RELATO ERÓTICO -BASADO EN HECHOS REALES-
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por alexmadrid.
Este amigo, conoce al propietario del negocio y éste le había comentado la inauguración de un nuevo hotel-discoteca, ubicado en la zona sur. Tras visitarlo, me vino hablando maravillas de aquel sitio. Había conocido a una mujer <<igualita a Marlene Moreau>>, de Ucrania. Un bellezón rubio y escultural que había estado castigándole con cuero y practicándole todo tipo de sodomías durante horas. <<Alucinante…salí de allí flotando, en una nube>> – me comentaba, aún con un resto de placer en su semblante-. Al filo de las doce, finalmente me decidí y llamé a Antonio para preguntarle la localización exacta del local.
– Autopista A-42 salida 21, al pie de una gasolinera Repsol
– De acuerdo, gracias.
– Ya me contarás. Si cambias de opinión, llámeme que estamos en Penthouse.
– Gracias, pero no creo – por su tono de voz, deduje que ya iba bastante bebido-
– Bueno, ya me cuentas…¡pirata!
– Hasta pronto. Pásalo bien – y colgué –
Conduje cerca de media hora y a la altura del kilómetro 20 vi iluminada por completo la fachada de un hotel. L’amour, rezaba el letrero, entre llamativos colores fucsias y verdes. <<Éste tiene que ser>> -pensé -. Dejé el coche en el parking y accedí a la discoteca.
– Un bacardí con cola.- dije a la camarera.
Madre mía…qué impresión. Una barra elíptica ocupaba toda la sala, muy bien ambientada. Aquello estaba a rebosar de chicas exuberantes. A cual mejor, me dije; cuando caí en el comentario de mi amigo << una rubia igualita que Marlene Moreau>>. Empecé a rastrear con la mirada el local. A cada chica que me entraba, le preguntaba si conocía a “Marlene”. Tras varias negativas, vi una luz:
– ¿Una chica ucraniana? Mmm
– Sí, así una rubia, alta, guapa …
– No me ayudas mucho. Rubia y alta hay muchas – comentó entre sonrisas la atractiva joven-
Por cuyo acento deduje que era española.
– Entonces nada, no te preocupes…
– Mmm…espera, que conozco a alguien que puede ayudarte- me dijo y se dirigió a un grupo de chicas –
Tras varios cuchicheos y comentarios dirigidos hacia mi, se acercó nuevamente.
– En estos momentos ha salido, pero puedo decirle que la esperas.
– Te lo agradezco.
Pasaron diez minutos y con la copa terminada había perdido la esperanza de conocerla aquella noche. Cuando, en un instante, apareció por la puerta. Sabía que era ella, sin duda, se adaptaba perfectamente a la descripción que Antonio me había dado. Vino hacia mí y antes de que me dijera nada, comenté ansioso:
– Pensaba que no ibas a venir.
– ¿Tanto te ha costado dar conmigo? Haber empezado diciendo que venías a ver “la ucraniana”. Soy la única chica de Ucrania que para por aquí. Bueno, y ¿qué querías, amor? –se refirió a mi en tono meloso pero a la vez distante-
– Pues tengo un amigo que me ha hablado maravillas de ti
– O sea que vienes buscando algo especial, ¿no?
– Sí, podría decirse que sí…
– Ven conmigo.
Cogimos el ascensor y mientras ella telefoneaba a alguien, entramos a su habitación. Me hizo esperar en la cama. Salió del baño con un camisón de seda azul cielo precioso. Casi me corro sólo de verla. Estaba increíblemente atractiva.
– ¿Sólo vas a mirar? – comentó levantándose el vestido, mientras me miraba sonriendo-
– Por supuesto que no . . .
Me abalancé sobre ella y empecé a besarle las piernas y el pecho quitándole el camisón. Me empujó contra la cama, me quitó el cinturón y empezó a comerme la polla sobremanera, mientas me miraba a los ojos de una forma lasciva. Tras varios menos, sentí que me corría…<<ahh … me corro me corro…>>- grité –
– Ohhhh…¿ya te has ido amor?…jajajaja – se reía a carcajadas-….si es que soy la mejor…¿Y yo ahora qué? ¿No irás a dejarme así? – vacilaba –
– Ummm –no supe que decir. Aquella mamada me había dejado sin palabras-
– Tranquilo, tienes tiempo de recuperarte.
De repente llamaron a la puerta de la habitación. Ella abrió y un joven alto y atractivo entró por la puerta. Desde luego se conocían. Esa manera de mirarse, de dialogar. Deduje que era la persona con la que había hablado por teléfono mientras subíamos:
– ¿Qué pasa cariño, qué tal estás? – le preguntó ella –
– Bien, como siempre.
– ¿Dispuesto?
– Siempre.
– Tú – dijo refiriéndose a mi – ¡aprende!
El joven se desnudó empezó a comerla el culo mientras forzó su cuello contra la almohada. Empezó a masturbarla y meterle dedos por el coño mientras le follaba hábilmente el culo con la lengua. Ella empezó a gemir de placer. Sujetándola del pelo, la orientó hacia su pene. Estaba fibroso, pero sobre todo me llamo la atención el tamaño de su herramienta. Cómo gastaba aquel chaval. Por un momento me sentí acomplejado, pero en seguida me dije, disfruta del espectáculo.
Empezaron a follar de todas las posturas. Ella abrió su maletín de herramientas, cual profesional del bricolaje, y sacó un vibrador que introdujo lentamente en su vagina mientras estimulaba su clítoris. Una vez dentro, el joven empezó a fornicarla. Ohhh que carita de placer de los dos. Él tenía su pollón dentro de ella y a la vez el vibrador hacía su trabajo. La temperatura subió de tal manera que empecé a recuperarme y empalmarme de nuevo. El joven se tumbó boca arriba y ella empezó a botar de espaldas, ensartando su culo sobre ese miembro descomunal. Su coño empezó a brillar y no pude contenerme. Me tiré a comérselo. Mi espontánea participación tuvo buena acogida y ella empezó a gritar más y más, acelerando el ritmo de subidas y bajadas.
– Ahhhhhhh – gritó el joven morenazo- me corrrrro….ella se bajó y él se corrió en sus tetas…
Completamente cachonda, con los ojos brillantes, me miró y me sugirió….
– ¿Sigues tú?
Empecé a follarla el coño sin piedad. Estaba a tope. El show en vivo me había sobreexcitado .No pusimos de mil posturas. No olvidaré con facilidad ese coño caliente y húmedo. Qué mujer, qué manera de moverse, qué cuerpazo. Mientras penetraba a Marlene en la postura del perrito, ella le practicaba una profunda mamada al joven. Seguimos cabalgado hasta que …me corro, me corro, me corro zas….otra vez…Uuuuffffff, suspiré, exhausto. Vaya polvazo…
Cuando quise darme cuenta, aquel misterioso joven, principal ingrediente de mi estado de motivación, había abandonado la habitación.
Ella se retocaba delante del espejo mientas yo salía de la ducha. Me sentía nuevo. Había recuperado unos cuantos años. Qué sensación, por Dios. No me extraña que Antonio también estuviera fascinado. Me encontraba pleno de satisfacción.
Tuve tiempo de despedirme de ella y abandonar el hotel discretamente por la puerta principal. Totalmente relajado descendí por las escaleras y me encaminé al parking. Intenté fijarme por si me cruzaba con aquel muchacho, pero no coincidimos. Antes de arrancar, llamé a Antonio.
– ¿Toni?
– Sí, ¿qué tal? ¿qué tal? ¿has dado con ella?
– Te lo resumo en una palabra: increíble.
– ¿Verdad?, te lo dije.
– Gracias por la recomendación. ¿todo bien?
– Sí, – había mucho ruido de fondo. Deduje que estaban en algún garito- todo bien
– Ya nos vemos, que te oigo fatal.
– Hasta luego.
Casi aún en estado de éxtasis, tomé los mandos mi coche. Tras una noche completa de emociones, reflexione a cerca de la identidad entre placer y felicidad. No sé que pasaría en la siguiente semana de trabajo, pero aquella noche, y aquellas emociones, ya eran mías para siempre y nadie me las podía quitar.
Hasta la próxima, Marlene.
Gracias, joven misterioso.
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