No sabía que el fetiche de mi marido es verme con otros
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Por el tema no puedo decir mi nombre real, ni donde vivo.
Lo que relataré todavía es un tabú en nuestra sociedad latina.
Pero si puedo decir que tengo 26 años, tres de casada.
Sin hijos aún.
Siempre he sido muy caliente, mi ahora esposo fue mi quinto novio y con todos tuve mucho sexo.
Mido 1.68 mt, mis senos son medianos bonitos y tengo un muy buen par de nalgas, me encanta todo lo relacionado al sexo, no he probado con alguien de mi mismo sexo, pero podría probar.
Mi esposo me ha dado buenas relaciones sexuales y no he tenido problema, me deja vestirme sexy y no se molesta si alguien me piropea en la calle o en una reunión, yo había visto que eso le excitaba.
Pues sucedió, que un sábado en la noche, invitó a dos amigos de su trabajo a ver un partido de futbol, yo los conozco, los dos son de treinta y tantos años, no son feos, al contrario son guapitos.
Me llamó la atención que el me pidiera que me vistiera con un falda cortita, que solo me ponía para él, y una blusa abierta y que no me pusiera sostén.
Yo sabía que tramaba algo.
Durante la noche ellos veían la tv, a mi no me gusta el futbol, pero los acompañaba, llevándoles cervezas y botanas.
En eso yo me di cuenta que uno de sus amigos que llamaré Juan solo para identificarlo, me comía las piernas y mi escote con los ojos, yo le sonreía, pero mi marido que ya se había tomado varias cervezas, se dió cuenta y llamándome con una señal, fuimos a la cocina y me dijo lo que veía, yo le dije que si, le pedí que no se molestara con Juan, sino que era el efecto de las cervezas, entonces mi esposa me dijo que no estaba molesto, sino que estaba muy excitado y que quería que su amigo me tocara, yo me sorprendí, pero me gustó y excitó la idea.
Asi que el se regresó a la sala, entonces le dije a Juan si podía ayudarme con algo en la cocina, él rápidamente se levantó y se fue a la cocina, yo me había desabotonado la blusa y se podían ver mis pezones viendome de lado, le dije que me alcanzara cosas, y yo hice lo mismo, el bajó y yo estaba subida y le mostraba casi en su cara mis pantys diminutos, me quedé un momento asi, para que me viera bien, diciendole cualquier trivialidad para ganar tiempo, que no fue mucho, sentí sus manos en mis caderas y luego en mis nalgas, -eres hermosa!- me dijo y sentí como sus manos apretaban mis nalgas y luego sentí su boca y sus labios darme una lluvia de besos, yo solo dije -ay no que me hace Juan-, pero en ningún momento se lo impedí.
Sentí cuando me hizo el panty a un lado y le quedo a su vista mi rajita depilada y mi ojete del culo, a continuación sentí su lengua lamer mi ojete y bajar a mi rajita que se iba mojando sin remedio.
-ay que rico Juan!- le dije y eso le dio confianza y mientras su boca mamada mi culito sentí como uno de sus dedos se alojaba en mi cuquita y él lo movía adentro y afuera, en eso todo de detuvo cuando mi esposo gritó desde la sala -Juan, Ven Juan hubo un gol!-, entonces el sacó sus dedo y dándome una nalgada me dijo -al rato seguimos- y se fue.
Yo estaba mojada y excitadisima, como pocas veces.
Mi marido llego al rato y me preguntó, se conté con lujos de detalles y vi como se excitó mucho también.
Ahora hazlo con Victor (asi le llamaré al otro amigo).
Mi esposo llegó con él a la sala y le dijo que preparara unas micheladas en la cocina, donde yo estaba y él llegó.
Solo que antes ya me había sacado los pantys y no tenía nada debajo de la falda.
Victor abrió la refrigeradora y sacó cervezas y otras cosas, yo le dije que lo ayudaría, y a propósito me regué cerveza en mi corta falda y el caballerosamente me empezó a limpiar, entonces le dije que también en la pierna, el bajó a limpiar y entonces yo levanté mi falda y le mostré mi vulvita, el se quedó inmovil y levantó la vista para verme le dije .
-te gusta?-, en me reclinó sin levantase y puso su boca en mi cuquita, sentí su lengua revolotear entre mis labios vaginales, yo me mojé de nuevo, era excitante como me comía el coñito, parecía que quería devorarme de verdad.
En eso, de nuevo la voz de mi esposo llamando a Victor, el se levantó rapido y yo me bajé la falda.
Si antes habia estado excitada en este momento yo me consumía de la calentura.
Llegó mi marido y le conté ahora lo de Victor y vi que en su pantalón se endurecía su verga solo de haberle comentado lo ocurrido.
Asi que el maquinó un plan conmigo, él se haría el borracho y se iría a dormir y me dejaría con sus dos amigos y me pedía que hiciera que me tocaran y si tenía sexo con ellos no había problema, él se iba a colocar en el segundo nivel de la casa para verlo todo.
Asi sucedió y mi esposo se hizo el ebrio y se marchó, me dejó con ellos yo me había colocado en el sofá en medio de ellos.
Comence a acerca a ellos, los abrazaba y ellos también lo empezaron a hacer, Juan me tocaba los muslos y Victor mis senos sobre la blusa.
Sentí cuando Juan llegó con sus dedos a mi coñito y acarició los labios vaginales y yo me mojaba mucho de nuevo.
Al ver eso Victor abrió mi blusa y sus labios tomaron mis pezones, mamándolos con mucho deseo.
Había una atmosfera sexual increible, entonces les dije que pararan, me levanté fui a la tv, la apagué y frente a ellos me quité la blusa y luego mi falda y quedé solo con mis zapatos de tacón frente a ellos mostrando toda mi desnudez.
Ellos inmediatamente me jalaron y me sentaron de nuevo en el sofa y sacaron sus penes que ya estaban bien duros, Juan rápido me jaló y me puso a mamarle su verga, me puse en cuatro sobre el sofá y en segundos Victor me estaba comiendo las nalgas con lamidas y chupones, abrió mis nalgas y sentí su lengua sobre mi agujerito arrugado del culo, era increible tener sexo con dos a la vez, fantasía de cualquier mujer.
Mamé la verga de Juan como nunca, lo hice gemir de gusto y yo también me quejé de placer sintiendo como el otro se comía mi cuquita y mi ano.
-por qué no cambiamos?- le dije a mis hermosos machos, me di la vuelta y comencé a mamar la verga de Victor, era más gruesa, pero igual la metí en mi boca y la chupaba, ahora sentí los dedos de Juan meterse en mi cuquita y su lengua en mi ano.
Una gotas de semen brotaron de la verga de Victor, era la calentura de todos, pues yo ya me había mojado como nunca.
Mamando estaba cuando sentí como la verga de Juan me atravesaba la cuquita, pegué un grito de gusto y él comenzó a follarme duro, apenas podía tener la verga en la boca, pues sus movimientos eran secos y profundos, no tardé en gemir como una puta y correrme de gusto, asi también Victor se levantó le pidió espacio a Juan y me penetró también duro, moviendose fuerte dentro de mi, los dos amigos de mi esposo me penetraron turnándose.
Luego Juan, tomó la iniciativa y se sentó, quería que yo lo montara y me subí sobre su verga y me la clavé, comencé a moverme como si el fuera un potro salvajé, Victor se sentó enfrente contemplando y viendo como la verga entraba y salia de mi cuquita.
Entonces se me ocurrió y le dije que había espacio para él en mi culito, el se paró sin esperar a que terminara de decirle y colocándose detras de mi, puso su verga en la entrada de mi ano y empujando duro me deslizó su dura carne en mi recto, hasta que la tuvo casi toda dejó de empujar y ahora los dos hombres me penetraban al mismo tiempo mis dos agujeros, gemimos, gritamos, nos corrimos casi juntos.
Yo me corrí como loca, unas dos veces casi seguidas, Victor me llenó de leche mi culito y Juan mi cuquita, todos estabamos sudados de tanto sexo.
Cuando me desprendí de sus dos vergas, gotas de semen salían de mis dos hoyitos.
Nos sentamos a descansar y entonces uno de ellos puso la tv, el partido de futbol ya se había acabado.
Entonces les dije que se tenían que ir pues mi marido podía despertarse.
Ellos se vistieron rápido y despidiéndose de un beso, se marcharon de la casa.
Yo me quedé alli descansando en el sofá, entonces vi que mi esposo bajaba la escalera que va al segundo nivel de la casa.
Tenía la verga afuera y en su mano había restos de semen, me dio que había acabado como tres veces observándonos y que había estado increible.
Me hizo mamarle la verga y hacerlo venir por cuarta vez.
Ahora hemos planeado repetirlo con otros amigos o conocidos.
mi propio esposo me dijo que relatara esto en varios sitios que leemos.
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