Sin inhibiciones
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Era un tipico viernes a la noche. Trafico por todas partes, un calor sofocante, gente corriendo de un lugar a otro, todos apurados por llegar temprano a sus casas. Al final llegue del trabajo con el tiempo justo para poder sacarme la ropa y ponerme comodo antes que llegara Maria, mi mujer y una amiga suya. Hoy teniamos que ir a una fiesta de su trabajo y como la amiga vivia en una ciudad cercana le habia ofrecido que viniera a casa a cambiarse. No habia terminado de ordenar un poco el living cuando escuche el timbre en la puerta.
Al abrir, me lleve una sorpresa ya que no conocia a Ana, la amiga de Maria. Es una mujer de contextura grande, algunos dirian gorda de cabellos negros, ojos verdes, unos grandes senos, muy sensuales que parecian escapar de la blusa.
Luego de las presentaciones las invite a pasar al living. No podia dejar de espiar a cada momento los senos de Ana. Me resultaban fascinantes. Mi mujer tenia una contextura normal, no era delgada pero si podriamos decir que algo rellenita, tenia pechos algo chicos para mi gusto, pero hermosos. Maria era una mujer muy sensual, y lo sabia, conocia como moverse, que decir o hacer para que todos los hombres se hicieran todas las fantasias con ella, sabia como calentarme. Cuando estabamos en la cama yo siempre le contaba mis fantasias aunque ella casi nunca me dijera las suyas. En ese sentido era una chica timida, parecia renuente a dejar salir lo que tenia dentro.
Estaba en esos pensamientos cuando Maria me pidio que trajera algo para la visita. Cuando llegue a la heladera casi me desmayo, estaba vacia, parecia el desierto.
– ¿Que quieren tomar? Solo tengo champagne y vino frio, el resto esta caliente.
– ¿No tenemos agua o gaseosa?
– No nada, evidentemente nos olvidamos de hacer las compras…
– Si hay que elegir – Dijo Ana – que sea champagne.
– Bueno, eso nos va a ayudar a ponernos a tono para la fiesta. – Dijo Maria
Sin dudarlo un instante saque la bebida y la servi, estaba excelente. Con el calor que hacia era un placer sentir eso frio en la garganta. Mientras esperabamos que se hiciera la hora, charlamos del trabajo, de cosas intrascendentes, y durante todo ese tiempo seguia espiando la blusa de Ana. Un par de veces incluso Maria me vio pero en vez de una mirada reprobadora habia un brillo picaro en sus ojos. Finalmente llego la hora de cambiarnos para salir. Ana y Maria ocuparon el dormitorio principal y yo me fui al estudio. Como era de esperar me olvide el desodorante y fui a buscarlo al baño. De pasada mire la puerta entreabierta del dormitorio. Alli estaban las dos a medio cambiar, Maria casi desnuda y Ana con el torso descubierto. Me quede como paralizado mirando y no pude evitar que Maria me viera. Rapidamente segui hasta el baño y me quede un rato alli para disimular. No habia logrado ver bien los pechos de Ana, ella estaba algo de espaldas, pero la parte que vi me encanto, su piel blanca, sus curvas sensuales y llenas. No podia creer lo que estaba haciendo, mas cuando mi mujer estaba aqui conmigo.
Luego de lavarme la cara sali del baño y rapidamente pase al estudio donde termine de cambiarme. Me sente luego en el living tomando las ultimas gotas de champagne esperando que las chicas terminaran. Al cabo de casi media hora mas llegaron, Maria vestida con una minifalda, una blusa escotada y zapatos de taco alto, todo muy sexy, estaba para desvestirla alli mismo.
Ana no se habia quedado atras. Usaba una pollera amplia, zapatos bajos, pero la blusa era muy escotada en un color rojo furioso, que hacia imposible evitar mirarla. Cuando le preste mas atencion, me di cuenta que no llevaba sosten y que la blusa era muy similar a una que tenia mi mujer. Estaba barbara, daban ganas de tirarse de cabeza en sus pechos.
El viaje en el auto me hizo transpirar mucho mas. Maria estaba a mi lado y Ana atras quien debia agacharse un poco cuando queria hablarnos. Alli se me iban los ojos ya que podia ver claramente sus senos. No se como llegue sin que chocaramos, porque hasta Maria, normalmente tranquila cuando estabamos con otras personas, no dejaba de tocarme la pierna o de darme besos en la oreja.
La fiesta no resulto mucho mas tranquila que el viaje ya que Maria se sento a mi lado y Ana frente mio en la mesa. Parecia que estaba todo preparado, yo traspiraba y fantaseaba cada vez mas.
Cuando se puso la musica fuimos inmediatamente a bailar con Maria y al rato se nos unio Ana. El vino de la cena ya estaba empezando a surtir sus efectos ya que las chicas bailaban totalmente desaforadas al ritmo del mambo, la salsa y otros ritmos tropicales. En uno de esos temas Ana saltaba y se movia tanto que uno de sus senos termino fuera de la blusa. Al instante, Maria que estaba a su lado, se lo tomo entre las manos como una burda imitacion de querer cubrirla. Todos alrededor mio vieron lo que paso y mas de uno comenzo a silbar, yo estaba sorprendido, mi mujer estaba totalmente desinhibida. Ella siguio como si nada, sonrio mientras Ana agradecia los aplausos y me miro picara.
Yo ya estaba mas que excitado y creo que se notaba en mis pantalones y gestos ya que en medio de la fiesta Maria me sugirio que nos fueramos y llevaramos a Ana con nosotros. Obviamente no iba a negarme, rapidamente saludamos a algunos amigos y fuimos al estacionamiento.
En la calle no habia nadie ya que era algo tarde y las chicas iban solas, abrazadas delante mio ya que yo me demore pidiendo las llaves del auto. Cuando estaban llegando al auto me llamaron para que me apurara y cuando menos me lo esperaba gritaron "¡¡¡Mira!!!" y se levantaron las blusas.
Me sorprendi mucho ya que no me di cuenta cuando Maria se habia sacado el sosten y debo decir que no sabia con cual de las dos me quedaba. Los senos de Maria eran redondos, algo chicos para mi gusto, con unos bellos pezones oscuros mientras que los de Ana eran grandes con unos pezones muy claritos y hermosamente parados.
Ya era hora que dejara de ser el "tonto" de esta salida me dije y agarre a Maria de la cintura con una mano mientras que con la otra le tocaba un seno y la besaba. Despues abrace a Ana y la bese apasionadamente.
A traves de la camisa podia sentir sus senos en mi pecho, estaba en el cielo. Maria me interrumpio rapidamente y me empujo hacia el auto pero no habia furia en su mirada sino todo lo contrario. Yo subi al auto mientras las chicas subieron al asiento trasero. Sin detenerme ni un minuto encendi el motor y enfile hacia casa. Esta vez fue mas milagroso que no chocara…
Ana y Maria no tardaron mucho mas en sacarse el resto de la ropa que tenian, y cada prenda era prolijamente tirada hacia el asiento delantero. Pude ver como varios conductores que nos pasaban miraban hacia el asiento trasero asombrados. Segui acelerando y rogando que ningun policia nos detuviera.
Una vez que terminaron con la ropa comenzaron a incitarme a mi, a darme besos en la nuca o en la oreja, yo no tenia manera de saber quien me los daba. Como veian que yo mucho no podia participar, a menos que decidiera chocar o parar, rapidamente se aburrieron y se quedaron en el asiento trasero. Por el espejo retrovisor veia como Maria le acariciaba el pecho desnudo a Ana, no tardo mucho en llegar a sus senos y comenzo a acariciarselos con un dedo mientras la miraba a los ojos. Mi pija parecia apunto de reventar el pantalon. Era la maxima fantasia hecha realidad, mi mujer con otra mujer y yo con ellas.
Sin que se dijeran nada Ana se acerco a Maria y la beso en los labios mientras tomaba su mano y se la llevaba a su pecho. Lenta pero apasionadamente se besaron mientras sus manos no dejaban de acariciarse, timidamente al principio pero luego cada vez mas ardientes. Se veia que ambas estaban algo indecisas, como si fuera la primera vez, Maria fue la primera en romper el beso y tras mirarme con la mas pervertida mirada que le haya visto en años comenzo a besar los senos de Ana. Ana tenia los ojos cerrados y se revolvia de placer, Maria definitivamente sabia donde besarla. Al principio le fue rodeando los pezones con la lengua hasta que estuvieron bien parados, primero uno y despues el otro y ya cuando Ana lo pedia a gritos tomo los pezones entre sus labios y se los chupo bien fuerte. Yo podia escuchar los gemidos de Ana claramente. Desee poder parar el auto alli mismo y unirme a ellas. Mientras seguia mirando la carretera me distraje y cuando volvi a mirar por el espejo retrovisor no veia a Maria, solo note su cabellera entre las piernas de Ana. Por la cara de placer era obvio que se la estaba chupando y la estaba haciendo gozar como nunca. Ella gemia casi a gritos, manoteaba para todos lados y mas de una vez me agarro la camisa en frenesi. Cuando termino pego un grito fortisimo, yo ya no podia mas y casi acabo alli mismo pero logre llevar el auto hasta casa. Sin decirme nada bajaron del auto abrazadas, desnudas, tocandose y se metieron en la casa, directo al dormitorio.
En el camino termine de sacarme la ropa y para cuando llegue al dormitorio las chicas se estaban enfrascando en un frenetico 69. Era hermoso verlas, ambas tan distintas y con la misma pasion. Ana no dejaba de lamerla y de meterle los dedos en la concha a Maria. A punto de estallar me acerque a ellas con la pija en la mano y comence a refregarla por la concha de Maria. Cuando Ana me vio alli sonrio y la tomo entre sus manos para llevarsela a la boca, se pudo escuchar en ese momento el lamento de Maria, por dejar de recibir los cariños adecuados.
No la hice esperar un momento y con la ayuda de Maria le inserte mi pija en su concha. El gemido esta vez fue de placer, inmediatamente comence a empujar mientras Maria seguia chupandosela. Era la primera vez que la metia en una concha que no fuera la de mi mujer y me encanto. Ana se movia lentamente y cada tanto apretaba la cola y sentia su apreton en mi pija.
Despues de todo el show que habia tenido en el auto, mas la excitacion de la fiesta no tarde mucho en acabar. Creo que grite y me escucho todo el planeta cuando acabe, fue una de las acabadas mas lindas de mi vida. Podia sentir todo mi semen en la concha de Ana, y senti como ella tambien acababa en ese momento y Maria llena de jugos en la cara terminaba alli tambien. Maria siguio chupando hasta que Ana estuvo limpia y alli ella se dio vuelta y se besaron nuevamente…
Despues de esta experiencia nos quedamos un momento tirados en la cama los tres en silencio. Yo estaba en el cielo, no podia creer lo que habia visto, de solo pensarlo me volvia a excitar…
– Chicos, ¿donde esta el baño? – Pregunto Ana. – – Sigue el pasillo, al fondo – Le conteste automaticamente. – – Voy a bañarme y vuelvo. – Me dijo mientras me acariciaba la pija – Porque vamos a seguir ¿no?
– Por supuesto – Dijo Maria.
Cuando estuvimos solos, Maria se dio vuelta y me beso profundamente, alli pude sentir el gusto a la concha de Ana junto con el gusto de mi semen. Ya podia sentir un conocido cosquilleo entre mis piernas.
– ¿Te excito? – Me pregunto con mirada picara.
– Seguro, me gusto mucho verte con otra chica…
– ¿Te gusto Ana?
No supe que contestarle en ese momento y me quede callado.
– No seas tonto, te la acabas de coger delante mio mientras yo le chupaba la concha, no tienes por que ser timido.
– Tienes razon – Le dije entre risas- Si me excito, nunca habia estado con una chica tan… tan…
– ¿Gorda?
– Si, esa es la palabra, tiene unos senos hermosos, sus pezones son mucho mas grandes que los tuyos y dan ganas de morderla y besarla por todas partes. Me resulta muy sensual.
Mientras hablaba, y con las caricias de Maria, mi pija ya se estaba poniendo dura nuevamente.
– ¿Por que no la ayudas a lavarse la espalda? – Me dijo picaramente.
– Si tu me lo pides…
Y me fui hacia el baño. Alli encontre a Ana, todavia enjabonandose. Con el vidrio de la ducha empañado se podia ver el contorno de su cuerpo. Se veia grande, todo piel para ser besada, chupada, lamida, sus grandes senos resultaban una invitacion imposible de desechar. Sin pensarlo me meti en la ducha con ella.
Apenas se dio vuelta y me dio la esponja para que la frotara. Lentamente comence a frotarle la suave espalda desde la nuca hasta la cintura y luego bajando por el culo hasta las piernas. Cada movimiento mio era replicado por un gemido de ella, parecia una maquina de sentir, que estuviera hecha solo de placer. Luego se dio vuelta y me limpio a mi, deteniendose en mi pija que ya estaba cada vez mas dura. Nos enjuagamos rapidamente y sin dejarla que llegue al dormitorio la acoste en la alfombra del baño y comence a chuparle la concha. Ella gemia y se revolvia de placer, descubri que era mucho mas sensible que mi esposa. Cada gemido de ella me excitaba cada vez mas, le tome los pechos con las manos y le pellizque los senos, cada vez gemia y se retorcia mas. Sin dudarlo agarre mi pija y comence a apoyarsela en la concha.
Le tome un seno en la boca y con la lengua le acaricie el pezon, grande y rosado. Ella se retorcia y me empujaba con las piernas para que la penetrara.
– Cogeme, cogeme… – Me gritaba mientras yo seguia apoyandole solo la pija en la concha. – ¡¡¡No seas malo, cogeme ahora!!!
En ese momento la puerta del baño se abrio y entro Maria. Yo no deje de ocuparme de Ana, y segui chupandole las tetas hasta que en una fuerte embestida le meti la pija hasta el fondo. Ella parecio acabar en ese momento y grito y comenzo a moverse. Maria que no queria perderse la accion se acerco a Ana y le dio su concha para que se la chupara. Alli estaba yo, cogiendome a la amiga de mi mujer, mientras ella le chupaba la concha. Empuje con mas fuerza todavia, cada vez mas fuerte.
– ¡¡¡Si, cogeme, cogeme, mas, mas!!!
Sentirla acabar fue fabuloso ya que se sacudio toda y gritaba como si fuera la ultima vez. Casi acabo alli mismo pero vi a Maria que estaba alli expectante.
– Ven ponte en cuatro. – Le dije mientras sacaba mi pija de la concha de Ana en medio de sus lamentos.
Sin demorarse, Maria se dio vuelta y me puso su hermoso culo a mi entera disposicion. Ana ni lerda ni perezosa se dio vuelta y comenzo un 69 con Maria mientras yo le lubricaba el ano.
Sin darle tiempo a protestar comence a meterla la pija en el culo a Maria. Era increible lo bien que se sentia y como me gustaba cogermela por atras, podia sentir que me apretaba la pija, el esfuerzo que costaba metersela al principio, como pegaba pequeños grititos hasta que se acostumbraba.
No le di tiempo y comence a cogerla cada vez mas rapido. Me encantaba ver mi pija salir y entrar en el culo de Maria, era fabuloso. A todo esto Ana seguia chupandole la concha y cada tanto le metia un par de dedos. Podia sentir que estaba a punto de acabar, la excitacion era fabulosa, me encantaba todo esto. Me encantaba que mi mujer se estuviera acostando con otra y que yo tambien pudiera cogermela. Me gustaba que ella compartiera el sexo de esa manera.
Estaba en esos pensamientos cuando por fin acabe. Esta vez fue mucho mas intensa que la vez anterior y pegue un grito fortisimo, mientras derramaba todo el semen en el culo de Maria para que Andrea se lo chupara. Nos quedamos otro rato en el piso del baño, totalmente exhaustos y luego nos bañamos los tres juntos.
Autor: Anonimo
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