recuperamos la pareja con un trio
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Nuestro matrimonio, había perdido, después de veinte años la pasión, la lujuria, que nos habìa caracterizado en los primeros años, mi esposa tiene en la actualidad 48 años, diez menos que yo, tenemos dos hijos de veinte y dieciséis años y como decía al principio, éramos una pareja explosiva, teníamos sexo en cualquier lugar de la casa, escaleras, baño, patio, `piscina, en el auto dentro del garaje y siempre fojoniándonos con fantasías que nunca, después cumplíamos, pero nos fuimos apagando y ya nuestro sexo era rutinario, como para cumplir solamente.
Asì que un dia, solos, sin niños, lo charlamos y resolvimos, para bien o para mal, irnos a un club swinger, en la Capital, cerca de nuestra casa.
, así que un sábado, dejamos a los chiquitos con la sra. que nos ayudaba en la casa y nos fuimos,, estábamos alegres, en el viaje, Maria me pidió que si se desbocaba, la parara, la cuidara, a lo que accedí lógicamente, bueno llegamos, guardamos el auto y entramos, nos recibió Marta, que nos mostró el lugar y dispuso todo para que lo pasáramos bomba, explicándonos las reglas del lugar, respecto absoluto.
Estábamos algo tensos, al principio, pero después la música, el ambiente y la copa de sidra que nos estábamos tomando, sirvieron para que nos relajemos, fuimos a bailar y decidimos que si aparecía alguien veríamos hasta donde llegábamos.
Cuando volvimos a sentarnos, se me aceró, un muchacho, joven de unos treinta y pico de años, rubión, bien vestido y nos pusimos a conversar amablemente, después de un rato, se sentó junto a nosotros, pedimos tres copas mas de sidra, brindamos, la charla era amena y de pronto, le pide a mi esposa, si quería bailar con el, María me mira y yo le digo "si, vayan, no hay drama, yo me voy al baño mientras", se fueron, mi esposa estaba bellísima, es flacucha, morocha, con clarítos, tetas grandes y coronadas con dos pezones oscuros y grandes, cintura pequeña y una cola rica y paradíta, estaba con un vestido verde con breteles finitos lo que dejaba gran parte de su espalda lindisima.
En realidad, yo, lo que quería era ver como se comportaba sinó me veía, me calentaba ya verla bailar y reírse con otro hombre, mas joven y bastante pintón, con una camisa abierta y mostrando sus pelos en el pecho, así que me fui a fumar un cigarrillo a una patiecito y de allí los veia, a pesar de la penumbra y lo demás, me lo imaginaba, se reían, bailaban cada vez mas apretaditos, cara con cara, mi esposa le pasó los brazos por alrededor del cuello y el la sostenía de las caderas y la cintura, evidentemente ella estaba a gusto, y el tipo también, volví a mi sillón y después de un rato volvieron ellos y como Maria tenia ganas de fumar, volvimos al patiecito, Mario se alejó, pero al ratito vino con unas copas de sidra, mi mujer estaba, alegre y muy cachonda, cuando hubimos tirado los cigarrillos, Mario, amablemente le ofreció una pitada del suyo, así, que el le ponía el cigarrillo en la boca y rozaba sus labios con sus dedos, luego pasó a ofrecerle un trago de su copa, que María acepto, muy complacida, me abrazó por la cintura, y me beso, pasándome algo de la sidra de Mario y muy suelta, me dijo"así tengo el gusto de los dos en mi boca".
La cosa fué poniéndose caliente, yo estaba ya a mil y ellos también, Maria de frente a mí besándome apasionadamente y Mario detras de ella, haciéndole un sandwichito y tomándola de la cintura, en un momento el muchacho nos dice" y si pasamos a un reservado?", a lo que accedimos, ya los tres bastantes cachondos, y allì fuimos, era una sala pequeña, con un futón azul, una mesa pequeña y un mueble con un televisor, Mario, de frente a ella, la abrazó, y yo detrás empecé a besarle los hombros y la espalda, cosa que a Maria la pone loquita, el tipo estaba loco con sus tetas y yo, recaliente, empecé a bajarle los bretelitos, a desabrochar su corpiño, ario, se sentó a caballitos sobre la mesita y le mordia y besaba sus pechos y sobretodo sus pezones, yo fuí bajamdole el vestido hasta quedar solo con su pequeña tanguita
Ella pasó sus manos para atras, buscando mi pene, al rato ella parada, a caballo de la mesita, Mario sentado delante besándola toda y yo, ya sin ropa, sacándole la tanguita y tratándo de introducir mi pene, que explotaba en su conchjita, recontra húmeda y agrandada, así la hice sentar sobre mi pija, Mario, se sacó la ropa tambien y se paró, poníendole su poderoso pene en la boca, Maria gemia como loca, y terminó tragándose toda la leche de Mario, que tenía una pija no muy larga, pero si súper ancha, como un hongo, yo, como loco de la calentura, la saque, ella se dió vuelta y me la empezó a mamar, en dos chupadas también le acabé en la boca y Mario, que habia aprovechado a meterle su pijón x delante, la atravesaba con cada estocada, ella, gemía y me besaba y me repetía que otra vez tenía los dos gustos en su boca, y con sus manos puestos para atrás, agarraba a Mario de sus piernas para que este llegara hasta el fondo, mi pene ya estaba out el de Mario no, así que le pidió que no terminara dentro de ella, el la saco, se la arrimó a la cola y empezó a tratar de tener sexo anal, ella le decia" por favor, para, me duele, es muy grande, preparáme mas la colita, sinó, no me va a entrar"
Mario, logro introducirla un poco, ella gemía, como loca y gozaba a mares, ya había acabado no se cuantas veces, hasta que el se tiro en el futon, boca arriba y ella, sin decir nada, se sentó con su cola arriba del hongo de Mario, decía "despacio, x favor, me duela mucho, pero no la saques, seguí" yo parado a su lado, mi pija, estaba empezando a ponerse dura otra vez, pero no tanto como la de el semental que estaba cojiéndose a mi bella esposa, ella se dió cuenta y empezó a chupármela otra vez, los movimientos de los dos eran cada vez mas frenéticos y ella gimiendo y gritando como una perra, le decía "así, así, si, ahora metémela toda, rompéme el culo guacho, hacéme gritar como una loca!!!, la quiero toda adentro, acabame ahí, inundame toda con tu leche", el se corrio en su cola, bufando como un loco, ella dejò mi pija, se dió vuelta y le dio otra pequeña chupada al hongo de Mario.
Nos quedamos, un rato ahí, descansando, despues Mario se fué, dandónos un beso y nosotros volvimos a nuestro hotel, yo no podía mas, pero al llegar y acordarnos de lo echo, le besé todo el cuerpo y le chupe toda su conchita, hasta hacerla acabar como una loca y ahì si, nos dormimos, al otro día regresamos a nuestro pueblo, refelices , desde ahí, volvió a cambiarnos la vida, nuestra sexualidad volvió a renacer.
Después tuvimos otras historias, pero eso, se los cuento otro día!!!.
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