Soy el tercero de una pareja
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Conocí a Sharon (de 21 años) en la universidad. Es la chica más linda. Es de tamaño pequeño (1.62 mt), delgadita, cabello castaño claro, ojos café claro, un rostro de modelo, con caderas en forma de guitarra, un culito compacto levantadito, unos pies pequeños para comérselos, y además es muy sexy. Casi todos intentamos ligarla, pero ella decía que era casada y no daba lugar. Tuve la suerte de estar con ella en el mismo grupo de trabajo de uno de los cursos que llevabamos. Por ello entablé amistad, ella me explicaba algunas cosas y yo otras, nos ayudábamos mucho. Nuestra amistad me llevó a visitarla a su propia casa, alli me presentó a su esposo, que era notablemente mayor que ella, pero no era viejo, tendría unos treinta y tantos años. Hicimos amistad los tres. Pero debo decir que la belleza de Sharon me cautivaba cada vez más, pues era además inteligente.
En la noche, ya solo en mi habitación me masturbaba pensando en ella, le había tomado varias fotos, algunas atrevidas que me servían de inspiración. Pero todo cambió una noche. Recibí una invitación a cenar de ellos, fuimos a un restaurante exclusivo en la ciudad, alli fue cuando el esposo de Sharon tomó la palabra y me dijo que me habían estado observando e investigando, lo cual me dejó perplejo, siguió hablando y dijo que yo era un buen chico, de buenas costumbres, limpio, sano, etc.. No sabía en ese momento porque lo decía. Luego habló del tema sexual, hizo todo un rodeo de palabras, solo para indicarme que ellos querían experimentar un trío en la cama, que apenas tenían algunos meses de estarlo experimentando, pero que aún no se sentían satisfechos de las personas que habian escogido anteriormente, y que si yo era de amplio criterio me daban la oportunidad de hacerlo con ellos y que si no, olvidara lo que me había dicho. Resumiendo, acepté claro que si.
Aún no había llegado el día del estreno y ya deseaba tener a Sharon en la cama, verla desnuda y haciendo algo sexual conmigo. Llegó ese primer encuentre, tomamos una copa de vino los tres, estabamos en su casa y nos fuimos a su recamara, alli estaba arreglado con velas aromáticas, música relajante, cremas y otras cosas. Recibí la instrucciones del esposo, y no lo podía creer, el solo sería expectador y yo le haría el amor a su mujer. No podía creer tanta suerte. Sharon salió del tocador que estaba dentro de la recamara, se había puesto una ropa interior negra, una tanguita semitransparente que se podía ver su pequeño parche negro y un sosten igual en donde se podía apreciar los círculos de sus pezoncitos, solo la ví y ya quería acción, pero fui paciente.
El esposo se colocó en un sofá frente a la cama, yo me desvestí y me quedé solo en calozoncillos, me acosté sobre la cama boca arriba por indicaciones del esposo. Sharon se subió a la cama muy melosa, iba preciosa, comenzó a besarme los muslos, usando la lengua también, casi inmediatamente mi verga se fue levantando y endureciendo, nunca la imaginé asi, siguió lamiendo mi otro muslo, lo hacía de forma erótica, fue subiendo a colocarse sobre mi verga debajo de mis calzoncillos, le dio varios besitos encima, luego ella me bajó los interiores, tomó mi verga con una de sus pequeñas manos y le pasó la lengua desde los huevos hasta la punta, eso lo repitió dos o tres veces, mi verga terminó de endurecerse en su mano. Luego la puso vertical y le dio varios besitos en la punta para luego meterla en su boquita y chuparla, su boquita era pequeña y mi verga con problemas desapareció en su garganta.
Sharon me dio una exquisita mamada de verga, pero yo quería comérsela también, la jalé y la fui colocando en una rica 69, ella siguió chupando mi verga y yo tenía frente a mi su rajita, le hice a un lado la tanguita y pude ver su fina vulvita, labios rosados y pequeños, una hendidura también pequeña, comencé lamerle los labios y su diminuto clitoris, en un instante Sharon estaba gimiendo de placer, tenía muy sensitivo su clitoris, pues cada vez que le pasaba la punta de la lengua ella daba un pequeño salto. Los gemidos de Sharon cesaron un segundo al igual que su mamada, pronto sentí unos jugos amargos que bajaban de su vagina, la pequeña se había corrido No solo le lamí su vagina, sino sus muslos, besé sus nalgas y lamí su ojete del culo, su marido estaba dándole duro a jalarsela en el sofá, no preocupé mucho por él, solo quería gozar completamente a su mujercita, a la cual yo deseaba desde hace mucho. Luego de ese delicioso sexo oral, la acosté boca arriba y ella abrió las piernas para ofrecerme su rajita, yo me fui metiendo en medio, le di un beso húmedo en la boca, mamé sus tetitas una por una y por último coloqué mi verga en la entradita de su rajita y se la fui metiendo lentamente.
Ella gimió y cerro sus ojos cuando la penetré, viendo la verga de su marido, la mía era un poco más larga, pero mucho más gruesa. La estuve follando lento, no quería echar nada a perder, era un sueño tener a Sharon debajo de mi e insertándole mi pene en su delicado cuerpo. Ella comenzó a emitir un chillido de placer, aceleré un poco más y sus manos apretaron mis costados, sentí sus uñas meterse en mi carne, aceleré otro poco y ella puso en blanco sus ojos y se corrió con quejidos, el esposo que estaba a punto de venirse, me exclamó que le diera más duro, yo comencé a dar duras embestidas secas a Sharon, ella casi chilló de placer, yo movía la cama de los enviones que le daba, mi verga entraba y salia casi completa de su vagina, todo era delicioso, pero no quería correrme todavía, aún quería cogerme en otras posiciones a Sharon.
Sharon estaba agotada de su orgasmo, la voltee sobre la cama y luego la fui colocando en cuatro, era bello su trasero, como esculpido por arquitecto, la tomé de las caderas y le fui colocando mi verga en su rajita, la cual estaba toda mojada de sus propios jugos, en esta ocasión no me costó mucho penetrarla completamente, había suficiente lubricación, la tomé de las nalgas y comencé a martillarle mi verga en su interior, ella aún cansada de su orgasmo, se fue incorporando lentamente, no cabe duda que con mi verga adentro, se fue excitando poco a poco. En esta pose podía ver mejor a su marido, quien también estaba recuperándose de su venida anterior.
Luego cambiamos de nuevo, ahora yo abajo y Sharon arriba, jineteando. Ella comenzó a moverse lento pero rico, con mi verga metida hasta lo más profundo de su vagina. Levanté mi espalda para llegar a sus senos y mamarlos mientras ella me cogía. Le apreté los pezones con los labios a la vez que mis manos apretaban sus nalgas por detras y le hundía mi verga hasta lo más hondo, era un sueño todo esto. Yo estaba por llegar y ella se dió cuenta de eso y aceleró la cabalgada, la tomé más fuerte de sus nalgas, yo casi sentado en la cama con ella encima y mi verga explotó dentro de su rajita, fueron varios chorros intermitentes de semen que deposité en su vagina, ella siguió un poco más y también llegó a otro orgasmo, fue deliciosisimo.
Nos besamos como desesperados mientras se nos bajaba la excitación. Nos vestimos y Sharon preparó todavía cena para ambos, el esposo me confesó que se había corrido tres veces estando viendo alli en el sofá, mismo número que nos diría también Sharon. En mi caso yo solo una. A ellos les gustó mi estilo en la cama y las sesiones fueron frecuentes, una o dos veces a la quincena. Voy a hacer un relato de como me la cogí por el culito tan rico que tiene. No fui el primero de su vida, pero si el primero fuera de su marido.
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