Mi vecina
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
La sola idea de acariciar su cuerpo me excitaba de una forma brutal, no paraba de pensar en lo que sería tener un romance con ella. Cada vez que quedábamos en pareja era un regalo para mí, ya que tenerla cerca me parecía una bendición.
Desde que supe que le gustaba que le chuparan el conejo, no paraba de desearla.
No era una modelo, pero a mí, su cuerpo me parecía perfecto. Tenía una cara muy linda, de mujer cuarentona, se la notaba que era una mujer experimentada, sus pechos no eran muy grandes, pero después de tener dos hijas, los tenia perfectamente empinados y siempre tersos.
Su culo era muy proporcionado, ni demasiado grande, ni demasiado pequeño, cuando llevaba vaqueros, marcaba un contorno perfecto, y cuando llevaba vestido se apreciaban unas nalgas turgentes, perfectas, para agarrarlas con las dos manos y masajearlas.
Un día, ella y su marido, nos propusieron a mi mujer y a mí, salir a cenar todos juntos sin los niños. Esa era una oportunidad que no podía desaprovechar.
Primero fuimos a cenar donde no paraba mirarla de lo preciosa que estaba. Esa noche se había puesto un vestido de raso que dejaba entrever sus senos y con el cual se podía apreciar que esa noche llevaba un tanga porque se le metía entre las nalgas continuamente.
Yo iba tan excitado que la cena se me pasó volando, me pasé toda la cena fantaseando con un encuentro sexual en grupo. Tras la cena alguien propuso ir a bailar, eso fue la mejor decisión que tuvimos, como su marido no sabe bailar me pase todo el tiempo bailando con ella, el calentón que yo tenía era inaguantable.
Verla moverse de una forma tan sexual en la pista me llevó creer que algo podía pasar esa noche.
Cuando ya nos habíamos tomado varias copas y bailado hasta cansarnos decidimos ir a nuestra casa para tomar la última copa de la noche.
Lo que iba a ser una copa se convirtió en media docena, la conversación que empezó muy inocente se fue convirtiendo en una charla de sexo y mucho cachondeo en la que cada uno exponía lo que le gustaba hacer y como, después de tantos detalles de cada uno todos estábamos muy calientes por lo que la cosa empezó a ponerse muy erótica. Cada pareja empezó a magrearse por todo el cuerpo sin importarle la presencia de los otros. Tras varios minutos así, comenté que podíamos continuar en la cama. No creí que les pudiese convencer pero la respuesta de ellos fue contundente, ¡vamos todos juntos a hacer el amor!
No me lo podía creer, iba a follar con mi mujer junto a mi amor platónico.
Cuando llegamos a la habitación empecé a desnudar a mi mujer con el pensamiento en el cuerpo de Elena.
Ellos también empezaron a desnudarse pero más lentamente, eso me extraño un poco, pues la noche no estaba para ir despacio. Cuando mi mujer estaba desnuda, se echó en la cama boca abajo, ya que le gusta más que la penetre por la espalda, yo me puse de rodillas y se la metí de un golpe.
Ellos terminaron de desnudarse y mis ojos no se desviaban de su cuerpo, que excitación me produjo verla desnudándose, quedándose en tanga, mostrando sus curvas de mujer y luego completamente desnuda.
Él se tumbó boca arriba al lado de mi mujer, y ella se puso al lado contrario para chuparle la polla, él tenía una polla bastante más grande que la mía, pero ella la chupaba con muchas ganas, yo podía ve el culo en pompa de Elena pero no veía nada con detalle pues me pillaba lejos.
A todo esto yo seguía moviéndome con potencia, dándole envites a mi mujer a cada golpe de mi culo, lo que la hacia gemir sin contemplaciones. Pasados unos minutos Elena se incorporó y cambió de posición quedando a mi lado, arrodillada para seguir chupándole la polla a su marido. Ahora si que tenía a mi alcance ése culo que me había tenido tan traumatizado, que belleza, tenía unos labios vaginales bastante grandes, rosados, y muy abiertos, se veía perfectamente el clítoris pequeñito pero muy sonrosado, y una pelambrera abundante pero cortita, y bien perfilada por las ingles.
El agujero del culo era pequeñito y bastante redondo, también bastante rosado y muy prieto, lo cual daba a entender que todavía era virgen por atrás.
Yo no daba crédito a mis ojos y un impulso me llevó a intentar chuparlo, ya que sabía que eso era lo que más le gustaba, pero cuando iba a llegar, ella se incorporó rápidamente y se sentó encima de su marido, metiéndose la polla hasta lo más profundo de su vagina.
Empezó a moverse a ritmo lento, al contrario que yo, que de tal excitación no pude aguantar más y eyaculé dentro de la vagina de mi mujer, aunque seguí con los movimientos, la excitación que tenía esa noche me hizo eyacular una gran cantidad de semen, mucho más que cualquier otro día.
Yo seguía mirando a Elena, lo que me permitía seguir con la erección, algo que mi mujer creo que agradeció bastante, pues no paraba de gemir. No sé como fue, pero la sensación que sentí a notar una mano acariciando mi culo, intentando empujarme hacia delante para que se la metiese mas a mi mujer no la podré describir nunca con palabras, era la mano de Elena que me acariciaba.
Todo fue una estratagema de ellos para hacer una cama redonda, y ahora empezaba o bueno.
Yo no me corté y empecé a tocar a Elena por el pecho y el culo, ella se contorsionaba con mis roces, mi mujer se empezó a poner nerviosa, pues no era consciente de lo que estaba pasando, pero cuando empezó a llegar al clímax se le olvidó todo y se entregó al placer sin pensar en nada.
El siguiente paso estaba claro, ellos lo habían planeado todo y tomaron las riendas de la situación. Elena se levantó de su marido y se tumbó boca arriba con las piernas abiertas insinuándome que me acercara a chuparle el coño, yo no me lo pensé y me situé entre sus piernas con rapidez y empecé a olerlo como si fuese una rosa, el olor era magnífico, una mezcla de sudor suyo y de su marido, olía un poco a polla, pero a mi no me importó ya que estaba a punto de realizar mi sueño.
Comencé a chupar de arriba a abajo con la lengua muy fuera para abarcar lo mas posible de sus labios y así recoger los jugos que había soltado mientras se la metía su marido, también sabía un poco al líquido que sueltan las pollas antes de eyacular.
Continué chupando y al mismo tiempo miraba a mi mujer que no sabia que hacer y de repente vi al marido de Elena que se colocaba de lado junto a mi mujer y le separaba las piernas para de un solo golpe meterla la polla, que ella recibió con un poco de dolor del tamaño que tenía, pues no estaba acostumbrada a una polla de ese tamaño.
Yo me excité todavía mas, por lo que empecé acelerar mis lametazos, lo que provocó la máxima excitación de Elena y mi sorpresa fue que empecé a notar un sabor un poco extraño, era el semen de su marido que también se había corrido dentro.
No le hice ascos, lo tragué sin miramientos pues yo ya había cumplido mi sueño y no me importaba nada, trague bastante cantidad y cuando terminé no pude aguantar mas y me puse entre sus piernas para penetrarla con todas mis fuerzas, entró hasta el fondo, pues ella estaba tan excitada que parecía una piscina de lo mojada y lubricada que estaba.
La situación no tenía límites, habíamos echo intercambio de parejas, y estábamos disfrutando como locos.
Seguimos follando varios minutos, pero de repente el marido de Elena se separó de mi mujer y se puso boca arriba, Elena me separó y se volvió a sentar encima de su marido, cabalgando brutalmente, mi mujer se situó en la cara del marido de Elena para que se lo chupara y así fue, yo mientras tanto me puse detrás de Elena y volví a chupare el coño mientras su marido se la follaba. Como es lógico mi lengua chupaba también la polla del marido pero después de tragarme su semen no tenía problemas en hacerlo, de vez en cuando le sacaba la polla y me la metía en la boca para lubricarla y luego volvía a meterla en el coño de Elena para que siguiese follándosela.
Como ya no tenía ningún reparo empecé a chuparle el culo, su sabor era magnífico, metía la lengua uno ó dos centímetros y sentía como se iba abriendo cada vez más hasta que empecé a meter un dedo con saliva y lo movía circularmente para relajarla el esfínter, luego pasé a dos dedos y luego tres, todo esto mientras seguía lamiendo y tragando la polla.
Cuando sentí que estaba bastante relajada, me puse de rodillas detrás de ella y apunté con mi polla en su agujerito apretando con firmeza y dando pequeños empujones cada vez más profundos, el agujero se iba haciendo cada vez más grande, dejando entrar mi polla un poco mas cada vez. Ella se movía a cada envite pues la dolía cuando entraba pero sentía placer cuando salía. Así estuve varios minutos hasta que le di un fuerte empujón y mi polla entró hasta el fondo, ella se retorció de dolor pero al poco tiempo empezó a mover el culo como nunca, ya que tenía dos pollas dentro dándole el mayor placer. A esto mi mujer se había corrido dos veces con la chupada que le estaba haciendo el marido de Elena.
Tras varios minutos así, me hicieron quitarme para que Elena se pusiera de rodillas con el culo en pompa, la visión de ese culo y es coño completamente abiertos me produjo la mayor excitación de mi vida. Volví a penetrar a Elena por el culo y continué empujando con fuerza
Estuve follandola con pasión hasta que me entrelazó con sus piernas sujetándome fuertemente y entonces sentí como su marido me echaba saliva en el culo y se situaba detrás de mí con la polla completamente tiesa y empezaba a metérmela por el culo, el dolor crecía a medida que empujaba, pues aunque yo tenia el esfínter dilatado, la fuerza con la empujaba no me permitía relajar el esfínter tan rápido, hasta que me dio un fuerte envite y la polla entró mas de la mitad, eso me hizo dar a mi un empujón que le clavé mi polla hasta el fondo a Elena, los tres empezamos a tener un ritmo rápido , disfrutando al máximo.
Mi mujer por su parte se acercó por detrás al marido de Elena y le masajeaba el culo con un dedo mientras le empujaba del culo para que me la metiese hasta el fondo, lo cual sucedió sin problemas haciéndome sentir un placer inigualable, pues la sensación de follarme por el culo con una polla grande mientras daba por el culo a Elena no se puede describir.
Tras unos minutos intensos donde el dolor se mezclaba con el placer eyaculé dentro del culo de Elena con más intensidad que antes, por lo que al encoger el esfínter provoque mas gusto a su marido que eyaculo rápidamente en mi culo también una gran cantidad de semen que yo sentía dentro de mí. Tras unos momento de relajación me di la vuelta tumbándome y dejando que Elena se sentara en mi cara para dejar caer el semen de su culo en mi boca, el cual tragué sin contemplaciones, posteriormente cambiamos la postura para echarle el semen de mi culo en su boca, y tras dejarle la boca casi llena la empecé a besar con pasión pasándome el semen de su marido a mi boca para tragármelo nuevamente. Después vi como mi mujer le chupaba la polla al marido de Elena para sacarle el resto de semen y Elena hizo lo mismo con la mía, para luego besarme las dos y pasarme lo que quedaba de semen en sus bocas.
Después de todo esto todos nos tumbamos para descansar y nos quedamos dormidos.
Al cabo de unas horas me levante al baño y me encontré a Elena masturbándose de nuevo, así que nos metimos en la bañera y ella empezó a mear en mi boca , luego la regalé una chupada para quitarla todos los restos de pis.
Después ella se arrodilló mi la chupó hasta el fondo haciendo una garganta profunda mientras me metía un dedo en el culo.
Cogió un bote de aceite corporal y primero fue un dedo , después dos y así hasta que tenia los cinco dedos hasta los nudillos, en éste momento empezó a girar la mano realizando movimientos circulares que me dilataban el culo al máximo, después de un rato empezó a hacer fuerza para meterme toda la mano mientras seguía girando la mano, pero no podía, siguió haciendo mas fuerza y de repente mi culo cedió y entró toda la mano de golpe, el dolor fue increíble y yo sentía que me había roto algo , pero empezó a sacar la mano y a meterla de nuevo continuamente y el dolor se fue convirtiendo en placer, un placer que nunca hubiese imaginado pues como seguía chupándomela, me estimulaba cada vez mas.
Pasado un rato sentí como cerraba el puño cuando tenía la mano dentro y la sacaba así, haciendo que el culo se dilatase todavía más.
Entonces nos dimos cuenta de que su marido también había entrado al baño y nos había estado mirando, entró en la bañera también y Elena cambió de postura para situarse detrás de mí como su marido.
Sentí que me estaba metiendo la polla, ésta vez de golpe pues el culo ya estaba abierto completamente, pero la sorpresa fue que Elena también me estaba metiendo su mano con la polla de su marido dentro, tardó un poco en meterla pues mi culo no daba para mas, Yo no creía que pudiese conseguirlo, pero al final tenia la polla y la mano en mi culo.
Lo realmente sorprendente fue sentir como Elena le hacia una paja a su marido dentro de mi culo. Los movimientos que realizaba con la mano me daban a mí un placer bestial, así que como su marido estaba detrás de mí me pasó un brazo por la cintura y me empezó a masturbar también. No aguantamos mucho y creo que los dos eyaculamos al mismo tiempo. Cuando sacó su mano de mi culo junto a la polla estaba toda manchada de semen y a mí se me caían los restos de semen por las piernas, así que Elena se arrodilló y empezó a chuparse la mano y a lamerme las piernas para recoger todo el semen, después se levanto y me besó pasándome los restos a mi boca.
Ahora le tocaba a ella así que se untó el culo de aceite y echó en mi mano una cantidad grande, se dio la vuelta y me ofreció su culo para que le metiese la mano, empecé con dos dedos y pronto estaba haciendo los mismos movimientos que ella me hizo a mí.
Así que empuje con fuerza metiendo mi mano hasta la muñeca, la sacaba y la metía con rapidez comprobando que su agujero quedaba completamente dilatado y metiendo el puño dándole vueltas dentro de su culo.
Su marido se echo también aceite en la mano y yo quise sacar la mía para que él metiese la suya pero Elena no me dejó así que su marido empezó a meter su mano junto a la mía, forzando la entrada de Elena hasta que entraron las dos manos juntas.
Su marido entrelazó sus dedos con los míos y empezó a girar su mano junto a la mía haciendo que pareciese una sola.
La dilatación de Elena era máxima, y como no era bastante me hicieron meterle mi polla a la vez que tenía la mano de su marido en el culo, y entonces empezó a masturbarme con la polla dentro del culo de su mujer, ahora entendía el placer que había sentido antes, era espectacular. Así que volvía correrme dentro del culo de Elena.
Al sacar la mano y mi polla ocurrió lo de antes, mi semen caía por las piernas de Elena, así que ahora me arrodillé yo y le limpié las piernas con mi lengua.
Nos fuimos a dormir de nuevo pero ahora yo tenía el culo completamente dilatado y sentía como si lo tuviese dormido.
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