Regalo a mi esposa en nuestras vacaciones
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Somos un matrimonio joven, ella 25 y yo 30, llevamos 3 años de casados y 6 de pareja y siempre hemos tenido una vida sexual muy activa y sana, pero últimamente por el trabajo y el estrés, yo no he podido responderle en la cama como antes y no es por falta de ganas, solo es fatiga y lamentablemente varias veces ella se ha quedado con ganas de sexo.
Mi mujer, Karina es bajita de estatura, piel muy blanca, cabello largo y ondulado color negro, es muy delgada, su cuerpo es atlético, muy bien torneado pues hace mucho ejercicio para mantenerse en forma, sus tetitas son pequeñas pero firmes y unos pezoncitos cafés que al mínimo roce reaccionan poniéndose muy firmes, tiene una cinturita muy marcada y caderas anchas y unas nalgas increíbles, grandes, redondas y muy firmes y un par de piernas gruesas, fuertes, torneadas.
Le gusta vestir entallada y ese trasero suyo pareciera que quiere reventar todos sus jeans, sin duda nunca pasa desapercibida de las miradas, especialmente las mías.
Hace 2 semanas nos fuimos de vacaciones a Puerto Rico, llevábamos esperando estas vacaciones con ansias porque los dos estábamos muy presionados en nuestros trabajos.
Y yo pensaba que con 1 semana de relajación, la playa, el sol, iba a volver a satisfacer a mi mujer como se merece.
Ella es una mujer reservada, le cuesta socializar, es introvertida y algo tímida y seria con personas que no conoce y no es muy abierta a experimentar cosas nuevas sobretodo en el sexo.
Hasta antes de nuestro viaje a Puerto Rico yo era el único hombre con quien ella había estado en la intimidad, pero yo la notaba inquieta precisamente porque llevaba un tiempo quedándose a medias por mi culpa, aunque nunca se quejó ni me reclamó, al contrario, se mostró comprensiva, pero yo me sentía muy mal por eso.
Llegamos a Puerto Rico a una de sus playas, nos quedamos en un hotelito muy tranquilo y acogedor, todo el personal nos trató con mucha amabilidad y los primeros 3 días fueron relajantes, sin embargo yo aún no podía responderle en la cama.
El 4 día yo tenía ganas de salir a tomar algo a algún bar, pero ella no quiso ir estaba cansada y prefirió quedarse en la habitación y me animó a que yo fuera solo, así lo hice y me fui a un bar con un ambiente juvenil, música muy moderna y muchos jóvenes bailando.
Yo me senté en la barra pedí una bebida y el barman, Robert un chico puertorriqueño de piel negra, de unos 21 años, alto como de 1.
90 metros, muy delgado, me atendía muy amable y me pregunto que si algo me pasaba porque me veía preocupado en vez de disfrutar la noche como todos, yo seguía tomando los tragos que me servía y empecé a desahogarme contándole mi situación, no sé porque algo en el me daba la confianza para decirle los problemas que había con mi pareja en la intimidad.
El me escuchaba atento y me daba animo y aliento, le enseñe fotos de mi mujer en mi teléfono y el me decía que le parecía muy atractiva mi mujer y eso en vez de molestarme me animaba a mostrarle más fotos de ella, presumiéndole a mi mujer, hasta que me dijo un comentario que se me quedó muy grabado en la mente, él dijo: "mi amigo, basta de enseñarme fotos de tu mujer que voy a empezar a sentirme igual que tú, a desearla sin poderla satisfacer.
"
De inmediato me vino la idea a la cabeza, influenciado por el alcohol y el sentimiento de culpa por dejar a mi mujer insatisfecha, así que le pregunté a Robert:¿ Te gustaría cogerte a mi esposa? Estoy seguro que si no hubiera bebido tanto jamás le hubiera dicho eso, pero el de inmediato me contestó sin dudarlo: "CLARO, ME ENCANTARÍA ESTAR CON ESA MUJER Y HACERLA GOZAR COMO LOCA".
Su seguridad y su ánimo por estar con mi mujer me bajaron al instante la borrachera y le dije sin titubear: tiene que ser mañana entonces.
Aunque yo sabía que ella por ningún motivo aceptaría en sus 5 sentidos estar con otro hombre si yo se lo propusiera, menos engañarme, entonces le propuse a Robert lo siguiente: mañana en la noche convenceré a mi mujer de venir aquí mismo a tomar algo y los presentaré, platicaremos los 3 juntos y nos quedaremos en el bar hasta que termines tu turno y saliendo del bar te invitaremos a seguir tomando y platicando en nuestra habitación del hotel y estando ahí fingiré cualquier cosa para salirme del cuarto y dejarlos solos y tú tendrás que seducir a mi mujer".
Él aceptó y me dijo que al día siguiente el saldría del trabajo más temprano así que estaría perfecto.
Volví al cuarto y me dormí junto a mi mujer, al día siguiente desayune con ella, nos tiramos en la playa un rato, hasta la hora de la comida, fuimos a hacer unas compras y regresamos al hotel, le dije que se bañara y se pusiera linda porque íbamos a salir a tomar algo en la noche, esta vez ella aceptó sin problemas,
Se puso un vestido corto, gris, pegadito, fresco con unas sandalias que le combinaban muy bien.
Llegamos al bar y nos sentamos directo en la barra donde Robert estaba y al vernos llegar se puso algo nervioso pero fue amable y los presenté y le conté a mi mujer que el día anterior estuve platicando con él y que me había parecido un tipo muy agradable.
Había menos gente que el día anterior y Robert nos estaba sirviendo muchos tragos.
Mi mujer casi no bebe alcohol y tomaba muy lento pero Robert a propósito se las servía más cargadas a ella.
Durante el rato en el bar, yo tocaba a mi mujer descaradamente las piernas y en su rajita que estaba cubierta por una delicada tanguita, nos parábamos a bailar y la sujetaba de las nalgas, ella apenada me quitaba las manos pero a la vez se sonrojaba y me decía que quería irse ya al cuarto para que intentáramos hacerlo de nuevo, estaba caliente y el alcohol la había calentado más.
En un momento ella se fue al baño y Robert me dijo que iba a pedir permiso para salirse antes porque ya no aguantaba las ganas de cogerse a mi esposa.
Sus palabras me exitaban.
Cuando regresó mi esposa del baño le dije que había invitado a Robert a ir un rato con nosotros a nuestra habitación para platicar un poco y ella se molestó pues quería estar a solas conmigo y con el no se iba a poder, la tranquilice diciéndole que solo sería poco tiempo y que no iba a ser amable decirle a Robert que ya no después de haberlo invitado y después de que él fue muy amable con nosotros.
Ella me dijo que estaba bien pero que no se quedara más de una hora.
Robert tomó sus cosas y una botella que sacó del inventario para que brindáramos en la habitación, camino al hotel, yo no dejaba de abrazar a mi mujer y tocar sus nalgas discretamente, ella me veía solamente con mirada pícara y Robert claro que se daba cuenta.
Al llegar a la habitación nos servimos más alcohol y empezamos a platicar de las costumbres en Puerto Rico, deportes, música, política, etc.
El ambiente estaba un poco tenso y yo me estaba haciendo que ya me sentía muy mal de borracho y que tenía ganas de vomitar y les dije que en cualquier momento me saldría a tomar aire fresco.
De pronto empezamos a escuchar gemidos de mujer, quizá de la habitación de a lado, lo que se prestó a risas y bromas, mi mujer de pronto dijo, ellos sí están aprovechando sus vacaciones y todos nos reímos y de pronto se me ocurrió decirle a Robert: Dime mi amigo, siempre he tenido la curiosidad de preguntarle a alguien de raza negra si es cierto el mito de que son sexualmente muy dotados.
Mi mujer me miró con cara de incrédula, casi pude leer en sus ojos ¿cómo se te ocurre preguntarle eso? Robert sonrió tímidamente pues tampoco se esperaba ese comentario mío y contestó: " pues la verdad es que no es un mito".
Y empezamos a reír todos, inmediatamente después le dije: yo no lo creo, por qué no nos enseñas aquí mismo, solo para salir de dudas.
Karina dijo en voz alta: Santiagooooo.
Y Robert agregó: " lo haría, no tengo problemas con mostrarlo pero creo que a Karina le incomodaría.
" Yo inmediatamente repliqué: anda vamos! No tiene nada de malo, mi esposa y yo somos adultos y tenemos mucho confianza, no te sientas tímido, solo queremos ver si es cierto lo que se dice, ¿verdad mi amor? Y Karina hizo un gesto y movió los hombros hacia arriba como si le diera igual.
Robert dijo: "está bien, entonces les mostraré".
Comenzó a quitar su cinturón y abrir el pantalón, y de pronto bajo el pantalón con todo y bóxer hasta los tobillos.
Un miembro realmente descomunal! Ni en las películas porno había visto uno tan largo, no era muy grueso pero sí muy largo para estar flácido! Yo empecé a reírme y a toser y me levanté enseguida de mi silla y salí corriendo al baño, mientras corría al baño dije: voy a vomitar! Y me encerré en el baño, claro que no iba a vomitar, sin embargo empecé a hacer ruidos como si lo estuviera haciendo y deje a mi mujer a solas en la habitación con Robert semidesnudo.
Estuve 1 min en el baño haciendo ruidos de vomito y escuchaba a mi mujer tocando la puerta y preguntando si estaba bien, me decía que le abriera para que me ayudara y yo no hacía caso, seguía fingiendo que vomitaba.
Pasaron 5 min y ya no escuchaba a Karina tocando la puerta, pasaron 10 min y deje de hacer ruidos fingidos y curiosamente no se escuchaba nada afuera, me dio mucha curiosidad saber que estaba pasando afuera con mi mujer y el inmenso miembro con el que se quedó a solas, ¿por qué no se escuchaba nada?, me acerqué a la puerta del baño y pegué el oído para escuchar mejor y entonces empecé a distinguir un ligero gemido que de inmediato reconocí de mi esposa.
Estuve a punto de abrir la puerta y ver lo que estaban haciendo pero después pensé, conociendo a mi mujer, si se da cuenta que abro y los veo, se va a sentir muy mal, culpable, le va a dar pena y va a dejar de gozar como se estaba escuchando.
Poco a poco los gemidos subieron de volumen e intensidad, se escuchaba la cama moverse y ella de pronto trataba de ahogar sus gemidos como cuando quiere evitar que nos escuchen nuestros vecinos cuando lo hacemos en casa, pero le costaba trabajo ahogarlos.
No sé cuánto tiempo pasé pegado a la puerta del baño escuchando a mi mujer gemir como loca, imaginándola disfrutando como nunca con un miembro que era hasta 7 o 8veces más grande que el mío, yo estaba muy exitado y empecé a masturbarme solo de escucharla e imaginarla en todas las posiciones posibles, calculo que fue una hora aproximadamente que Robert la tuvo gozando, hasta que se quedaron callados por completo, yo me corri en mi mano y me quedé sentado en el piso frío del baño junto a la puerta dormido, no sé cuánto tiempo me dormí pero, sé que desperté porque comenzaron de nuevo los gemidos de mi esposa, esta vez más fuertes, la cama rechinaba más y Robert también hacía varios gemidos, así estuvieron hasta que escuche a mi mujer correrse, su típico sonido intenso que de la nada se queda mudo y regresa más leve, ese sonido orgasmico lo escuché al menos unas 8 veces esa noche, hasta que me quede dormido de nuevo.
De pronto me despertó el sonido de la puerta que se cerraba de golpe afuera de la habitación, podía ver por la ventana del baño que el sol estaba saliendo y de inmediato escuché a Karina tocando en la puerta del baño: Santi? Amor? Estás bien?
Y tocaba más fuerte diciendo: por favor amor, dime algo, di que estás bien? Y yo fingiendo mi voz de borracho recién despertado le contesté: Qué pasó amor?
Karina: ¿cómo estás? Te quedaste dormido?
Yo: si amor, no entres, aquí, es un desastre, voy a limpiar y a ducharme ok? Ahorita salgo
Karina: ok amor, te amo!
Y efectivamente me metí a bañar y salí y ella estaba desnuda durmiendo con una cara de felicidad, dormía como bebé, tan pacifica y relajada y la dejé así dormida y fui al restaurante del hotel a desayunar y vi que estaba Robert terminando de desayunar y me vio y me sonrió y me dijo: "amigo, que mujer tienes! Nunca en mi vida había gozado tanto con una sola mujer, me dejó seco, por eso me vine a desayunar porque ya no sentía energía!".
Me senté junto a él y le dije: Cuéntame todo con detalle!
Robert: Cuando te metiste al baño ella se veía muy preocupado se quedo hincada junto a la puerta del baño, quería entrar a ayudarte, yo también me acerqué a tocar la puerta con la pija de fuera y me puse muy cerca de su cara, hasta que me fijé que ella no le quitaba la vista de encima mi pija y se la acerqué más hasta que tocó su cara, ella solo cerró los ojos y empecé a restregarle mi pija por toda su carita, le tomé la cara, levantándosela hacia mí y con mis dedos le fui abriendo la boca, comenzó a lamer mis dedos hasta que los saque y en vez de eso le pise la pinga en la boquita y la empezó a lamer muy suave, muy delicada, se me puso dura de inmediato y ella abrió los ojos y no dejaba de verla con admiración o susto.
La agarró con sus dos manitas y se puso de pie y me llevó a la cama, me sentó y se volvió a hincar frente a mí y entonces si me la empezó a mamar delicioso, vaya que sabe bien cómo hacerlo, yo sentía ya su garganta y ella aún quería metérsela un poco más, me mamó la verga por 10 minutos casi, como una loca desquiciada, se notaba de inmediato que tenía hambre de verga.
Casi me hace terminar, entonces intenté quitarla pero se aferraba a mi pinga como un bebé se aferra su biberón, tuve que empujarla muy fuerte y la tire al piso, luego la cargué y la tumbé en la cama y le comí ese rico y delicioso coñito que tiene que por Dios! Sabe delicioso!!! Estaba tan mojada que sus jugos ya estaban escurriendo casi hasta su rodilla, y hasta ahí mi lengua los recogió, ahora yo no podía dejar de lamer su clitoris mientras le metía 2 de mis dedos.
De la nada me jaló con mucha fuerza hacia ella y me abrazó con sus piernas mi espalda y mi hermano de un solo empujón le clave la mitad de mi pija a la conchita apretadita y jugosa de tu esposa, estaba que ardía por dentro.
Tu mujercita con una mano me arañaba la espalda y me jalaba el cabello y me besaba en la boca, metía toda su lengua, lamia mi oreja, mi cuello y con la otra mano intentaba taparse la boca para que no se escucharán sus gemidos.
Se separó después y se dio la vuelta y se puso en 4, fue muy exitante ver ese culazo de tu esposa, abierto para mí, escurriendo sus jugos aún y jalándome de la verga para que se la metería rápido, que rico aprieta su conchita, y como se mueve! Arquea bien la espalda para que le entre más y se recargaba en la almohada para ahogar sus gritos, yo no podía dejar de apretar sus nalgas y darle una que otra nalgada, me excitaba mucho ver cómo se le quedaban bien rojas, a veces me agachaba a agarrarla de sus tetitas y apretárselas también hasta que igual le quedaran rojas, la jalaba del cabello y la agarraba con mis dos manos del cuello como si la fuera a estrangular, hasta que veía que su cara se ponía muy roja la soltaba y así estuvimos un buen rato, ella se corrió 2 veces y cuando le dije que yo iba a terminar se apartó y se hincó y me la mamó otra vez, dejándole mi lechita en su boca, como traga leche tu mujer eh! No desperdicia nada, me dejo le pija bien limpia, parece becerrito esa mujer!
Yo caí cansado en la cama y ella junto a mi, me abrazó y nos quedamos dormidos un rato, pero de pronto me despertó porque ya la tenía de nuevo aferrada de mi verga, lamiéndola y poniéndola firme de nuevo, la acosté boca abajo, la abrí las nalgas, le escupí en su culito y se lo perfore igual de un empujón, disculpa yo no sabía que era virgencita del culo, pero ya no lo es, cada vez que veía como entraba y salía mi verga de su culito, notaba que había un poquito de sangre pero ella no dejaba de gemir, noté también que tenía lágrimas en sus mejillas, estaba llorando y eso me excitó más y se lo hice aún más rápido y más fuerte, estaba muy apretada amigo y me hizo correrme muy rápido dentro de su culito, de inmediato me volvió a lamer la verga para dejármela limpia y yo seguía muy firme así que esta vez ella me tumbó sobre la cama y se me montó, no sé cómo siendo tan bajita tu esposa, como le entra tanta verga.
No sé cuántas veces se corrió tu mujer yo solo veía sus juguitos escurriendo sobre mi verga y cayendo por mi vientre.
Esa vez terminé dentro de su conchita.
Me quedé recostado y me estaba ganando el sueño cuando de pronto sus manos y su boca de nuevo querían animar mi pija y lo logró, esa mujer sabe cómo chupar y levantarla y esta vez se puso de lado y me ofreció su culito, me pidió que de nuevo se lo hiciera por ahí, que me lo pidiera hizo que me pusiera aún más firme y se lo hice de ladito, de pronto subió una pierna al mismo tiempo que se sobaba como loca la conchita y me apretaba muy rico con su culito cada vez que se corría la muy puta y yo sentía la gloria.
Después se montó sobre mí dándome la espalda y tragándose mi pija con su culo y empezó a correrse como fuente a presión mientras que no dejaba de sobarse la panochita a una velocidad increíble, estaba fuera de sí, me encantó verla disfrutar.
Cuando estaba por terminar esta última vez, me dijo, que me corriera en su boca, así la obedecí y me limpió perfecto, después se levantó, me besó y me dijo que me tenía que ir porque tenía que ver que tu estuvieras bien.
Ya me tengo que ir mi amigo porque tengo que ir a ver mi novia antes de ir a la universidad.
Muchas gracias a ti y a tu mujercita por esta noche increíble, que tengan buen viaje de regreso a casa y ojalá vuelvan pronto y me permitas comérmela de nuevo.
Robert se fue y yo volví a la habitación, aún no podía creer todo el relato puesto que Karina si es apasionada pero al grado que el la describió.
Al entrar al cuarto la vi que seguía dormida, con una sabana encima que quite y pude notar las nalgas y tetas rojas de mi mujer, del culito y su conchita le escurría la leche de Robert aún, me acosté junto a ella y me quedé dormido, abrazándola, pasado el medio día nos despertamos y me preguntó cómo me sentía, yo le dije que me dolía la cabeza muchísimo y le pregunté qué comó era que habíamos llegado del bar porque no me acordaba de nada, ella sonrió y me dijo que habíamos tomado un taxi y que se iba a duchar para después tomar nuestras cosas y regresarnos a nuestra casa y nuestra rutina de siempre.
Llegamos a casa y lo hicimos, ella se movía raro y decía que estaba adolorida por el asiento del avión, yo tengo ahora Fuertes erecciones cuando lo hago con ella imaginándome todo el relato de Robert.
Ahora ella está planeando vacaciones para Navidad a donde creen? A Cuba! Creo que le gustó el clima del Caribe! 😉 Gracias por leer.
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