SEXO A TRES CON MI AMIGO Y SU BELLA NOVIA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Estaba así embriagado del placer que el coño y Fátima toda me proporcionaban cuando escuché que la puerta se abrió con fuerza y violencia. Yo di un salto. Me quedé trémulo y asustado. Bien enfrente de mí estaba Rey mirándome fijamente bien serio. Me dio un empujón y me dijo:…
Fue en la fiesta de compromiso de rey que conocí a Fátima, su futura esposa. Yo tenía dieciocho años en esa época. Rey me había llevado para que me divirtiera un poco. Rey es mi amigo. En medio de la fiesta faltó bebida y Fátima se ofreció para ir a comprar a la tienda. Le pidió a rey que dejara que yo la acompañara. Rey dijo que sí. Yo me fui con ella al carro. Al estar a solas Fátima reclamó que aún no la había felicitado por su noviazgo. Yo le pedí disculpas y dije, felicitaciones, Fátima, por tu noviazgo. Así no, muy frío, me dijo. Felicítame con un beso, me pidió. Yo me le acerqué y le di un beso en la mejilla. Ella reclamó.
-no, ese no es un beso, esto es un beso-, dijo mientras me besaba en la boca un beso con lengua. Ahí se quedó un buen rato metiendo su lengua en mi boca. A mí me gustó, claro, pero me quedé aprehensivo porque aún estábamos en la casa y alguien podía vernos mismo que el lugar estaba un poco oscuro. A Fátima no parecía importarle que alguien nos viera. Yo me le solté y le dije,
-caramba, nunca me habían besado así-
-te gustó?-
-claro-, le contesté. Nos fuimos a comprar las bebidas y esa noche no ocurrió más nada.
En la fiesta Fátima de vez en cuando me guiñaba un ojo y yo pensaba, es loca. Me sentía incómodo con esto pues a final de cuentas rey era mi amigo. Tres días después Rey me invitó otra vez para ir a la casa de su novia, yo decliné pero él insistió argumentando que Fátima le había pedido que me llevara. Yo fui.
Llegando a la casa Rey se puso a conversar con sus futuros suegros. Fátima apareció y enfrente de todos me tomó de la mano y me invitó que la acompañara. Me llevó a su cuarto que se quedaba en el segundo piso. Ahí ella fue luego besándome. Yo me le solté y le dije:
-hey, Rey está aquí. Él puede vernos-
-quiero que veas lo que te quiero dar-, me contestó Fátima sin dar la mínima importancia a mi preocupación. Cuando dijo esto Fátima se posicionó a la orilla de la cama quedándose de cuatro y levantándose el vestidito me mostró su coño bien rasurado siendo que solo se le veía un poquito de pelos cortitos. Fátima no estaba usando calzón. Yo continuaba sin entender y con aquella visión me comencé a excitar.
-vamos, metémela rápido, ¿no te apetece cogerme?-
-sí, claro-, le contesté mientras abría la bragueta de mi jean. Mi verga saltó semierecta y bastó cortos movimientos con mi mano para que se quedara bien dura.
El coño de Fátima si que parecía rico a la vista. Se la arrimé. Sentí que estaba mojado, bien lubricado. Empujé la cabeza. Ahhhhhhhh, Fátima gimió profundo. Se hizo para atrás para recibir todo. Que coño apretado. Como era rico aquel coño. Comencé el metisaca. Estaba ansioso, preocupado por causa de Rey. De todos modos lo estaba disfrutando. Fue un polvo de gallo. Con las primeras investidas me corrí. Le inundé el coño a Fátima con mi semen. Dejé mi verga pulsando un ratito dentro de Fátima. Después me retiré y así chorreando semen me guardé la pija. Fátima se puso a reír. Me miraba y se quedaba riendo. En eso tocaron la puerta. Fátima se puso un calzón y se fue a abrir. Era Rey. Yo estaba sentado en una silla cerca de la ventana y se me hacía difícil disimular. Rey preguntó:
-¿qué estaban haciendo trancados?-
-¿qué podíamos estar haciendo? Nada-contestó Fátima.
-y vos ¿Qué me contestás?-
-ya lo dijo Fátima, nada. Yo ni sabía que la puerta estaba trancada-
-hum- refunfuñó Rey. Después se aproximó de la novia y se puso a besarla bien efusivamente mientras le tocaba las piernas y le apretaba una nalga, sin importarse con mi presencia.
-con permiso, te espero allá abajo-, dije
-¿no querés quedarte para vernos un poco?-
-no-
-dejalo que se vaya, con el tiempo va ir aceptando-, dijo Fátima. Yo no entendí ese comentario. Me salí del cuarto.
Después de probar el coño de Fátima la sensación se quedó grabada en mi mente y deseaba repetirla mismo sabiendo que se trataba de la novia comprometida de un amigo. Por eso cuando Reinaldo me llamó otra vez para la casa de Fátima yo accedí rápidamente esperando que apareciera la oportunidad de cogerme a su ardiente novia. Era otra fiesta ahora de tarde, una barbacoa con mucha carne y bebida. Rey rápido se quedó pasado de copas y yo esperando que Fátima se me ofreciera. Pero había mucha gente y por eso pensé que no sería de esa vez que me iba a coger a Fátima. Estaba engañado. En un descuido Fátima me llevó para el cuarto y se quitó la ropa, se abrió toda en la cama siendo que de esta vez acostada de espalda. Fátima era una hermosa hembra poseedora de bellos senos duros, un culo redondo y carnudo y linda cintura. Su pelito corto y sus ojos llenos de lujuria.
Una hembra capaz de levantar el ánimo de cualquier macho. Yo parecía desesperado con rapidez increíble me desnudé y le caí encima. De esta vez quise ver aquel coño que me obsesionaba, de cerca, me quedé frente a él y se lo acaricié, se lo besé bien delicadamente. Fátima suspiró. Le pasé mi lengua lo besé con ternura mientras preparaba mi verga con una mano. Después, yo de rodillas, le sujeté por las piernas y le arrimé la verga. se la fui metiendo despacito. Se la clavé toda. Fátima me miraba lujuriosa y sonriente. Me jaló por el brazo y me besó con aquel beso de lengua.
Mientras la besaba se la metía y se la sacaba un poquito lo que me daba el espacio. Que sensación más rica. Me sentía en las nubes. Estaba así embriagado del placer que el coño y Fátima toda me proporcionaban cuando escuché que la puerta se abrió con fuerza y violencia. Yo di un salto. Me quedé trémulo y asustado. Bien enfrente de mí estaba Rey mirándome fijamente bien serio. Me dio un empujón y me dijo:
-con que te estabas cogiendo a mi novia, cabrón-
-disculpame-, dije yo intentando salir del lugar para buscar mi ropa. Rey me empujó otra vez. Fátima no decía nada y me extrañó que no estaba ni un poco asustada. Apenas se limitaba a voltear la cara para un lado y me parecía que sonreía. Que situación para mí. Me sentía avergonzado y culpable.
-dejame que me vaya-, le pedí
-no, señor. Ahora que comenzó la cogida la va acabar-
-¿qué?-
-eso mismo, te la vas a terminar de coger ahora y yo voy a ver-
-¿estás loco?-. la respuesta de Rey fue una sonora carcajada. Yo comencé a entender. Rey me dijo:
-vamos, cabrón, cogétela. Yo te doy permiso. Fátima también. ¿ya oíste hablar de sexo a tres?-.
-se me quitaron las ganas. Mejor me voy-, le contesté
-si salís de este cuarto sin terminar de cogerte a Fátima voy hacer un escándalo para que te echen a patadas de la fiesta-, me amenazó Reinaldo
-es que nunca hice sexo a tres, me da vergüenza. Por favor…-
-no seas bobito, ¿acaso no te gusta mi coñito? Miralo como está pidiendo piruli, tu piruli. Vení metémela, bobo. Rey y yo queremos-. Yo vi a Rey como para pedirle permiso. La vista de Fátima desnuda tocándose el coño me excitaba mucho y mi verga que yo trataba de esconder con las manos comenzó a aparecer. Rey me dijo entonces
-vamos, cogétela-
-salite, pues-
-estás loco, no entendiste. Yo me quedo para ver y participar después-
-¿está cerrada la puerta?-, pregunté. Rey se aproximó de la puerta y le pasó el pestillo.
-¿así está mejor?-
-aha-.
Yo me quedé completamente desnudo otra vez ya no tapaba mi verga. me sentía un poco inhibido. Fátima notó y por eso me jaló otra vez y me quedé de rodillas cerca de su cara. Ella se metió mi verga a la boca. Yo suspiré profundo. No sé que me dio. Pero me olvidé que Rey estaba ahí. La sensación de aquella boca caliente en mi verga fue suficiente para volverme lujurioso impúdico, asqueroso. De reojo vi a rey quitarse la ropa. Luego él estaba desnudo en la cama bien cerca del coño de Fátima para chupárselo. Voy a dejar la modestia de lado para decir que los tres teníamos bonitos cuerpos. Rey es mas fuerte que yo. Es nadador y va al gimnasio toda semana. Yo era en esa época más flaquito pero ya con músculos definidos. De repente quizás por eso, me sentí a gusto de estar ahí haciendo sexo a tres con aquella hermosa hembra y con mi amigo tarado. Como la chupada que Fátima me daba era efusiva y bien hecha yo avisé que me corría. Fátima paró la mamada y me dijo:
-metémela entonces-. Rei paró la chupada de coño y me dio espacio. Me acosté de espaldas y Fátima se dispuso a cabalgar encima de mi verga. Rey se masturbaba observando todo. Fátima se la metió toda y comenzó a moverse cadenciosamente. Estuvimos así unos cinco minutos en ese movimiento mientras yo le apretaba sus lindos senos. Rey entonces se subió a la cama y comenzó a tocar el culo de la novia, luego le estaba pasando saliva en el ano y después se dispuso a cogérsela. Yo sentí el peso de los dos que casi me mantenía completamente inmóvil. Rey buscaba el mejor ángulo. Ayyyyyyyyy, gritó Fátima. Supe por ese grito que Rey se la había metido.
-despacio, mi amor, despacio-, dijo Fátima. Rey se la metió toda porque así se lo dijo a Fátima. Rey comenzó a moverse y Fátima a gemir bien sentido. Como era sensual y bella la novia de mi amigo. Yo seguía apretándole las bellas tetas y disfrutaba de todo. Del aprieto en mi verga, de ver a Fátima disfrutando, de Rey gozando con todo esto. No tenía más prurito moral, rápido cambié mi pensamiento, solo quería gozar dentro de aquel coño. Me sentí bien puto. Rey comenzó a meter su verga con fuerza y a cada investida Fátima gemía profundo y echaba la cabeza para atrás. Rey entonces la besaba. Yo me conformaba con apretarle los senos.
Rey aceleró los movimientos y gozó en el culo de Fátima. Fátima también tuvo un orgasmo porque yo sentí las contracciones vaginales y mi verga bien mojada por sus fluidos internos. Rey se la sacó. Así Fátima pudo moverse con más libertad. Bastó un poco de sus movimientos para que yo también acabara. Al hacerlo me agarré de una teta y se la chupé y se la mordí. Ella me acarició los cabellos. Me desplomé cansado. Fátima se la sacó y se acostó a mi lado. Rey al lado de ella. Rey encendió un cigarro y le dio a Fátima. Esta fumó un poco y devolvió el cigarro. Rey se levantó, se quedó sentado y me preguntó:
-¿te gustó?-
-sí. ¿Cuándo lo vamos a repetir?-. rey miró a su novia y ambos soltaron sonora carcajada. Esa fue la primera de muchas veces. Rey se casó con su novia y locos como eran me llevaron en su luna de miel.
En nuestra luna de miel follamos de todas las maneras posibles, llegué a coger a Fátima por la retaguardia. Fue la primera vez que Rey me dejó. Me recuerdo un detalle de esa ocasión. Todos desnudos pero cada uno con una pieza de ropa que nos recordara que éramos recién casados. Rey de chaleco, Fátima con una tobillera blanca con florcitas rojas y yo usando un corbatín. No sé porqué pero vestir esa poquita ropa solo me dejaba más cachondo. Más con ganas de coger hasta morir.
Yo me fui acostumbrando con el papel de ser el tercero, una especie de amante consentido. Me encantaba coger a Fátima, sentir su ardiente coño apretando mi verga. Rey me trataba como su hermano menor.
Me abrazaba, me apretaba, me agarraba con su brazo por el cuello y simulaba que me iba a pegar pero nunca lo hacía. Les fui tomando cariño a los dos. Un día Fátima anunció que estaba embarazada. El comentario de Rey al saber la noticia fue:
-será hijo de los tres-. No fue.
El bebito nació morocho como Rey. Salió parecido con él. Un día Rey llegó con la noticia que se iba para Francia a un nuevo empleo. Se fue y allá vive. No me llevaron. Solo me quedó el delicioso recuerdo del sexo a tres que hicimos. Es una de mis más bellas experiencias sexuales que tuve en mi juventud. Rey y Fátima continúan casados y no sé si aún realizan ese tipo de sexo. Creo que se aman, son sinceros el uno para con el otro y son felices a su modo.
cesarbetting@hotmail.com
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!