Swingers gorditos Bisexuales
la puerta principal comenzaba a abrirse, me encontraba sin ropa, en una casa desconocida, con una desconocida también desnuda y con mi verga completamente en su interior, sin contar los gritos que ambos teníamos desde hace rato cubriendo toda la casa; era imposible dar alguna explicación….
Hace unos días me paso algo un tanto inesperado, que si bien pudo terminar muy mal, termino de la mejor manera posible… Primero que todo, y como ya es común en mis relatos, una pequeña descripción de mi mismo. Mi nombre es Daniel, tengo 22 años y soy bisexual, físicamente soy algo bajito, de 1.68 cm, me gusta ejercitar mi cuerpo y luego de ya varios años me encuentro muy en forma, realmente mi autoestima crecio mucho cuando llegue a mi peso ideal, solo a punta del gym, y de ahí e subido y bajado los mismos 3 kilos, pero todo en musculo, por lo que en palabras mas simples, estoy muy marcado. Mi verga mide 18 cm, y es bastante gorda, con forma de pincel, pequeña en la cabeza pero se va haciendo mas gorda… Otros detalles, mis ojos café, pelo largo por los hombros rizado y de color cobrizo, suelo tener mi cabello muy definido y gracias a los productos me lo cuido bastante.
El día en cuestión fue bastante normal, mi rutina de lunes a viernes se basa en ir al gym, luego trabajo y finalmente estudiar, y esa rutina se a mantenido ya unos meses, sin embargo este día como nunca me cancelaron una de mis clases, por lo que estaba en casa mas temprano, fui al supermercado cercano a realizar unas compras y al salir fue cuando me encontré con lo que seria una gran experiencia; unas casas de diferencia delante de mi se encontraba una figura de grandes curvas, desde que terminé el bachillerato y probé por primera vez una mujer madura y gorda, no e anhelado algo mas que eso, tiempo después cuando descubrí que me gustaban los hombres también buscaba estos factores en ellos, en resumen me atrae la gente gorda, mayor y de grandes nalgas (y claro, los que son gordos, mayores y nalgones). Si bien la distancia entre esta silueta era algo grande, desde lejos podía ver como era una señora con unas nalgas impresionantes, vistiendo unos jeans que seguramente eran oversize, pero con esas piernonas y ese culote era imposible no verse apretados, a lo lejos solo podía quedarme mirando y ver como rebotaban esas nalgas con cada paso.
La señora cargaba muchas bolsas en ambas manos y podía notar como la distancia entre ella y yo se iba reduciendo, hasta que finalmente la señora bajo las compras para descansar, al pasar por su lado, claramente me ofrecí «Buenas noches, ¿Para donde va? ¿Quiere que le ayude con las bolsas?» le pregunté «Oh, buenas noches, si por favor, es aquí cerca… doblando la esquina» Su cara se ilumino en cuanto me escuchó, al final, eran muchas bolsas y bastante pesadas, aunque claro, yo las cargué todas sin dejarle alguna a ella, para mostrar un poco mis músculos y verme bien frente a ella y a cualquier otra persona que pasara junto a nosotros y nos viera… «Ay, eso pesa mucho, deja que te ayude con unas» Me dijo «No, no se preocupe, a mi no me pesan tanto» le respondí «Gracias otra vez por ayudarme, casi siempre tengo a alguien que me acompañe pero hoy no había nadie» me dijo, mientras cruzábamos la esquina igual hacia falta camino por lo que íbamos hablando mientras «¿Como te llamas?» me preguntó «Daniel, ¿Y usted?» le respondí «Mi nombre es Luna, un gusto»
Luna, que hermoso nombre para un hermoso ser, mayor que yo, de unos 50 creo yo, de tallas grandes, caderas anchas y un busto gigante que combina con sus grandes atributos, además de sus jeans, vestía una blusa color azul claro con un gran escote que no dejaba mucho a la imaginación, De cabello largo castaño con algunas canas en su cabeza, y unos ojos cafés que me miraban con mucha dulzura y cariño, de piel blanca y con pecas por toda su cara, cuello y claro esta, sus tetas.
Llegamos a su puerta y se puso delante de mi para abrirla, al intentar meter la llave, «accidentalmente» las dejó caer y se agachó frente a mi sin reparo, por unos segundos vi lo que mas me ponía cachondo y eran un par de nalgas grandes prácticamente sobre mi, su blusa se subió un poco dejándome ver un poco de ese panty de encaje que traía, no pude evitarlo y casi que involuntariamente me arrimé a ella, pasando disimuladamente (o quizás no tanto) mi miembro entre sus nalgas; parte de mi quería ver su reacción a esto, pero no hubo ninguna, Luna pasó completamente del acto, como si no hubiera pasado, abrió la puerta y luego de que entráramos fue caminando delante mío indicándome donde era «Es por aquí, subiendo hasta el 3er piso» me dijo «¿y usted iba a subir todo esto sola?» le pregunté «Pues me tocaba, porque que más, pero ya con ellas aquí podía hacer varios viajes» me dice «Bueno, pero ahora solo vamos a hacer uno» le dije mientras le daba el paso para que ella subiera, hasta este punto ya había visto esas nalgas desde todos los ángulos, de lejos, de cerca, de arriba y ahora, desde abajo.
Ver como esas nalgas rebotaban ahora a centímetros de mi cara, me pusieron a mil, y mi verga se comenzó a endurecer, afortunadamente por las bolsas no se me veía nada; nuevamente sus llaves cayeron al piso «Por accidente» a lo que yo volví a arrimarme, esta vez con la verga parada, por lo que esta vez si tuve su reacción «Ay, que pena contigo» me dice mientras salta un poco al sentir mi cuerpo detrás de ella «mira que me estas ayudando y yo demorándote» añadió «No se preocupe, que igual no es problema» le dije mientras le sonreía. Entramos a su apartamento, bastante espacioso considerando que los apartamentos de por aquí suelen ser una taza de café, a la derecha estaba la cocina, con un mesón grande y una isla en el medio, y a la izquierda estaba un sofá frente a un televisor y una pequeña mesa, dejé las compras sobre la isla para que no tuviera que agacharse al organizar las compras (aunque si me gustaría tenerla agachada frente a mi todo el tiempo posible) su cocina era bastante grande y limpia, se ve que todo estaba muy bien organizado «¿Le ayudo a guardar las compras?» le pregunté «No, no es necesario…» me dijo ya apenada por todo «no es molestia, igual en mi casa no me espera nada para hacer» le dije mientras iba sacando algunas de sus compras de las bolsas para guardarlas donde ella me dijera.
Principalmente el motivo de tanta amabilidad de mi parte era para poder detallarle cada rincón de su cuerpo, al pasar junto a ella notaba un aroma a flores que me hipnotizaba, sus grandes curvas me fascinaban cada vez más conforme mas las veía y era imposible no crear fantasías en mi cabeza… «Déjame darte algo antes de que te vayas» Me dice mientras revisa su billetera buscando dinero «No no, no hace falta, si yo le quise hacer el favor, no es necesario» le dije «Yo también trabajo para comprarme mis cosas, no es nada» añadí «bueno pero de alguna forma te tengo que agradecer» Me dice algo apenada al ver que mi mano le detenía de buscar en su billetera «No hace falta, si es normal que a las mujeres bonitas uno las ayude» le respondí «Ay hombre, como me dices eso» me dice mientras su cara se torna un poco roja por el comentario «¿Que cosa?» le pregunté haciéndome el bobo, pero obvio quería jugar un poco con ella, decirle linda era solo las bases de mi coqueteo «Pues alguien de tu edad como va a decirle linda a alguien de la mía» me dice «normal, o es que acaso por ser mayor deja de ser linda?» Le respondí casi que interrumpiéndola, «bueno gracias, pero no me cambies el tema, de alguna forma te tengo que agradecer, creo que en la nevera tengo un postre que te puedo dar» me dice mientras se acerca en dirección a la nevera, que estaba detrás de mi «No, No, le digo que no hace falta» le digo con una gran sonrisa «Ay pero algo te tengo que dar» me dice mientras estaba a solo medio metro de mi.
En ese momento mi cabeza no dejaba de fantasear, solo bastaba con mirarle sus bellos ojos para poder imaginarme todo tipo de cosas que quería hacerle, su mirada no dejaba de conectarse con la mía, y nuestra vista estaba completamente fija en los ojos del otro, nuestra respiración se sincronizaba y sus cachetes se tornaban rojos, casi a la misma velocidad en la que mi verga iba creciendo tratando de escaparse de mi pantalón «¿Que quieres que te de?» me pregunta hablando suavemente «¿Que me quiere dar?» le respondí «No lo se, lo que tu me pidas» Me dice, todo sin quitarnos la vista el uno del otro, a solo centímetros de ella, no pude evitarlo y me lancé, sus labios y los míos se juntaron apasionadamente, y nuestras lenguas bailaban con mucha intensidad, puse mis manos sobre su gran cadera y las suyas sujetaban mi espalda, no podía dejar de besarla, de chupar su lengua, sus labios, su cuello, mis manos agarraban todo lo que podían agarrar, acariciando sus nalgas, luego su espalda y sus gigantes tetas.
Con mis manos en ambas nalgas, use toda mi fuerza en levantarla, cargándola sobre mi para subirla en un solo movimiento al mesón de la cocina «Ay, mira que si tienes fuerza» me dijo por un momento, pero la silencié nuevamente con un beso, mi lengua dentro de su boca nuevamente y mis manos acariciaban sus piernas, subiendo para desabrocharle sus jeans y luego bajarlos con ambas manos, claro que con su gran tamaño, necesitaba un poco de ayuda por lo que con varios movimientos pude finalmente quitarlo y tirarlo al suelo; abrí sus piernas y le clavé otro beso, luego fui besando su mejilla, bajando por su cuello y luego a su pecho, inmediatamente bajé y comencé a comerme su vagina con la misma pasión con la que me comía su boca, su respiración se agitaba y su mano agarraba mi cabello con fuerza, mi lengua ahora tenia una nueva pareja de baile, y me encantaba escucharla gemir conforme cambiaba el ritmo o hacia algo nuevo como chupar o morder levemente su clitoris, mis manos no podían estar quietas tampoco, con mi mano derecha me aseguraba de hacer presión en la parte de arriba de su vagina mientras mi mano izquierda introducía sus dedos en su interior.
Mis movimientos iban cada vez mas intensificados y solo podía escuchar como gemía cada vez mas fuerte, en un momento sentí como su mano intentaba jalarme para atrás, trataba de separarme de ella pero yo no me dejaba, seguía subiendo la intensidad hasta que sentí como su mano apretaba firmemente mi cabello, no alejándome, sino sujetándome en esa posición, sus piernas se tensaban alrededor de mi y junto a un grande gemido y una respiración agitada, comenzó a venirse en mi boca, recibí su eyaculación como si viniera de correr una maratón y por fin tomaba agua, su sabor era tan delicioso que no quería derramar ni una sola gota, lo quería todo para mi.
Finalmente se relajó y yo me separé de su vagina, esta vez pude verla directamente, de gran tamaño y con vellos por todos lados, castaños al igual que su pelo o quizás un tono mas claro, completamente mojada y chorreando una combinación de sus fluidos y mi saliva; aún agachado y con la cara entre sus piernas, miré hacia arriba y ahí estaba ella, sin quitarme la mirada de mi, aunque esta vez sus ojos no eran de ternura, sino de total placer y deseo. «Eso es lo que me gusta de los colágenos, hacen de todo» me dijo mientras sonreía hacia mi; yo no le respondí, al contrario me quedé en silencio y subí a darle otro beso, mis manos nuevamente en su cintura la acercaron a mi, bajándola del mesón, sus manos se dirigieron a mi pantalón dispuesta a bajarlo también «¿No nos escucha nadie?» le pregunté, mirando hacia el pasillo buscando a alguien como si de haber alguien ya no se hubiera asomado con el escandalo que estaba haciendo esta madura en la sala; Luna por su parte hizo lo mismo que yo hace un segundo, y sin responder me silenció con otro beso, sacando mi verga del pantalón y guiándola a su vagina, con lo lubricada que estaba pude meterla completamente sin necesidad de demorarme mucho, cuando iba por la mitad soltó un gemido directo a mis labios, y de un movimiento entró el resto de mi verga, haciéndola gemir mucho mas mientras giraba su cabeza hacia atrás
Estar dentro de ella era lo que mas necesitaba, mi rutina diaria y aburrida por fin daba un giro interesante, «Tengo que ayudar mas con las compras» pensé, nuestros cuerpos se tocaron y sentía un gran calor de su parte, mis manos agarraban todo lo que podían, una de ellas subiendo por debajo de la blusa acariciando su espalda y sus gorditos, mientras la otra caminaba por su costado hasta llegar a sus enormes tetas; su reacción fue casi inmediata, me soltó por un momento y se quitó la blusa frente a mi rápidamente, miré hacia abajo y sus tetas parecían ser mas grandes que mi cabeza, con la mano que tenia en su espalda le desabroché el brasier de un movimiento, «Ay» soltó en reacción a lo que hice y rápidamente agarró su brasier y lo lanzó a un costado, sus enormes tetas llenas de pecas y unos pezones tan erectos que no hacían mas que decir mi nombre, me llamaban invitándome a darles un beso también, mis manos agarraron cada una un seno y mi boca comenzaba a chupar por todo su pecho, bajando hasta sus pezones y luego entre ambas tetas, casi ahogándome con ellas. Era hora de la verdad, mi cabeza estaba entre sus tetas, mis manos corrieron rápidamente a sus nalgas otra vez y con mucha fuerza la levanté, si había quedado algo de mi verga afuera, ahora estaba completamente dentro de ella, sus piernas abrazaron mi cintura y sus brazos mi cabeza, dejándome completamente dentro de su pecho saboreando ese sudor del día a día que tenía, y que yo amaba.
Con ella cargada comencé a clavarla una y otra vez, ambos gemíamos de excitación y yo mantenía la misma velocidad para no acabar rápido, pero aún dándole suficientes clavadas por minuto como para hacerla gemir una y otra vez en mi oreja, y yo en la de ella; así estuvimos varios minutos, cogiéndomela intensamente mientras mis manos apretaban todo lo que podían y sus manos no paraban de marcar mi espalda… Sin darme cuenta, la puerta principal comenzaba a abrirse, me encontraba sin ropa, en una casa desconocida, con una desconocida también desnuda y con mi verga completamente en su interior, sin contar los gritos que ambos teníamos desde hace rato cubriendo toda la casa; era imposible dar alguna explicación que fuera entendible en esta situación, miro hacia la puerta con temor mientras vuelvo a dejar a la cincuentona sobre el mesón y me separo de ella.
Un señor de unos 60 aproximadamente, alto en comparación a nosotros y con la piel trigueña, de cabello y barba cortas de color negro, vestía unos shorts de tela y una camiseta tipo polo, bastante gordo, con una barriga que parecía explotar en cualquier momento y se salía un poco por la parte de abajo del suéter, dejando ver un pequeño camino de pelos, sus ojos negros miraron directamente a los míos desde el momento que entró por la puerta, luego miraron a Luna y volvieron a mi «¿Que esta pasando?» preguntó el viejo con una voz muy grave «¿Quien es él?» añadió «Este chico me ayudó con las compras, mira que desde el supermercado hasta acá es mucho trayecto» Dijo Luna, me sorprendió la normalidad de su respuesta, ¿Quién es este señor? ¿Acaso es su esposo? Si fuera su esposo no reaccionaría con tanta naturalidad, ¿no?. Volvió a poner la mirada sobre ella, a lo que yo también lo hice por un segundo, luego mire abajo para ver donde estaban mis cosas y rápidamente las agarré del suelo «Una disculpa, ya me voy retirando» dije super apenado y confundido, mientras agarraba todo del suelo «No, ¿Para qué?» dice el viejo, quien ya estaba a unos centímetros de mi y luego de ponerme de pie puso su mano en mi pecho «¿no vas a terminar de cogerte a mi esposa?» me dijo mirándome a los ojos directamente, ¿Esposa? ¿Qué esta pasando? ¿Acaso esto es completamente normal en Luna?, miles de preguntas y pensamientos pasaban por mi cabeza, esta vez no eran fantasías, si no distintas formas en las que podía ser agredido o incluso peor en ese momento.
Pensé en salir corriendo, no había forma de que este viejo gordo y panzón corriera mas que yo, pensé «¿Por qué tan tenso, relájate» Me dice el viejo «Mi nombre es Omar» añadió «Un gusto» le respondí con una sonrisa, mas de vergüenza y de no saber que hacer «Vamos, puedes continuar» Dice Omar, quien quitó su mano de mi pecho y comenzó a agarrarse su verga arriba de su pantalón, «Ven cariño» me dice Luna, quien no había cerrado sus piernas en todo este rato y seguía ahí con su vagina peluda y mojada, yo no sabia como reaccionar, mi verga ni estaba dura del susto y que se suponía que iba a pasar, ¿Continuo cogiéndome a la esposa mientras el esposo nos ve? No sabia a donde mirar ni en donde meterme «Creo que lo espanté» dice Omar señalándome en la entrepierna, ambos rieron y Omar se fue a la sala y se sentó en uno de los sillones, antes girándolo para quedar mirando directamente a la cocina «No entiendo» dije después de tanta incógnita y agonía «Mira, yo pensé que los jovenes estaban mas informados» Dijo Omar, sentado en el sillón con las piernas abiertas «Nosotros de vez en cuando nos gusta compartir, y me gusta ver como se cogen a mi esposa» añadió, ahora entendía con mas claridad, eran bastante abiertos con su relación para ser una pareja de tal edad, «¿Seguro?» pregunté «Si, lo hacemos cada que podemos, aunque esta vez fue totalmente sorpresa» me dijo Luna, quien para este entonces ya había bajado del mesón y estaba abrazándome por detrás, apretando sus tetas en mi espalda y acariciando mi pecho y abdomen «y usted ¿No participa?» le pregunté «¿Solo observa?» añadí «bueno, si quieres que lo haga lo haré» me dice «A mi me gustan los hombres también, ¿y a ti?» me pregunta mientras sus ojos me miran de arriba a abajo, su mirada es muy de deseo y al juzgar por su sonrisa estaba fantaseando demasiado, estoy seguro de que asi me veía yo hace unos momentos.
Viendo que la hostilidad no existía, hice lo que mejor se me da hacer, no respondí, y caminé hacia la sala frente a frente con Omar, me agaché entre sus piernas y comencé a desabrochar sus bermudas «Bueno y usted, ¿Es activo o pasivo?» le pregunté, desabroché su pantalón y lo único que vi fue mucho pelo, tenia unas trusas blancas debajo «Como yo» pensé, «Versátil, me gusta de todo» me respondió, se levantó un poco para dejarme quitar sus shorts, a diferencia de su esposa, no tuve ayuda para quitarlos, sus piernas eran muy peludas también, su bulto resaltaba bastante y parecía sudar por la parte de abajo, mis manos acariciaron de sus rodillas a su entrepierna, con solo mis dedos y nada de esfuerzo pude bajar el elástico de su trusa y dejar salir su verga, de unos 16 cm creo yo, pero muy gorda, igual que su dueño, «Y tu, ¿Eres activo o pasivo?» me preguntó, Mis manos agarraron su verga y la introduje en mi boca, solo hasta la mitad y luego volvía a la cabeza, luego hasta la mitad otra vez y repetí unas 4 o 5 veces, saqué su miembro y respondí «Versátil también» luego introduje su verga, esta vez lo mas que pude, un poco mas de la mitad, mis ojos no paraban de mirarle a los suyos todo este tiempo, estoy seguro que mi mirada era la misma de Luna hace unos momentos cuando le estaba comiendo la vagina; el viejo suspiraba y respiraba algo agitado, «Que rico» soltó mientras sus manos estaban una a cada lado de mi cabeza sujetándome y ayudándome a introducir su miembro.
Para este punto nuestra compañera ya estaba de pie junto a Omar, quien aprovechó para tocarle e introducir sus dedos a su esposa «¿Como es tu nombre hijo?» me preguntó Omar… claro, tenia su verga completamente en mi boca y ni siquiera me presenté, aunque claro, no hubo tiempo pues estaba ocupado sacando mi propia verga de su esposa, saqué su verga nuevamente, «Daniel» le dije y volví a chupar, «Que bien se siente Daniel, eres todo un mamador» me dijo, «Asi es, ahorita me hizo venir solo con su boca» añadió la gorda a nuestro lado «¿A si?, pocos de nuestros invitados lo hacen» me dijo, sujetando mi cabeza con la mano sobrante, «Ya, me toca a mi» dice la vieja, supongo que celosa, pero no particularmente queriendo a su esposo, me quería a mi… Me separé de la verga del viejo, y viendo alrededor de la sala ya sabia lo que quería hacer «Quiero que tu te sientes en mi cara, y tu me mames la verga» les dije a la vieja y luego al viejo, seguidamente me acosté en el suelo y sin refutar ellos me hicieron caso, primero el viejo se acostó entre mis piernas y comenzó a chuparme el pene, la vieja por su lado se acomodó y solo pude ver como ese enorme culo venia hacia mi, abrió sus piernas y se sentó en mi cara, con sus nalgas en mi frente y su barriga cayendo sobre mi pecho, mis manos subieron y la sujetaron de la cintura, su esposo me estaba dando tremendos chupones como si me quisiera arrancar mi verga, yo inmediatamente comencé a chupar y lamer todo lo que podía, recreando lo de antes donde la vieja gorda gemia y resoplaba producto de mi boca en su concha.
Asi estuvimos un largo rato, gimiendo de placer la vieja y yo, pero no podía dejar al viejo solo, con mis manos alejé a la señora, y una vez estuvo de pie me decidí «Bien, ahora quiero que tu esposa se siente en mi verga mientras tu te sientas en mi cara» le dije, Omar tenia sus ojos en mi verga, y al momento de decir eso voltea a verme y pude ver cierto brillo en su mirada, retiró mi verga de su boca y se puso de pie, intercambiando el puesto con su mujer «Mira el niño como nos habla» dice Omar «¿Te vas a dejar?» le dice Luna «Claro que no, a este hay que enseñarle a respetar» La mujer me da un gran sentón metiéndose toda mi verga en su gorda vagina en un solo movimiento, ambos gemimos en el acto, casi como un coro cantando al mismo tiempo, Omar por otro lado, se quitó el suéter y desde abajo pude ver como ponía ambas piernas una a cada lado de mi cara, haciendo el mismo movimiento que su mujer, se agachó, pero no para sentarse en mi, con su mano sujeto mi mandíbula mientras con la otra introducía su verga, «Ya no hablas tanto, ¿verdad niño?» Su verga se alineaba perfectamente con mi garganta, introdujo toda su verga lenta y delicadamente, el placer que sentía en este momento era único, por un lado estaba sintiendo el calor y los fuertes sentones de una gorda madura, y por otro lado, tenia a un maduro, o mas bien a un viejo gordo, haciendo lo que le daba la gana conmigo, y eso me encantaba, era lo mejor de dos mundos.
Luna no paraba de dar sentones, podía sentir su gran peso sobre mi dejándose caer una y otra vez, ocasionalmente se cansaba de saltar y se ponía a hacer círculos con su cadera, dándome un descanso a mi pero sin dejar de disfrutar ella, Omar me embestía con fuerza, su barriga rebotaba en mi cara, al igual que sus bolas en mi frente, sin mencionar que cada que empujaba yo solo podía sentir sus vellos y el fuerte olor a sudor y a macho trabajador que claramente estaba en todo su ser, de vez en cuando paraba para evitar venirse, no quería acabar la velada todavía, y claro ser el primero en venirse, «Ay, que rico» decíamos todos, nuestros gemidos llenaban el apartamento entero, y honestamente me podía importar poco si alguien nos escuchaba, estábamos haciéndolo como nunca, «Me voy a correr» dijo la mujer, con lo cual yo le hice señas a Omar para que se quitara, me hizo caso y yo me levanté, pasé de estar acostado con ella sentada en mi, a dar una vuelta y dejarla a ella en el piso mientras yo estaba sobre ella, todo sin sacar mi verga de ella, comencé a cogerla con velocidad, y la miraba a los ojos mientras se revolcaba de placer, «Ahh, dame mas duro papi» me decía, «Hazme tuya» me suplicaba «Estas tan grande» gemia para mi, su cuerpo se tensaba una vez mas, sus piernas me apretaron hacia ella mientras sus manos arañaban toda mi espalda, soltó un fuerte gemido por toda la sala y pude sentir como se corría en mi verga, «Ay» suspiraba «Que rico» me decía, con su respiración agitada en mi oído, nos separamos por un momento, todavía quedaba alguien en la habitación.
Omar solo se masturbaba mientras yo hacia gritar a su esposa, luego de que me separe de ella, corrí hacia él, nuevamente puso su verga en mi boca, pero solo un instante, me dio un par de cachetadas con ellas y luego me dijo que me levantara «Ponte para aca, déjame comerte el culo» me dijo, sin respuesta, me di vuelta y me recosté sobre una pared, dejándole mi culo al aire para que comenzara su trabajo, su lengua jugaba con mi ano, le daba vueltas y le daba pequeños toques con ella, se dedicó a darme una chupada de culo casi tan buena como las chupadas que les había dado yo, conforme fue avanzando, mi culo comenzaba a abrirse gracias a sus dedos, que al igual que todo en el, eran muy gordos, ya sentía demasiado placer solo con su boca y dedos, cuando «Listo, ven y siéntate» me dijo mientras se retiraba de mi y se sentaba en uno de los sillones otra vez «No te gusta hacer nada» le dice la vieja, viendo como me iba a dejar todo el trabajo a mi, «pero si eso es lo que le gusta, ¿o no chico?» dice mientras deja de mirar a su esposa para mirarme a mi «Te gusta que te domine un macho» me dice mientras suelta una gran sonrisa.
El sillón en el que estaba no era tan alto (quizás apropósito) y estaba a la altura perfecta, me puse en cuatro frente a él, y solo tuvo que ponerse al borde del asiento para estar completamente a mi altura «Despacio» le dije mientras arqueaba mi espalda, haciendo relucir aún mas mi culo «No» respondió a secas, sujetando mis nalgas con cada mano e introduciendo su verga en mi interior, «Ay» solté quejándome mientras introducía casi media verga de un solo «Shh, relájate puta, no me respondiste, ¿te gusta?» En ese momento, fue cuando me calenté muchísimo mas, si algo me encanta es dominar a una mujer, pero que un macho te domine a ti es otro nivel de satisfacción, tomé aire y como la «puta» que estaba siendo en ese instante, introduje toda su verga, empujando hacia atrás hasta que mis nalgas chocaban con los vellos de su pelvis, «Ahh» solté un gemido, nuevamente sus ojos se iluminaron, pude sentir como sus uñas se clavaban en mis nalgas con fuerza, y comenzó a moverme de atrás hacia adelante rápidamente, su verga entraba completamente y salía hasta la punta una y otra vez; Lo que mas me gusta de los gorditos es sentir como su barriga choca y rebota sobre ti, sentir como aplauden los cuerpos al chocar con el mio, y sentir como todo lo que agarre y mire, es grande, si bien su verga no es tan larga como la mía, las vergas de los gordos son iguales a ellos, gordas, cada embestida llenaba y expandía mi ano y sentía como me partía a la mitad, pero no podía parar, no podía dejarme ganar y terminar primero, quería hacer todo lo posible por extender nuestra sesión y así generar todo el placer posible.
su pelvis aplaudía con mis nalgas, su gorda verga entraba y salía de mi interior, y eran mis gritos los que llenaban ahora la habitación, estoy seguro que estuvo muchas veces a punto de eyacular dentro de mi, porque cada que yo estaba a punto de dejar todo en el suelo, bajaba su ritmo, o paraba, tampoco quería ser el primero en venirse y estaba claro, pero luego se me ocurrió algo mejor, «Acuéstate aquí» le dije a la esposa, señalando que se acostara debajo de mi, que me chupara mi verga mientras su esposo me penetraba, inmediatamente cambiamos de posición, esta vez era yo quien embestía una garganta, al mismo tiempo que embestían mi culo una y otra vez, mis manos y boca se ocuparon de la vagina frente a mi, hasta que volvía a estar lo suficientemente mojada, me retiré de ambos nuevamente «Muy bien, levántense los dos» les dije, mientras ambos se acomodaban frente a mi, agarré el brazo de ambos, los puse cerca a mi y le di un beso igual de apasionado al esposo, que como se lo había dado a la mujer unas horas antes, luego me separo y hago que ambos se besen frente a mi, su pasión era distinta a la mía, pero aun así no podían dejar de comerse la boca, les digo que se separen y comienzo a comerle la boca a la gorda, la empujo al sillón dejándola sentarse y abrir sus piernas nuevamente, introduzco mi verga sin delicadeza, de 0 a 100 en un segundo haciendo que suelte un gemido, pero con lo entrenada que estaba ya, no dolió, miro al esposo y agarro mis nalgas separándolas y dejando ver mi ano «Ven, te toca» le dije, El viejo gordo no espero ni un segundo, sujetó su gran barriga con ambas manos y se dejó caer sobre mi, él también quiso hacer lo mismo que yo, e introdujo todo su miembro en mí, con un solo movimiento, y era yo quien soltó un gran gemido «Cógenos papi» le dije «Si, cógenos» añadió la esposa, «Prepárense» dijo el viejo, quien puso una mano sobre mi espalda y la otra sobre el espaldar del sillón, que a estos puntos me sorprende no se haya roto con tantos saltos de nuestra parte.
Era mi momento, recuerdo que por mucho tiempo guarde un video que era mi favorito para masturbarme, era un primer plano de un gordo cogiéndose a una gorda, me excitaba demasiado, ver como esa verga entraba y salía, y como el hombre tenia una gran barriga y cuerpo que rebotaban sobre la chica, y que la chica también tuviera una gran barriga y unas enormes tetas, me ponía a mil, escucharlos a ambos gemir, sentía que estaba en ese video, y que disfrutaba tanto como lo hacia la gorda del video, como el gordo en el video, era increíble para mi; la respiración de los tres se agitaba, podía escuchar los gemidos de ella a mi lado derecho y los de él a mi lado izquierdo, se sentía increíble tener ese gran coño gordo, peludo, y mojado ser penetrado por mi verga, y al mismo tiempo tener una verga monumentalmente gorda, venuda y peluda entrando y saliendo de mi culo, era el cielo, como si fuera poco, todos estuvimos a punto de terminar, y como si de unas fichas de dominó se trataran, comenzamos a tensar nuestros cuerpos, a apretar con todas nuestras fuerzas mientras nos corríamos uno por uno, uno en el otro, el primero fue el viejo, quien me llenó completamente mis entrañas de su caliente y espesa leche, soltando un gemido tan grande en mi oreja, luego fui yo, que el sentir toda esa leche en mi culo me puso a millón y me hizo acelerar el paso, hasta que sentí una corriente por todo mi cuerpo, desde mi culo hasta mi verga, y comencé a botar muchos disparos en el interior de la vieja gorda casada, y justo cuando estaba terminando de correrme, pude sentir como toda esa eyaculación de ella salía disparada a mi verga.
Respiramos muchísimo y nos quedamos en esa posición un par de minutos, Luna, una vieja de 50 y tantos años, gorda y con una vagina espectacularmente peluda, arriba estaba yo, un chico de 22, atlético y con una gran verga y un gran culo, completamente afeitado; y finalmente, la parte de arriba del sándwich, Omar, un viejo gordo de 60 y tantos años, completamente peludo, no solo en su gran y gorda verga, si no en el resto de su cuerpo… en ese momento ellos comenzaron a besarse mientras seguíamos en esa posición, así que me les uní y tuvimos un beso de 3 muy apasionado, chupaba los labios de uno y luego la lengua del otro, luego ellos a mi, todo era increíble.
Finalmente nos separamos, Omar se echó para atrás dejándome salir a mi también, dio un paso atrás y se quedó mirándonos, por un lado, su esposa con la vagina llena de leche, derramándose por la parte interior de sus piernas, y de un lado yo, con mi culo lleno de leche y chorreando también entre mis piernas, estoy seguro de que esto también era un sueño hecho realidad para él, tener a dos putas llenas de leche frente a si mismo, «Dios, que vista la que tengo» nos dijo, «Me están poniendo activo otra vez» nos dice «Yo ya no aguanto otra corrida mas» dijo la esposa, y claro, ya llevaba varias en la noche «Estamos todos llenos de leche, faltas tu» Le dije, me acerqué hacia el y lo abracé, agarrando sus nalgas mientras le daba un beso apasionado, «Porque no te arrodillas y limpias a tu esposa» le dije, con una de mis manos apretando firmemente su nalga, «Ok» dijo el esposo segundos antes de ponerse en cuatro patas y gatear a donde su esposa y comenzar a lamerle la vagina, limpiando y tragándose toda mi leche que salía de ella; Ahora era yo quien tenia una vista espectacular, la esposa abierta de patas sacando mi leche de su vagina, el esposo entre sus piernas limpiando toda mi leche con su lengua saliendo del coño de su esposa, y con unas nalgas mirándome directo, llamándome, me arrodillé frente a ellas y comencé a comerme ese culo como nunca antes, dándole tiempo a mi verga a ponerse dura otra vez, dilatándole y lubricándole para lo que se viene.
No fue mucho esfuerzo para dilatarlo e introducir 2 o 3 dedos, así que sin mas demora me levante y puse mi verga entre sus nalgas, primero la pasaba por encima y luego sin piedad alguna la introduje, primero hasta poco mas de la mitad, el viejo soltó un suspiro y cayó sobre su esposa, quien le abrazaba desde abajo, yo nuevamente sin piedad comencé a embestirlo, quizás no le di suficiente tiempo a acostumbrarse, pero nunca se quejó, comencé a entrar y salir con fuerza, lo nalgueaba, lo golpeaba con mi pelvis y apretaba sus nalgas con mis manos, mi verga entraba y salía con facilidad y rapidez, sus gemidos eran los únicos de la habitación, su esposa, quien creo es la que tenia ahora la mejor vista, desde abajo veía a su esposo retorcerse de placer mientras un chico de 22 años se lo cogía fuertemente, sin piedad y no hacia mas que subir la velocidad… estuvimos en esa posición un rato hasta que no aguanté mas, pude ver como el viejo gordo de 60 años se agarraba fuerte a su esposa y al sillón, soltó un leve «Para» que si bien escuché, no entendí que decía asi que omití y seguí embistiendo con todas mis energías, Finalmente sucedió, un grito fuerte de parte del viejo y pude sentir como sus gordas nalgas apretaban mi verga, estaba eyaculando y la mejor parte, estaba sobre su esposa, por lo que él disparo por completo sobre ella, yo sin bajar la velocidad dure unos cuantos segundos mas hasta eyacular por segunda vez, en el interior del esposo, nuevamente nos dejamos caer, la esposa en el suelo cubierta de semen nuevamente, mirando al techo con excitación, a su lado el esposo, quien estaba acostado de lado mirándola a ella, con el culo lleno de leche, y yo, al lado opuesto, con mi culo también lleno de leche, y completamente deslechado, «Ahora me toca limpiarte a mi» le dije, mientras me arrodillaba y me ponía arriba de ella, lamiendo y probando esa leche de su esposo hasta saborearme la ultima gota. «No se vale, ustedes tragaron leche y yo no» dijo la gorda «Bueno, te toca limpiarnos a nosotros» le dije «Ya nos dirás que leche sabe mejor, si la mia en el culo de tu marido» le dije mientras me daba vuelta para poner mi culo al aire «O la leche de tu marido que sale de mi culo» le dije mientras agarraba mis nalgas y las separaba.
Los ojos de la esposa fueron los que se iluminaron esta vez, comenzó a saborear nuestros culos, intercambiando entre uno y otro, hasta dejar ambos limpios de toda leche que pudiera salir de ellos, nunca nos dijo cual sabia mejor, pero si cuan feliz había estado esta noche, para darles contexto, iniciamos a eso de las 9 de la noche, y como a las 2 de la mañana agarré mi celular para revisar mensajes mientras ellos me buscaban una toalla con la cual poder bañarme (Y claro, no me bañe solo, nos bañamos los 3) me ofrecieron quedarme a dormir pero tenia clases al dia siguiente (o mas bien en unas horas) asi que me fui a mi casa, no sin antes compartirles mis datos para poder quedar en algún otro momento, que normalmente salía mas tarde y no estaba en casa hasta las 10, pero que si algo nos avisáramos…
Y aquí finaliza esta historia, no saben lo cachondo que me puse al escribir todo esto, y espero que al menos se tocaran leyéndolo, actualmente tengo dos cuentas de x, una hetero donde sigo gordas y una gay donde sigo gordos, la principal es @LDGhost28 si se te paró leyendo, o te la jalaste, envíame un DM enseñándome 😉 mujeres también son bienvenidas, eso si, solo gordos, maduros o gordos maduros 😉
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