Mi novia, el vigilante y yo en público
En ese entonces yo tenía 20 años y mi novia tenía 17..
Una tarde estábamos reunidos unos amigos, mi novia y yo en la piscina de la residencia donde vivía mi cuñado. Pasamos toda la tarde allí tomando, escuchando música y divirtiéndonos en la piscina. Al caer la noche nosotros seguíamos ahí pero sin bañarnos en la piscina, aunque seguíamos tomando.
En ese entonces yo tenía 20 años y mi novia tenía 17. Ella es una chica muy hermosa con unos ojos claros y cabello castaño claro, con la piel canela y baja de estatura, un poco rellenita pero sin ser gorda, con un gran culo y unas tetas que si bien no son grandes, tampoco son pequeñas ni están caídas, y a mi parecer eran perfectas. Teníamos pocos meses de relación en este entonces.
Ella estaba sentada en mis piernas mientras hablábamos con nuestros amigos, y el alcohol en ese momento ya estaba haciéndome efecto, por lo que me estaba empezando a calentar, y ella pudo notarlo ya que mi erección estaba justo entre sus dos nalgas. Yo acariciaba sus piernas disimuladamente y ella cada pocos segundos se acomodaba encima de mí, supongo que para sentir mejor mi verga entre sus nalgas. Luego de algunos minutos en ese plan, ella se levantó y me pidió que la acompañara al baño ya que ya era de noche y el camino al baño estaba muy oscuro. Por supuesto entendí la indirecta y rápidamente me levanté para acompañarla.
El baño estaba un poco alejado del área de la piscina, teníamos que atravesar parte del estacionamiento de la residencia y luego un parquesito que había para niños. Al llegar a dicho parque, que lógicamente estaba vacío por la hora, no aguanté las ganas y la cogí de la mano y la acerqué a mí para luego besarla, y ella me correspondió el beso con mucha pasión. Fue un beso muy largo e intenso. Una de mis manos fue bajando a sus nalgas, empecé a apretarlas fuerte mientras con mi otra mano sostenía su espalda. Ella empezó a soltar unos ligeros gemidos casi inaudibles, y colocaba su mano sobre mi pantalón, acariciando mi verga que ya estaba dura como roca. Estábamos enloqueciendo de lujuria cada vez más. Empecé a besarla por el cuello y a acariciar sus tetas, ella gemía un poco más fuerte y trataba de no hacerlo mordiéndose el labio inferior. En un momento me separó de ella con su mano y miró al rededor, buscando algún lugar donde podamos estar más cómodos, hasta que lo encontró: un banco ancho donde podríamos sentarnos y devorarnos con más comodidad.
Ella se sentó primero y cuando yo iba a sentarme a su lado ella no me lo permitió, y sin que yo alcanzara a decir algo ella empezó a desabrochar la correa de mi pantalón, lo desabotonó y lo bajó hasta mis rodillas junto con mi bóxer. Mi verga apareció rebotando, y ella no lo pensó dos veces y la llevó directo a su boca. Lo rico de la mamada junto a la adrenalina que sentía en ese momento al hacerlo al aire libre me volvía loco, y ella lo notaba y por eso se aseguró de darme la mejor mamada de mi vida. Con su mano derecha me masturbaba mientras metía la mitad de mi verga en su boca ya que no le entraba completa, aunque no es muy grande, mas bien promedio, pero ella es una petite (pequeña) y no le entraba. La recorría completa con su lengua, jugaba con mis bolas para luego subir nuevamente y volver a la mamada, luego lo sacaba otra vez y la escupía, me masturbaba viéndome a los ojos y luego volvía a metérsela a la boca, y yo estaba volviendome loco, me sentía en el cielo, tanto que no me dí cuenta que un encargado de la seguridad de la residencia nos estaba viendo.
En cuanto me di cuenta mi cara cambió de placer a una de asombro y ella lo notó, se sacó mi verga de su boca y me preguntó: «¿Qué pasa?» A lo que yo le respondí: «Un vigilante nos vió». Ella asustada me dice: «Dios mío, que no me reconozca, que no le vaya a decir a mi hermano» mientras volteaba para ver al vigilante. Yo me concentré en guardar mi verga nuevamente en mi pantalón, y cuando terminé, ella me pregunta: «¿El tipo se está tocando?». Al escuchar eso alzo mi vista para detallarlo bien y efectivamente tenía su mano derecha en su entrepierna y se estaba acariciando. «Sí, eso parece» le respondí a mi novia. Ella se rió un poco y me dice: «¿Crees que nos diga algo si seguimos? Digo, parece que quiere ver más, y la verdad yo aún estoy caliente». En condiciones normales ella no habría reaccionado así, pero estaba ebria al igual que yo que tampoco habría reaccionado como lo hice si no fuera por el alcohol. Me volví a bajar el pantalón y el bóxer y le dije: «Yo también sigo caliente». Ella volvió a agarrar mi verga con su mano derecha y la metió en su boca, siguiendo con la deliciosa mamada que me estaba haciendo hace unos segundos.
Sostuve su cabeza con ambas manos y empecé a hundir mi verga lo más que podía, ella se dejaba hacer, parece que también lo disfrutaba. La solté y ella aprovechó de recuperar aliento, y también de voltear a ver al vigilante, que estando a unos 10 metros (aproximadamente) podía ver claramente lo que hacíamos. «Se está masturbando» me dice mi novia, volteo a ver y efectivamente tenía su verga fuera del pantalón y se estaba masturbando, y eso me calentó aún más. En este momento la excitación me ganó y le hice señas al vigilante para que se acercara.
«¿Qué estás haciendo?» Me preguntó mi novia. «Que se acerque para que vea mejor, está oscuro, y así nos aseguramos de que no le diga a tu hermano». Ella no respondió, sólo se quedó viéndolo cómo se acercaba cada vez más hasta que ya estuvo a mi lado, quedando también frente a ella. Ella estaba un poco dudosa, su mano seguía masturbando mi verga pero sin muchos ánimos, y en su cara se veía que no la convencía mucho la idea. Pasé mi mano por su cara, acomodando sus cabellos colocandolos detrás de su oreja, y empujándola despacio hacia mi verga, ella sin dejar de verme a los ojos abrió su boca y empezó a chuparmela otra vez, aunque más despacio que antes. El vigilante estaba ahí viendo todo y masturbándose, su verga era similar a la mía aunque sin afeitar, y él era un señor al que le calculé unos 35 o 37 años aproximadamente.
Poco a poco mi novia empezó a liberarse más y empezó a mamarmela con más ánimo. «Así, así, que rico» le decía yo. «Se ve que lo disfruta» me dice el vigilante, mi novia sonríe. «Sí, le gusta mucho mamar» le respondí. Ella seguía masturbándome y chupando mi verga, pero me sorprendió cuando con su mano libre agarró la verga del vigilante y empezó a masturbarlo suavemente. Se sacó mi verga de su boca y me miró directo a los ojos, buscando aprobación. No le dije nada, sólo la veía fijamente, y ella interpretó mi cara de excitación como un «sí», así que sin dejar de verme metió lentamente la verga del vigilante a su boca. El vigilante soltó un pequeño gemido, y ella poco a poco empezó a mamarsela con más ánimo, mientras seguía masturbándome.
Me sentía en el cielo viendo a mi novia disfrutando de dos vergas al mismo tiempo. Aunque yo me había cambiado luego de la piscina, mi novia tenía puesto aún su traje de baño y encima una falda que no le llegaba ni a las rodillas aunque no era minifalda, y una franela. Mientras ella seguía chupándosela al vigilante yo me senté a su lado y la empecé a jalar hacia mí, para luego sentarla en mis piernas. Subí su falda y le hice su traje de baño a un lado, ella se dejó hacer de todo mientras seguía entretenida con la verga del vigilante. Ella sabía lo que yo quería hacer así que se acomodó y colocó mi verga en la entrada de su vagina que ya estaba súper mojada. Fue bajando lentamente hasta que ya estaba toda dentro de ella, y empezó a moverse encima de mí a la vez que trataba de callar sus gemidos con la verga del vigilante. Yo jugaba con sus tetas y disfrutaba de la vista de ella mamando verga.
Duramos así unos minutos hasta que el vigilante empezó a gemir y a eyacular encima de mi novia, que no le importó en lo absoluto que el semen cayera en su cara y en su ropa, estaba perdida de placer. Cuando el vigilante acabó de eyacular ella se levantó y se acomodó encima de mí pero frente a frente, volvió a introducir mi verga en su vagina y seguimos cogiendo. Yo la tenía de frente y veía su cara llena de semen de otro y me puse más caliente todavía, hasta que no aguanté más y empecé a acabar dentro de ella, a la vez que ella gemía más fuerte y se contraía, indicando que también estaba llegando a su orgasmo. El vigilante se quedó ahí viendo cómo ella llegaba a su orgasmo, y al terminar nos dijo: «Es lo mejor que me ha pasado desde que trabajo aquí». Mi novia rió y respondió: «Entonces guardará el secreto, ¿verdad?» y él, con una sonrisa, asintió con la cabeza. Él se acomodó su pantalón y se fue, mientras que mi novia se levantó y me dijo: «Ahora sí, acompáñame al baño para limpiarme». Yo me reí y me levanté para ir con ella.
Volvimos al área de la piscina y todos nuestros amigos se reían diciendo: «Son demasiado obvios, se tardaron casi media hora». Nosotros también reíamos, todos sabían que nos fuimos a coger, pero nadie se imagina que el vigilante también participó.
Síganme en Twitter/X: @_handr quiero conversar con ustedes, ahí subo nudes y quizás me anime a subir otras cosas.
Hola ya te estoy siguiendo en Twitter pero no me deja enviarte msj ojalá me sigas para poder platicar
ya te voy a seguir de vuelta
Falto ser cojida x el vigilante y los amigos del novio
jaja algunos amigos sí se la han cogido pero lo contaré en otra oportunidad