Noche de Fut Bol
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Patybi.
Mi marido es muy aficionado a los deportes. Muy seguido le gusta cuando no puede asistir a los eventos el verlos en casa. Este fin de semana me dijo que si no me importaba que saliéramos a un bar con algunos amigos a ver un partido que le interesaba ver. Le comente que no era muy de mi agrado ya que por lo general ellos se dedicarían a ver su partido y nos dejan a las novias y esposas a un lado.
Me respondió guiñándome un ojo que si me parecería entonces el que invitara a cenar ver el partido en casa a Pedro y a Rosa su mujer.
De inmediato dije que si.
Pedro y Rosa son un matrimonio de amigos que conocimos en un club Swinger y a partir de aquella ocasión hicimos buena amistad y buena química con ellos al grado de convertirnos en grandes amigos.
Tanto Pedro como Rosa al igual que nosotros son bisexuales y tienen una mente muy abierta en cuestiones de sexo. Pedro de 35 años al igual que Mauricio mi marido y Rosa su mujer de 32 dos años mayor que yo son personas muy respetuosas, limpias y educadas, que comparten con nosotros el gusto por el intercambio de parejas y el sexo en grupo.
Tienen ambos un físico agradable. Ella es bastante bella, con unos senos medianos algo jorobados muy hermosos, caderas amplias y unos muslos no solo fuertes si no muy femeninos. Pedro por su parte es físicamente si no un adonis si es bastante atractivo. Es un hombre que hace ejercicio sin ir a los extremos. Tiene brazos fuertes al igual que sus piernas y muslos y la Naturaleza lo doto con una buena herramienta con la que cualquier mujer puede sentirse satisfecha.
Si eran ellos los invitados no solo no me oponía si no que me encantaba la idea.
El sábado prepare desde temprano la botana, bebidas y una cena fría para poder estar cenando y viendo el partido. Llegaron puntualmente y conversamos un poco sobre los temas del momento, esperando el inicio del partido. Rosa y yo aguantamos el primer tiempo del evento y durante el descanso aprovechamos para cenar. Cuando reinicio la segunda parte, ellos se volvieron a perder en su partido y nosotras al ver su “abandono” decidimos empezar nuestra propia fiesta.
Nos dirigimos a la recamara y una vez ahí bese a Rosa con un beso largo y profundo. Algo que me gusta de Rosa es que es muy ardiente. De inmediato se enciende. La contuve un momento y empece a acariciarla sobre la ropa mientras la despojaba de la misma.
Solté los botones de su blusa, y después su falda, Abajo solo vestía una tanga de Hilo muy chiquita y un sostén que hacia lucir sus bellos pechos. Solté el sostén y le dedique una serie de besos a sus lindos pezones, Al bajar mi mano a su entrepierna pude notar ya un hilo de humedad, me hinque y baje su tanga no sin depositar un beso entre sus muslos. La hice retroceder hasta la cama y con un ligero empujón la hice caer de espaldas sobre el colchón.
Me desnude lentamente ante sus ojos y vi. Como su mano se movía acariciándose los pechos y la entrepierna. Cuando quede desnuda como ella me tendí a su lado dedicándole y recibiendo de ella múltiples caricias y besos, Nuestros pechos se unían, nuestras bocas se enlazaron con las lenguas y nuestros muslos se cruzaron acariciando nuestras conchas.
Rosa empezó a gemir. Siempre ha sido muy expresiva con su placer. El ritmo de nuestras caderas se incrementaba y el roce de los muslos incendiaba nuestras vaginas. Rosa llegó primero con un pequeño grito de placer, un apretón con toda su fuerza abrazándome y sus muslos apretando los míos. El cuerpo de Rosa empezó a temblar con un temblor incontrolable. Estaba teniendo un orgasmo múltiple. Algo que me encanta de Rosa es ese temblor que le producen los orgasmos. Es un temblor difícil de explicar que acompaña con pequeños gemidos que a cualquiera excita. Sentir ese placer que experimentaba mi amiga me llevo de inmediato a tener mi primer orgasmo de esa noche.
Después de un momento de calma y caricias dulces, puse mi mano entre sus muslos y la suya entre los míos y empece acariciar su coño húmedo. Ella correspondió a mi caricia y así estuvimos por un largo rato disfrutando ambas de ese calor y esa paz que quedan después de un orgasmo.
Poco a poco nos volvimos a excitar y fue ella ahora quien tomo la iniciativa. Se levanto y solo dijo:
-Paty, un 69.-
Quede yo de espaldas sobre la cama y ella sobre mí. Ambas sabíamos que hacer. Su boca empezó su labor y la MIA también. Sentía su lengua penetrándome, sus labios besando y chupando y yo a mi vez le correspondía. De pronto todo fue como un volcán. Ambas llegamos al mismo tiempo. Pude sentir sus muslos apretando mi cabeza y su temblor en mi boca. Fueron unos momentos que parecieron siglos. Se borro todo tiempo y espacio en mi mente. Pasaron unos minutos para poder sentir el peso de su cuerpo que descansaba sobre el mío. Se giro sobre si misma y quedo a mi lado acostada. Quedamos cabeza con pies. Mis ojos solo veían su coño húmedo y la punta de sus pechos. Como si nos pusiéramos de acuerdo las dos pusimos una mano en la concha de la otra. Ahí nos quedamos nuevamente por un largo rato en un sopor muy agradable.
-Creo que las chicas jugaron su partido sin nosotros- dijo Pedro volviéndonos a la realidad.
Ahí parados en la puerta estaban Mauricio y Pedro viendo a sus mujeres, desnudas y despatarradas.
-Es tiempo de darles sus tiempos extras- dijo Mauricio riendo un poco.
-Menos charla y más acción Mauricio- dijo a su vez Rosa
-Anda Pedro te estoy esperando.- Dije al marido de mi amiga
Ambos se desnudaron casi de inmediato. Mauricio ni tardo ni perezoso empezó a besar y acariciar a Rosa. Pedro empezó a tocarme y chupar mis pechos. Podía yo oír los gemidos de Rosa, que le provocaba la boca de Mauricio mi marido, sin embargo empece a perderme en el placer que Pedro me daba. De pronto ceso sus caricias y besos y tomándome por los tobillos me arrastro sobre la cama hasta los pies de la misma. Coloco un almohadón bajo mis caderas para darme la altura que requería. Tomo mis tobillos con sus manos, abrió mis piernas y me penetro de un solo golpe. Empezó a moverse entrando y saliendo. Primero lento para ir incrementando el ritmo un poco mas tarde. Yo veía su cara y sus ojos y como disfrutaba. Ahí estaba yo con las piernas abiertas en alto disfrutando de una gran follada. Me volví a empezar a perder en el placer, El entorno se volvió borroso y los gemidos de Rosa inaudibles para mi. No podía aguantar más tiempo tanto placer. El orgasmo no pidió permiso y llego de forma intensa. Los músculos de mi vagina se contraían y aflojaban Y Pedro no se detenía, seguía entrando y saliendo volviéndome loca, Otro orgasmo y por fin sentí el chorro de leche caliente que me inundaba provocando un ultimo orgasmo que llego con un grito de desesperación de mi parte.
Pedro se inclino sobre mí abrazándome y diciéndome cosas al oído. Su salida fue algo espectacular. Mi coño estaba tan sensible que el solo salir lentamente me provocó no un orgasmo pero si oleadas de placer.
Cuando recobre conciencia Mauricio estaba tendido a un lado de Rosa y Pedro a un lado mío. Nadie dijo nada por minutos. Simplemente disfrutábamos el momento. Mauricio me llamo a su lado y Pedro a Rosa. Al final quedamos ahí tendidos Mauricio, Yo, Rosa Y Pedro sobre la cama los cuatro desnudos. Dormimos así hasta que el sol que entraba por la ventana nos despertó… Aun quedaba todo un domingo para seguir disfrutando con los amigos…
Patybi
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