mi cuñado y su novia, mas jovenes, mas experimentados
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por pukka01.
Hola a todos, mi nombre es Sofía, lo que estoy por relatarles me sucedió hace unos años, en ese momento tenía 18 años.
Soy de contextura física pequeña, debo medir un metro con sesenta cuanto mucho, no tengo mucho de busto apenas un 86, no me quejo ya que lo compenso con una colita tipo pato, que se marca aun mas con unas caderas bien formadas y la cintura entrada, bien redondita y parada, creo que es mi mejor atributo, llevo el pelo largo hasta la mitad de la espalda, de color negro como mis ojos y si me considero una peticita linda, soy o era mejor dicho de carácter reservado no me dejaba llevar a menudo por mis emociones, en cuanto al sexo se refería era bastante pudorosa, Casi era tabú para mí, no tenía más de dos chicos de experiencia sin contar a Julián, no intenten taba nada mas allá de lo tradicional, oral sin final feliz, había intentado en dos oportunidades sexo anal, una por miedo y otra por dolor habían quedado frustradas.
Hacia poco mas de 6 meses que salía con Julián, era un lindo chico, no entrare en detalles de el ya que no hace al relato.
La familia de Julián estaba compuesta por una hermana mayor, Rocío, Julián que es el hijo del medio y el desastre de Rodrigo, cuando digo desastre es porque era la oveja negra de la familia, Rocío estudiaba derecho, Julián acababa de terminar la secundaria con excelentes calificaciones y estaba en primero de psicología, Rodri por su parte tenía 16 años, le importaba muy poco el estudio.
Era capaz de desaparecer fines de semanas enteros. todos los días llegaba cerca de media noche aun cuando cursaba por la mañana, sus padres ya no tenían forma de castigarlo, rogaban resignados que solo fuera una etapa, era de carácter reservado sus hermanos temía lidiar con el debido a terquedad que adornaba con un sarcasmo bastante hiriente, siempre decía mucho menos de lo que pasaba por su cabeza. No recuerdo haber charlado con el mas de 15 minutos nuca, lo que si en más de una oportunidad lo pille mirándome con ojos lujuriosos.
El era alto me llevaba por lo menos cabeza y media, de cabello corto un poco más largo arriba lo suficiente como para peinarse con gel siempre vestía con moda skater, ropas sueltas, asique no podía mas que imaginar si estaba en forma o no.
Mariana era su novia iban al mismo secundario, su carácter era totalmente opuesto siempre parecía reír de algún chiste privado, siempre atenta y capaz de entablar una conversación seria o totalmente descabellada por horas. Era apenas por media cabeza más alta que yo, cabello castaño oscuro casi a los hombros, su figura a pesar de su edad era de toda una mujer, pechos grandes y firmes, cintura marcada, con un abdomen plano, unas caderas bien pronunciadas seguidas por unas piernas bien torneadas las que le encantaba ensenar, no recuerdo nunca haberla visto de pantalón largo.
Estábamos terminando el mes de septiembre cuando un primo de ellos se casaba, por ende tanto Mariana como yo habíamos sido invitadas como novias oficiales, Rocío la mayor pasaba por un momento de soltería.
Pasaron por mi cerca de las 9 de la noche, salude a mi familia y Salí, en la puerta de casa me tope con Rodri, me sorprendí al instante,
-Pensé que iba a ser Julián quien viniera a buscarme.- dije al verlo
Rodri sonrió ampliamente al verme, por un momento pensé que su mirada ocultaba algo más.
– Buenas noches señorita.- dijo al instante mientras hacia algo parecido a una reverencia.-
– gracias, caballero, es raro verte de traje…- conteste al mismo tiempo que del interior del auto por la ventanilla salia disparada Mariana a los gritos de.
– esta hermoso mi bebe- intentando tomarlo por el saco gris oscuro que llevaba.
– grrrrrrrrr- siguió mariana haciendo un gesto cual si fuera un gato
-Juli se muere si te ve así concu, estas preciosa.- acoto
en ese momento me invadió algo de mi estúpido pudor había pasado un rato largo pensando si el vestido que llevaba no era demasiado provocativo.
era de una sola pieza, sin breteles, ajustado al cuerpo, de falda larga casi a los tobillos con un tajo del lado izquierdo que comenzaba justo en el muslo, de color negro, con apenas unos pequeños detalles a los lados del tajo de la falda en rojo, me había recogido el pelo en un rodete, como hacia algo de frio sobre los hombros llevaba una chalina blanca y a la vez disimulaban pequeños pechos
Mariana por su parte llevaba un saco corto color negro con una camisa del mismo color, un corbatín rojo y luego vería que llevaba como era su costumbre una falda que terminaba a mitad de sus envidiables muslos.
Quien conducía era Rocío, ella llevaba un vestido color salmón, de diseño simple
Rodri subió de acompañante y me situé al lado de mi concuñada o "concu" como nos solíamos llamar.
El viaje hasta el salón no duro más de 20 minutos.
Una vez allí me encontré con Julián y sus padres me pidió disculpas por no ir a buscarme pero de último momento su primo, con el cual eran muy cercanos, le había pedido ayuda con una sorpresa para su nueva esposa.
Recorrimos rápidamente el salón que estaba adornado para la ocasión.
ya en la mesa comenzó el desfile clásico de conocidos de la familia, la tía Eda, el primo Carlos, los amigos de la infancia que hacía tiempo que no se veían, y un sin fin de conocidos para ellos y total desconocidos para nosotras dos
Comimos, charlamos, reímos y cuando todos ya se disponían a empezar a bailar casi de la nada apareció una morocha que sin mediar palabra abrazo por detrás a Julián, mordió su cuello sin que él ni yo pidiéramos siquiera decir palabra alguna, Julián se dio vuelta algo confundido la morocha lo abrazo gritando
-Juliiiii! tanto tiempo sin verte, que haces? que es de tu vida?.
– ahhhh Claudia… – dijo al tiempo que giraba su cabeza para mirarme.
La expresión de mi rostro desencajada mostraba seguramente algo que helo aun más a Julián sin saber qué hacer, si es que en algún momento tubo idea.
-Te presunto, Sofía mi novia…-
– si, un gusto- me dirigió una sonrisa protocolar, una mirada casi de asco y muy descaradamente comenzó a acomodarle la corbata
– te lo robo un momento- fue lo siguiente que me dijo mientras lo arrastraba hacia el centro del salón, me había quedado helada, gire sobre mis talones, volví a la mesa donde ya no había nadie tome mi bolso y salí al patio del salón.
Mi mente estaba a mil quería gritar de rabia, pero no quería hacer escándalos ya iba a cobrarme esta afrenta con tiempo.
No se cuanto tiempo le di vueltas al asunto en mi cabeza, volví en mi luego de pisar la segunda colilla de cigarrillo, mire el cielo intentando acallar mis ideas, fue ahí cuando oí algo.
contemple el patio casi como por primera vez, ya que en el estado en que salí no veía nada, había un pequeño jardín delante mío, apenas unos metros más allá había un arco adornado por una enredadera de rosas, haciendo la entrada a un salón sin techo hacia los costados del arco, se extendían vallas de madera de unos dos metros de alto, estos también estaban cubiertas por el rosedal, que caían como si se tratara de una cortina por sobre esta, a mi espalda los grandes ventanales del salón estaban cubiertos, la única luz que salía del salón era por la puerta de vidrio doble por la cual había salido.
La luz se perdía antes de llegar al arco, mas allá solo se divisaban bultos que en mi mente intentaba encontrarle la forma de mesas y sillas.
Contuve la reparación intentando aislar los sonidos que llegaban del salón al patio.
Ahí estaba otra vez, parecía un gemido, respire profundo camine hacia un costado alejándome de la luz para que esta no proyectara sombra mientras me acercaba al arco.
Una tercera vez, pero esta fue acompañada de un – shhh-
me quede quieta, espere unos segundos y avanza intentando no hacer el mas mínimo ruido.
al llegar al arco peque mi espalda al seto, y asome medio rostro para mirar, me tomo unos segundos acostumbrar la vista a la penumbra, lo primero que vi fue a los lados de la valla unos bancos largos de madera sin respaldar, como los de las plazas, pero como dije más largos, en el ultimo que hacia esquina con la pared vi a alguien sentado en el banco frente a él otra persona arrodillada de manera tal que su cabeza quedaba en la entrepierna del que estaba sentado, movía su cabeza de manera rítmica hacia arriba y hacia abajo, se detenía bien abajo unos segundos y salía bruscamente, el que estaba sentado movía la cabeza de un lado a otro, bajaba la vista para ver las acciones de su compañera, desde donde estaba a unos metros, podía apenas distinguir la silueta de la acción, siguieron apenas unos minutos más, la persona que estaba sentada separo con ambas manos el rostro de su entrepierna, movieron sutilmente los labios, ella se levanto, pude notar que estaba con los pechos al aire, parecían grandes y bien formados, distinguí el miembro del hombre sentado por su sombra no parecía ser grueso, mas si largo, la cabeza sobresalía en proporción a resto de aquel largo tallo.
Ella parada frente a él se levanto la falda, el se acomodo al borde del banco, con movimientos muy felinos ella se acomodo sobre él, sus manos se perdieron en las sombras que su fundían entre los dos, hundió su rostro sobre el hombro de su compañero al tiempo que pasaba sus piernas cruzándolas en la espalda de él como si se sentara en posición de indio.
El había llevado una mano hasta las redondas nalgas de su amante mientras besaba su cuello, el ritmo de sus movimientos eran delicados, rítmicos.
Agudicé el oído, podía escuchar la respiración entrecortada de ambos, alcanzaba a escuchar el rose de sus ropas al ritmo de la penetración, no demore mucho en sentir el palpitar de mi propio sexo presa de la excitación.
deslice mi mano por debajo del vestido aprovechando el corte en la falda, con mi dedo índice recorrí por sobre la tanguita que llevaba para descubrí que tanto me había mojado, la humedad en mis labios vaginales presionados contra la suave tela de mi ropa interior, me produjo una sensación placentera, por sobre esta presioné ya con los dedos índice y medio intentando llegar a mi clítoris, hacia movimientos circulares, la otra mano la lleve a la boca por si inconscientemente culpa del placer dejaba escapar algún gemido que me delatara, sentía como poco a poco la diminuta porción de tela que cubría mi vagina se impregnaba de los jugos que de ella salían, comenzaba a molestarme, tanto por lo incomodo que por la necesidad algo mas, algo caliente, duro, algo como lo que aquella sombra femenina disfrutaba en su interior, tire las costura a un lado dejando libre el orificio de mi fuente de placer, acomode la palma sobre mi clítoris de manera que pudiera hacer presión sobre el, presioné fuerte mi sexo e introduje sin problemas mi dedo del medio gracias a lo mojado que ya estaba mi vagina.
Mordí fuere el dedo índice de mi mano con la cual intenta no dejar salir los sonidos de mi placer. No era suficiente necesitaba más introduje un segundo dedo, moví mi mano hacia arriba y abajo, sentía la palma de mi mano mojada esto ayudaba a que mis movimientos fueran más suaves, aumente el ritmo, imaginando que era yo quien cabalgaba aquel miembro que había visto en sombras.
mi orgasmo no tardo en llegar, sentí los primeros espasmos en mi vientre que bajo casi al instante hasta a mi vagina, me obligo a contraer los músculos, mis piernas perdían fuerza, una gran cantidad de flujo me termino de empapar la mano que aun mantenía sobre mi vagina, experimentaba uno de los orgasmos más intensos que había tenido en mi vida, era la primera vez que sentía tan sensible mi cuerpo debido a las contracciones de aquel orgasmo, se me nublo la vista, mordí con más fuerza mi dedo para no gritar con los últimos coletazos de placer que me obligaron a dejarme caer de cuclillas.
Permanecí así unos momentos intentando recuperar el aire con los ojos cerrados, estaba aturdida, agotada aun podía sentir las últimas gotas de flujo que se escapaban por mis muslos.
Como si me pegaran una bofetada el silencio que había logrado en mi mente se rompió trayéndome de nuevo a la realidad.
-concu… – susurro Mariana – te gane, no es tan seria como parece- continuo levantando la vista a quien se había parado frente a mí.
Mariana tenia la camisa negra desprendida, podía verse parte de sus juveniles senos, la pollera arrugada, y en su tobillo enganchada una tanguita blanca, Rodri era quien estaba frente a mi parado, tenía el saco colgado al hombro, la camisa arremangada, su bragueta estaba abierta y podía ver su miembro acomodado hacia un lado dentro del pantalón, sobresalían algunos bellos negros rizados.
Ambos sonreían, como niños que miraban un juguete nuevo.
-¿te gusto vernos?, porque no te acercaste- miro hacia el banco en el cual habían estado, se inclino poniendo mano en mi mentón, gentilmente levanto mi rostro y beso apenas mi frente.
– nosotros no terminamos aun, si quieres venir…- y dejo la frase sin terminar.
Mariana tomo mi mano y paso su lengua por mis dedos que aun estaban mojados, los envolvió con sus labios cerrando los ojos como si saboreara algún néctar exquisito.
Rodri camino nuevamente a la oscuridad, saco su miembro dio media vuelta comenzando a caminar de espalda y como si le ofreciera un juguete a una mascota, empezó a masturbarse lentamente poniendo su miembro erecto nuevamente, mostrando con delicadeza cada detalle del proceso.
Mariana dejo caer mi mano, se puso de rodillas y avanzo gateando algunos pasos con la mirada clavada en el pene de Rodrigo.
-¿vienes a ver al menos?, si esta con Claudia no va a escapar por un buen rato…- comento Rodrigo
se sentó nuevamente en el banco mientras mariana engullía nuevamente su pene.
Julián estaba con ella, que haga lo que quiera, si total la primera idea era irme de aquella fiesta.
Me incorpore y camine hasta aquel banco donde estaban, subí una rodilla sobre el banco dejando solo un pie de apoyo deje caer el torso y apoye mi cabeza sobre el abdomen de él, que estaba con su torso hacia atrás apoyando las manos sobre el otro lado del banco, Mariana había vuelto a sentarse en piso con unas de sus manos jugaba con los grandes testículos que acompañaban el largo pene. sus labios se habían posicionado en la grande y colorada cabeza, de a momentos asomaba la punta de la lengua para recoger las pequeñas gotitas que salían de ella, el olor de sus jugos invadió mi nariz, sentí la necesidad detenerla en mi boca, lentamente acerque mi boca colocándola en la base del tronco, los bellos me hacían suaves caricias en la mejilla mientras mi boca saboreaba aquel delicioso y cálido miembro, sentía el palpitar de las venas, estuve unos minutos haciendo este trabajo, Mariana se había retirado dejando todo aquel largo pedazo de carne para mi, saboreé la cabeza, succione suavemente esperando sentir el jugo de ese miembro, nunca había experimentado tanto placer lamiendo, chupando, saboreando un pene, mi excitación se hizo sentir presente, sentía como poco a poco una pequeña gota se había escapado de mi vagina y rodaba traviesamente por la cara interna de mi muslo.
Cerré los ojos y seguí recorriendo aquel hermoso pene con mi boca.
Rodri no tardo en dejar mis pechos al aire, que con esa clase de vestido no llevaba corpiño, masajeo delicadamente mis pechos, pellizcaba mis pezones que estaban duros, paso sus dedos por mi mentón que estaban bañados en una mescla de saliva y su propio liquido pre seminal, volvió a pellizcar mis pezones, que por el frio y la excitación me provocaban una exquisita mescla de placer y dolor, gemía al son de sus pellizcos que quedaban ahogados ya que no quería quitar de mi boca aquel largo y delicioso pene.
Un agradable dolor punzante me recorrió la espina cuando Mariana mordió una de mis nalgas
– quería hacer eso hace tiempo.- dijo entre risitas
sentí el cálido aliento acercándose a mi vagina que había quedado expuesta por la posición en que estaba.
su lengua se dedico a juntar las pequeñas gotas de flujo que habían quedado de mi anterior orgasmo, sus dedos no tardaron en separar mis labios para que su lengua comenzara a dibujar líneas errantes sobre mi clítoris, la presión de sus dedos contra la entraba de mi orificio no hacía más que quisiera rogar que los introdujera en mi, por suerte no me hizo esperar primero uno y luego un segundo una vez adentro comenzó a separarlos y cerrarlos como si jugara con un elástico entre ellos, subió un poco su boca, sentí su lengua moviéndose muy cerca de mi ano, estaba extasiada, mordisqueo un cachete luego el otro sin dejar de jugar con sus dedos dentro de mí, paso varios dedos por su propia vagina retirándolos totalmente bañados en sus jugos.
Los poso de punta a escasos milímetros de mi ano y dejo caer una gota en el, jugo alrededor unos instantes y poco a poco comenzó a enterrarlo.
el orgasmo era inminente en mi temblaba como una hoja Mariana lamia mi clítoris, había algunos de sus dedos en mi vagina y otros en mi ano, Rodrigo me acariciaba los pezones y tenía su pene en mi boca, nunca en mi vida hasta ese momento había sentido tanto placer.
Mariana pareció darse cuenta que estaba por acabar, y bajo el ritmo de sus gloriosos movimientos hasta detenerse por completo, me tomo por la cintura y me coloco de espalda a Rodrigo, el me guio hasta que pude sentir como la cabeza de su pene se abría paso atreves de mi ya dilatada y lubricada vagina, Mariana me beso en la boca mientras esto pasaba introdujo su lengua y yo la dejaba hacer podía sentir mi propio sabor, el sabor de mi propia excitación.
me daba la sensación que ese largo pene me llegaba hasta el pecho, Mariana me acomodo las piernas de tal manera que quedaron separas y trabadas por las rodillas de él, exponiendo toda mi vagina ensartada por el pene de Rodri se acuclillo nuevamente y se sumergió a lamer mi clítoris hinchado nuevamente, alternaba entre mi vagina y el parte del pene de su novio que salía de a momentos, el orgasmo llego en minutos, otra vez mariana me beso para impedir que gritara su saliva, mi flujo y los jugos de Rodri hacían una mezcla deliciosa en mi boca, los aspamos fueron lo suficientemente fuertes como para que Rodri dejara escapar un leve gemido de dolor y placer cuando los músculos de mi sexo se contraían.
Mariana me beso intensamente unos minutos Rodri lentamente me levanto de su erguido pene dejándome descansar unos segundos, marina tomo con fuerza mis brazos Rodrigo movió la cadera lo suficiente para que su asta se situara en la puerta de mi ano que estaba empapado de los jugos del orgasmo que acababa de tener, me penetro lentamente sin detenerse, intente moverme pero estaba presa.
– shhh te va a gustar, aparte esa cola esta hecha para esto…
me susurro mariana.
Rodri tomo el turno para taparme la boca, ya no tenía fuerza para resistirme, me limite a morder sus dedos mientras me clavaba aquel largo pene.
Mariana volvió a bajar para lubricar cata tanto con su saliva la penetración pero era más el tiempo que pasaba lamiendo y recogiendo los jugos de mi inflamada vagina que en su otra tarea.
posara mi fue eternamente placentero sentirme penetrada de aquella manera, el placer que provenía de aquel dolor… mariana hundió su rostro contra mi vagina sentí la presión del aire salir de su boca tapando el grito que indicaba su orgasmo, casi simultaneo una última penetración en mi recto y la calidez de un liquido que me llenaba las entrañas al son de los espasmo de aquel pene, simplemente explote por tercera vez, el placer de aquel orgasmo que copaba cada parte de mi ser fue tan violento que mordí la mano de Rodrigo con tal fuerza que sentí la carne cediendo al filo de mis dientes el sabor metálico de la sangre se abría paso al sabor de nuestros sexos mezclados, contraje todo el cuerpo, cada oleada comprimía mas y mas el miembro que aun descargaba semen dentro mío sentía a cada contracción la reacción de Rodrigo que le provocaba mas placer en lo que duraba su descarga.
Nos quedamos inmóviles unos segundos intentando recuperar el aire, Mariana se sentó en el banco prendió un cigarrillo y dejo escapar un largo suspiro, me acomode del otro lado de Rodrigo intentando no ensuciar el vestido, el se levanto estiro sus piernas, movió la cabeza de un lado a otro hasta que su cuello emitió un sonido como si se hubiera roto.
– si no quieres terminar discutiendo con mi hermano, no toques el tema de Claudia…- suspiro – se conocen desde niños pero nunca paso nada y no creo que eso cambie, simplemente es algo que no va a pasar.- concluyo
Mariana me había dado unos pañuelos descartables para limpiar los restos de nuestras acciones.
– bueno mariana, vamos, ya hice acto de presencia acá.-
– nos vamos a los de unos amigos acá cerca, ¿quieres venir?- mariana sonreía mientras me preguntaba
Negué con la cabeza levemente, se acomodaron las ropas me beso la punta de la nariz mariana, y desaparecieron al girar en el arco.
Me quede unos quince minutos sentada en el banco fumando y pensando en lo que había sucedido.
Los pasos de julian sonaron a mi lado
-perdón…- se limito a decir – mierda, te hice llorar…- continuo mientras trataba de borrar suevamente mi maquillaje corrido de la mejilla.
– no importa, la verdad fui yo quien actuó mal, no quiero hablar de lo que paso- dije, sabía que el se refería a lo de Claudia que al final de cuentas era mucho menos grave que lo que había pasado en el banco en que estábamos sentados.
Pensaba en que lo mucho que había cambiado mi mente en esa noche, me había sorprendido de lo mucho que me gustaba el sexo, y apartar desde momento solo quería empezar a experimentar todo lo que pudiera, si dos adolecentes que realmente respetaban su edad podían arrancarme tremendos orgasmos haciendo sacudir mi mundo entero quería saber que tanto podía cambiar yo misma este, aparte pensando en frio no había tanta diferencia de edad y no tenía motivos para comportarme más adulta delo que mi edad me dictaba.
Iba a empezar a disfrutar todo.
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