POR FIN LA REALIZACIÓN DE NUESTRAS FANTASÍAS
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Todos los hombres tenemos muchas fantasías sexuales entre ellas la de ver coger a la esposa con otro hombre y ojala tenga una verga más grande que la propia.
Y pasamos años tratando de convencer a la esposa para hacerlo, y normalmente la primera vez que se lo decimos, la respuesta es… Estás loco, como se te ocurre, proponerme eso es absurdo, y así otras expresiones similares.
En mi caso comencé a hablarle del tema hace un par de años cuando nuestros dos hijos ya estaban mayores y ya no había opción de un nuevo embarazo.
Mi esposa se llama Inés y aunque siempre ha sido muy caliente en el tema de estar con otro ha sido renuente.
Yo le soltaba la propuesta cuando estaba más excitada y en las últimas ocasiones me pareció que flaqueaba un poco en su rechazo, no decía un no rotundo, pero tampoco un si explícito.
Hace dos meses nos fuimos de paseo de aniversario de veinte años de casados a Punta Cana en Republica Dominicana, solo por las fotos en internet me pareció un lugar paradisiaco e imagine que de pronto era posible encontrar playas nudistas y encontré que en la generalidad de las playas solo se permite topless, pero hay un hotel para mayores donde se puede estar a cualquier hora desnudo, los huéspedes pueden al principio ir parcialmente vestidos, hasta que estén acostumbrados a la libertad que permite el hotel, es un hotel nudista para singles y parejas y advierten por favor tenga en cuenta que usted debe ser mayor de 21 años para ser admitido por el hotel.
Cuando encontré esta opción, pensé esta puede ser la nuestra, además indagando vi que se mencionaba ambiente swinger, al encontrar todo esto le comente sin mucho detalle la posibilidad a Inés y a ella le pareció maravilloso irnos de aniversario por una semana.
Desde ese momento esperaba que llegara pronto el día de viajar y hacer realidad mi fantasía.
De manera que hice las reservas para finales del pasado mes de enero y teniendo todo listo nos fuimos de paseo.
Apenas llegamos al aeropuerto después de pasar inmigración, en una camioneta Van nos llevaron al hotel, allí nos quedamos tres parejas las mismas con las que en el trayecto habíamos cambiado impresiones sobre el lugar, para dos de ellas esta era la segunda vez que visitaban la isla y la otra era novata como nosotros.
El comentario de las parejas que ya conocían el sitio fue que la experiencia había sido maravillosa y por eso volvían después de dos años.
Uno de ellos dijo, es increíble cómo se rejuvenece la pareja y se retorna a casa con mucho positivismo sobre la vida.
Cuando nos estaban instalando en nuestra habitación, el botones antes de retirarse nos dijo… recuerden que los huéspedes pueden al principio ir parcialmente vestidos, hasta que estén acostumbrados a la libertad que permite el hotel, es un hotel nudista para singles y parejas y se retiro.
En ese momento Inés me abrió unos ojos como preguntando y esto qué es? Le dije… bueno ya escuchaste al botones, puedes estar parcialmente vestida o desnuda como prefieras, además todos estamos en igualdad de condiciones.
Ya escuchaste a la pareja que venía con nosotros en la Van, que es un ambiente renovador, así que relajémonos y disfutemos del paseo.
Acomodamos nuestro equipaje, de lo cual iríamos a utilizar muy poco y después de tomar un baño, yo me puse una pantaloneta e Inés se puso un bikini que según ella era algo atrevido, pero para el lugar estaba fuera de ambiente.
Enseguida nos fuimos a almorzar y luego salimos a caminar, por supuesto gran parte de los huéspedes estaban totalmente desnudos entre ellos una de las parejas que llego a la isla con nosotros y nos desearon que la pasáramos bien.
En la tarde nos quedamos descansando en la habitación y a la noche salimos a ver qué planes había, fuimos al bar y nos tomamos algunas copas para desinhibirnos y ya más tarde le dije a Inés que nos quitáramos lo que llevábamos puesto para disfrutar la noche.
Ella a pesar de que ya estaba algo desinhibida por el licor dijo que le daba pena, entonces para motivarla me quite la pantaloneta y quede desnudo, viendo esto ella acepto quitarse la parte superior del bikini y seguimos la fiesta.
El ambiente era de total cordialidad.
A la madrugada Inés estaba tan contenta y viéndose en medio de tanta gente desnuda acepto quitarse la parte de abajo de su bikini y la empezamos a pasar mejor.
Una pareja de los que había llegado con nosotros a la isla se acerco a nuestra mesa y nos dijo, vemos que ya entraron en onda, que bueno, la van a pasar excelente se lo aseguramos.
El ambiente nos fue llevando y a la madrugada Inés y yo estábamos bastante alicorados y compartiendo con unos vecinos de mesa que estuvieron coqueteándonos para unirnos pero estábamos muy novatos y preferimos seguir solos mientras conocíamos.
A las tres de la mañana nos fuimos para la habitación y en el camino vimos algunas escenas de parejas teniendo sexo abiertamente y esto nos estimulo tanto que apenas cerramos la puerta de nuestra habitación dimos rienda suelta a los deseos reprimidos y en el momento del clímax le dije a Inés… Aquí si quieres puedes estar con otro hombre sin ningún problema.
Y esta vez me dijo… De verdad? No te disgusta que otro hombre me coja?.
Le dije no, puedes coger con quien te agrade.
Yo no me voy a disgustar.
Pero ella reclamó… Seguro? Después no te vayas a arrepentir y tengamos problemas.
Le reitere, que no, que no iba a haber ningún problema.
Escoge a quien quieras y lo disfrutas aquí, a fin de cuentas nadie nos conoce y muchos hacen lo mismo.
Ella concluyo…Ya veremos.
Seguimos cogiendo hasta que Inés alcanzo su orgasmo y yo explote dentro de su concha.
Estábamos tan cansados que nos quedamos enseguida profundos hasta la media mañana cuando nos levantamos y fuimos a desayunar.
Ahora si fuimos totalmente desnudos a tomar nuestro desayuno, después caminamos por la playa, ubicamos un lugar encantador y luego de disfrutar del mar fuimos a tomar un coctel para reponernos de la noche anterior.
Inés ya se había hecho a la idea del ambiente nudista y ahora su preocupación era nuestra conversación de la noche anterior.
Me la recordó el tema diciendo… Anoche me ofreciste que podía coger con otro hombre y que tú me lo permitías, es cierto o eran las copas las que te hicieron desvariar? Le respondí, que esa era mi fantasía y si ella la realizaba contaba con mi respaldo para que lo hiciera, desde luego si lo deseaba.
Y ella volvió a decir… Ya veremos.
El día siguiente fue un día como el anterior pero en la noche como ya teníamos algo de experiencia compartimos mesa con otras parejas, el ambiente muy agradable pero no hubo la química para que Inés me dijera algo sobre el tema.
A la madrugada, serian ya las tres, los dos estábamos muy alicorados cuando ella me dijo… Te gustaría saber cual es la fantasía que quisiera tener y me apoyarías? No, no se cual sería tu fantasía, pero ya te dije que la decisión que tomes yo la respaldo.
Bueno, pues mi deseo es coger con ese negro que está en la barra y que hace rato me está coqueteando.
Te disgusta? No, para nada, hazle señas y nos vamos a la habitación.
No fue sino que Inés le hiciera una seña, que el enseguida tomo camino hacia nosotros, cuando estuvimos frente a frente nos saludo muy cordial y yo le dije que queríamos que nos acompañara a la habitación, el dijo… Desde luego, vamos.
Y en el camino pude observar la tremenda polla que tenía el negro y no sabía si Inés era consciente de lo que había escogido.
El negro muy simpático y conversador nos hizo muy corto el trayecto gracias a sus comentarios, nos dijo que había nacido en una isla cercana, pero vivía y trabajaba en Madrid.
Que extrañaba mucho el ambiente del Caribe a pesar de que la gente en España tiene un ambiente latino.
Por todo lo que comento, le calcule que tendría unos treinta y dos años, crei que estaba bien para Inés que tiene 39 años.
Cuando ingresamos a la habitación les ofrecí un trago y serví para los tres, encendí la luz más tenue, para crear un ambiente acogedor.
El nombre del moreno era Weimar.
Mientras yo me fui a servir otras copas Inés y Weimar se quedaron en un sofá de dos puestos y de inmediato el se personifico de la situación y fue actuando rodeando a Inés con su brazo por encima de los hombros y la trataba como si fueran viejos amigos.
Le acariciaba el cabello, el cuello, el rostro, le decía que tenía unas facciones hermosas y que si yo no fuera su esposo le propondría matrimonio y enseguida soltó la carcajada, cuando yo regrese con las bebidas, el negro ya estaba besando a Inés en la boca y con la mayor tranquilidad hizo un corte para recibir el licor y después de brindar los tres, dimos buena cuenta de la copa de cada cual.
Entendí que para Inés podía ser incomodo que yo estuviera presente en esta su primera vez, por eso salí al balcón y los deje solos.
Dentro en la habitación no se escuchaba mayor acción, imagine que estarían en los preliminares antes de pasar a lo deseado.
En ese instante ya tenía una erección tremenda de solo pensar en lo que vendría, voltee a mirar hacia la habitación y con la escasa luz note que el negro estaba con la cabeza metida en medio de las piernas de Inés dándole sexo oral y ella empezaba a gemir, después el se levanto y le ofreció su verga para que ella le correspondiera y no pude imaginar que tanto le podría dar ella sexo oral, ante semejante miembro, pero de seguro al menos lo intentaría.
En el pasado tanto desee que llegara el momento de realizar esta fantasía y ahora que había llegado el momento comenzaba a percibir sentimientos encontrados de rabia y excitación, al observar como Weimar se estaba llevando a la cama a mi esposa para clavarle su polla y hacerla revolcar de placer.
No aguante la curiosidad y aprovechando que Inés estaba acostada con las piernas separadas y Weimar me daba la espalda antes de subirse sobre ella, mire fijamente como él le fue acercando tremenda polla y ahora mas con la erección que ya tenía.
Weimar cogiéndole las piernas por debajo se las puso sobre sus hombros quedando en posición máxima de penetración.
Pasaron varios minutos durante los cuales el negro intentaba penetrarla pero no era posible, Inés le dijo que esperara un momento y trajo del equipaje un tubo de lubricante vaginal y se lo ofreció.
Él puso un poco en su mano y lo esparció en la concha de Inés y luego tomo otro tanto y lo extendió en su polla, y ahora tal como ella se lo había pedido para que no la lastimara él empezó una lenta penetración.
Cuando vi como la polla de Weimar empezó a perderse dentro de la concha de Inés, sentí una sensación indescriptible algo que pago con creces el deseo de verla coger con otro.
Hasta que hubo total penetración en este proceso pasaron varios minutos durante los cuales el negro la besaba, le acariciaba los senos y le hundía suavemente su polla.
De pronto pude observar que la cintura de Weimar empezó a moverse y a escuchar a Inés respirando agitadamente y más tarde ella gemia como nunca antes lo hizo.
Luego el negro le decía… te gusta mi verga muñequita, te hace feliz… Y ella le respondía… Sí, que verga más rica, mi concha esta en candela, pero síguela metiendo que me gusta.
Quieres sentirla toda dentro.
No sé si pueda, pero dale.
Y ella exclamaba ahh, ohhh, ahh, está muy grande y me estas tocándome el fondo.
Me gusta, me gusta, sigue, sigue, eso, eso, así.
De pronto no me agrado cuando el negro le pregunto… Te gusta más mi verga que la de tu marido y ella dijo… Siiii, me gusta mucho, sigue, cogiéndome.
Te voy a coger con todas mis fuerzas para que no me olvides y comenzó a meter y sacar esa polla con potencia y rapidez y ella cada vez gemía mas duro y se quejaba, pero creo que de placer, porque le decía, sigue, sigue eso, eso, así, así, vamos, me corro, me corro y finalmente alcanzo el orgasmo pero a Weimar todavía le faltaba, de manera que el continuo con el mismo ritmo hasta que soltó un gemido fuerte, era el aviso de que había llegado dejando una tremenda descarga dentro de la concha de Inés, de esto me di cuenta cuando entre a la habitación y ella estando con las piernas separadas vi que le fluía parte del semen que el negro le había soltado en su interior.
El se paro al lado de la cama y le dijo a Inés… Muñequita quedaste satisfecha? Y ella le dijo… Si, estuvo muy bien.
Yo les entregue las copas para que tomaran un aire después de semejante faena.
Weimar se dirigió a mí y me dijo… tienes una esposa maravillosa, cuídala o si no te la robo.
Y se volvió a reír como la vez anterior.
Terminada la copa Weimar se despidió agradeciendo el licor y la hospitalidad, esperando que nos volviéramos a ver.
Cuando el salió le pregunte a Inés como se había sentido.
Me dijo que había sido toda una novedad pero que al principio tuvo miedo cuando se dio cuenta del tamaño de la verga de Weimar, pero afortunadamente el fue muy paciente.
Y te gustaría repetir? No, por ahora estoy satisfecha.
Pero tú si debes estar con muchos deseos reprimidos verdad? Espérame y se fue al baño.
Tomo una ducha y luego regreso para que yo desahogara mi calentura y ella me colaboro para que yo disfrutara al máximo la follada, diciéndome mil cosas para motivarme, como… métemela mas, mas, así, así, que rica tu verga, eso muévela todo lo que quieras, vamos, vamos, hazme duro, eso, eso, así, la quiero bien adentro, sigue, sigue.
Y con tanta motivación explote y quede rendido.
Nos dormimos desnudos hasta la mañana y después de desayunar volvimos a la habitación porque nos encontrábamos muy cansados.
Esa tarde fuimos a la playa y estando allí ella me dijo… he visto mujeres muy bonitas no te gustaría coger con alguna? Y le respondí igual que ella lo hacía conmigo… Ya veremos.
En la tarde yo averigüe donde encontrábamos un ambiente swinger en la noche y la respuesta fue que en cualquier parte del hotel, pero donde era más evidente, era la discoteca.
Y efectivamente a la madrugada en medio de los bailes se producen acercamientos entre las parejas y allí contactamos con una pareja de Puerto Rico con la que terminamos en su habitación, ellos se llamaban Enrico y Victoria y estuvimos cogiendo como locos y por primera vez Inés pudo disfrutar de una doble penetración quedando maravillada por el orgasmo que experimento.
Enrico resulto incansable, cogió con su esposa y con Inés hasta que ellas dijeron no más.
El resultado del viaje fue excelente ahora Inés es más abierta y vivimos mejor.
Si encontramos una pareja swinger aquí donde vivimos de seguro podremos pasarla de maravilla.
bonito relato yo tanbien tenia esa fantasia y cuando ya estaba de acurdo mi esposa de realisar o buscar un tersero con una verga crande tubo un asidente y termino todo