No era lo planeado 3
una pequeña celebración termina siendo una pequeña orgía swinger.
La noticia del embarazo fue un golpe al hígado a pesar de no tener un verdadero plan de qué hacer con mi vida el ser padre no estaba en la lista por lo menos no tan pronto, solo fue una vez que me corrí dentro de ella en un supuesto día seguro y sí que fue un día seguro. Seguro que me iba a joder, tener que explicarles a mis padres y a sus padres en lo que nos habíamos metido por suerte ya era el último año de Yaritza mientras que a mí me tocaría abandonar la universidad para encontrar un trabajo de tiempo completo, en fin, primero le conté a mis padres la cagada que había hecho lo cual fue un puto caos y mi padre restregándome de que había arruinado mi futuro al menos mi madre se lo tomó más calmada, en cambio los padres de Yaritza se lo tomaron mejor de lo que esperaba en vez de ser al revés, la madre de Yaritza no estaba feliz pero se le sentía cierto aire de alegría entre tanto su padre me preguntó qué haría, yo solo le respondí que empezaría a buscar trabajo para ir reuniendo de una vez, pero verdaderamente no tenía ningún tipo de idea que iba a hacer. Al ver que por lo menos tenía la intención de hacerme cargo del muchacho dio un visto bueno de la cagada que habíamos cometido y todos recibimos otra sorpresa cuando se hiso la ecografía cuando nos dijeron que tendría mellizos de sexos opuestos.
Las primera dos semanas sentía tensión tanto en mi casa como en la casa de Mariela no podría relajarme en ninguno de los dos lugares, en la parte de haber abandonado la carrera había emociones encontradas por una parte me sentía aliviado de no tener que estresarme por estudiar par exámenes o hacer ensayos mientras que otra parte se sentía triste y molesta por haber abandonado, pero ya no había vuelta atrás. Una vez que todos incluyéndome digerimos la situación todo volvió a la normalidad, entre esa normalidad un a noche mientras estaba solas con Yaritza en su habitación la cual compartía con Mariela su madre nos consigue mientras me daban una mamada, ambas se espantan y su mamá cierra rápido la puerta, pero en vano porque Yaritza no quería continuar. Poco después de que andaba tomando aire en la entrada de su casa viene su mamá y me pregunta que tal es su hija.
—tiene sus genes obvios que va a ser buena—. Y ella se ríe, —¿y quién es mejor? —.
—¿realmente se te antoja mencionar eso acá?, si nos cachan creo que, si se pondrá feo la cosa, pero lo que si le puedo mencionar es que su hija sí que sabe usar el culo—.
—¿lo hace por ahí? —, se le veía algo sorprendida.
—si fueras entrado un poco más tarde de seguro la hubieses conseguido con el culo abierto—.
—¿y qué tal es por ahí? —.
—depende, si hablas de como lo siento o cómo se siente ella porque no sabría cómo se siente que te lo metan, pero si puedo decir que me encanta metérselo por el culo y a ella también ya que hay veces que lo ha pedido—.
Posteriormente esperaba que ella me pidiera para probar algún día, pero nunca llegó dicha petición, meses después Yaritza ya se le notaba su barriga, aunque tampoco era como si lo pudiera ocultar con tantas chismosas en el barrio, lo que si me gustaba era como los atributos de Yaritza habían crecido tanto sus tetas como su culo, las veces que se lo hacía le daba uno buenos azotes y con esas tetas ahora si me daba unas buenas rusas.
Transcurrido tres años tuvimos la suerte de que unos familiares de Yaritza le dan un apartamento en un pequeño edificio el cual les pagaríamos por cuotas, no era muy grande, pero era suficiente para una familia de tres. Para celebrarlo invité un par de amigos, pero solo Robert y su mujer pudieron venir. Yaritza también había invitado a unas amigas, pero ninguna estaba disponible o no quisieron por el problema del retorno. Una vez allí hablamos de diferentes temas, comimos bastante y luego de que acotamos a los niños Robert prepara su narguile con marihuana, el pequeño apartamento de haber tenido detector de humo se habría alertado todo el edificio y nos pusimos a disfrutar un rato de unas buenas fumadas en una de esas luego de salir del baño Yaritza me esperaba en la puerta.
—¿Qué pasó, tienes ganas? —, me refería de usar el baño.
—no, es que se pusieron a hacerlo—.
—¿a hacerlo? —, estaba extrañado, no captaba lo que trataba de decirme así que fui a la sala, —¡wah!, coño por lo menos usen un cuarto—, y me echo a reír mientras veo como Adriana la mujer de Robert le hacia una felación.
—me dio pereza moverme, estoy bien relax acá—, mientras continuaba fumándose lo que quedaba del narguile, por lo tanto yo pensaba en dejarlos solos.
—bueno que disfrutes—, me doy media vuelta.
—tranquilo puedes quedarte así es mejor, a ella le encanta que la observen mientras lo hace—, Rober estaba sentado con las piernas abiertas mientras Adriana movía su cabeza de arriba hacia abajo, de un lado a otro era casi como ver en tercera persona a Yaritza dándome una mamada.
—¿te va a quedar a ver? —, me pregunta Yaritza, yo ya estaba sentado mirando.
—es que es buena, mira como lo hace. Es una porno en vivo—, así que saqué mi verga y la comencé a manosear lentamente, —ven acompáñanos tú también y relájate—.
—¿par que mirar si lo podemos hacer? —.
—ah, mucho mejor. Entonces ven—, digo entusiasmado.
—me refería en nuestro cuarto—.
—estás siendo bastante mojigata para estar drogada—.
—anda ven vamos al cuarto y te la como mejor que ella—.
—no sé qué tan buenas serás, pero el superar a Adriana es difícil—, dice Robert.
—es buena te lo aseguro—.
—entonces para comparar ¿Qué tal si intercambiamos? —.
Pero Yaritza no daba una respuesta así que me levanto meto dedos en su entrepierna y empezamos a susurrar entre nosotros.
—mira cómo estás mojada, ¿te gusto ver cómo le devoraba la verga? —,.
—es que no se—.
—con lo pervertida que eres y hoy estás toda tímida, como que la yerba te cayo mal—, y me rio ligeramente, —solo imagina, podremos cumplir varias fantasías si lo hacemos aquí y ahora, sé que lo deseas—.
Y tras una pequeña pausa Yaritza acepta.
—¡OK!, está bien lo haré—.
Una vez que me senté Adriana vino a mí y de una la empezó a chupar que me hiso relinchar y como que a Yaritza le molestó un poco por cómo se la empezó a comer de golpe, Robert miraba feliz hacia el techo en cambio yo miraba mi verga como desaparecía y reaparecía de la boca de Adriana.
—te lo dije—.
Poco después me esteba viniendo en su boca y tras mostrarme como le había llenado la boca se lo traga y me la vuelve a chupar hasta ponerla dura otra vez y miro como se termina de desvestir, Adriana era una morena de 19 casi metro setenta, delgada con unas pequeñas tetas, pero tenía unas buenas nalgas, tenía su entrepierna completamente depilada mostrándome como sobresalían los labios de su coño así que me levanto y dejo que se siente, abre sus piernas y empiezo a darle largas lamidas por su coño mientras veía como me miraba sonriendo cada vez que mi lengua la rozaba y medio mordía a la vez que los estiraba los labios de su coño, —¡ay… sí que rico!, métemela de una vez—.
…
—Robert, me voy a coger a tu mujer—, pero Robert le estaba metiendo hasta el fondo de la garganta a mi mujer mientras se corría.
—no te distraigas y cógeme—.
Me termino de desvestir y me la empiezo a coger mientras Adriana gemía como loca y de pronto escucho los gemidos de Yaritza y continuamos así un rato más mientras ambas entonaban un su coral de gemidos y en esa sugiero cambiar de lugar.
—¿y si continuamos en el cuarto?, creo que sería mucho más cómodo —.
Adriana y yo fuimos corriendito mientras que Robert se llevó a Yaritza cargada aun con su verga ensartada, luego de varios minutos Robert dice alegremente: —verga tu mujer es bien puta—, mientras de perrito le perforaba el culo. —así es como deberías hacerlo Adriana—, entretanto Adriana descansaba de un rico orgasmo en esa ver como gemía la puta de mi mujer con la verga de otro en su culo me prendía bastante así que con un pequeño empujón hice que Yaritza quedara sobre Robert mientras este aun le tenía la verga en su culo y Yaritza me esperaba con las piernas abiertas sabiendo lo que vendría. Una vez que se la meto suelta un gran y exquisito gemido, su coño estaba más apretado mientras que la verga de Robert y la mía se presionaban una con la otra, era casi que ambas vergas estuvieran en el mismo hoyo y comenzamos a movernos mientras Yaritza gemía, —oh dios, si…, si…, métanmelo—.
—si… esa es mi puta, ¿te gusta que te lo metan el coño y el culo? —.
—si… si… me encanta—, lo dice casi gruñendo.
Y continuamos así hasta que le llenamos de leche ambos hoyos y tras un breve descanso volvimos a seguirle, Robert continúo cenándose a mi mujer había quedado encantado con su culo mientras que yo continué cogiéndome a Adriana la cual en un momento mientras Yaritza era cogida analmente esta le lamia el coño tragando los restos de leche que había dejado y continuamos así hasta que caímos rendidos.
A la mañana siguiente desperté junto a las dos mientras que Robert lo vi tirado en el suelo, la cama estaba vuelta mierda y el aspecto de todos daban asco todo despeinado y pegostoso y así atendí a los niños que posiblemente tenían rato llorando. Horas después cuando todos habían despertado feliz y contentos luego de que ellos se fueron volvimos a nuestra nueva normalidad el cual el resto del día conversamos sobre lo que hicimos anteriormente.
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