Partel en dos negrito
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por yamilafabregat.
– Pártela en dos negrito. Dale lo que está esperando.
Evidentemente, Juancho no había perdido el sentido del humor ya que al decirme eso estaba aprobando lo que hacíamos.
Mientras yo tomaba fuertemente de las caderas a su mujer, esta apretaba mi humanidad contra sus nalgas ofrecidas.
Mercedes estaba recontra buena, y no me iba yo a perderme ese festín. Así que afirme mis rodillas en el borde de la cama matrimonial de los dueños de casa y ensarte desde atrás a la bella mujer. Se la metí suave pero firme, sin darle tiempo a arrepentimientos o a esquives de ultima hora, llegando mi miembro hasta las entrañas calientes de aquella concha abierta para mi.
Ella suspiro fuerte tomando aire profundamente en un jadeo de placer. El la miro complaciente con una mueca de aprobación y festejo, ella le devolvió la mirada con cara lasciva y morbosa sensualidad.
Cuando Yamila me llamo y me explico que no era para fijar una cita con su matrimonio, sino, para preguntarme si estaba dispuesto a iniciar una pareja amiga en un trío, dude un poco pero acepte porque me pueden las ganas de tener sexo.
Yamila me había “pintado” como un morocho con buen miembro, respetuoso, afable y amante del buen sexo. Quizás me vendió bien, aunque yo me considero una persona normal. Con ellos tenemos encuentros cada dos o tres meses, y fueron si para mí los primeros en eso de compartir. El dice que le agrada como trato a su mujer y ella dice que le gusta tener de ves en cuando esas sensaciones de una buena polla taladrándola.
Así fue que aceptada la nueva pareja, nos encontramos en una confitería céntrica.
Iba yo con mi pantalón blanco y chaqueta azul, camino hacia mi cita cuando me distraje mirando un trasero de esos que te hacen vibrar los pendejos de los cojones como para que comience a pararse la pinga. Aquel culo en movimiento, detrás de la delgada tela de un pantalón de buen precio, siguió delante de mí justo, justo y precisamente para entrar a la confitería donde yo tenía mi cita.
Pensé en olvidar mi cita, pero no podía fallarle a mi amiga Yamila, entonces, mientras perdía de vista aquel bombón me dirigí a la barra, donde la pareja a debutar se me presentaría, si es que estaban de acuerdo en aceptarme por mi “pinta”.
Salude al barman, pedí uno a las rocas, pensé en girar y recorrer el lugar con la mirada buscando aquello que me había sobreexcitado, pero no tuve tiempo.
– Hola Simón, veo que eres puntual.
– Hola, supongo que tu eres Juancho.
– Exacto, amigo, el mismo que viste y calza.
– Pues tú dirás en que puedo servirte.
– No, no, amigo, a mi no me tienes que servir…. Jejeje, es a mi Mercedes, con el aval, la presencia y quizás participación de su hombre, que soy yo. Ya me aclaro nuestra común amiga que tu eres hetero al igual que yo. Ven conmigo que mi señora también vino a la cita.
Caramba, rayos y recorcholis !!!, seguí a Juancho, hasta la mesa donde estaba sentadita aquella diosa que me había impactado por su hermoso trasero ¡!!!! No podía caber en mi. No debía cometer errores y dejar escapar aquel manjar que prometía ser Mercedes.
La amplia sonrisa de ella me trajo tranquilidad, sus perfectos dientes blancos, me pintaron una mujer coqueta y cuidada, su escote dejaba sin aliento a quien quisiera imaginar lo que continuaba debajo de la blusa. Claramente tenía unos pechos en concordancia con aquel culito que mi vista ya había gozado.
Me explicaron una y otra vez, sus intenciones e inexperiencias, y yo una y otra vez mi experiencia con mujeres y mi corta trayectoria como par tener de tríos matrimoniales.
Así llegamos a la segunda cita y entrevista.
La tercera vez que me llamo Juancho, para acordar un nuevo encuentro de acercamiento, fui algo atrevido…..
– Mira Juancho, te voy a ser sincero……yo ya los conozco lo suficiente y ustedes a mi también, y en vista que yo ya estoy muy, pero muy caliente con tu mujer, preferiría no seguir masoqueandome, y optar por definir o dejarlo en el recuerdo.
– Pues precisamente eso, quería decirte….. Mercedes quiere y sueña con que le hagas lo que le haces a su amiga y yo quiero verlo y sentir que lo doy lo mejor.
– Entonces?.
– Te esperamos en casa, tipo 22 horas. Ok.
– Ok, Juancho, allí estaré amigo.
Corte y llame a Yamila, quien me conto lo que había hablado en estos días con Mercedes y todo lo que esta estaba esperando de mi….. Que era precisamente lo que yo estaba con ganas de darle….. Una espectacular cogida.
Siendo las 20 horas, ya estaba preparándome para la noche. Una noche a la que esperaba impaciente, expectante, suponiendo que mi sexo tendría con que gozar, y por ello lo lavaba con esmero y cariño, casi una paja pensando en Mercedes.
Debí hacer tiempo cerca de la casa de mis nuevos amigos, para no llegar antes. Así que entre en un barcito y me tome uno a las rocas, lentamente, tal como quería que surgiera esa noche mis placeres con aquella tan deseada dama.
Cuando el deseo es genuino, no hay que perder el impulso de expresarlo.
Así se los exprese a ambos ya dentro de su casa. Un living que dejaba saber que la pareja tenía un buen pasar, mas un buen gusto para el hogar.
No estaba yo nervioso, pero ella vestía una frágil solera en un verde limón, que hacia resaltar sus prendas intima color negro, lo que me provocaba cierto temblor casi novedoso. La mire intensamente, porque una mujer como aquella era para mirarla con los ojos bien abiertos, sin perderle detalle a la talla de la diosa.
Ella se movía expresándose con naturalidad, sonriente, por lo que me estaba diciendo que si se había vestido así, era porque estaba bien de acuerdo con lo que se vendría, tanto que además me regalaba su belleza para que yo estuviera a tono con sus propios deseos.
Ella dio el puntapié al inicio de acciones con un simple,…… vamos muchachos.-
Juancho, la abrazo desprendiendo lentamente los botones de su solera dejándola en su lencería intima. Que bien resaltaba su figura aquel conjuntito. Como dejaba en contraste con su blanca piel aquella sedosa negrura de un fino tul transparente.
– El resto lo sacas tú, me dijo Juancho, animándome.
– En la habitación dijo ella, pasando delante de mí, indicándome el camino al dormitorio.
Que hermoso culo, moviéndose contorneadamente delante de mi, me marcaba el camino…… por lo que resolví decirlo claramente.
– Que hermosura de cuerpo tienes Mercedes, que espalda, que maravilloso culito con estilo querendón!.
– Todo a su tiempo, Simón, que primero quiero conocer tus atributos.-
Tenía unas suaves manos con las que despojo mis ropas, frotando sin cesar mi ya tieso miembro. Jugaba con el como poseída, mirando de vez en cuando a su Juancho, que miembro en mano se pajeaba suavemente.
Se nota que el le insinuaba ir por mas, porque ella decía una y otra vez …. Te parece? Te parece?….
Cuando comenzó a besármela yo perdí el control mental porque rogué como un infante, pidiendo limosnas…. Puedo tocarte Mercedes?, me dejas probarte…?
Sus manos buscaron las mías guiándolas a sus tetas…. Terciopelo de piel blanca calientes, duras, preciosas….
Ya mis manos fueron invadiendo aquel cuerpo, probando limites, mi boca tomo contacto con aquellos carnosos pezones, para comenzar giros en círculos concéntricos cada vez mas amplios, mas húmedos, mas sabrosos.
Su cuello supo de mis besos, mas besos, que bajaban hasta tocar aquel pubis de recortados pendejitos.
– Chúpamela Simón…. finalmente pido ella.
Su vulva carnosa era como dos gajos jugosos de una fruta abierta, tan notoriamente carnosos que se me parecían unos meloncitos hinchados…. que al abrirlos mi lengua dejo al descubierto un clítoris rojizo, braza candente a la que no bien roce suavemente estremeció furiosamente a la diosa de fuego. Y me comí toda aquella fruta…
– Ahhh, que rico me la come, Juanchito…. ¡Mira como me la come papito !!
– Eso Simón,¡ prepárala para ensartarla como naranja para muestra!!!
Mercedita, lanzo sus primeros epítetos soeces, fruto de su calentura magistral, y brincando como una cabrita se me puso en cuatro ofreciéndome su raja entre sus piernas abiertas, mientras su colosal culo al aire, me ataia enormemente.
– Ponemela despacito. Dijo… a lo que respondiera su marido Juancho aquellas palabras del principio.
– Pártela en dos negrito. Dale lo que está esperando.
– Pártela en dos negrito, que la quiero ver gozar.
Así fue que comencé aquel bombeo, aquel mete y saca, para que la diosa gozara. Ellos no dejaban de mirarse, incentivarse con palabras desde cariñosas a salvajes, de cariñito, papito a cornudo, de mamita linda a puta reventada….. de todos se decían mientras yo la cogía cada vez con mas ímpetu.
Lanzada en una catarata de orgasmos, ella se encabrito y tirándose con las piernas bien abiertas sobre la cama, me pido que la montara de esa forma…. a lo que estirándome cuan largo soy, me apoye sobre aquel cuerpo carnoso, que cual planta carnívora envolvió el mío, con brazos y piernas.
Minutos después yo exprese mi eminente estado de explosión, lo que ella no permitió, zafándose hábilmente.
Me tire casi exhausto aun sin acabar, para que ella me montara tan tiernamente que me ponía al borde del abismo pero no me dejaba estallar……. Así fue que moviéndose sobre mi, beso a su marido, al que comenzó a chuparle la pija.
Cuando lo tuvo a punto, me dio unas rápidas embestidas, sabiendo que con ello me despediría de mi calentura en una acabada atroz…… y salido yo de abajo, ella se hizo encular por su marido.
A poco más de un mes, repetimos el encuentro, pero fue cuando ella sin salirse de arriba mío le pidió a su marido que se metiera por detrás.
Su ritmo va lento, al principio y a medida que sube su temperatura llegando al clímax, se bambolea tanto que nos baila cien comparsas carnavalescas en pocos minutos.
Profunda gozadora Mercedes, se las enterraba hasta el tronco y gritaba como desaforada, pidiendo que no aflojáramos….. pero era imposible aguantarle el tren a esa diosa de fuego….. siempre nos termina primero, y digo siempre, porque me llaman casi todos los meses. Así es que comparto esos dos bellos matrimonios, el de mi querida Yamila, a la que valoro como la mejor y Mercedes que tiene un fuego inapagable.
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