Mi cuñado 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Llegamos a la casa de Andrea.
Ella es una mujer muy guapa.
Tiene ese aspecto de mujer con mucha experiencia en muchos terrenos.
Su boca grande y besucona me encanta.
Sus pechos parece que quieren escapar de su vestido de verano.
Sus piernas estan preciosas.
Seguramente depila su coñito como yo.
Podríamos intercambiar esas vergas y probar a la familia por la noche.
Pero yo quiero tener a mis dos machos para mi sola.
Quiero a mi cuñado y a mi esposo hoy por la noche.
Quiero que me acaricien y me penetren los dos, al mismo tiempo.
¡Su-pu-ta-ma-dre! Apenas lo pienso y me mojo.
Siento mi tanga entre mis piernas y la aprieto, la mojo.
Se la voy a regalar a mi cuñado; como un premio por su silencio estos años.
El se masturbará con ella; con esa bestia que me hizo gozar esas noches de verano y otoño, varias veces para que mis nenas vinieran al mundo y mi marido no sospechara nada.
La casa esta en una zona boscosa fuera de la ciudad, como a una hora y media en auto.
Para entrar pasas por una zona de casas de interés social y luego la zona de residencias.
Notas toda esa desigualdad de la que hablan por TV pero que nunca se ve a simple vista.
Andrea sale a recibirnos pero jala a mi cuñado para hablarle en privado.
Yo creo que la fiesta se va a acabar antes de iniciar.
Comienzan a levantar la voz y a manotear.
Se controlan pues se saben vistos.
Mi cuñado la señala con un dedo y utiliza esa pose de padre regañon.
Ella tuerce la boca y se acerca de nuevo.
Nos pide que la disculpemos pero que su jefe la llamo hace apenas cinco minutos para avisarle de una visita del gerente general y que tenían que estar allí todos los gerentes de zona.
Entonces pensé: “¿Y por que no?” Ya me saboreaba a mis machos en un hotel que habíamos pasado cuando veníamos para acá, cuando dijo que nos podíamos quedar.
Que ella llegaría hasta que terminaran la revisión de datos de no sé que.
¡Como-adoro-mi-suerte! Se despide de mi cuñado y mi esposo.
Percibo su perfume recién aplicado.
La hermosa casa con vista al lago será un buen refugio para nuestro trío.
Mi tanga se moja mucho, mucho, mucho.
Discreta subo mi falda, meto mi dedito en mi coñito y me acerco a mi marido.
Está como desconcertado por lo que paso.
Toco su nariz con mi dedito mojado.
Si, papi.
Mírame, estoy tan mojada que entrarías suavemente y tal vez alguien más al mismo tiempo, pero eso nunca lo he intentado.
Abre sus ojos con tanta sorpresa que no puedo contener la carcajada.
Mi cuñado se acerca deshaciéndose en disculpas, que no esperaba esto, que comprendiéramos, que bla-bla-bla.
Tomo a ambos de la mano y pasamos a la casa.
Comienzo por prepararles un pastel.
Adoro este pastel pues con el celebro mis triunfos y a la gente que amo.
Hoy vamos a celebrar ambos.
Ellos preparan una ensalada y abren un botella de vino con jugo de frutas.
Al verlos así, entiendo todo el amor que se tienen desde pequeños.
Quiero ser parte de ese amor.
Pero no quiero ser la bruja que rompa ese vínculo.
Tengo que ser discreta.
Después de la comida, nos sentamos en la sala y enciende el televisor.
Me pregunta que película me gustaría ver.
Le pido algo suave: “Cuando cae la noche”, el buscador de pelis no la encuentra, entones sugiero “La hora del vampiro” la primera versión.
Arranca la aventura.
Después de la escena del baile se me ocurre como iniciar todo.
Al termino de la peli le pido a mi cuñado que ponga música suave y me saque a bailar, el dice que no sabe, tomo sus dos manos y lo llevo a la centro de la sala.
Mi esposo enciende el equipo de sonido, se sienta en el sofá de imitación piel color negro y sólo mira con una copa de ese vino de fresa que adoro.
Mi cuñado esta tan tenso que rompería una tabla sobre su espalda y no sentiría nada.
Y entonces repito el abrazo de la peli.
Sostengo sus manos sobre mi cadera y las mías recorren suavemente sus piernas, su pecho, y sus nalgas.
Esta todo como debe de estar: duro con buen tono muscular, y ¡va a ser mío hoy! Mira a mi esposo que dice muy tranquilo que nos acompaña.
Quedo entre los hermanos.
Mi esposo tiene una mega-erección que recarga sobre mis nalgas.
Mi cuñado se empieza a relajar y siento una leve erección que se pone más dura con cada caricia que hago en su cuerpo.
Siento ese suave temblor de su excitación.
Pero quiero que estén tan calientes que no puedan decir no a metérmela, que se mojen como me mojo, que cuando abra mis piernas para recibirlos entren hasta el fondo y me hagan gozar mucho, mucho, mucho.
Mis pezones están durísimos.
Mi cuñado respira emocionado, ya siente mi corazón palpitar como loco.
Mi esposo se aparta, dice que prefiere ver, guiña un ojo.
Ya sé lo que quieres, papi.
Tomo a mi cuñado de la mano y nos sentamos frente al sofá donde esta mi esposo.
Le pido que me mire y no me toque hasta que lo bese.
¡A ver si aguanta! Me quito mi vestido rojo de nuevo.
Sólo mi tanga, mis medias y mi collar dorado cubren mi cuerpo.
Chupo mis dedos y suavemente recorro mi tanga mientras abro mis piernas.
¡Mi cuñado está tragando saliva! Froto mi clítoris y lo siento duro.
Mi mano se separa en tres: un dedo acaricia mi ano, otros se hunden en mi coño y el otro masajea mi clítoris.
¡Gracias Susana donde quiera que estés! Es muy rico.
Estoy mojándome mucho, siento mi coño apretar mis dedos, mi ano cede su apretón y mi clítoris está duro y muy sensible.
Acaricio mis tetas.
Las froto desde la orilla a el pezón, jalo suavemente cada uno.
¡Dame tu boca, ya! Las manos de mi cuñado se mezclan con las mías: en mis tetas y mi coño.
Su boca me besa, loco por mi lengua.
Sin esperar más baja hasta mi tanga que separa para besar mi coño.
Juega con su lengua sobre mi clítoris haciendo círculos y chupándolo.
Mi esposo se acerca, se sienta junto a mi cabeza y acaricia mis tetas; él sabe como me gusta ese jaloncito de pezones y lo repite delicado para no acostumbrarme y encontrarlo sabroso una y otra vez.
Mi cuñado ya metió sus dedos en mi coño buscando mi punto G.
.
.
¡y lo encuentra!
Abro mi vulva para que juegue mejor.
Si papi.
¿Te gusta mi coño? ¿Esta rico, verdad? Estuve haciendo ejercicio para tenerla tan apretada que te pueda sujetar y no dejarte ir, ¿sabes? Y me entrene con tu hermano, mi esposo.
Se la apretaba tan rico que no me duraba mucho.
Me mojaba con su semen.
Su rico semen.
Tan rico como el tuyo, papi.
¡Ya ponte el condón! Ríe, mi esposo tiene su verga afuera también.
La comienzo a masturbar.
Lento.
Quiero sentir su calor, sus venas y como palpita.
Su glande ya tiene sus gotitas.
Rico-rico-rico.
Mi cuñado esta preparado.
Mueve mi tanga, abre mis piernas y antes de entrar vuelve a jugar con mi clítoris.
Me-en-can-ta.
Se mete y sale una, dos, tres, cuatro, otra, otra, otra.
¡Espera! Ahora quiero sentir las dos vergas.
Me pongo de perrito.
Mi cuñado entra hasta el fondo y mi garganta retiene a mi esposo.
Le chupo el glande, juego con mi lengua alrededor y meto mi lengua ahí, por donde orina.
Se jala un poco, ¿te dolió? Me mira lujurioso.
Me susurra que se quiere venir.
¡Eso si que no! Jalo levemente su huevos.
Aún no llevamos ni media hora.
Se ríe también.
Abro su camisa al ritmo de las metidas de su hermano.
Beso su pecho, sus pezones, su pancita, y tiembla: ya se que te gusta.
Y entonces le pido a mi cuñado que se detenga un momento.
Que le voy a dar su regalo de apuesta.
Me mira asombrado y pregunta si hay más.
Le digo que me la va a meter por el culo.
Le regalo otro beso.
Devoro su lengua como él, la mía.
Mi esposo se recuesta en el sofá y me siento en su verga.
¡Dios la tiene tan dura como cuando éramos novios! ¡Me cogía como un animal: fuerte y dos o tres veces al día! Mi cuñado es un dios: me regalo a mis hijas y me regala a mi esposo con su verga bien parada, otra vez.
El sabe como calentarme.
Chupa como bebé mis tetas y acaricia mi cara.
Escucho el Bolero de Ravel de fondo junto a la respiración de mi esposo y la voz de mi cuñado que le dice a mi esposo que es un afortunado.
Mis manos sostienen mis nalgas para que vea mi ano.
Lo limpie en la estación de gasolina.
Antes de mamartela, antes de que mi esposo jugara con mis tetas, antes de que te pusieras detrás de mi.
Saca su verga mi esposo y le dice a su hermano que se lubrique.
Se mete uno y otro, ¡malditos locos! ¿Creen que me gusta que jueguen con mi coñito así? La verdad es que sí.
Me encanta sentir esas vergas duras, cada una distinta, entrar y salir.
Mi cuñado entra lentamente en mi ano.
Siento que me van a partir.
Se que se sienten.
Yo los siento.
Muevo mis caderas para dar el ritmo y los dos hagan lo suyo.
Me abro para que se más fácil.
Uno entra y otro sale.
Si papitos.
Yo los amo.
¿Te gusta que te apriete? ¿Te gusta este coño? ¿Sabes que soy tu puta, verdad? No-se-de-ten-gan.
Me voy a venir.
Pegan con todo en mi interior y estoy tan caliente.
Aquí viene mi primer venida.
¡Los amo! ¡Que intenso! Sigan papitos, prometo que si no se vienen, se vengan en mis tetas.
¡Estoy gritando! Voy de nuevo.
¿Si te aprieto, te vienes, papi? Sigue el ritmo.
¡Su-pu-ta-ma-dre! Me vengo otra vez.
Casi pierdo la conciencia.
Mi esposo pregunta si me gusta, le contesto que me fascina.
Mi cuñado quiere venirse, le grito que espere.
Que me quiero morir otra vez.
Y me muero otra vez.
Estos machos merecen su premio.
Le pido a mi cuñado que salga y mi marido que se ponga de pie.
Ya no se si lo pienso o lo digo en voz alta: quiero su leche en mis tetas, quiero verlos venirse, quiero toda su lefa en mi: soy su puta.
Siempre quise serlo.
Los redobles de tambor sonaban igual que mi corazón.
¿Te gusta, papi? ¿Quieres ver tu leche sobre estas tetas? ¿Verdad que si? ¿Verdad que aprete rico? ¿Verdad que repetiremos por la noche, sin tu amante Andrea, cuñado? ¡Di que sí! Lo masturbo unos instantes y se viene brutalmente.
Mi esposo quiere su ración también.
Tengo tan duros mi pezones que me duelen, pero la tibieza y suavidad de su semen me hace tanto bien.
Calman mi ansia.
Ignoro si el semen es buen humectante pero lo unto sobre mis pezones.
Ambos pierden fuerza.
Se sientan, se miran nerviosos o felices, ya no entiendo esa expresión.
Siento mi piernas chorreadas por mis orgasmos.
Pero no importa.
Ahora le voy a proponer a la comadre a mi esposo.
Ya tengo un plan para ella.
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