Mi esposa y se culeó a 2 amigos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Despues de conversarlo muchas veces, con Miriam nos pusimos de acuerdo en invitar a Alan, su amigo y Gonzalo, mi amigo para ver si resultaba “algo” sin decirles a ellos nuestro plan. A las 23:00 en punto llegaron a nuestra casa. Miriam se había puesto unas botas altas de tacón fino y una mini falda, ambas de color rojo, mientras que en la parte de arriba se la transparentaba el sosten debajo de una camisa blanca abrochada solo en el botón central. Se había pintado los labios de un color rojo fuego y sus ojos tenían un aspecto sombrío, un color negro de vampiresa que hacia que la mezcla fuera perfecta: mitad colegiala, mitad devora hombres. Me hice el dormido, y mi mujer comenzó su plan.
Despues de varios tragos Miriam dijo: ¿Les bailo aprovechando que David se durmio?
Y dirigiéndose hacia el PC, puso un reggaeton y empezó a bailar de una manera sensual ante sus ojos, mientras ellos seguían sentados.
Gonzalo al principio estaba cortado, pero poco a poco se fue relajando y empezó a piropearla y a tocar con sus manos los muslos de mi esposa. Mientras tanto Miriam encendía más la hoguera y restregaba su culo por las vergas de ambos. Los tres estaban a mil!!!.
La cosa se encendió más cuando Miriam los cogió de la mano y los levantó del sofá. Quería bailar con los dos a la vez, así que Alan se puso detrás de ella, enterrándole el paquete entre las nalgas y Gonzalo se puso de frente, formando un sándwich.
Después de unos minutos intensos de baile en donde ella se restregaba por sus picos, Gonzalo no pudo aguantar más y la plantó un apasionado beso en la boca, ella lo besaba con fuerza metiendo la lengua en su boca, y Gonzalo le respondía de la misma manera.
Al verlo Alan, empezó a recorrer suavemente con sus manos la cintura de Miriam para luego besarla en la nuca y cuello.
Yo estaba seguro de que la verga de Alan se clavaba entre sus nalgas, porque ella abría ligeramente las piernas.
Miriam se giró hacia Alan y le dio un apasionado beso en la boca. Estaba probando ahora su sabor, lo cual, aprovechó Gonzalo para desabrochar su camisa y su sostén.
Sus tetas quedaron al aire, eran espléndidas, sus pezones duros, me han vuelto loco desde siempre dijo Alan.
Alan entonces la volteo, y mientras con una mano la tocaba con suavidad una de sus tetas, con su boca se dedicaba a chuparla y lamerla el pezón de la otra. Miriam se dejaba llevar, estaba entregada al placer de tener a dos hombres para ella solita.
La mano derecha de Gonzalo se dirigió hacia su calzon, ¡estaba empapado!, comenzó a mover sus dedos despacio y suavemente, de arriba abajo a lo largo de su vagina, como a ella le gusta. Así estuvieron un buen rato hasta que los gemidos y la respiración entrecortada de Miriam eran cada vez más fuertes.
Alan se puso de rodillas y le bajó su calzon al tiempo que le besaba su culito. Mientras Gonzalo subía su falda para quitársela por encima de los hombros.
Miriam estaba espectacular, totalmente desnuda entre los dos y ellos la llenaban de halagos y piropos acerca de lo buenísima que estaba mientras sus vergas chocaban entre las piernas de Miriam.
Ella volvió a cogerlos de la mano y se tumbó en el sofá abriendo sus piernas. Alan se acerco a ella y bajando su cabeza, comenzó a mamarle su zorrita. Las mejillas de Miriam estaban encendidas y lo miraba con lujuria mientras con sus manos se pellizcaba ligeramente los pezones. Yo no lo podía creer, parecía una autentica película porno.
Gonzalo no aguanto más su excitación y se bajó los boxer. Su verga salio disparada como un resorte. Miriam la cogió y la empezó a mamar con fuerza, mientras Alan seguía pasando la lengua por su vagina.
Unos minutos después Miriam ya estaba suplicando que la culearan, que no aguantaba más.
¿Quién prefieres que te culee primero? Dijo Gonzalo
Cualquiera pero CACHENME DE UNA VEZ!!
Alan entonces levantó la cabeza y rápidamente se bajo los boxer. Tenia una verga gorda y larga y algo curva hacia arriba, un poco más grande que la de Gonzalo, y su cabeza brillaba de los fluidos que Miriam le había echo soltar.
Ella no daba crédito al tamaño de aquel fierro y lo miraba con deseo.
Entonces Alan se sentó en el sofá y le pidió que se subiera sobre el. Pero Miriam quería probar aquella verga. Se arrodillo y fue directamente a mamársela. El pico apenas cabía en su boca, y mientras le mamaba, con sus manos le agarraba el tronco y los huevos. Le estaba haciendo una mamada de campeonato, y se notaba porque la cara de Alan estaba desencajada de placer.
Gonzalo cogió a Miriam y la puso en el sofá y mientras ella seguía chupando y pajeando la verga de Alan, Gonzalo comenzó a acariciarle la vagina desde atrás. Ella separo las piernas, así que sin pensarlo aprovecho para metérsela por detrás, dejando solo sus bolas afuera.
¡Estaba mojadísima! La verga de Gonzalo resbalaba sin problemas por su caliente zorra. De repente note como su vagina se tensaba, soltó la verga de Alan y comenzó a gritar como una loca.
¡¡ME VOYYYYY!! ¡¡DAME MÁS FUERTE PERRO!!
Se había corrido con una intensidad como pocas veces.
Acto seguido de su tremenda corrida, sacó el pico de Gonzalo y se subió sobre Alan. Cogió con una mano el gran pico de su amigo y mirándole a los ojos la puso a la entrada de su vagina. La pichula de Alan entraba sin dificultad. Después apenas dos segundos, la vagina de Miriam estaba llena totalmente de carne.
Uff, que pico tienes Alan!!. –decía Miriam
Te gusta? –preguntaba Alan
¡¡SIIII, dame fuerte, siempre quise que me culearas, hazme cagar, hasta el fondo!!
Ella se movía con fuerza y luego paraba y se dejaba la verga enterita unos segundos dentro de su vagina, como si quisiera tragarla y quedársela para ella. Así continuaron durante unos 10 minutos hasta que Alan grito.
¡¡ME CORROOO!!
Entonces Miriam volvió a dejarse caer sobre aquella inmensa verga y mientras se corría Alan, ella le besaba en la boca metiendo su lengua como queriendo chuparle entero.
Miriam se desmonto y el semen de su amigo comenzó a chorrear por sus muslos. Mirándo a los ojos le dijo a Gonzalo:
Ahora quiero que me culees tú, quiero que sientas mi zorra llena de leche de Alan.
Entonces la agarro con fuerza y la tiro en el otro sofá. Metio su verga y pudo comprobar como su vagina ardía, estaba jugosa por la gran acabada que Alan le había echado. La leche de Alan salía impregnada en el pico de Gonzalo a medida que la clavaba.
No llevaban ni cinco minutos cachando, cuando una gran sombra se acercó a la cara de Miriam. Era la verga de Alan de nuevo que estaba inmensa como al principio. Miriam la agarro con una mano y la tragó mientras Gonzalo seguía dándole cada vez mas fuerte.
Alan se la estaba follando por la boca mientras Gonzalo se la metía hasta el fondo por la zorra.
Alan volvía a estar ido, y eso solo podía ser síntoma de que se iba a correr, mi mujer lo sabia, y mientras le mamaba le agarraba los huevos. Gonzalo también estaba al límite, iba a reventar de un momento a otro.
¡Y así fue! Los dos se iban a correr a la vez. Miriam no apartó su boca, y mientras Alan se corría, ella sacaba su lengua para que el semen de Alan callese sobre ella. Gonzalo no pudo más y se corrio. Gonzalo estaba teniendo un orgasmo como pocas veces y ella lo sabía, por eso mientras se corría siguió limpiando con su boca la verga de Alan llena de semen.
Al rato los tres estaba abrazos y empapados en sudor.
El plan había sido un éxito.
A la mañana siguiente me fui a trabajar, mi esposa esta ya sin fuerzas. Luego sucedio algo que no estaba en nuestros planes. Mientras ella dormia escuchó que golpeaban la puerta, se levanto en pijama, cuando al abrir se encontró con Alan y Gonzalo. Venimos por algo que quedo pendiente dijeron y sin mas palabras entraron y la empezaron a desnudar a la fuerza.
La tiraron sobre el sofa, ambos la besaban al mismo tiempo metiendo sus lenguas en la boca de ella mientras tambien se desnudaban.
Nos faltó tu culito dijo Alan, Miriam forcejeaba pero no pudo zafarse. Alan se sento en el sillon con su gran verga parada y dura como piedra, tomo a Miriam y la sento sobre el. La clavó con fuerzas tomandola de las nalgas. La levantaba y la dejaba caer sobre sus inmensas bolas. Gonzalo aprovecho la situacion y haciendole una seña a Alan este le abrio el culito a mi mujer dejando a la vista su hoyito. Gonzalo se arrodillo detras de Miriam y le enterro la verga lentamente hasta hacerla desaparecer en su culazo.
Sus vergas chocaban dentro de Miriam, la que babeaba de tanta calentura. El culo de Miriam golpeaba el vientre de Gonzalo mientras las bolas de este chocaban con las Alan. Al cabo de unos minutos cambiaron de lugar, ahora era Gonzalo quien ensartaba a Miriam con su estaca y Alan se acomodaba detras de ella. Miriam no podia mas, NOOO Alan gritaba desesperada… Me vas a partir en dos. Alan se calentó aun mas al oir eso y las penetro con fuerzas
enterrando sus uñas en las caderas de Miriam. Gonzalo la seguia aserruchando y chupandole ambos pechos al mismo tiempo. Mi esposa era una puta, una verdadera perra culeada por dos toros en celo. Miriam tuvo tres orgasmos seguidos. La bombearon por un buen rato, haciendo vibrar todo su cuerpo, hasta que no aguantaron mas y le llenaron sus agujeros de leche. Miriam quedó rendida en el sillon ante semejante culeada. Gonzalo y Alan al ver a Miriam casi sin aliento le exigieron como condicion para dejarla descansar una ultima mamada, eso si, ambos al mismo tiempo. Miriam no se nego, empezo a chupar sus penes lacios y llenos de semen hasta que empezaron a crecer nuevamente. Su lengua recorria sus vergas, juntaba sus cabezas dentro de su boca. Lamia sus bolas, ellos se turnaban para pescarla del pelo y enterrar a fondo sus descomunales miembros.
Ambos estaban a punto de acabar, sacaron sus vergas de la boca de mi mujer y comenzaron a masturbarse de una manera violenta y veloz. Apuntaron sus picos hacia Miriam y la llenaron de semen por todos lados, su cara, pelo y espalda estaban bañadas con la leche de Alan y Gonzalo.
Ahora si, le dijeron, cuando quieras nos avisas y volveremos a culearte como nuestra mejor perra. Miriam inconciente…. sonrió.
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