Pareja amiga, liberada.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por kelochupe.
Un día hablando de sexo, me contó que con su esposa practicaban swinger (cambio de parejas) y trios. Habían tenido entonces solo dos experiencias previas y pensaban (lo cual hicieron) tener muchas más.
Esta charla la cerramos arreglando un encuentro en un café con los tres, ella (Ani), él (Ale) y yo (Kelochupe). Después de reirnos y hablar por un buen rato, sabiendo porque nos habíamos encontrado, yo pregunté si les parecía bien ir a otro sitio para realizar mi fantasía.
Ella aceptó y después de ir al baño, mientras nosotros pagábamos la cuenta, salimos rumbo a un hotel por horas. Si bien no era tarde, apenas las 7 pm, poca gente en la zona del hotel ayudó a que entráramos con más tranquilidad.
En el hotel y luego de entrar a la habitación que nos asignaron, con Ani comenzamos un baile suave al ritmo de la música que sonaba desde antes de entrar. Un tema muy romántico que nos permitía bailar casi en penumbras muy pegados los cuerpos.
Ale se acercó a su esposa por detrás y mientras yo le besaba el cuello y le acariciaba sus nalgas por arriba de la pollera, él le apoyó su miembro bastante crecido y la tomó por los pechos desde atrás. Así fuimos desnudando lentamente a Ani que se dejaba hacer con mucha tranquilidad y confianza.
Cuando ya estuvo totalmente desnuda yo me senté en el piso y me ubiqué entre sus piernas para comenzar a chuparsela suavemente con mi lengua en su concha, que ya estaba bastante mojada. Mientras Ale la besaba y le lamía los pezones poniendo en su boca los pechos de ella.
Así estuvimos un buen rato, hasta que note como me llenaba la boca con sus jugos en el primer orgasmo de esa noche.
Fuimos a la cama y nos acostamos con ella en medio, ambos con la cabeza sobre su sexo y mientras la chupábamos entre los dos por turnos, ella nos mamaba nuestras vergas por turnos o juntándolas en su boca, mientras nos tocaba y acariciaba los huevos con ambas manos.
En un momento ella me pidió que me acostara boca arriba y se subió a mi cuerpo. El tomó mi pene con su mano y separándole los labios de la concha a ella se lo puso en la puerta, a lo cual ella comenzó a bajar lentamente mientras se recostaba con sus tetas en mi pecho, para comenzar a besarnos apasionadamente durante la penetración que se volvia desesperante para mi por su calor y su humedad.
El se sitúo entre nuestras piernas y mientras ella comenzaba a cabalgarme suavemente en medio de besos y caricias, comenzó a chuparle y dilatarle lentamente su ano con la lengua cada vez más adentro.
Así ella comenzó a moverse cada vez más intensamente, dejando mi verga enterrada en su cuevita cada vez por más tiempo. En un momento abrí los ojos, que los tenía cerrados por el placer de esta cojida tan suave y tan caliente, y noté que Ale se había colocado detrás de ella con su pija muy dura, algo más grande que la mía, en la puerta del culo de Ani.
Así cada vez que Ani retrocedía, le quedaba la cabeza de la pija en la puerta de su ano y la iba dilatando un poco más.
Como Ani no quería que la enculara, así seguimos hasta que ella tuvo un orgasmo tan intenso que me obligó a soltar todo loque yo tenía adentro de mis huevos en varios chorros que le inundaron su conchita.
Ale se ubicó de nuevo entre nuestras piernas y sin esperar que se me salga mi pija de la concha de Ale, o sin sacarsela, comenzó a chuparle la concha que le chorreaba leche y jugos por cantidades similares.
Cuando ella pudo se corrió de mí, para ponerse boca arriba en la cama y levantando sus piernas casi hasta sus hombros permitió que Ale la penetrara. Esta penetración fue más violenta y enérgica. Ella gemía y gozaba mientras me pidió que me ponga a su lado para chuparmela nuevamente.
Así mientras Ale la cojió por más de 10 minutos antes de llenarla de leche el también y hacerla acabar varias veces, ella logró que mi pija se vuelva a poner muy dura y muy hinchada.
Así que cuando salió Ale, volví a cojerla y esta vez de costado los dos podía regular las entradas profundas en su concha que era un lago tibio de jugos y leche de los que ya había recibido.
Así duré bastante tiempo en el cual mientras cojíamos de costado y ella estaba boca arriba, Ale y ella hacían un hermoso 69, logrando los tres acabar de nuevo casi al mismo tiempo.
Yo en su concha, El en su boca y ella entre gemidos y expresiones, regalandonos una cantidad única de sensaciones y jugos, hasta que se orinó sobre la cama casi desmayada después de tres acabadas nuestras sin descanso.
Todos nos dormimos abrazados por un rato, hasta que el telefono aviso que era hora de irse.
Salimos, fuimos a cenar -lo cual pagué agradecido- y luego cada uno a su casa, ellos a la suya y yo a la mía prometiendo volver a repetir.
Volvimos a vernos varias veces y siempre fue delicioso. Diferente cada vez, pero la primera fue insuperable jamás.
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