Mi primera orgia

Mi novio me animo a que les bailara un poco para amenizar la reunión, ya que yo era la única chica y pues yo acepté de muy buena gana y me puse a hacerles un bailecito erótico. .
Yo tenía 15 cuando empecé a coger con mi novio. No es que lo quisiera mucho, pero cuando el me manoseaba yo sentía bien rico, así que lo dejaba que me hiciera lo que el quisiera y pues un buen día quiso cogerme y yo acepte. 

Me imagino que eso pudo haberme sucedido con cualquiera, pero, pues sucedió con mi novio y ya está. 

La verdad para mí no fue la gran cosa, yo esperaba algo mejor. Tal vez porque me había imaginado algo diferente, si nomas de tocarme ya me ponía a mil, pues metiéndome la verga supuse que sería algo muchísimo mejor, cosa que no fue así y pues ni modo. 

Cuando cumplí 16, me organizo una reunión en casa de unos amigos. Llegamos y todo bien, había varios chicos que yo ya conocía, la música estaba linda y empezamos a tomar como siempre. 

Al rato yo ya estaba de lo más entusiasmada, algo eufórica, a decir verdad. Ahora sospecho que le pusieron algo a mi bebida, recuerdo vagamente que fue entonces que me di cuenta de que había solo chicos, ninguna mujer. 

Mi novio me animo a que les bailara un poco para amenizar la reunión, ya que yo era la única chica y pues yo acepté de muy buena gana y me puse a hacerles un bailecito erótico. 

Llevaba un vestido de una tela especial que se me pegaba al cuerpo, dejando apreciar mi excelente figura. Traía un tremendo escote que me llegaba al ombligo, la espalda también la llevaba descubierta hasta donde empiezan las nalgas y el vestido me llegaba un poco arriba de los muslos, me veía super espectacular. 

Recuerdo que un poco más tarde, dos chicos se me unieron para bailar y empezaron a pegarse bastante, al ritmo de la música. Podía sentir el bulto entre mis nalgas del chico que estaba detrás de mí y el bulto entre las piernas del que estaba de frente. 

Los tres bailábamos exactamente al mismo ritmo cadencioso y sensual, muy sensual, diría yo. Tanto que yo ya me estaba poniendo caliente, muy caliente, a decir verdad. 

Los chicos fueron cambiando entre ellos, el caso es que todos pasaron a bailar conmigo repegandome sus vergas. La verdad es que me estaban poniendo a mil, podía sentirlo, así que les permitía toquetearme, ya que lo hacían de verdad muy discreto, pero a mí la verdad es que ya me estaba gustando más de la cuenta. 

Hubo un momento en que un chico se me pego por detrás tomándome por la cintura y colocándome la verga ya de plano entre las nalgas, apretándome contra el muy descaradamente, me beso el cuello ardientemente, paso las manos al frente y las metió bajo el escote agarrándome las tetas desnudas, yo estaba que ardía, así que yo no dije nada ni hice nada por apartarme, estaba de lo más prendida, muy caliente y drogada. 

Esa fue como la señal, de momento, ya tenía a todos los chicos abrazándome, besándome y manoseándome por todos lados y yo, yo dejándolos hacer. 

Sentía manos tocándome las nalgas, el sexo, el culo, las tetas, todo, asimismo, sentía como me besaban por todo el cuerpo, especialmente las tetas, estaba yo que reventaba de lujuria, de pasión, de calentura y era algo que yo no podía evitar, muy al contrario, quería sentir más y más, mucho más. 

Cuando tome conciencia de todo, era ya el día siguiente, como 10 de la mañana, algo así, ya no había nadie, solo yo, tirada sobre una cama, totalmente desnuda, totalmente llena de leche por todos los agujeros, la cara, las tetas, el cuerpo, en fin, se ve que todos se vinieron y orinaron sobre mi cuando ya estaba desmayada. 

Poco a poco empecé a recordar, al principio vagamente, luego, más consciente, empecé a recordar algunos detalles. Me di cuenta de que me habían violado entre los 18 chicos de la fiesta, empecé a sentir tremendo dolor en la vagina, también en el culo, pero más en el sexo. 

Cuando me fui a bañar, me di cuenta de que tenía toda la panocha reventada, se veía toditita abierta, no lo podía creer. Como pude permitir que algo así sucediera, pensaba recriminándome a mí misma. 

Pero luego recordé que, definitivamente, me habían drogado, se habían puesto de acuerdo entre mi novio y los demás para hacerme esto y yo ni siquiera sabía por qué. 

El caso es que en ese momento decidí terminar con mi novio sin siquiera decirle nada, no se lo merecía. 

Como pude, me vestí, me fui a mi casa a cambiarme y desayunar algo, al terminar decidí que definitivamente, tendría que ir a revisión. Descanse lo que pude el resto del fin y el lunes siguiente solicite una consulta y me presente en el consultorio del ginecólogo. 

El medico me reviso en silencio durante un buen rato, lo note un poco tenso, tal vez un poco asombrado. 

Al terminar me dijo con voz un tanto apenado, con cierta compasión, no sé, algo así. 

~La verdad es que estas muy lastimada, necesitas medicamento y reposo ~ 

~Quien te hizo esto? Debemos informar a la policía, esto es violación, es un delito grave ~ decía mostrándose en verdad muy mortificado. 

Yo le tuve que contar todo, tal vez haya sido violación, pero yo, aunque drogada, lo permití, le explicaba al médico. 

~En serio? ¿Cuántos fueron? ~ preguntaba mostrándose inquieto. 

~Como 18 chicos, algo así ~respondí avergonzada. 

El hombre se quedó helado, no supo que decir. Sin decir palabra, se dirigió a una gaveta y saco un par de medicamentos. Primero me puso una pomada hasta dentro de la vagina y luego me unto otra sobre los labios y sobre el clítoris. 

~Espera un poco y luego ya te podrás ir a casa, deberás descansar algunos dias sin nada de actividad sexual~ me decía, se le notaba bastante preocupado 

~Me puedes contar con más detalle como sucedió, esto no se ve todos los días ~ 

Yo le conté el contexto general, omitiendo detalles, especialmente la parte en cómo me había yo puesto de caliente. La parte en que disfrute como nunca mamarles la verga a todos los chicos, la parte en que entre todos me la dieron por el culo y la parte en que me hicieron doble penetración entre todos, intercambiando turnos y posiciones. La parte en que abierta de piernas sobre una mesa todos me chuparon la panocha y me dieron verga hasta decir basta.  

Y todas las demás partes, así que, al recordarlo, sin darme cuenta, me empecé a calentar. 

Sentí como se me paraban los pezones y se me ponían muy duros, tanto que el medico pudo observar bajo la blusa, al tiempo que le contaba. Sin querer, me empecé a mojar y, así como estaba, de piernas abiertas sobre la silla de revisión, el medico noto como se me empezaban a salir los jugos. 

~Estas bien? ~ pregunto el medico parándose junto a mí, tocándome la frente, mi frente estaba muy caliente y yo ya me empezaba a retorcer. Algo me llego como una luz y entonces, claramente me di cuenta de que una de las pomadas que me había puesto era para excitarme. 

Sin decir palabra estire el brazo y le tome la verga sobre el pantalón, sentí como ya la tenía dura y bien parada. Se la saco y me la dio a mamar, al tiempo que estiraba una mano y empezaba a frotarme el clítoris, haciendo que me estremeciera de placer y me retorciera sobre la silla. 

Momentos más tarde yo ya estaba a mil y mis jugos se salían incontenibles. Entonces, metió la cara entre mis piernas abiertas y me empezó a chupar la vagina, o lo que quedaba de ella, y luego me chupo también el clítoris haciendo que me retorciera y gimiera de placer. 

No me pude contener y me vine tremendo y recuerdo que hasta me gano la risa de ver cómo le salpicaba la cara. Entonces se levantó, se limpió como pudo y me empezó a dar verga. 

Recuerdo que le agradecí en silencio al tiempo que me movía como la gran puta en que ya me estaba convirtiendo. Aunque todavía hasta ese momento, aun no me había dado cuenta. 

Me dio una super cogida, tan pero tan rica, que me hizo explotar nuevamente en un tremendo orgasmo mayor que el anterior, soltando jugos a lo bestia. 

Finalmente, me dio cita para dentro de dos semanas y me mando a descansar a casa toda llena de leche ufff. 

Durante la semana siguiente, cada día me empecé a encontrar con algunos de los chicos del evento anterior y, como ya sabían que había terminado con mi novio por obvias razones, sin mayores explicaciones me llevaron a coger de tres en tres, hasta que terminé de recorrerlos a todos…nuevamente. 

Poco a poco, al paso de los días, con el tratamiento y entre cogidas con los chicos y con el ginecólogo, mi vagina empezó a sanar y creo que hasta me quedo un poco más cerrada que antes ah ja ja. 

En poco tiempo, volvimos a organizar orgias cada semana, pero ya sin que me drogaran, yo solita me metía al matadero sin presión alguna, solo con un irrefrenable deseo de volver a experimentar lo que había pasado ese día maravilloso e inolvidable. 

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