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Intercambios / Trios

Mi vieja, "su amigo" y yo

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por juandeldiablo1957.
Toda mi vida he sentido la necesidad de poder llevar una vida sexual abierta en todos o al menos en casi todos los aspectos.
Yo siempre he dicho que no hay nada más hermosa que una vagina peloncita, ese manjar no se puede comparar con nada.

Como se acercaba nuestro próximo aniversario de casados, mi ex mujer y yo decidimos que la celebración sería muy especial.
Había una amiga de mi ex mujer que me atraía sexualmente y tenía deseos de hacer un trio con ella, pero, mi ex mujer como que no le gustó la idea, me dijo, que ella tenía planeada otra cosa, sabiendo las preferencias de mi ex vieja por los hombres de color bien dotados, ya me imaginaba lo que quería.

Así que, me conto de un amigo de su familia y en especial de ella, que databa de sus tiempos de estudiante y que por casualidad estaba de visita con su familia, ella, muy sutilmente me propuso que lo hiciéramos con él, a esta proposición yo me opuse, porque nosotros habíamos establecido, que, si lo hacíamos, seria con una persona completamente desconocida, en esa ocasión no quedamos en nada, terminé diciéndole el consabido "ya veremos".

Al poco tiempo, después de una noche de pasión, mi mujer me volvió a tocar el tema, contándome, que lo conoció cuando ella estudiaba en Culiacán y que contrastaba entre todos sus amigos, por su color, también me conto, que, en su momento, él estuvo enamorado de ella, al escuchar eso, me sentí un poco celoso, ella se dio cuenta de esto, afirmándome, riéndose, que él siempre se supo comportar con ella, pasando a ser uno de sus mejores amigos.

Con el tiempo, también se volvió amigo de su familia y por eso, dos veces al año los visitaba, mientras me contaba, me empecé a imaginar cómo sería ese encuentro lo cual me excito muchísimo y me dije, que esa podría ser la oportunidad de ver como se comportaba mi vieja con un conocido, porque una cosa era hacerlo con un desconocido y otra cosa muy diferente, es hacerlo con un conocido, esto último, fue lo que, aunque no muy convencido, me obligo a acceder, como no me vio muy convencido, ella a manera de justificación, me dijo, es un buen amigo y ya verás que todo saldrá bien.
(Claro que salió muy bien para ella).

Le dije que lo invitara, para celebrar que era nuestro aniversario y que tenía muchas ganas de conocerlo y platicar con él, ella rápidamente contacto con él, quedando de visitarnos el fin de semana próximo, buscamos la forma de que nuestros hijos no estuvieran en casa, por lo que, le pedí a mi hermano que los recibiera en Acapulco, lugar, en donde reside desde hace algunos años, mi hermano accedió de buena manera, por lo que el viernes por la tarde, los llevamos a la terminal y allá los recogería mi hermano.

Después, ya en la casa, como la vi que estaba ansiosa, (y como no si iba a coger con su amante) le dije que no se preocupara por mí, le dije que solo se dejara llevar, que disfrutara todo lo mejor que pudiera, ella me pregunto, que como debería comportarse con él, le reitere, que solo se tenía que comportarse naturalmente, que lo disfrutara, que fuera ella misma.
Después de lo anterior, esperamos la llegada de nuestra visita.

Llego el día esperado, antes de salir al aeropuerto, le pedí a mi güera, que se vistiera sugestivamente, ella, ni tardo, ni perezosa, se metió a nuestra habitación, saliendo, sabrosamente vestida, con un vestido bastante holgado, que le caí libremente sobre todo el cuerpo, que le hacía lucir, ese par de melones que tanto me gustaban y que le hacía resaltar, la tremenda curvatura de sus nalgotas, como la contemple, con los ojos brillosos de excitación, ella se levantó el vestido y me enseño que no traía pantis, por poco, no vamos por ese guey, la verdad, mi vieja estaba bastante comible.

No si un gran esfuerzo, por lo excitado que me puso, nos trasladamos al aeropuerto por ese cabron, no esperamos mucho.
Cuando lo vi, no sé porque me cayó mal ese guey, pero como era amigo de mi mujer, tuve que suavizar esa impresión, para ser gringo hablaba muy bien el español, era de color, pero, diría que pasaría muy bien por un mulato, no muy alto, cuarentón, con un cuerpo fornido.
Mi mujer cuando lo vio, se adelantó a él y le dio un fuerte abrazo, el negro la recibió con los brazos abiertos y la estrecho fuertemente, no sin antes, acariciarle brevemente las nalgas, según él, sin que yo lo notara, se ve que al negro, le gusto como venia vestida mi vieja.

Buscando que me cayera bien, le empecé a decir que nos agradaba mucho su visita, a lo que él me contestó, que era un placer conocerme y tenerme como amigo, que ya mi mujer le había platicado mucho de mí, lo cual, le daba alegría estar entre amigos y sobre todo, tener como amiga a una mujer muy guapa.
Dentro de la plática, me comento que solo iba a estar un día en México, ya que tenía que estar de regreso en los Ángeles al día siguiente, ya que tenía varios compromisos que cumplir.

Después de un rato de estar platicando, él nos pidió, que si lo podíamos llevar a un hotel para que se hospedarse, a lo que mi mujer le dijo, que de ninguna manera, le propusimos que se alojara en nuestra casa y que el otro día, nosotros lo llevaríamos de vuelta al aeropuerto, note, que él se le quedo viendo a mi vieja de un modo, que no pasó desapercibido para mí, riendo, accedió a nuestra invitación.

Al llegar a la casa, lo alojamos en la recamara de uno de mis hijos y tras ponerse cómodo, mi mujer le ofreció una copa.
Mi mujer se sentó a su lado, con la confianza que le daba su amistad de años, empezamos a hablar de varias cosas, él nos empezó a contar de su vida de estudiante en Culiacán y de su relación con mi güera, después de varias copas, como no queriendo la cosa, de vez en cuando, posaba una de sus manos en una de sus piernas, dejándola ahí un buen rato, con más confianza, le pregunte si no le había gustado mi vieja en esa época, él me dijo, que sí, que mucho le había gustado, pero que no había tenido suerte con ella, al decirlo, se le quedo viendo a mi vieja, comiéndosela con la mirada.

Al ver esto, yo me hice pendejo, discretamente le hice una seña a mi güera, para que saliera de la sala, ella con mucha naturalidad, nos dijo que iba a ir a la cocina, yo con el paro de traer más vino, la seguí, excitado, le dije a mi güera, ya te diste cuenta cómo te ve tu amigo, ella me dijo, que si, por lo que, le pedí que se fuera a la recamara del invitado de mi mujer y que se preparara para recibirlo, temblando de pies a cabeza por lo excitada que estaba.
Me preguntó, con voz temblorosa, "¿Cómo prefieres que esté, cuando me vea?”, yo le dije, que sería mejor que estuviera desnuda, para que no hubiera dudas de lo que iba a pasar, también le dije, que corriera las cortinas, con el fin, de no poner cachondo a algún vecino indiscreto.

Regrese a la sala con el vino, recomenzamos el tema de mi vieja, por el ambiente y por las copas ya tomadas, me anime a hablarle en confianza, le dije, que mi güera se había dado cuenta de ese amor que sentía por ella y que, desde hacía un tiempo, ella venía pensando la forma de demostrarle su cariño, pero de amigos y que, por eso, habíamos pensado en hacerle un regalo que ella esperaba que le gustara.
Él se quedó intrigado, le dije, que el regalo se lo daría ella personalmente, le indique que ella ya estaba en su habitación para dárselo, él me dijo ¿deberás?, yo asentí con la cabeza, se tomó de un solo golpe el trago que le había dado y se encamino a su recamara.

Al entrar se quedó estático, el ver a mi mujer semidesnuda, tuvo que ser para él, el mejor regalo que le pudieran dar, no sé si ella estaba húmeda por la excitación, pero yo estaba a punto.
Ella estaba recostada en la cama con las piernas abiertas, solo traía puesto un chichero y un pequeño panti con motivos gatunos, la cual no ocultaba nada, ya que se podía ver claramente su pepita rosada, completamente depilada.

Al ver ese cuadro tan cachondo, su amigo (le doy este trato, porque no era mi amigo), como lo dije antes, se quedó estático, no sabiendo que hacer, pero viendo que yo no decía nada, por el hecho de que mi güera estuviera desnuda, tomo conciencia de que se la estaba poniendo en bandeja de plata para que se la cogiera, rápidamente se quitó la ropa y trato de subirse a la cama, yo lo detuve, indicándole que se diera un buen baño, sobre todo, para que se lavara la tremenda verga negra que se cargaba, que ya para entonces estaba bien parada.

Su amigo salió del baño, secándose con una toalla, mientras lo hacía, mi vieja entro al baño para darse un duchazo y para lavarse su conchita depilada, aunque quiero decirles, que esto no era necesario, ya que ella, es y ha sido muy limpia y aseada en sus asuntos íntimos.
Mientras se bañaba mi vieja, el negro, se recostó sobre la cama sobándose su tremenda verga erecta, no era muy larga, pero si estaba bastante gruesa, coronada con una gruesa cabezota.
(

Ella salió del baño, secándose muy lentamente, al tiempo que se me quedo mirando, le guiñé un ojo sonriendo y le dije, adelante.
Con el fin de que ellos se relajaran, le dije a su amigo, que esto no era nuevo para nosotros, diciéndole que mientras que él se portara galantemente con mi ex mujer no había ningún problema, le dije, que él podría estar cogiendo con mi vieja todo el tiempo que quisiera y que solo hiciera lo que mi ex mujer le pidiera, obviamente, el muy cabron estuvo de acuerdo, dicho esto, le pregunte, que le parecía mi mujer, él dijo “Maravillosa”.

Él se paró frente a ella con la verga parada, ella se hinco frente a él, teniendo esa vergota frente a su cara, su amigo la agarro con la mano y se la restregó en la cara, después de un rato, ella empezó a mamar golosamente, se veía que le encantaba hacerlo.
Después, él se acostó en la cama, al ver esto, mi mujer se subió a la cama y se acorruco a un costado de él, coloco su cabeza en su regazo, de tal modo que tuviera su vergota a unos centímetros de su cara, en esa posición, mi vieja, agarro y sobo delicadamente con una mano esa tremenda vergota, calculando su grosor y su extensión, mientras lo hacía, empezó a recorrer el regazo de el con besitos cortitos, hasta llegar a la base de esa casota negra, recorriéndola con mordiditas y lengüetazos en toda su extensión, deteniéndose por momentos cortos en la gruesa cabezota, para morderla delicadamente y darle de lengüetazos cortos.

Conociendo lo golosa que es mi vieja, no espere mucho tiempo para verla mamar y meterse en la boca todo lo que pudiera de esa gruesa tranca, estuvo bastante tiempo lamiéndola desde la punta hasta su base, después, abrió la boca al máximo y se empezó a tragar todo lo que pudo, boqueando, cuando la sentía muy adentro, volviendo a cerrar sus labios, tragándose un poco más de verga.

En honor a la verdad, me quede entre sorprendido y excitado, por la mamada que le estaba dando a su amigo, mi vieja estaba desconocida (aunque después sabría el porqué) el nada más resoplaba fuertemente a cada mamada que ella le daba.
Mi ex vieja se la chupo desde la punta hasta el tronco, pasando por los huevos, que también sobo y chupó con lujuria, yo a su lado, me extasiaba verla tan comprometida y entregada a la labor de darle gusto a su amigo y a sus huevos.

Ella de repente se giró y se levantó, colocándose en cuatro patas, mientras seguía mamando la vergota de su amigo con muchas ganas, pues, los chupetones que le daba hacían un ruido muy particular en la habitación.
El negro, cuando vio que estaba en esa posición, se desenchufo de la boca de mi mujer y quiso metérsela así, mi mujer, dijo, que así no queria, le pidió que se colocara un preservativo, fui corriendo a buscar uno a donde los tenia, pero para mi suerte no había nada, me imagine que alguien los había tomado, esta situación nos puso en un dilema, el problema, no era que ella saliera embarazada (Tenia varios años de que se hubiera cerrado la fabroca), porque no se podía, el problema, era que si lo hacíamos a chile pelón, yo correría el peligro de salir premiado.

Se los hice saber a los dos, el no puso ningún reparo en hacerlo así, diciéndonos, que él, por ser médico de profesión se cuidaba mucho y que no habría ningún problema con eso.
No habiendo otra opción y pues como dice el dicho, “Ya picados y en el área”, yo le pregunte a mi mujer si lo quería hacer así, ella me no me contesto nada, solo se acostó en la cama y abrió las piernas, no había nada más que decir, el negro se colocó entre sus piernas, agarro con una mano su vergota y le restregó varias veces la gruesa cabezota en sus labios vaginales, mientras ella abría a toda su extensión las piernas, preparándose para recibir esa tremenda verga.

Su amigo, en un movimiento lento de caderas se la fue clavando con trabajos hasta el tronco, Yo estaba excitadísimo, yo no me quería perder ningún detalle, quería ver como entraba y como salía de la vagina de mi mujer esa vergota, quería ver el contraste de su piel clara y de sus labios sonrosados, con la piel negra de esa enorme verga, cuando entrara en lo más íntimo de mi mujer.

Eso me enardecía, al principio no podía metérsela toda, pues ella se quejaba mucho, yo le pregunte, que, porque lo hacía, ella me decía, porque se sentía que esa verga la llenaba todita y que le hacía daño, pero a la vez, esto le daba un gusto enorme, ella me tomo la mano, me apretaba la mano muy fuerte, cada vez que la embestía con fuerza el negro.
Yo le preguntaba que como se sentía, ella entre sollozos, quejidos y gritos de placer, me decía que “llena”, que se sentía llena por la verga que se estaba comiendo.
Cada vez que el negro la penetraba, ella lanzaba unos gritotes, que tuve que encender el estéreo de mi hijo y subirle el volumen, para que no se oyera, lo que estaba pasando en mi casa.

De repente mi vieja, entre sollozos de placer, empezó a pedir que fuera más despacio nuestro amigo, rápidamente, le dije al negro, que le bajara la velocidad a las estocadas y que lo hiciera más suave, a lo que me contesto entre resoplidos, que estaba muy buena mi vieja y que estaba buenísima, yo le dije, que le diera tiempo a que se acostumbrara a su vergota, le indique que se la clavara hasta el fondo con suavidad y solo cuando ella le pidiera más, solo entonces, es cuando se la podría clavar con toda las ganas.

Como buen director de cine porno, le pedí que se sentara sobre su vergota, para esto, su amigo, se acostó en la cama boca arriba, para que, no sin mucho trabajo, mi vieja se clavara tan tremenda verga, ya con la vergota bien enchufada hasta el tronco, empezó moverse en una sabrosa cabalgata.
Cabe hacer mención, que esa postura siempre le cansaba cuando cogíamos, no le gustaba y terminaba por bajarse, en ese momento, quería averiguar si se bajaría de él.

Empezó a cabalgarlo con gusto, era muy excitante para mí, ver que se tragaba esa vergota en cada sentón, se notaba que estaba disfrutando sumamente esa verga.
Esa verga la sometía a un buen mete y saca sin parar y la verdad, yo empecé a tener mis dudas, de ese cansancio que mostraba conmigo, ahora vería si se aburriría pronto, cosa que no hizo y me puso a pensar, su amigo no aguanto mucho esa sabrosa cabalgata, viniéndose profusamente dentro de ella, al sentir los chicotazos de la venida, la muy golosa, siguió cabalgándolo, hasta quedarse completamente estática sobre esa tremenda verga, la cual se desenchufo de ella solita toda flácida, solo hasta ese momento se bajó de él.

Después nos fuimos dormir a nuestra recamara, al otro día muy temprano, me desperté con muchas ganas de coger con mi mujer.

(en la sección de fotos, subo algunas fotos de este encuentro)

CONTINUARA………………………………………….

2463 Lecturas/1 octubre, 2018/0 Comentarios/por sexosintabues
Etiquetas: amiga, amigos, hermano, hijo, trio
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