Mi primo me inicio
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Todo ocurrió un día cualquiera de un mes no muy lejano. Estabamos mi mujer y yo disfrutando de unas vacaciones placenteras en una casa común de la familia. Es un chalecito cerca de la sierra de Madrid, que era de mi abuela, al fallecer se hicieron cargo de ella en común mis cuatro tías y mi madre. La casa la usamos todos cuando podemos y es donde hacemos las reuniones mas numerosas. Esas vacaciones de mi mujer y yo las estabamos haciendo por que en invierno va poca familia, ya que hace frío, pero nosotros estábamos esperando tener un finde libre para disfrutar y descansar.
Cuando llegamos adecentamos el salón enorme, encendiendo la superchimenea. La casa tenía 8 habitaciones pero decidimos ocupar el salón por el calor de la chimenea. Como eran minivacaciones no queríamos hacer nada en casa así que nos fuimos a cenar fuera. A la vuelta me encontré con que había un coche aparcado, lo reconocí, era de uno de mis primos. Mi mujer y yo nos miramos con cara de pensar "nos han jodido la noche". Entramos y nos encontramos a mi primo sentado en el sofá viendo la tele. Nos saludamos y después de explicarnos de que se había acercado al chalet para echarle un vistazo, al ver que estábamos nosotros tenía pensado cenar un poco e irse. Nosotros le dijimos que no hacía falta que nos subíamos a una de las habitaciones y que podía quedarse. Sin mucha reflexión dijo que se lo pensaba. Como nosotros acababamos de cenar mi mujer le preparó algo de cena a mi primo, mientras entablamos conversación sobre temas de la vida.
Cuando estaba cenando le noté que me miraba mucho, yo pensaba que le ocurría algo y se lo hice saber. Me contestó que estaba echo un lío, que había estado saliendo durante años con una chica y que esta la había dejado por otra mujer. Que estaba pasando una racha un poco mala. No entendía eso de ser hetero y cambiar de tercio después de tanto tiempo de convivencia. Yo le dije que una cosa era el amor y otra lo que siente tu cabeza. Nos echamos unas risas.
Después de la cena nos sentamos los tres en el sofá nos tapamos con una supermanta y empezamos a ver una pelicula que estaban echando en la tele. Yo esta sentado normal, mi mujer se acurrucó encima de mis piernas y sus pies se encontraban encima de mi primo. Con la confianza de muchos años este empezó a acariciarle los pies, masajeandolos. Mi mujer me miraba de vez en cuando, con una mirada un poco lasciva. Yo en ese momento no la entendía. Poco a poca notaba que mi mujer se movía de forma sensual, mientras que mi primo seguía haciendole los masajes en los pies, notaba como la mano de mi mujer empezaba a acariciarme el paquete, yo sinceramente tarde poco en que se me pusiese dura, me hacía daño tenerla aprisionada. Mi mujer no hacía otra cosa que mirarme y tocarme cada vez más fuerte, yo empecé a darme cuenta de que mi primo se había acomodado de tal manera de que sin dejar de masajear los pies de mi mujer tenía un poco mas visión directa hacia nosotros, que aunque la manta nos tapaba los movimiento de mi mujer en el paquete se notaban, mi primo me soltó una leve carcajada que yo correspondí con un uff!!.
Después de un rato mi mujer se levantó y dijo que iba a ponerse el pijama, a lo que al levantarse nos dejo a los dos mirandola, por que según se iba hacia la habitación no hacía otra cosa que girar la cabeza lascivamente un par de veces. Cerró la puerta y allí permaneció un buen rato. Cuando mi mujer salió de la habitación, mi primo se había acercado un poco más donde estaba antes mi mujer. Entonces ella se puso donde estaba mi primo, sin taparse con la manta se colocó con la piernas subidas al sofá pero de forma fetal y apoyandose en el apoyabrazos dejaba entrever por la comisura de los botones del pijama uno de los pechos. Mi primo en broma le dijo "Prima no hagas eso que no soy de piedra" y se echo a reir. Yo también le dije lo mismo y nos reímos los tres. Al cabo de un rato de estar viendo la tele decidimos irnos a la habitación, a la que mi primo me dijo que no, que nos quedasemos nosotros con la chimenea y que él se iba. Al levantarnos del sofá, mi mujer se fijó descaradamente en el paquete de mi primo que abultaba bastante, haciendole la broma de intentar tocarle contestó lo de "me voy a la intimidad que la alemana espera". Risas y nos dejó mientras cerraba la puerta comentó lo de "no chilleis mucho que tengo oído fino".
Mi mujer y yo decidimos desplegar la cama del sofá y acomodarnos mientras seguíamos viendo al tele, mi mujer apoyándose en mi pecho me dijo que mi corazón latía de una forma especial, yo la contesté que era que me había puesto a mil cuando estabamos sentados en el sofá. Se echó a reir mientras que con la mano restregaba de nuevo mi paquete. Al segundo movimiento me libero la polla del calzoncillo, dejándola a la vista. Hasta yo me sorprendí, estaba inchada y venosa como nunca. Mi mujer dandome besos en el pecho empezó a bajar lentamente a la vez que con una mano acariciaba mis huevos. Cuando llegó a la punta del glande sacó la lengua y lentamente la tocaba sin llegar dar un lengüetazo que yo tanto ansiaba. Yo notaba a mi mujer muy excitada, tanto que cuando llegué a alcanzar la vulva estaba super empapada, mas que otras veces.
Sin esperar mucho se quitó la camisa del pijama dejando sus pechos al aire, tersos y con los pezones duros. Yo la observaba con los destellos de la luz que daba el fuego de la chimenea. Después se quitó el short del pijama, como no llevaba bragas la noté que se había depilado y tenía todo su coño al aire, precioso me dije, por que nunca la había visto así.
Con movimiento de felina se montó encima de la polla. No le costó mucho entrar, empezó a cabalgar y con apenas unos minutos de vaivén y subidas estaba corriendose. Sus gemidos sin ser muy altos si era audibles. Sus manos empezarón a apretar mis pechos incándome las uñas, a la vez que bajó la cara a mi altura para darme un beso y luego decirme al oído "Quiero más". Yo entendí que quería seguir, y complaciente como soy empecé a moverme y a manosearla, pero ella baja insistiendo "Quiero más".
Después de unos minutos al ver que yo no la había entendido se recostó de lado y me puso el culo en pompa y volvió a decirme "Quiero más, métemela por el culo". Me incorporé para poner mi cara a la altura de su coño babeante y empecé a jugar con la lengua, a la vez que subía al agujero del culo para luego volver hasta su clítoris, así unas cuantas veces y yo veía a mi mujer como se restregaba con una mano un pecho y la otra el clítoris.
Se separó un poco y mirándome fíjamente a la cara me dijo "Si mi quieres, tienes que darme más". Me quedé mirándola y la dije que por supuesto que la quería y que si quería más que lo pidiese. Entonces sin dejar de mirarme a los ojos y sacándo la lengua para humedecerse los labios dijo lo de "Quiero otra polla". Me quedé como una piedra. No reaccioné por lo menos durante un par de minutos, mientras ella no dejaba de tocarse los pechos y el coño de forma felina y como no super excitante. Si ella estaba a mil a mi me había puesto a cinco mil. Me acerqué a su cara y la pregunté "Estás segura lo que me estas pidiendo, es un salto muy importante, y luego puede salir mal". Ella sin dejar de mirarme, me dió un largo beso, cuando se separó me dijo "Despues de 14 años tú crees que por un polvo te voy a dejar, esto es un pequeño secreto que si sale bien será un bonito recuerdo y si sale mal sera para olvidar". Giró la cabeza señalando la habitación donde se había metido mi primo. Me quedé mirándome a mi mismo, con mi polla tiesa me puse en pie y me dirigí hasta la habitación de mi primo. Extrañamente seguía excitado. Al principio me daba un poco de corte pero mi primo no se iba a asustar, no era la primera vez que me la veía, por que de chavales nos bañabamos desnudos en el río. Toqué una vez a la puerta y giré el picaporte a la vez que empujaba la puerta lentamente.
Cuando llevaba un par de centímetros abierta al amparo de la luz noté que no había nadie en la cama, una voz un poco lejana me decía "Estoy en el cuarto de baño". Entonces entré pero instintivamente entré en la habitación a la vez que cerraba la puerta. Mientras lo hacía observaba a mi mujer en el sofá apoyada en el apoyabrazos con las piernas abiertas y jugando con su clítoris. Me acerqué a la puerta del cuarto de baño para abrirla un poco cuando de repente se abrió de par en par. Mi primo apareció tambien desnudo. Con acto reflejo nos miramos a la vez que echamos un vistazo a las pollas, una leve sonrisa recorrió la cara de mi primo, alargó la mano y me dijo "Primo no recuerdo yo esta polla tan hinchada y gorda com en antaño, veo que te ha crecido bastante", cuando noté mi mano no hice ademán de echarme hacia atrás, todo lo contrario por arte de magia sentí el calor humano de mi primo de forma natural. Me separé un poco para dejarle pasar y sin soltarme la polla se sentó en la cama. Sin dejar de acarcierme la polla mis ojos se cerraron, pero los abrí cuando note algo húmedo que recorría mi glande, era la boca de mi primo. Ahí si que me eché para atrás, mi primo se quedó mirándome y me dijo "no te preocupes no le voy a decir nada a tu mujer, he notado que te ha gustado". Mi cara reflejaba sorpresa. Fué entonces cuando le comenté lo que me había dicho mi mujer con respecto a que quería otra polla.
Entonces mi primo se levantó y me dijo, "pues vamos a complacerla, por que no hay cosa más bonita en este mundo que tener a una mujer llena de satisfacción". Sin pensarselo abrió la puerta de la habitación y entró en el salón. Nos acercamos al sofá cama y observamos a mi mujer jugando con su coño y un consolador, me sorprendió verlo por que hacía tiempo que no lo usaba por que decía que era un poco frío. Mi primo se puso a un lado y yo al otro, sin dejar de observar el automanoseo que se estaba haciendo mi mujer. Se incorporó un poco en el respaldo del sofá y con las manos nos indicó que nos acercaramos, empezó a repartir besos al uno y al otro sin dejar de tocarnos las pollas, yo tenía la cara pegada a una teta cuando al abrir los ojos observé por primera vez en mucho años la polla de mi primo en pleno auge. "Dios primo, eso que es?!" Exclamé, mi polla no es pequeña gracias a Dios, mis 16 centímetros me permitían tener a mi mujer llena, pero lo de mi primo era exagerado, mi mujer puso las dos manos en la polla y aún así sobresalía otro tanto, pero es que las manos no llegaban a tocarse la punta de los dedos. Mi mujer se puso de rodillas en la cama y nos obligó ponernos en pie, poniendo una polla a cada lado de su cara. Iluminada por la luz de la chimenea la polla de mi primo era el doble que la mía.
A mi mujer le costaba metersela en la boca, pero aún costándola se la metía hasta que le llegaba a la campanilla. Se la sacaba y luego hacía lo mismo con la mía, después de llevar un rato jugando con la pollas, se retiró un poco hacia atrás y dijo sin dejar de mirarnos "Quiero que hagáis una cosa por mí, siempre me ha gustado ver como dos tíos se comen la polla", mi primo no puso cara de sorpresa, se arrodilló en la cama y sin prisas aparentes pero con suavidad empezó a jugar con mi polla, mi reacción al principio fue de sorpresa y no de susto. Tengo que reconocer que mi mujer me la chupa como un angel, pero lo que estaba sintiendo sobrepasaba todo lo que yo conocía.
Estaba notando un calor especial, es verdad que al principio se me desinfló un poco, pero al cabo del minuto estaba de nuevo algo más que hinchada por que notaba que me explotaban las venas. Mi primo empezó a jugar con mis huevos depilados, de vez en cuando miraba hacia arriba y me decía que le gustaba. Se separó un poco y dijo que se iba al cuarto de baño. Nos quedamos un poco sorprendidos pero dijo que volvería. Se incorporó y se fue corriendo hacia la habitación, cerró la puerta y mientra mi mujer empezó a comermela mientras se metía el consolador en el coño, las vibraciones del consolador me llegaban a mí, la mamamda estaba tomando cuerpo de correrme, pero con maestría mi mujer me apretó el glande de tal manera que la polla sin dejar de estar erecta dejé de tener ganas de correrme. Al poco tiempo, la puerta de la habitación se abrió y corriendo mi primo se sentó en la cama con las piernas abiertas para enseñarnos lo que había echo, se había depilado entero, no tenía ni un solo pelo, pero lo mejor es que si antes la tenía grande ahora sin pelo parecía monstruosa. Mi mujer se acercó a mi primo y dándole un beso se abalanzó hacia la polla para ponerla de nuevo tiesa, entonces sin pensarmelo dos veces me acerqué yo también. Entre mi mujer y empezamos a jugar con la polla y los huevos de mi primo, que no hacía otra cosa que gemir cada dos por tres, su polla era enorme, venosa, dura como el acero, mi mano apenas le abarcaba en circunferencia, a mi mujer le costaba meterse el capullo en la boca pero cuando fui yo a probar noté ese calor.
Era la primera vez que estaba haciendo eso, nunca se me había pasado por la cabeza, y lo que estaba pasando para mí en ese momento era indescriptible. Me gustaba. A mi mujer después de estar trabajando con la polla de mi primo decidió probarla, se puso encima de mi primo aprovechando la posición que tenía, en un principio aún estando mojada no lo siguiente, le costó meterse el capullo en el coño, pero al tercer intento se metió un poco más de la mitad, se giró un poco y me dijo "Comele los huevos mientras cabalgo". Yo no solo obedecí si no que me deleite haciéndolo mientras observaba como la polla de mi primo atravesaba el coño de mi mujer. Era una sensación rara, distinta.
Después de cabalgara un rato y mi mujer no dejar de gemir en cada media embestida se levantó y suspiró cuando el capullo salió del coño, fue cuando ella sin miramientos me cogió de la cabeza y me indicó que se la comiese, cuando acerqué mi boca al capullo de mi primo mi mujer me acompañaba con la mano empujando mi cabeza forzándome cada vez a que me metiese mas polla.En un momento de la excitación noté como el capullo de mi primo traspasaba mi campanilla y sin dar una arcada noté que mi nariz tocaba su pubis recién afeitado. Me acaba de meter toda la polla de mi primo en mi boca, al sacarla noté que mi mandibula se había desencajado algo pero recuperó su posición para con una nueva embestida me la volví a meter hasta el fondo, con algo de maestría saqué un poco la lengua y llegué a acaricia algo la piel de los huevos, mi primo estallaba, lo notaba su polla se estaba poniendo superdura, notaba cada latido de su corazón en las venas de la polla. Saqué la polla de mi boca para notar como un chorretón de leche saltaba a la inmensidad del techo. Iluminada por la chimenea cuatro geiser salieron del capullo y otros cuatro de menor intensidad que no hicieron que empaparme, mi mujer se acercó a mí con deleite empezó a limpiarme sin dejar de acariciar la polla de mi primo que no dejaba de salir esperma ya en menor cantidad llenándola los dedos. El gemido de mi primo fue espectacular, pero su polla seguía tiesa, entre la excitación y que mi mujer no dejaba de achuchar el glande para limpiarlo. Yo me quedé un poco inmovil pero viendo como estaba mi mujer aproveché su postura para empezar a comerle el culo. Se lo dilaté primero con la lengua, después le metí un dedo, después dos y cuando noté el culo dilatado acerqué mi capullo a la entrada, empujé levemente hasta que el glande se ocultó. Un leve gemido salió de la garganta de mi mujer mientras seguía comiendole la polla y los huevos a mi primo.
Cuando llegué a la mitad de mi tiesa polla noté como mi mujer empujó su culo hacia mí de tal manera que la polla entró hasta el fondo. Entre los movimientos de vainen de mi mujer y los míos estaba notando que me corría, mi polla empezó a ponerse dura y a notar la palpitaciones, cuando empecé a correrme en el culo de mi mujer esta empezaba a gemir pero por que le estaba viniendo otro orgasmo. Era la primera vez en todos los años de matrimonio que se corría mientras se la metía por el culo. Mi polla empezó a menguar después de estar un tiempo dentro del culo empapado de mi mujer, cuando iba quitar la polla mi mujer con una mano por debajo de su entrepierna me agarró de los huevos para evitar que la sacase, pero mi polla no estaba al completo.
Entonces se movío con maestría para sacarla y levantándose un poco se montó encima de la polla de mi primo que aún estaba tiesa, al principio le costó entrar, pero una vez el capullo traspasó el ano, al estar lubrificado entró hasta los huevos, los gritos de mi mujer eran de puro extasis, mi primo ayudándose un poco la embestía lo que podía pero era mi mujer la que dominaba los movimientos, y en cada embestida los huevos de mi primo golpeaban la parte superior de las cachas del culo de mi mujer, así estuviero cinco minutos, momento en que mi primo y mi mujer llegaron los dos a la vez al orgasmo, pero la rabia de mi mujer hacían que las embestidas de mi primo no se notasen, mi primo bajó el ritmo pero mi mujer sin dejar de tocarse y con maestría se levantó lo suficiente para darse la vuelta y sin sacarsela siguió cabalgando. La polla de mi primo entraba y salía del agujero del culo a lo largo de sus 22 centímetros con soltura, ya un poco más flacida la polla se salió.
Sin descanso mi mujer se tumbó en la cama y se metió el consolador en el culo hasta el tope y con tres dedos en el coño empezó a gemir de nuevo, estaba fuera de sí, estaba teniendo otro orgasmo. Mientras mi primo y yo sin dejar de tocarnos la pollas observabamos los movimientos de mi mujer con el consolador y las manos.
Bajó el ritmo pero sin dejar de jugar con sus agujeros, su mirada lasciva, endemoniada y poseida por el sexo, estaba pidiendo más. En un arrebato de ama, me señaló para que me acercase y agarrándome la polla medio tiesa se la metió en la boca, cuando la puso tiesa la movió complacida y señaló la de mi primo, este se acercó y empezó a jugar con ella, le costó un poco más de juego pero consiguió ponerla de nuevo tiesa, entonces me ordenó que me pusiese tumbado, cuando lo hice me indicó que subiese y abriese las piernas, me colocó de tal manera que empezó a comerme el culo con la lengua a la vez que le indicaba a mi primo que me la comiese, mi primo no puso objeción ninguna y empezó a jugar con mi polla, tiesa esta pero entre la comida de culo de mi mujer y los juegos de mano y lengua de mi primo mi polla estaba para estallar, en un momento noté que mi mujer me estaba metiendo primero un dedo, luego otro, pero luego noté unas vibraciónes en mi ano, estaba jugando con el consolador, lo ponía en la boca de la gruta intentando entrar, en un principio mi culo reaccionaba cerrando pero cuando notaba la lengua de mi mujer se diliataba, aprovechandolo me metió el capullo del consolador, cuando había entrado la mita lo sacó y empezó a hacer la maniobra otra vez, cuando el consolador ya entraba sin problema, le hizo señas a mi primo, este se acercó sin dejar de tocar los huevos suavemente.
Yo estaba en extasis, me iban a penetrar y mi cerebro estaba esperando no reaccionaba en contra, la polla de mi primo estaba a pleno rendimiento, con el capullo reluciente y rosado mi mujer lo lubricó tres o cuatros veces con su boca y con la ayuda de mi mujer apoyo el glande en la entrada de mi culo, mi primo lentamente sin fuerza, pero con movimientos seguros fue metiendo poco a poco el capullo, cuando iba por la mitad del capullo noté un tirón, me acababa de romper, eran los músculos que había dilatado a tope. Con maestría mi mujer lubricaba la polla de mi primo a la vez que no dejaba de manosearme los huevos y la polla para mantenerla tiesa. Mi primo empujaba y sacaba hasta que en una de las embestidas el capullo atravesó la entrada el resto fue mas fácil. Yo no sentía dolor era gusto, era una mezcla de sensaciones raras y contradictorias, yo no me sentía homo, yo era hetero, pero ahora me daba cuenta de que eso tambien me gustaba.
Mi primo fue acelerando las embestidas ya que mi culo se adecuó al pollón, fue entonces cuando mi mujer dándome las espaldas se puso encima de mi polla, cabalgaba sin dejar de ver como mi primo me atravesaba con su polla, los gemidos de mi mujer anunciaban que se se iba a correr otra vez, yo ya perdí la cuenta se había corrido más de cinco veces y eso no tenía viso de acabar nunca.
Al cabo de cinco minutos yo empecé a notar que las embestidas de mi primo eran más directas, su polla se había puesto más tiesa y que las venas palpitaban, fue cuando cogiéndome de las piernas empecé a notar un calor, en cada embestida notaba que algo caliente estaba en mis entrañas, momento en que yo empecé también a correrme y mi mujer al ver y notar aquello empezó a gemir para anunciar que otra vez estaba corriendose. En un momento dado los tres empezamos a tener espasmos de gusto y sin dejar de tocarnos nos separamos armonicamente y nos quedamos tumbados, extasiados. No nos quedamos dormidos pero mirando al techo y con una sonrisa pícara, alguien dijo lo de "Esto hay que repetirlo más veces".
Pero eso es otro relato.
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