Se necesita un barbero
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Leonardo desde muy joven era un obsesivo sexual, le gustaba más el sexo que la comida, ahora alejado de su esposa tenía que desfogar su impulsos masturbándose, lo hacía a diario sin ningún pudor, sin embargo en lo más íntimo de su ser deseaba tener un encuentro sexual para saciar todos sus deseos reprimidos, que colmara todas sus aspiraciones y fantasías.
Tomó el computador e ingresó a una página web de pornografía, buscó los avisos que salían a diario, quería encontrar algo interesante y pronto lo encontró , era un aviso en que solicitaban un barbero, el aviso era lacónico, no daban detalles, sólo un número de celular…lo pensó y decidió llamar, aunque no era peluquero profesional había trabajado con un tío en un negocio que habían bautizado “PELSASCAN”, era las primeras letras de Peluquería, Sastrería y Cantina.
Necesitaba dinero y algo podía ganar para pagar sus deudas.
Marcó y una voz de mujer le contestó…era una voz grave pero de tono agradable.
Leonardo le explicó que llamaba por lo del anuncio, la mujer le contestó que fuera a una dirección y allí se le explicaría lo que tenía que hacer.
Leonardo recordó que no tenía implementos de peluquería, fue a la barbería del barrio y como era conocido del peluquero le pidió el favor que le prestara unos implementos, éste le prestó lo que él considero un equipo básico.
Leonardo se fue a la dirección que la habían suministrado.
La dirección estaba ubicada en un sector elegante, tocó a la puerta y un señor de edad le abrió y lo hizo seguir…después de esperar unos minutos apareció una mujer muy elegante…tendría unos 40 años…era alta de complexión media, aunque tenía unas caderas amplias y un trasero generoso sus senos relativamente eran pequeños, su andar insinuante despertaba deseos lúbricos…vestía sólo una bata que le llegaba hasta la mitad de unos muslos tonificados.
Lo que le llamó más la atención fue su cabellera, era de un color negro brillante, bastante larga y caía hasta su cintura, su color contrastaba con la bata blanca que cubría ese escultural cuerpo.
Leonardo siguió a la mujer a una amplia instancia que servía como una especie de antesala al baño principal de la casa, allí había un sofá amplio, una especie de camilla para masajes, algunos aparatos de gimnasia y muchos espejos cosa que le llamó la atención.
La mujer se dirigió a la camilla y se acostó boca arriba, colocó sus manos debajo de la nuca dejando ver sus axilas completamente peludas, con su voz grave y sensual le pidió a Leonardo que rasurara su axilas dejándolas con un corte muy corto, Leonardo tomó una tijeras finas y empezó a cortar esa copiosa cantidad de vello que poco a poco fueron dejando ver las axilas muy diferentes , la mujer al constatar que ya había quedado bien depilada desanudó la toalla que la cubría y desnudó todo su cuerpo ante los ojos desorbitados de Leonardo, un triángulo negro de grandes dimensiones formado por un tupido entramado de rizos negros impedían ver su vagina, la mujer le indicó a Leonardo que deseaba un pequeño triángulo para resaltar su zona íntima.
Leonardo no sabía por dónde empezar, empezó de arriba hacia abajo, a medida que el pubis de la mujer iba apareciendo la excitación de Leonardo iba aumentando, sus manos empezaron a temblar de la emoción y una fuerte erección le indicó que estaba ante una tentación imposible de vencer, los labios eran incitantes, su clítoris ahora despejado empezó a erguirse como un indicador de su lujuria reprimida.
Leonardo sudaba copiosamente, sus manos trémulas casi no podían sostener las tijeras, asustado de poder ocasionar un corte en tan delicada zona colocó las tijeras en la camilla, la mujer que ya estaba excitada le pidió que examinara más de cerca su vagina que sentía algo molesto, Leonardo se agachó hacia esa impresionante vulva y ella tomándolo de la cabeza lo metió en su sexo, deseaba ardientemente que le hiciera sexo oral, Leonardo que se moría de ganas por probar esa vagina provocativa y húmeda empezó a lamerla arrancando gemidos de placer, muy pronto la lengua de Leonardo empezó a excitar esa mujer al extremo ,Leonardo metía y metía esa lengua arrancando bramidos de pasión, empezó como loco a lamer el clítoris erecto y el efecto fue inmediato, un orgasmo llenó de lujuria acompañado de gritos de emoción y esa impúdica mujer descargó todo esa carga de sentimientos reprimidos, Leonardo sacó su verga y penetró esa vagina húmeda, entró sin problemas, sentía sus pliegues internos como rozaban con su prepucio, los movimientos acompasados de su cadera hacía penetrara más y más ese pene erecto que adquirió un largor extremo, Leonardo empezó una cabalgata espectacular y sus movimientos recios y continuos hicieron aflorar en la mujer un orgasmo más intenso que el anterior, Leonardo en recompensa vertió una abundante eyaculación en su vagina recién depilada dejándola llena de semen blanquecino que sirvió de bálsamo calmante en su zona vaginal.
Después de un breve descanso la mujer se paró , anudó su toalla y se entró al baño, al rato apareció enseguida de un hombre, era alto de complexión atlética, su única vestimenta era una toalla blanca anudada a su cintura, su cara estaba enmarcada por una copiosa cabellera, su torso y su espalda eran cubiertos de mucho vello, los vellos de las axilas sobresalían dándole un aspecto desagradable.
El hombre se sentó en la camilla y con un gesto le pidió a Leonardo que se acercara, luego en pocas palabras le solicitó le cortara el cabello, Leonardo se esmeró en hacerle un corte clásico, cuando terminó el hombre le pidió que le arreglara una barba incipiente y le hiciera un corte de candado.
Cuando Leonardo terminó exigió que le cortara el pelo de las axilas haciendo el corte con tijeras y dejándolo muy corto, cuando Leonardo creyó terminada su labor el hombre se acostó en la camilla boca abajo y le pidió a Leonardo que le quitara pelo de su espalda, como pudo empezó a trasquilar esa peluda espalda , cuando iba llegando a la cintura el hombre se quitó la toalla, ante los ojos atónitos de Leonardo quedó un trasero voluminoso pero firme, sus nalgas eran grandes pero tonificadas, como el resto de su cuerpo eran muy velludas, el hombre abrió sus piernas dejando al descubierto su zona anal, debido al espeso vello se mostraba más oscura pero claramente se apreciaba que su ano era de un diámetro más de lo normal, Leonardo sintió un escalofrío en su cuerpo…nunca había visto un culo de hombre tan cerca…jamás había sentido atracción por un hombre pero ese culo era muy provocador…sería la abstinencia que estaba haciéndole despertar esos deseos o sería que instintos muy bajos estaban aflorando a su cerebro…cerró los ojos pero la voz del hombre lo aterrizó de nuevo a la realidad, le pasó una crema y le solicitó que antes de rasurarle sus peludas nalgas se la untara para que no le irritara la piel .
Leonardo tomó la crema y empezó a masajear las voluminosas nalgas, pero un cosquilleo empezó a correr por su cuerpo, pensó en su mujer, tenía unas nalgas muy lindas y su piel era muy suave, ahora tenía las nalgas de ese hombre desconocido en su manos, eran velludas, carnosas pero también provocativas, sin saber por qué le imprimió pasión a la distribución de la crema, el hombre sintió el cambio del masaje profesional al masaje pasional, Leonardo desplazaba con energía sus manos pero la posición de sus dedos eran posesivos, querían como destrozarlas de la emoción.
Cuando sus manos se acercaron al culo del hombre quedó sorprendido…un manejo fríamente calculado de los músculos que accionan el esfínter anal hacía que el ano del hombre se abriera y se cerrara a su antojo, y para colmo de males cada accionar del hombre manejando sus músculos del esfinter anal hacía que aumentara más y más el diámetro del maldito culo…ahora era un incitante hueco que se abría lascivo…incitante…provocador…vaciló un poco pero las ganas le pudieron al miedo…nervioso resbaló su dedo índice por el oferente hueco que no ofreció resistencia alguna…el dedo se metió haciendo que el hombre emitiera un aahhhh !!!!! de aprobación, el hombre empezó a mover su cadera y el dedo en ese vaivén se fue acomodando hasta que se hundió en ese conducto rectal…Leonardo empezó a excitarse…sacó el dedo y ahora lubricó dos dedos empujó suave y el bendito hueco ni se inmutó.
Ese culo endiablado lo tenía enloquecido.
Una erección tremenda lo enfrentó a una realidad…comerse o no ese culo provocativo ??
No lo pensó más y despojándose de su ropa embistió con ímpetu y lujuria al oferente ano…su verga entró por el conducto rectal y se fue abriendo paso hasta que sus testículos le impidieron meterla más…lo tenía bien clavado…el hombre estaba como enloquecido, se movía como tratando de que esa verga se metiera más…empezó a jadear y a gritar…esos sonidos nacidos de la pasión y la lujuria llegaban a sus oídos y eran un catalizador para su excitación…hasta que una eyaculación copiosa inundó el culo del hombre que con sus movimientos convulsivos casi se cae de la camilla.
El hombre se volteó , su verga estaba completamente parada, era larga y de un diámetro bastante grande, la penetración sufrida había aumentado su excitación a niveles máximos y ahora necesitaba desfogar esa excitación.
Leonardo quedó alelado ante ese voluminoso pene, era la primera vez que tenía a su alcance una verga de un hombre, sintió una atracción inexplicable y sin saber cómo ni cuándo se lo llevó a la boca, trató de metérselo y casi no puede, empezó a lamerlo por los lados, luego empezó a pasar la lengua por el glande, el hombre empezó a gemir, su excitación iba en aumento, Leonardo inexplicablemente empezó a desear esa verga, quería sentirla en su culo, deseaba sentir como penetraba por su ano, anhelaba una copiosa eyaculación en su culo…deseos inconscientes ?? …fantasías que se hacían realidad…? …soltó esa verga erecta y acomodándose en la camilla se colocó en cuatro…con sus manos apartó las nalgas para ofrecer su culo…sabía que se iba a comer un pene tamaño familiar pero sus deseos eran enormes…tomó la crema y aplicándolo copiosamente en su ano empezó a tratar de ampliar su pequeño orificio, pero el hombre estaba muy arrecho y sin dar espera colocó su glande en la estrecha puerta y empezó lentamente a tratar de meter su voluminoso pene en ese pequeño orificio… era difícil …pero sus persistencia y la crema en abundancia empezó a surtir efecto…el orificio se fue dilatando… la verga fue entrando…Leonardo empezó a degustar esa sensación de placer y dolor… era casi un monumento al sado masoquismo…sentía un placer máximo, pero el dolor también se hacía presente…apretó los puños, se mordió los labios y se dispuso a recibir las embestidas del hombre que ya empezaba a moverse con un ritmo frenético movido por esa maravillosa sensación de comerse un culito virgen.
Después de una cabalgata frenética un grito de lujuria anunció su eyaculación, una porción generosa de semen caliente irrigó toda la zona rectal de Leonardo, la placidez de esa ducha interna mitigó el ardor de su culo recién desvirgado.
Quedaron allí, desfallecidos y exhaustos .
De pronto apareció ella, nuevamente con su toalla cubriendo su desnudez, su cuerpo deslumbrante, su cuerpo ansioso de emociones fuertes, había presenciado todo ese encuentro lujurioso escondida tras una persiana, los gritos desaforados de esa unión impetuosa habían despertado sus instintos más bajos, se quitó la toalla y fue directamente donde su marido, levantó el pene flácido y lo llevó a su boca, empezó a chuparlo con ansias, el gigante se fue despertando, el hombre abrió sus piernas y la mujer se inclinó para coger el esquivo bocado, nuevamente lo acomodó en su boca y empezó a chupar, de pronto su dedo busco el culo de su marido y como si fuera lo más normal del mundo metió dos dedos en su ano, el hombre emitió un pequeño gemido y se dispuso a gozar de esa caricia fantástica.
La verga se enderezó, ella dejo de chupar y se encaramó en ella, de espaldas al hombre quedando frente a Leonardo que tenía una tremenda erección al ver ese pene erecto el deseo de hacerle una mamada a Leonardo , la hembra empezó a chupar la verga de Leonardo que muy rápido se enderezó al recibir la tremenda mamada , ahora tenía dos vergas a su disposición, se solivió un poco y en un rápido movimiento cambió de orificio, su ano lubricado por los mismos efluvios vaginales permitió que la verga de su marido entrara sin problema en su conducto rectal, la hembra quedó toda clavada, ayudada por la longitud del descomunal pene se recostó hacia atrás y abriendo sus piernas dejó frente a Leonardo su inmensa vulva, sus labios vaginales oferentes se abrieron de par en par, Leonardo al fin vio la entrada de esa vagina ardiente, la atacó sin contemplaciones, la verga de Leonardo entró sin problemas.
Leonardo empezó sus movimientos frenéticos, sin embargo algo lo excitó al máximo era el roce interno que sentía con la verga del peludo, internamente los dos miembros se rozaban separados por las delgadas membranas creando una sensación indescriptible, pero si Leonardo estaba excitados la mujer con la doble penetración estaba aullando de placer, no sabía qué hacer con ese par de vergas erectas metidas en sus entrañas, se movía desaforadamente , cabalgaba en la verga de su marido y recibía las arremetidas de la verga de Leonardo, fueron breves minutos que la llevaron al clímax más erótico, fueron dos copiosas eyaculaciones que inundaron su cuerpo, ese baño por duplicado de semen la llenaron de una placidez nunca disfrutada, pero faltaba su orgasmo, lo necesitaba, lo anhelaba, incrementó sus movimientos hasta que llegó llenándola de una sensación plena de placer…
La bella amazona se bajó de su cabalgadura, Leonardo ya lo había hecho con anterioridad, se paró frente a los dos hombres y como un trofeo mostró su rasurado pubis ahora de un blanco amarillento que le daba el exceso de semen que escurría por su escasa pelambre…
Se vistió y salió del cuarto…iba extenuado…cansado…desvirgado…encontró nuevamente al mayordomo que con un grueso fajo de billetes le pagó a Leonardo su trabajo de barbero , antes de salir el mayordomo bajó su mano a la entrepierna de Leonardo para acariciar su pene flácido , con voz ronca le pidió a Leonardo su número de teléfono para contratar sus servicios…no lo podía creer…el viejo también necesitaba un barbero….
Leonardo lo miró de soslayo, estaba muy anciano pero si seguía la escasez de plata de pronto le tocaba sacrificarse….
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!