Nuestra primera experiencia swinger
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, mi nombre es Eva y quiero compartir con uds como fue nuestro inicio en el mundo de los swingers.
Somos una pareja joven, mi esposo Manolo tiene 25 años y yo tengo 24, con cuatro años de matrimonio en ese momento. Siempre nos había llamado la atención la experiencia de compartir nuestra pareja con otro u otra. Mi esposo era el más interesado en esa experiencia que yo. Por ello frecuentamos los viernes algunos bareas donde decían que había ese tipo de parejas, pero nunca nos animamos a entablar una conversación con alguna pareja, hasta un día. En un bar conocimos a una pareja, Marilyn de 28 y Esteban de 38. Ella es una mujer blanca, con cabello teñido de rubio, su rostro es delgado al igual que su cuerpo, largas piernas, un trasero parado muy atractivo y debo decir que tenía unos senos enormes, que mi marido no le quitaba los ojos, ya que él es muy aficionado a esa parte femenina. Su esposo, Esteban es un hombre grande, musculoso, con poco de estomago, pero de brazos y piernas fuertes. Se veía la diferencia de edad entre Marilyn y Esteban, le llevaba diez años.
En nuestro caso mi esposo es más pequeño que Esteban, le saca una cabeza, de tez blanca, menos musculoso, y en mi caso yo tengo un buen busto, aunque de menor tamaño que el de Marilyn, pero talvez de mejor forma, también soy de menor talla, pero tengo una piel más fina, blanca y bonitas piernas torneadas llenitas y un trasero con nalgas regordetas y sabroson a la vista, me han dicho muchos.
Volviendo al relato, esa noche ellos nos dieron tanta confianza, bailamos mucho, yo con Esteban y mi esposo con Marilyn. Debo decir que la pasamos de maravilla, bebimos varias cervezas cada uno. Luego salió el tema y cabalmente ellos eran una pareja de swingers con alguna experiencia. Nos dijeron que era un fetiche que iba creciendo en nuestra sociedad tan conservadora y llena de tabus. Pero que a ellos les había salvado su matrimonio, que ya venía abajo por la rutina y la falta de aventura en el sexo.
Nos animaron tanto que quedamos de vernos en nuestra casa a la siguiente semana, pero durante la semana la duda nos entró a mi marido y a mi, ya que eramos muy jóvenes e inexpertos en el tema, pero decidimos seguir adelante.
Llegó el ansiado viernes, a las 8:00 pm ellos llegaron, Marilyn iba muy provocativa con una blusa de tirantes con mucho escote, dejaba libre medio seno, y como los tiene grandes, se veía muy provocativa, mi esposo estaba paralizado. En mi caso yo me puse una blusa de botones en medio, más recatada, con una falda del mismo tono unos centímetros arriba de la rodilla, con zapatos de tacón del mismo color. Cenamos los cuatro y luego Esteban nos dijo que nos tenía una sorpresa, que le habían prestado una casa tipo chalet a orilla del mar (que estaba a unas dos horas de donde estábamos), por el fin de semana y que nos fueramos, mi esposo estuvo contento con la propuesta de Esteban. Mi esposo sirvió varias copas de vino a cada uno y todos empezamos a sentirnos más descohibidos y cómodos.
En eso mi esposo le dijo a Esteban que nos guiará en nuestra primera experiencia, él pidió que su esposa Marilyn se fuera al lado de mi esposo y que yo me fuera con él (estábamos en el living en ese momento). –“el juego amigos, es de compartir con la pareja del otro, asi Marilyn será tu mujer desde ahora, y tú Eva serás mi mujer”- todos reimos y nos fuimos a cada lado como dijo Esteban. –“Esta noche tratemos de conocer a nuestra nueva pareja”- dijo él, asi que comenzamos a beber ya platicar con la pareja del otro.
Esteban me decía, que me conocía, pero no se acordaba de donde. Esteban era muy galante y educado, -“eres una mujer muy bella Eva!”-, yo de sonreía, me tomaba de la manos y me decía que no tuviera miedo por la experiencia, -“cuando regresemos de la playa verás que fue muy divertido y querás hacerlo de nuevo”- me dijo él.
De repente, voltee a ver y Marilyn estaba besando a mi marido, le daba varios besos y mi marido respondía. No se que platicaban, pero ella tomó las manos de mi esposo y se las puso en sus bubis. Me puse sería yo. Pero Esteban me dijo que no me pusiera asi, que era parte del juego –“vamos a otro lado!”-, me dijo y me llevó al comedor y nos sentamos en las sillas, y el volvió a tomarme de las manos, -“que te parece si te doy un beso como se dieron ellos?”- me preguntó. –“ayy no sé”- dije yo. El se acercó y me beso tiernamente, se separó y luego volvió, esta vez sus labios atraparon mi labio superior y luego el inferior, su lengua paso por la comisura de mis labios y eso me dio unas cosquillas riquísimas.
-“ves!, no estuvo tan mal”- me dijo, yo sonreí y el se volvió a acercar y me besó, ahora yo respondí, nuestros labios se unieron con pasión, su lengua penetró mi boca y tocó mi lengua que se entrelazó con ella posteriormente, Esteban usaba mucha saliva, su aliento era fresco y dulce, sentí que su mano me tocaba las piernas con cierto morbo, no era abusivo pero si atrevido.
Su mano fue apartando mis piernas como señalándome que las abriera, lo hice un poco, lo suficiente para que su mano acariciara mis muslos y mi entrepierna, Esteban era la primera persona después de mi marido que me tocaba asi. Yo me había puesto una pantaleta fina y delgada para ésta ocasión, asi que cuando su mano acarició mi rajita, Esteban pudo sentir los pliegues de mis labios vaginales, además yo suelo depilarme mi vulvita, asi le gusta a mi marido. Yo me estaba excitando mucho, los besos de Esteban eran de campeonato y nuestras bocas producían ya un ruido.
Yo para parecer atrevida, puse mi mano sobre su bulto en el pantalón, -ohh mi madre- pensé, Esteban estaba bien dotado, su verga era muy larga y estaba durísima. De pronto siento que él ha hecho a un lado mi braguita y ahora me acaricia y juega con mis labios vaginales, no puedo evitarlo, pero comienzo a mojarme. Ahora sus besos y labios bajan por mi cuello, -qué rico siento!!-, se nota que él tiene experiencia. Uno de sus dedos separa mis labios vaginales que están empapados de mis juguitos y comienza a jugar con la entrada de mi vagina, hasta que por fin me penetra con ese dedo. Yo comencé a gemir. Con su otra mano me empezó a desabotonar la blusa, hasta que mis senos quedarón libres.
En eso oigo sonidos raros que vienen de la sala, donde está mi esposo de Marilyn, mi esposo esta gimiendo como desesperado, no tengo la visión completa, pero al parecer ella le está dando sexo oral. Eso nos calienta más con Esteban, su dedo comienza a moverse dentro de mi vagina y al poco tiempo un segundo dedo su mete dentro de mi rajita, yo sigo gimiendo cada vez más. Ahora siento los labios de Esteban coger una de mis tetas y comienza a mamarlas tomándolas también con la otra mano.
-“Eva, como estas de mojadia allá abajo”- me dice Esteban, y es cierto, sus dedos están repletos de mis juguitos vaginales. Luego, Esteban atrapa mis pezones con sus labios y los aprieta hasta hacerme casi gritar, sus dos dedos me pajean la rajita y le entregó un estrepitoso orgasmo, trató de no ser tan exagerada en los gemidos, pero de verdad, pocas veces me he quejado asi de pasión. Esteban espera a que se me pase un poco el climax y sacando sus dedos de mi rajita, me pide que me siente ahora en la mesa del comedor.
Me pongo de pie y por curiosidad asomo a la sala para ver a mi esposo, la puta de Marilyn le esta haciendo una paja con sus tetas y mi marido esta como desquiciado gozándolo. Eso me quita un cargo de concienca en ese momento. La verdad es que quiero seguir haciendo “cositas” con Esteban. Me siento en la mesa y él me acuesta sobre ella, me abre las piernas, pero antes me saca mi pantaleta, no sé, pero se me queda viendo mi parte íntima varios segundos, como si fuera el novio que por fin ve a su noviecita en esa posición, luego toma uno de mis pies y me quita el calzado, lame mi pie, empezando por los dedos y luego sigue por el empeine, regresa y chupa cada dedito de mi pie, esto es algo muy erotico; termina y sigue con mi otro pie, yo me mojo otra vez.
Luego sigue besándome y lamiéndome desde mis pies pasando por mis pantorillas y luego mi entrepierna, hasta llegar a la tierra prometida, la punta de su lengua juega con mis pliegues vaginales, separándolos y chupándolos como si los quisiera tragar. El sexo oral para mi es uno de mis favoritos y por eso cierro los ojos gozando lo que él me hace. Con sus dedos abre mis labios vaginales y su lengu pasa por mi clítoris, -ohh mi madre!- con mucha habilidad juega y hace pequeños círculos con mi botoncito y me deja al borde de otra venida. Su hábil lengua se desliza desde mi clitrois y pasando por mis labios vaginales baja hasta mi ano, emito nuevamente gemidos mucho más profundos, su lengua me tiene desfallecida y no puedo evitar otro tremendo orgasmo. El segundo y aún no me ha penetrado.
Esteban abré mis nalgas con sus manos y su lengua casi me penetra el esfínter, yo ahora grito y le pido que ya no más. El está entretenido con mi ojo del culo y mis nalgas que casi muerde de emoción. Pero mis gemidos no son tan fuertes, como los que se oyen del otro lado, entre Marilyn y mi esposo, parece ser que mi esposo ya está teniendo sexo con ella, se pude oir bien el crujido del sofá acompasado por sus quejidos.
Esteban se quita de entre mis piernas y poniéndose de pie, se quitá el pantalón y la camisa, quedando completamente en cueros. Le puedo ver ahora perfectamente su larga verga, pero no es tan gruesa como la de mi esposo. Ahora coloca mis pies sobre sus hombros y poniendo su verga en mi rajita mojadita me comienza a penetrar, me la deja ir casi toda y luego empieza a entrar y salir de mi vagina. Su verga me llega a donde nadie ha llegado, ya que la verga de mi esposo es gruesa pero corta, en cambio la de Esteban es bien larga, como una y media el largo de la de mi marido, por eso la sentía bien profunda, sacándome gemidos de placer.
Esteban me cogía rico, pero por un momento vi que perdió el control y empezó a darme duro con fuertes embestidas, primero me dio miedo, pero conforme me penetraba duro, llegué a mi orgasmo más explosivo, yo sentí que me asfixiaba y que todo a mi alrededor me daba vueltas, era un mega orgasmo nunca sentido, tanto que luego de calmarme me dio pena haber sentido tanto placer con un hombre que no era mi pareja. Y lo peor, Esteban siguió con su mete-saca y sentí que me inundaba mi rajita de su caliente esperma, el se quejaba y luego yo sentía más leche dentro de mi. Por un momento pensé que eso sería todo, gran equivocación.
Esteban me jaló para que yo me quitara de sobre la mesa y colocándose sentado en una silla, vi que su verga estaba parada todavía, me dijo que me sentara encima de frente a él, me monté y tomando su verga con una mano la guié a mi rajita, me fui sentando y sentí de nuevo su larga carne entrando hasta el fondo de mi vagina. Luego me pidió que me moviera encima de él, comencé como a jinetearlo mientras él tomaba mis senos y los mamaba con mucha pasión, me mordía con los dientes los pezones sin lastimarme, pero nuevamente sentía que el palcer me embargaba. En la otra habitación los gemidos ahora de Marilyn eran extremos, ella gritaba que quería más verga, al parecer mi esposo también estaba haciendo buen papel.
Esteban me puso las manos en las nalgas y apretándolas me obligaba a ir más profundo y más rápido. La silla donde estaba sentado crujía y se arrastraba cada vez que yo me sentaba sobre su larga verga. Su boca no dejaba en paz a mis senos, los tenía colorados de tanto mamarlos, nuestros sexos emitían ruido como cuando se camina en charcos de agua, de pronto me tomó y me pegó a su pecho y agarrándome más fuerte de mis nalgas el comenzó a llevar el movimiento de su verga en mi raja, mi clítoris pegaba contra su pelvis, eso me fue llevando hasta un nunca experimentado cuarto orgasmo, el también con eso se estaba llevando a su venida, de pronto el gritó, pero siguió moviéndose, me dio tiempo a llegar al mio, los dos estábamos llenos de sudor y transpiración en todo el cuerpo. Su verga dio varios chipotazos dentro de mi vagina, arrojando esperma en todos los rincones de mi utero.
Nos fuimos calmando, mi y su respiración se fue volviendo normal, yo estaba con la cabeza sobre su hombro, aún montada en él, su verga fue perdiendo tamaño dentro de mi, por fin nos separamos de nuestros sexos. Yo me senté en otra silla para descansar, en la otra habitación, aun Marilyn pujaba. Luego un silencio en toda la casa.
Me fui colocando la ropa de nuevo y por último los zapatos, Esteban hizo lo mismo, luego asomé a la sala donde estaba mi esposo. Marilyn estaba acostada volteada en el sofá aún desnuda, un hilo blanco de esperma salía de su raja, mi esposo estaba sentado en otro sofá su verga brillaba de los la mezcla de los jugos de ella y de él. Al parecer todo estaba perfecto.
Esa noche todavía tomamos otro par de cervezas, charlando de temas triviales como política, cambio climático y otros, menos la experiencia sexual de la pareja esa noche. Esteban y Marilyn se quedarían a dormir esta noche y temprano iríamos al chalet prestado por Esteban. Como si fueramos aprendices, le pedimos a Esteban que siguiera guiándonos en ese mundo swinger, la siguiente orden fue dormir esa noche con la otra pareja para irse acostumbrando para el fin de semana, mi esposo no puso objeción, parecía comerse las tetas de Marilyn con la mirada. A pesar que estábamos muy cansados todos, y que nadie tendría sexo esa noche. Lo cual para mi esposo y Marilyn fue verdad, pero para Esteban y para mi fue mentira.
De noche, luego de una ducha, me acosté ahora a la par de Esteban, me dormí, pero pasadas unas cuantas horas, sentí algo extraño en mi rajita, Esteban me pasaba su erecta verga por mi vagina, yo dormía de lado y él estaba detrás pegado a mi, con su verga frotándose encima de mi braga, yo estaba casi dormida y no le puse atención, pensé que al rato se calmaría la calentura, pero no fue asi. Esteban me corrió la braga y ahora frotaba su verga contra mis labios vaginales y mi clítoris, me estaba poniendo nerviosa y excitada. De pronto la punta de su verga se fue clavando en mi rajita, se fue deslizando y luego comenzó a moverse adentro y afuera, él me besaba la espalda con largos chupones, lo cual me erizó la piel y me fue entrando al placer carnal de nuevo.
Luego levanto mi pierna un poco para mejorar su penetración, ahora sentí que su verga se clavó toda en mi raja, me pistoneo duro y mis nalgas y su vientre comenzaron a hacer un ruido de carnes. Me tapé la boca para no gritar o gemir, pues el silencio de la noche nos podía poner en evidencia, aún ese era mi tonto pensamiento, después de haber cogido hasta la saciedad con Esteban hace algunas horas atrás. Esteban no daba tregua, se movía dentro de mi como si fuera un veiteañero, profundo y fuerte y parecía no tener fin cercano. En eso me la sacó, solo para moverse y colocar su lengua en mi ano, lo lamió y luego lo hizo también con mi rajita dilatada, luego de comérselas, volvió a la posición anterior y me la volvió a meter, me abrazó apretó mis senos y dándome fuerte sentí su esperma regarse en el interior de mi vagina de nuevo, dio varios lechazos y luego se retiró a su lado, yo me quedé dormida minutos después, con la rajita llena de su esperma, ya no me dio ganas de limpiarme y amanecí con su leche.
A las 10:00 am estábamos llegando al Chalet de playa, apenas entrecruzamos palabras con mi esposo, estábamos tomando muy en serio nuestra primera aventura swinger. Luego del almuerzo, donde nuevamente bebimos cerveza y tequila.
FIN PARTE 1
CONTINUARÁ
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