townhouse, no le dí importancia, pues es muy común en esa casa, que los ruidos de los inmuebles aledaños se sientan muy cerca.
Dentro de la emoción, dejamos la puerta del cuarto abierta, y ya para cuando nos habíamos quitado la ropa, decidimos dejarlo así.
Mi mujer comenzó a darme una mamada fenomenal y en ese preciso instante me di cuenta que había alguien observándonos.
Sin embargo, mi esposa no se dió cuenta de la situación.
Mi sorpresa viene cuando me doy cuenta que es Sara, la hermana mayor de mi mujer.
Al principio me tomó desprevenido, al punto de que casi corto el acto para ir a cerrar la puerta y decirle a mi esposa, pero aguanté el impulso, porque el diablillo interno me frenó.
Comenzé a sobreactuar, porque me puse muy cachondo, y quería ver que iba a suceder, por lo que decidí que ese día le daría la mejor cogida de nuestra vida a mi mujer, para que Sara disfrutara de ese espectáculo.
Así, mientras mi mujer seguía con la mamada, y soltaba y dejaba a la vista mi miembro, el cual no es para nada despreciable, pues aunque no es muy largo, es realmente grueso, podía ver que Sara, escondida detrás de un paraban, no perdía detalle de nuestro acto.
Cuando mi mujer ya no aguantaba la excitación, la puse de pie y me senté en una poltrona dentro del cuarto, y monté a mi mujer sobre mi, dejándola de espaldas a la posición en la que se encontraba su hermana.
Mi mujer se acomodo mi pene, y se lo fue introduciendo, mientras gritaba de placer, y diciéndome lo mucho que le encantaba y que la volvía loca ese grueso pedazo de carne.
Ya después de que se lo introdujo completo, comenzó a moverse como una verdadera puta, gritando y gimiendo como en las películas porno.
Yo seguía viendo de reojo la silueta de Sara observándonos, y eso hacia que me pusiera a mil, lo cual hacia que mi mujer me sintiera mucho mas dentro de ella.
Como nuestra cama estaba entre la poltrona y la ubicación de Sara, decidí variar el show, y cargué a mi mujer hasta la cama, acostándome sobre ella, y moviéndome perfectamente.
Para que mi mujer no volteara y viera a su hermana, puse una almohada en su linea visual, por lo que Sara podría seguir disfrutando del espectáculo, sin saber que yo estaba al tanto de su presencia, pero sin el riesgo de que mi mujer la viera.
Le comencé a empujar mi pene con fuerza y velocidad, y gracias a mi condición física, tengo muy buen aguante.
Mi mujer se vino un par de veces, en unos orgasmos fenomenales, y para cerrar su disfrute con broche de oro, le saque el pene y la puse boca abajo, para penetrarla desde atrás, la cual es nuestra posición favorita de nosotros, y en la que mas sentimos todo, por lo que, en lo que comencé a taladrar a mi mujer, los gritos durante el climax fueron brutales, hasta que se corrió en un orgasmo super sonoro.
Para mi disfrute y el de Sara, me puse de pie, y comencé a masturbarme cerca del rostro de mi mujer, hasta que me corrí en su cara y en su boca, abundantemente, llenándosela de semen y escuchando a mi mujer decir lo rico que se siente tener mi leche en la boca y en la cara.
Después de eso, cuando mi mujer se puso de pie, para ir a asearse, me di cuenta de que ya Sara se había ido.
Ya en la noche, cuando nos sentamos a cenar junto a mis suegros, sonó el timbre, y resultó que era Sara.
Entró a la casa y se sento a cenar junto a nosotros.
Comenzamos a conversar sobre lo que habíamos estado haciendo durante el día y mi esposa decía lo mucho que se había "relajado" en casa mientras descansaba.
En ese momento, Sará se puso roja como un tomate, como recordando todo aquello que vió, cosa que pude notar perfectamente, pues hasta los pezones se le marcaron en la blusa que traia puesta.
Ya al rato, mientras recogíamos, mi esposa subió a la habitación para revisar algo en la computadora, y mientras ayudaba a mi suegra a ordenar, esta le comentó a Sara: "Vi que viniste a mediodía a buscar la ropa que te deje en el estar de arriba".
Lo primero que hizo Sara fue verme la cara, y se dió cuenta de mi sonrisa de satisfacción en el rostro.
" Esto hizo que se pusiera muy nerviosa y mas roja, tanto de la vergüenza como de la excitación, pues supo que yo entendería que ella nos había visto, sin percatarse de que era un hecho que yo lo supiese, por haberme dado cuenta de su presencia.
Por ello, decidió acercase y me preguntó: "ustedes estaban aquí en la casa?", por lo cual, yo con buena cara, pero sin ser burlón, le dije:
"Tu sabes muy bien que si"
Eso fue como una bofetada para ella, por lo cual decidí seguir, diciendo: "espero que hayas disfrutado el espectaculo".
No dije más nada, y me retiré.
Días después, estábamos nuevamente reunidos en la casa, menos mi suegro, que habia bajado ese día en la madrugada para la finca.
Estaba anocheciendo y comenzó un aguacero increíble.
Sin embargo, apenas terminamos de cenar, Sara, mi cuñada, comenzó a sentirse mal, ya que comió algo de azúcar, y como es diabética, necesitaba inyectarse su insulina.
Para su sorpresa, se le había acabado la reserva que tenia en casa de mis suegros, por lo que necesitaba ir a su casa a buscarla.
El tema es que estaba lloviendo muy fuerte, y sintiéndose mal, no podía ir sola.
Yo le planteé a mi esposa que fuesemos a llevarla, pero mi mujer estaba preparando una torta y no quería interrumpir la preparación.
Al final, me pidieron que la llevara yo.
El trayecto iba a ser de aproximadamente 1 hora y media, debido a que la torrencial lluvia obstaculiza la vía rural corta, que es un paso un poco escabroso, de montaña y con bastante paso de quebradas.
Nos pusimos en camino y durante el trayecto reinó el silenco, parte por su malestar (o al menos eso era lo que yo creia).
Ya una vez que llegamos a su casa, la ayudé a entrar, pues estaba bastante mareada, y le busque según sus indicaciones, su medicamento.
Una vez que se lo aplico, nos dispusimos a regresar pues su carro se había quedado en casa de mis suegros.
En ese preciso instante, mi esposa me llamó para avisarme que en la radio informaron que a mitad de camino se habia generado un derrumbe por la lluvia y que las autoridades reportaban que no iban a levantar esa situación hasta tanto no aplacara la tormenta, por seguridad del personal de protección civil.
Yo le dije a mi esposa que iba a buscar una ruta alterna, pero ella, como conocedora de la zona, me dijo que las únicas rutas alternas eran a traves de montana y que era un peligro con esa lluvia, y que nuestro SUV no estaba preparado para eso.
Que mejor estuviesemos atentos, pero para mis adentros pense que lo mas probable era que tuviese que quedarme en casa de mi cuñada.
Como no quedo otro remedio, entonces mi cunada se dispuso a prepararme el sofá-cama, para poder pasar la noche.
Por al forma en que se dieron los hechos, no tenia mas ropa que la que llevaba puesta, y la misma se había mojado en el momento en que nos bajamos del vehículo para entrar a la casa.
Nos sentamos en el sofa, a tomar té caliente y conversar.
Mi cunada en cierto momento me dijo "deberías quitarte esa ropa, porque esta húmeda y con el frio te vas a resfriar".
Yo le respondí que no tenia mas nada que ponerme, y ella me sorprendió diciéndome "no creo que haya mucho mas que ver, que no haya visto ya antes".
Mas que responder con sorpresa, realmente mi diablillo interno se despertó y mi pene también reacciono.
Ante tal comentario, le dije "bueno, si quieres seguir observando" y me puse de pie, y me comencé a quitar la ropa.
Mi cuñada tenia los ojos como dos platos y estaba atenta a cada uno de mis movimientos, mientras me quitaba el sweater y la franela.
Cuando fue el turno de quitarme los pantalones, donde se veia una obvia excitacion, me detuve, y ella pusa cara de desilusión.
Yo le dije "esto es injusto, porque tu te estas llevando todo el paisaje y yo no estoy disfrutando de nada".
Ante este reto, mi cuñada se quedó muy pensativa, e instantes después también se puso de pie y comenzó a desabotonarse la blusa oscura que tenia, la cual estaba bastante ajustada a sus pechos.
Al momento de terminar de quitarse la blusa, salieron a la luz ese par de tetas, envueltas en brassiere, que les faltaba un anuncio que dijese "cómeme".
Después de eso, me acerque lentamente a ella, pegando mi cuerpo al suyo, y con mis manos, desatando el brasier y dejando libre a las tetas mas espectaculares que habia visto.
Yo restregaba mi pene, a traves del pantalon, contra ella, mientras nos besábamos de manera desesperada, y decidi que era momento de seguir subiendo la emocion del momento.
Me desabroche el pantalon, y quedandome en interiores, ella podia tocar y restregar mi pene a traves de la tela.
La empuje hacia abajo, y su rostro quedo a la altura de mi miembro.
Ella misma comenzo a quitarme el interior, mientras mi pene salto del mismo y quedo rozandole el rostro.
Instintivamente, lo tomo con su mano y abrió la boca y se lo introdujo lentamente, como con miedo.
Yo no lo sabía, pero era la primera vez que tocaba un pene, y mas aun sexo oral, pero su falta de destreza era obvia, y me hizo sospechar, por lo cual aproveche para sacar ventaja de ello.
Ella siguió dándome la mejor mamada que su experiencia le permitía, y yo la tomaba por su cabello para introducirle mi pene hasta el fondo.
Llegó un momento en que no aguanté mas la excitación, y descargue todo mi semen en su boca, y a pesar de ello, Sara se lo tragó hasta la ultima gota.
Viendo su cara de vicio y el nivel de excitación que tenia mi cuñadita, la puse de pie, y viendo que ya se habia tragado toda mi lechita, la besé nuevamente, y mis manos comenzaron a quitar el jean que tenia puesto.
Mientras terminaba de desnudarla, la pegué contra la pared, sintiendo sus gemidos de excitación.
Estaba lujuriosa, con los senos y los pezones que explotaban.
Estaba roja como un tomate y totalmente erizada ante cada beso, caricia y toque que le propinaba a su ser.
Una vez que estuvo totalmente desnuda, la cargue hasta su habitación, y la acosté en la cama.
Le abrí las piernas e introduje mi rostro en su entrepierna.
Me dedique con mucho cariño a besar y morder su entrepierna, lamer su cuquita y jugar con mi lengua y su clítoris.
Sara desvariaba ante mi estimulación y adicionalmente, uno de mis dedos jugaba con su culito.
Ella gritaba, se retorcía de placer, decía que era la primera vez que sentia algo asi.
Me daba cuenta, pues de su sexo salian y salian oleadas de su lubricación, la cual usaba para mojar su ano virgen, y meter poco a poco mis dedos.
Llegaban momentos en que sentía como iba a llegar su orgasmo, pero como esto era algo nuevo para ella, no la dejaba explotar.
Quería que el primer orgasmo que tuviese, fuese conmigo adentro.
Segui con el tira-y-encoge, y alternando con mis dedos en su culito, hasta que ya mi pene me pidió misericordia, pues me dolia de la ereccion y excitacion que tenia.
En ese momento, me puse de pie, y mojando mi sexo con sus fluidos, y restregando mi glande por sus vagina, me acoste sobre ella, entre sus piernas, colocandola en una posicion comoda, donde disfrutara al maximo.
Comence a hacer presion, y mi pene facilmente fue entrando en el sexo de mi cuñadita.
Veía como sus ojos se volteaban ante el nivel de placer y excitación que eso le producía, al tiempo que me agarraba con fuerza por mis nalgas, atrayendome hacia ella, como diciendo, "solo vas para adentro, tu no te sales".
Segui entrando y de repente me tope con algo que no esperaba.
Resulta que mi cuñada era aun virgen a su edad!.
Se lo pregunté y ella asintió, casi desmayada del placer.
Esto produjo que mi morbo y excitación se multiplicara exponencialmente, por lo que decidi administrar bien esos polvos que le iba a dar.
Me movia lentamente, entre sus piernas, frotando mi pelvis contra su clitoris, mientras mi pene se deslizaba en un vaiven dentro de su vagina, mientras nos besabamos lentamente.
A medida que sentía como su excitación se iba desbocando, yo iba acelerando mi cadencia y pronto sus gemidos se convirtieron en gritos de placer, donde vociferaba todo tipo de expresiones, desde religiosas hasta vulgares.
Ya en este punto me puse de rodillas y la voltee, colocandola acostada boca abajo, y volviendo a introducir mi pene, de manera muy violenta, dentro de su sexo.
Segui penetrandola con fuerza, y esta nueva posicion la estimulaba de manera mas intensa, por lo cual, senti como se venia la oleada de su orgasmo.
Yo no aguantaba mas la excitación, y me deje acabar dentro de mi cuñada al unisono de su grito de orgasmo violento.
Sentia como mi pene expulsaba chorros de leche, mientras metia y sacaba mi pene de su sexo, y ella gritaba y contraia una y otra vez su sexo.
Cuando finalmente volvió la paz a la cama, donde ambos estabamos bañados de sudor despues de semejante sesion de sexo, ello solo pudo decir "espero que esta no sea la primera y ultima vez que me haces esto, pues es lo mas divino que jamas me ha sucedido".
Yo me reí con malicia, pensando "te voy a volver mi puta particular"
Despues de un rato, mientras ella acariciaba mi pene, este volvió a la vida, recobrando todo el esplendor con que le habia dado a mi cuñada.
Ella me pregunto si le iba a volver a mostrar el cielo, como se lo había mostrado hacia rato, y yo le conteste "te voy a dar algo distinto.
Así que no te vayas a asustar, porque al principio puede que te duela, pero en lo que te acostumbres, es quizás lo que mas te vaya a gustar".
Ella puso cara de curiosidad, y yo procedí voltearla y abrirle las piernas.
Le meti mi lengua en su culito y estuve jugando y mojándolo un buen rato.
Ella se comenzó a excitar notablemente, y mis dedos comenzaron a penetrarla con mas intensidad.
Primero uno, despues el otro.
Finalmente, le meti un tercer dedo.
Ella se quejaba un poco, pero despues de un tiempo ya se le calmaba.
Alli decidi que era momento de actuar.
Me coloqué en posición, y ella me preguntó "vas a meterme tu cosa en mi culito".
No le respondí, sino que actué, metiendolo lentamente, pero de manera firme.
Al principio gritó un poco de dolor.
Me pedía que por favor lo sacara, pero yo no hacía eco de sus peticiones.
Segui entrando, y ella gritando, hasta que llegue a meterlo completico.
Ahi me quede un momento quieto, y comence a moverme lentamente y echando saliva cada vez que salia.
Yo le acariciaba los senos y con el vaivén, ya mucho mas lubricado y acostumbrada, los gritos comenzaron a bajar a quejidos, y luego se convirtió en placer.
De ahí, volvió a gritar pero pidiéndome que no me detuviera.
Semejante espectaculo, me excitó tanto, que aceleré mi embates con mas fuerza, hasta que ambos no aguantamos mas y nos volvimos a correr, pero esta vez, yo, en su culo.
Esa noche estuvimos haciéndolo varias veces, y mi cuñada se comportó como una viciosa, ya que, segun ella, tenia muchas cosas y tiempo perdido que recuperar.
Si quieren la segunda parte, no duden en calificar y comentar, para mejorar un poco la redacción, pues es la primera vez que publico una experiencia.
Saludos
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