Nunca sabes cuando podrás satisfacer tus deseos más ocultos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Nomada_P.
Como era invierno y además nublado, fuera estaba ya oscuro pero decidí caminar a ver si me despejaba un poco.
Mi oficina está en un polígono industrial y hay que andar bastante para llegar a una cafetería. Normalmente voy en coche, pero esa noche necesitaba estirar las piernas antes de volver a enfrentarme al teléfono.
Cuando pasaba por delante de una nave vacía, slieron dos tipos de un coche y me empujaron dentro con un escueto:
"¡métete ahí puta!"
Yo no pude reaccionar, sin soltar palabra entré y uno de ellos cerró la puerta. Hice ademán de darles el bolso, en el que afortunadamente no llevaba más que algo de dinero, pañuelos y esas miles de tonterias que llevamos las mujeres ahí dentro.
El más alto de ellos lo cogió y empezó a mirar dentro. A la escasa luz que había vi que era joven y bien parecido, rubio y claramente extrajero. No vestía mal y pero se notaba que no se duchaba con frecuencia porque su cuerpo olía fuerte, aunque no era desagradable.
No era la primera vez que me atracaban, y siendo yo una mujer resuelta no iba a dejar que me pusieran nerviosa un par de niñatos buscando cómo pagarse la coca.
Al otro no le tenía controlado ya que se había situado detrás. No me enseñaron ningún arma, pero no podía saber si las llevaban.
De pronto sacó la caja de preservativos que siempre llevo. Me iró y sonrió. "Vaya, una chica precavida". "Si, ¿qué pasa?" Me pegó un repaso de arriba a abajo desnudándome con la mirada. No soy nada del otro mundo, más bien gordita y no muy alta, pero tengo un par de tetas de las 120 que a mis amantes les ha encantado siempre y que abultan mucho bajo la camiseta.
Mi mirada retadora le provocó. Dió un paso hacia mi y sin mediar palabra se bajó la bragueta y sacó la polla.
Os prometo que tuve un subidón de espanto. En un segundo me temblaron las piernas y noté una excitación enorme me hizo mojar las bragas bajo la falda. ¿Cuantas veces me había masturbado imaginándome violada? ¿que me obliguen a hacer todo lo que alguien quiera para su placer, incluso esas cosas que yo no me atrevía a hacer por si mis amigas me calificaban de puta como a algunas conocidas ligeras de cascos?
Me quedé quieta sin saber qué hacer, El otro chico cogió al primero del brazo y le dijo algo en un idioma que no entendí
tirando de él, pero con la polla tiesa y dura no parecía que quisiera moverse.. y de hecho no lo hizo.
Y entonces lo hice.
Me puse de rodillas y me la metí entera en la boca y me abracé a sus piernas.
El amigo se quedó mirando mientras el chico sonreía. Empezó a follarme la boca cada vez más fuerte y a moverse acompasando el movimiento con mi cabeza. Me esfocé por aguantar la polla dentro de mi garganta atragantándome. Le solté el pantalón y le bajé los calzoncillos para manosearle bien el culo y metí una de mis manos en mi entrepierna, donde necesitaba masturbarme de forma urgente.
El amigo no se lo pensó dos veces, me rodeó, me levantó la falda, me arrancó las bragas (eso no fue fácil y tuve que ayudarle a sacarlas) y se bajó los pantalones y su calzoncillo dejando al aire una polla veinteañera también dura y preparada para follarme….y así lo hizo de golpe, metiéndomela en el coño sin miramientos. Creo que se dió cuenta de que mi coño estaba empapado porque no le costó trabajo alguno meterla hasta el fondo y empezar a bombear, agarrado a mis tetas, que habia sacado del sujetador y se bamboleaban con las embestidas de ambos.
Pero tenía que aprovechar. Saqué la polla del coño y lubriqué mi culo como pude, cosa difícil con una polla en la boca y
dos manos que sujetaban mi cabeza contra ella con fuerza. No tuve que hacer nada más, me imitó un poco hasta meter dos dedos primero y tres después para de nuevo sin contemplaciones metérmela entera en el culo. ¡Me había desvirgado una polla por fin!
Nada que ver con las penetraciones que me hacía con conoladores o verduras, notaba la polla dentro rompiéndome en una mezcla de placer y dolor que aumentaba aún más mi excitación.
Al poco me levanté y ellos se pararon expectantes. Había visto en un rincón un colchón de algún vagabundo, lleno de inmundicias y probablemente meado y me fui hacia allí con ellos siguiéndome. Le indiqué a uno que se tumbase boca arriba, con la polla tiesa y me senté encima clavámndomela en el coño, mientras cogía la polla del otro y así la dirigí a mi culo, donde al poco la sentí volver a romper el esfinter para hacerse hueco.
Yo notaba que me venían oleadas de temblores con cada orgasmo mientras ellos parecía que no terminarían nunca. Yo gritaba como una posesa cuando noté que primero el que me follaba el culo y al poco el otro se corrieron dentro de mi. El que esba detrás se retiró y yo dejé que su semen goteara desde mi ano por mi coño hasta caer en su compañero. Levanté un poco la cadera para que saliera la otra polla y me quedé así hasta que noté su semen también goteando de mi coño. Me giré y le puse mi coño en la cara al que tenía debajo para que me lo comiera mientras yo le lamía la leche de ambos mezclada con mis flujos en su polla y sus huevos.
El otro que al verme se había excitado de nuevo me levantó la cabeza y me metió la polla en la boca, donde la tenía cuando me corrí otra vez por efecto del cunilingus que me estaba haciendo su amigo.
Y así estábamos cuando se abrió la puerta de golpe y un potente foco nos iluminó a los tres. "¡Policía!". Ellos saltaron y se pudieron de pié como pudieron con sus pollas gordas y goteantes. Yo me eché a llorar… "gracias que me han salvado" me abracé al policía (mas bien me restregué contra el) "son unos salvajes"….
Lo último que he visto de ellos fue la cabeza del más alto mientras un policía la empujaba para meterle en un coche patrulla. A mi me llevaron a casa y cuando por fin estuve sola me desnudé completamente, me tumbé en la cama y los vecinos pudieron oir mis gritos de placer al masturbarme una y otra vez mientras me restregaba los restos de su esperma por mis tetas.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!