Terapia de pareja
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Olga llegó puntual a la cita con la psicóloga , era un viernes por la tarde y ella era la última paciente en la agenda, una vez verificada la cita previa la secretaria abandonó la pequeña sala de espera y salió de la oficina a disfrutar su fin de Olga llegó puntual a la cita con la psicóloga , era un viernes por la tarde y ella era la última paciente en la agenda, una vez verificada la cita previa la secretaria abandonó la pequeña sala de espera y salió de la oficina a disfrutar su fin de semana, Olga tomó una revista y se dispuso a hojearla mientras llegaba su turno, pero no lo pudo hacer pues sus pensamientos la llevaron a hacer un balance de su vida y sobre todo el por qué se encontraba en ese consultorio.
Hacía apenas tres años se había casado y hoy estaba ad portas de divorciarse, no entendía como un fogoso idilio estaba en vías de extinción.
Cansancio…rutina…intolerancia…hastío…o la sumatoria de todas ellas…? La voz de la doctora la aterrizó en el frío presente…entró a una amplia sala donde la esperaba la psicóloga, era una mujer de unos 40 años , alta de facciones caucásicas, un busto erguido y unas caderas amplias, lucía una pequeña bata blanca ligeramente desabotonada que dejaba ver su brasier que atenazaba unos senos turgentes.
La invitó a reclinarse en un sofá colocó un sillón frente a ella y tomando un block de notas se dispuso a tomar nota de las cosas que pudieran interesarla, al cruzar sus piernas dejó ver unas pantorrillas tonificadas y de un bronceado que contrastaba con su bata blanca.
Sus preguntas iniciales fueron de trámite formal, sin embargo cuando llegó a la parte de la vida íntima de pareja las cosas cambiaron y el sentido que se le dio a las preguntas fueron direccionándose a la parte sexual, le pidió que describiera sin omitir detalle cómo fue su última relación con su esposo, le preguntó si tenía algunas fantasías sexuales y si las tenía que las describiera tal cual las sentía, le pidió antecedentes de relaciones sexuales antes de su matrimonio, le insistió que narrara con lujo de detalles su primera experiencia sexual , Olga fue contestando el espinoso interrogatorio que en algunos pasajes la hizo ruborizarse, ella con una sonrisa cómplice le generó confianza y al final los temas más escabrosos fueron tratados como si fueran dos íntimas amigas.
La doctora le dijo a Olga que al día siguiente debía venir como si fuera a encontrarse con una persona que deseara intensamente, eso involucraba un cuidadoso aspecto personal y una ropa íntima lo más sexy que pudiera.
Después de apartar una cita para el día siguiente a la misma hora le pidió a Olga que citara a su esposo al otro día en horas de la mañana.
Antes de despedirse la doctora se paró delante de ella , la despeinó un poco arreglando su cabellera para que quedara suelta, le acarició la cara, la miro a los ojos fijamente y sin mediar palabra se acercó a ella y le estampo un beso apasionado en su boca, se apartó bruscamente , le abrió la puerta y la despidió sin mediar palabra.
Olga quedó desconcertada, el beso furtivo la había llenado de interrogantes, aparte de sentir una rara emoción de verse besada por una mujer sintió también que deseaba ser admirada y deseada, esa doctora emanaba un calor especial, una pasión que se salía de su uniforme.
Pedro el esposo de Olga era un cuarentón simpático y en cierta forma atractivo, de porte atlético y bastante alto … aparentaba ser un esposo perfecto pero también un candidato para ser un amante fogoso e incitante para cualquier mujer .
Igual que Olga fue sometido al mismo tortuoso interrogatorio y también pasó por situaciones embarazosas generadas por preguntas tan íntimas que lo hicieron ruborizar.
La psicóloga sólo varió su comportamiento en un pequeño detalle, fue desde el momento inicial mostrando una conducta rayana en un exhibicionismo descarado, la blusa estaba más desabotonada que el día anterior, sus senos estaban libres pues no tenía brasier, su cruce de piernas fue cada vez más repetido y al hacerlo en forma despaciosa dejaba ver su una diminuta tanga que no tapaba nada.
Pedro no pasó desapercibida la actitud provocadora de la doctora y con todo el deseo sexual reprimido por su escasa actividad sexual no pudo contener una erección que a todas luces quedó expuesta ante la psicóloga.
Cuando terminó la doctora no sólo repitió el fogoso beso de despedida sino que agregó en esta ocasión una cogida de verga que dejó a Pedro completamente desconcertado.
Lo citó para el otro día y le hizo las mismas recomendaciones que a su esposa.
Esa noche tanto Olga como Pedro no podían conciliar el sueño, la actitud de la doctora los había llenado de inquietudes.
Olga recordaba ese beso apasionado, nunca la había besado una mujer pero la sensación aparte de ser novedosa era altamente lujuriosa.
Sería que ella era una lesbiana pasiva que no sabía el intenso potencial de una relación sexual con una mujer? Dependería de esas circunstancias su indiferencia para con su esposo?
Pedro estaba casi en las mismas, el comportamiento un poco agresivo sexualmente hablando le indicó que su esposa era una persona frígida, tal vez egoísta que no le generaba un deseo sexual tan intenso como sí se lo generó la doctora .
Pedro miró de soslayo en la cama a su esposa , era una mujer muy hembra y no tenía nada que envidiarle a la doctora, pero le faltaba esa agresividad sexual que le llamó tanto la atención…de pronto su esposa pudiera cambiar y se buscarían nuevas oportunidades….
Al otro día Olga siguió las instrucciones al pie de la letra, buscó su ropa interior más atrevida, una lencería de color rojo intenso con un hilo dental que se metía en sus hendiduras vaginales y anales en forma agresiva, se colocó un liguero muy sexy y unas medias enmalladas que hacían ver sus piernas mucho más apetitosas que de costumbre, terminó con un vestido sastre con una falda muy corta.
Cuando llegó al consultorio la doctora la esperaba , el sofá clásico de consultas había sido cambiado por un sofá amplio adornado con unos almohadones grandes y abollonados, una lámpara de pie daba una luz tenue que daba al sitio un aspecto muy íntimo y de trasfondo una música muy sensual que aparentemente relajaba los nervios pero incitaba a gozar de un ambiente íntimo.
La doctora también había cambiado su look , su pelo que siempre llevaba recogido ahora caía suelto sobre sus hombros, su boca grande y sensual era una tentación al beso, su bata blanca desabotonada dejaba ver sus senos turgentes y sus pezones erectos se levantaban desafiantes .
La doctora la miró de frente, tomó la cara de Olga y la besó apasionadamente, la inquieta lengua se metió en su cavidad bucal recorriendo con movimientos rápidos toda su boca mientras su manos apretaban su senos y buscaban ansiosas el sexo que ahora estaba inundados de efluvios vaginales, la doctora tendió suavemente a Olga en el sofá , Olga abrió sus piernas al máximo, quería que la boca de la doctora se metiera en su vagina, deseaba que sus dedos la penetraran, anhelaba que le chupara el clítoris para sentir un orgasmo intenso, pronto cayeron en un 69 lujurioso y apasionado, las dos mujeres no ahorraban esfuerzos en complacerse hasta que las dos tuvieron un orgasmo intenso, Olga salió discretamente del consultorio por una puerta lateral.
Pedro llego media hora más tarde sin saber qué había ocurrido, la doctora estaba con el mismo look, era una mujer distinta a la que había conocido inicialmente, ahora era una “femme fatale” una mujer endiabladamente sexy, era la lascivia y la lujuria personalizada, Pedro quedó alelado y la doctora en un arranque inesperado empezó a besar a Pedro, sus manos fueron directamente a su entrepierna y tomando su verga empezó a acariciarla, la erección fue casi inmediata, Pedro con su verga erecta y sus deseos sexuales reprimidos estaba que estallaba, la boca de la doctora empezó una felación deliciosa, su boca succionaba el glande de Pedro con un arte sin igual, un escalofrío recorría su cuerpo, las piernas le temblaban y amenazaban con hacerle perder su estabilidad , Pedro no aguantaba más, levantó la blusa de la doctora y en un acceso de locura sexual desgarró su bata, la doctora quedó con sus senos al aire, su pequeña tanga fue bajada de un tironazo por Pedro que tendió la doctora en el mullido sofá, la doctora abrió sus piernas y la boca de Pedro buscó con avidez la vagina de aquella hembra, ella cerró sus piernas alrededor de la cabeza de Pedro dejándolo aprisionado contra su vagina, Pedro metía su lengua en esa vagina húmeda recorriendo sus labios, lamiendo su clítoris, la doctora lo soltó de repente, poniéndose en cuatro dejó a Pedro su esplendoroso trasero a su disposición, el hombre apasionado tenía ante él dos hermosos orificios, una vagina vibrante y un ano tentador, aunque deseaba una penetración vaginal …el culito oferente de la doctora era una tentación muy grande para desecharla y decidió tener una relación anal, era algo que no había hecho nunca y ahora lo deseaba intensamente… con sus manos apartó las nalgas de la doctora y el diámetro del esfínter anal se expandió un poco, clavó su lengua en la pequeña puerta trasera y su lengua empezó a meterse en el pequeño culito, la saliva servía de lubricante natural, para reforzar la acción se ayudó con los efluvios que emanaban de esa vulva húmeda, la doctora sentía cómo su diámetro anal aumentaba y ahora deseaba intensamente que penetrara esa verga, Pedro seguía lamiendo ese precioso culito, estaba como extasiado de ver que la doctora había empezado un movimiento que le permitía expandir y contraer su esfínter anal con lo que le provocaba una leve presión en su lengua, por fin decidió penetrarla enfilando su erecta verga por ese pequeño orificio que ya había aumentado considerablemente su diámetro y que ahora dejaba entrar su verga en forma apretadita causándole un placer nunca antes sentido.
Pedro sintió un placer tan intenso que empezó a sacar y meter su verga por ese conducto rectal con todas las fuerzas del alma, su intensidad salvaje hacía estremecer la doctora que sabía que muy pronto sus entrañas estarían llenas de semen y lo aguardaba con impaciencia, no tardó mucho pues una lechada de semen caliente y espeso lubricó su recto, Pedro aceleró al máximo sus movimientos para dejar hasta la última gota del perlático líquido en la estrechez de ese culo.
Lo doctora sintió un delicioso relax, volvió a la realidad y con una leve sonrisa le dijo a Pedro que tenían cita al otro día en horas de la tarde, era la sesión final de las terapias.
Esa noche Olga no podía conciliar el sueño, el recuerdo de la doctora la tenía excitada, recordaba su boca, sus dedos penetrantes y su lengua lasciva recorriendo los pliegues y paredes de su vagina, eran emociones que ella desconocía y que la habían llevado a orgasmos inolvidables, soñaba con despertar pronto para ir a esa terapia.
Pedro por su parte estaba en la misma situación , sus pensamientos también estaban centrados en la doctora, esa mujer lo había hecho despertar de nuevo a un mundo intenso de placer y emoción, su destreza en las caricias más atrevidas lo habían llenado de erotismo y placer, deseaba ardientemente volver a ese consultorio que se había convertido en un rincón erótico gracias a esa doctora.
Al otro día hacia las cinco de la tarde llegaron muy puntuales los dos al consultorio , sin cruzar palabra esperaron ansiosos el llamado de la doctora, primero entró Olga y quedó sorprendida, la oficina había sido acondicionada como para una cita romántica, música romántica de fondo, luces tenues, una mesa de centro adornada con un bello ramo de rosas rojas, unos candelabros con unas velas igualmente rojas para dar el toque de amor sensual y la pasión.
La doctora estaba recostada en el sofá con un desabillé transparente que ponía en evidencia su magnífica silueta, sus senos libres de toda sujeción se mostraban generosos, sus pezones rojos y erectos eran el indicador del estado de erotismo en que encontraba, sus piernas ligeramente abiertas dejaban casi a la vista su sexo, era una tentación viviente, Olga se aproximó a ella y no aguantó la tentación de caer en sus brazos, se pegó a su boca, sus labios buscan ansiosos el placer de un beso lujurioso, sus lenguas se enroscaban buscando la mayor área de contacto, mientras se besaban sus manos buscaban sus sexos para prodigarse caricias extremas, pronto cayeron en un apasionante 69 donde sus bocas succionaban sus vaginas para extraer los líquidos producto de esa intensa pasión, Pedro oyó un intenso jadeo en el consultorio y curioso abrió la puerta y quedó fascinado con el espectáculo de esas dos mujeres prodigándose intensas caricias, pudo rápidamente establecer un comparativo entre las dos hembras, había diferencias corporales pero la lujuria y la lascivia eran un denominador común, se desnudó rápidamente y su verga reaccionó de inmediato con una erección fortísima, en ese instante por casualidad su esposa quedó encima de la doctora inclinada sobre la vagina abierta de la doctora , Pedro miró a su esposa , su bello culo le ofrecía un ano incitante, la posición de su mujer hacía que ese pequeño orificio ofreciera una ligera dilatación que el aprovechó para meter su lengua y empezar a darle un beso negro con toda la intensidad, Olga no esperaba esto y el contacto de esa lengua avivó más sus deseos, Pedro al notar la reacción de Olga decidió penetrarla , clavó su enhiesta herramienta que un poco forzada entró en su recto, Olga se desconectó de la doctora, ella abrió sus piernas al máximo y clavó la cabeza de Olga en su sexo mientras Pedro la tenía clavada por detrás, Olga y la doctora previamente excitadas por sus caricias lésbicas llegaron pronto a un orgasmo simultáneo, Pedro en cambio quedó sano, su erección estaba intacta, ambas mujeres se pegaron a esa verga erecta para proporcionarle una mamada por duplicado, mientras una succionaba el glande la otra recorría la longitud de ese cilindro de carne, Pedro empezó a sentir como le temblaban las piernas, la doctora lo acostó en el sofá, se encaramó sobre él e inició una cabalgata de locura, Olga mientras tanto buscó el culito de su esposo, sentía deseos de penetrarlo, era una fantasía que guardaba desde hacía tiempo y era la oportunidad de hacerlo, los efluvios que bajaban de la vagina de la doctora y que bajaban hacía el culo de Pedro sirvieron como un lubricante que facilitó la tarea de Olga, cuando Pedro se sintió tocado en su recto se enloqueció de placer ,las dos mujeres lo tenían henchido de lujuria y un orgasmo intenso que culminó en una copiosa eyaculación lleno la hambrienta vagina dela doctora, Olga sacó el dedo del culo de Pedro y rápido tomo esa verga y succionó las últimas gotas de semen, la doctora pidió ayuda a Olga para chupar de nuevo esa verga y hacerla reaccionar, quería también una penetración anal , entre las dos lograron pronto su cometido y con un Pedro acostado en el sofá la bella amazona ahora se metió ese pene duro por su culito para sentir las más intensas emociones en su conducto rectal, mientras tanto Olga se acaballó encima de la cara de su marido para ponerle una vagina llena de líquidos para que los chupara y se saciara de sexo.
La doctora pronto llegó a un nuevo orgasmo y Olga la acompañó casi simultáneamente, Pedro en un último esfuerzo acabó con las últimas reservas y se derramó en el culo de la doctora.
Los tres quedaron exhaustos, Pedro las abrazó y las apretó contra su cuerpo, ambas mujeres le echaron una pierna por encima y en ese momento la doctora con voz solemne les indicó que la terapia había terminado, que ahora ese tratamiento debían hacerlo por lo menos dos veces por semana y que ella en su calidad de garante se ofrecía voluntariamente y sin costo a participar en esas terapias.
Ahora sagradamente el tratamiento es seguido por los dos esposos que día a día encuentran nuevos incentivos para liberarse del mal que los aquejaba.
semana, Olga tomó una revista y se dispuso a hojearla mientras llegaba su turno, pero no lo pudo hacer pues sus pensamientos la llevaron a hacer un balance de su vida y sobre todo el por qué se encontraba en ese consultorio.
Hacía apenas tres años se había casado y hoy estaba ad portas de divorciarse, no entendía como un fogoso idilio estaba en vías de extinción.
Cansancio…rutina…intolerancia…hastío…o la sumatoria de todas ellas…? La voz de la doctora la aterrizó en el frío presente…entró a una amplia sala donde la esperaba la psicóloga, era una mujer de unos 40 años , alta de facciones caucásicas, un busto erguido y unas caderas amplias, lucía una pequeña bata blanca ligeramente desabotonada que dejaba ver su brasier que atenazaba unos senos turgentes.
La invitó a reclinarse en un sofá colocó un sillón frente a ella y tomando un block de notas se dispuso a tomar nota de las cosas que pudieran interesarla, al cruzar sus piernas dejó ver unas pantorrillas tonificadas y de un bronceado que contrastaba con su bata blanca.
Sus preguntas iniciales fueron de trámite formal, sin embargo cuando llegó a la parte de la vida íntima de pareja las cosas cambiaron y el sentido que se le dio a las preguntas fueron direccionándose a la parte sexual, le pidió que describiera sin omitir detalle cómo fue su última relación con su esposo, le preguntó si tenía algunas fantasías sexuales y si las tenía que las describiera tal cual las sentía, le pidió antecedentes de relaciones sexuales antes de su matrimonio, le insistió que narrara con lujo de detalles su primera experiencia sexual , Olga fue contestando el espinoso interrogatorio que en algunos pasajes la hizo ruborizarse, ella con una sonrisa cómplice le generó confianza y al final los temas más escabrosos fueron tratados como si fueran dos íntimas amigas.
La doctora le dijo a Olga que al día siguiente debía venir como si fuera a encontrarse con una persona que deseara intensamente, eso involucraba un cuidadoso aspecto personal y una ropa íntima lo más sexy que pudiera.
Después de apartar una cita para el día siguiente a la misma hora le pidió a Olga que citara a su esposo al otro día en horas de la mañana.
Antes de despedirse la doctora se paró delante de ella , la despeinó un poco arreglando su cabellera para que quedara suelta, le acarició la cara, la miro a los ojos fijamente y sin mediar palabra se acercó a ella y le estampo un beso apasionado en su boca, se apartó bruscamente , le abrió la puerta y la despidió sin mediar palabra.
Olga quedó desconcertada, el beso furtivo la había llenado de interrogantes, aparte de sentir una rara emoción de verse besada por una mujer sintió también que deseaba ser admirada y deseada, esa doctora emanaba un calor especial, una pasión que se salía de su uniforme.
Pedro el esposo de Olga era un cuarentón simpático y en cierta forma atractivo, de porte atlético y bastante alto … aparentaba ser un esposo perfecto pero también un candidato para ser un amante fogoso e incitante para cualquier mujer .
Igual que Olga fue sometido al mismo tortuoso interrogatorio y también pasó por situaciones embarazosas generadas por preguntas tan íntimas que lo hicieron ruborizar.
La psicóloga sólo varió su comportamiento en un pequeño detalle, fue desde el momento inicial mostrando una conducta rayana en un exhibicionismo descarado, la blusa estaba más desabotonada que el día anterior, sus senos estaban libres pues no tenía brasier, su cruce de piernas fue cada vez más repetido y al hacerlo en forma despaciosa dejaba ver su una diminuta tanga que no tapaba nada.
Pedro no pasó desapercibida la actitud provocadora de la doctora y con todo el deseo sexual reprimido por su escasa actividad sexual no pudo contener una erección que a todas luces quedó expuesta ante la psicóloga.
Cuando terminó la doctora no sólo repitió el fogoso beso de despedida sino que agregó en esta ocasión una cogida de verga que dejó a Pedro completamente desconcertado.
Lo citó para el otro día y le hizo las mismas recomendaciones que a su esposa.
Esa noche tanto Olga como Pedro no podían conciliar el sueño, la actitud de la doctora los había llenado de inquietudes.
Olga recordaba ese beso apasionado, nunca la había besado una mujer pero la sensación aparte de ser novedosa era altamente lujuriosa.
Sería que ella era una lesbiana pasiva que no sabía el intenso potencial de una relación sexual con una mujer? Dependería de esas circunstancias su indiferencia para con su esposo?
Pedro estaba casi en las mismas, el comportamiento un poco agresivo sexualmente hablando le indicó que su esposa era una persona frígida, tal vez egoísta que no le generaba un deseo sexual tan intenso como sí se lo generó la doctora .
Pedro miró de soslayo en la cama a su esposa , era una mujer muy hembra y no tenía nada que envidiarle a la doctora, pero le faltaba esa agresividad sexual que le llamó tanto la atención…de pronto su esposa pudiera cambiar y se buscarían nuevas oportunidades….
Al otro día Olga siguió las instrucciones al pie de la letra, buscó su ropa interior más atrevida, una lencería de color rojo intenso con un hilo dental que se metía en sus hendiduras vaginales y anales en forma agresiva, se colocó un liguero muy sexy y unas medias enmalladas que hacían ver sus piernas mucho más apetitosas que de costumbre, terminó con un vestido sastre con una falda muy corta.
Cuando llegó al consultorio la doctora la esperaba , el sofá clásico de consultas había sido cambiado por un sofá amplio adornado con unos almohadones grandes y abollonados, una lámpara de pie daba una luz tenue que daba al sitio un aspecto muy íntimo y de trasfondo una música muy sensual que aparentemente relajaba los nervios pero incitaba a gozar de un ambiente íntimo.
La doctora también había cambiado su look , su pelo que siempre llevaba recogido ahora caía suelto sobre sus hombros, su boca grande y sensual era una tentación al beso, su bata blanca desabotonada dejaba ver sus senos turgentes y sus pezones erectos se levantaban desafiantes .
La doctora la miró de frente, tomó la cara de Olga y la besó apasionadamente, la inquieta lengua se metió en su cavidad bucal recorriendo con movimientos rápidos toda su boca mientras su manos apretaban su senos y buscaban ansiosas el sexo que ahora estaba inundados de efluvios vaginales, la doctora tendió suavemente a Olga en el sofá , Olga abrió sus piernas al máximo, quería que la boca de la doctora se metiera en su vagina, deseaba que sus dedos la penetraran, anhelaba que le chupara el clítoris para sentir un orgasmo intenso, pronto cayeron en un 69 lujurioso y apasionado, las dos mujeres no ahorraban esfuerzos en complacerse hasta que las dos tuvieron un orgasmo intenso, Olga salió discretamente del consultorio por una puerta lateral.
Pedro llego media hora más tarde sin saber qué había ocurrido, la doctora estaba con el mismo look, era una mujer distinta a la que había conocido inicialmente, ahora era una “femme fatale” una mujer endiabladamente sexy, era la lascivia y la lujuria personalizada, Pedro quedó alelado y la doctora en un arranque inesperado empezó a besar a Pedro, sus manos fueron directamente a su entrepierna y tomando su verga empezó a acariciarla, la erección fue casi inmediata, Pedro con su verga erecta y sus deseos sexuales reprimidos estaba que estallaba, la boca de la doctora empezó una felación deliciosa, su boca succionaba el glande de Pedro con un arte sin igual, un escalofrío recorría su cuerpo, las piernas le temblaban y amenazaban con hacerle perder su estabilidad , Pedro no aguantaba más, levantó la blusa de la doctora y en un acceso de locura sexual desgarró su bata, la doctora quedó con sus senos al aire, su pequeña tanga fue bajada de un tironazo por Pedro que tendió la doctora en el mullido sofá, la doctora abrió sus piernas y la boca de Pedro buscó con avidez la vagina de aquella hembra, ella cerró sus piernas alrededor de la cabeza de Pedro dejándolo aprisionado contra su vagina, Pedro metía su lengua en esa vagina húmeda recorriendo sus labios, lamiendo su clítoris, la doctora lo soltó de repente, poniéndose en cuatro dejó a Pedro su esplendoroso trasero a su disposición, el hombre apasionado tenía ante él dos hermosos orificios, una vagina vibrante y un ano tentador, aunque deseaba una penetración vaginal …el culito oferente de la doctora era una tentación muy grande para desecharla y decidió tener una relación anal, era algo que no había hecho nunca y ahora lo deseaba intensamente… con sus manos apartó las nalgas de la doctora y el diámetro del esfínter anal se expandió un poco, clavó su lengua en la pequeña puerta trasera y su lengua empezó a meterse en el pequeño culito, la saliva servía de lubricante natural, para reforzar la acción se ayudó con los efluvios que emanaban de esa vulva húmeda, la doctora sentía cómo su diámetro anal aumentaba y ahora deseaba intensamente que penetrara esa verga, Pedro seguía lamiendo ese precioso culito, estaba como extasiado de ver que la doctora había empezado un movimiento que le permitía expandir y contraer su esfínter anal con lo que le provocaba una leve presión en su lengua, por fin decidió penetrarla enfilando su erecta verga por ese pequeño orificio que ya había aumentado considerablemente su diámetro y que ahora dejaba entrar su verga en forma apretadita causándole un placer nunca antes sentido.
Pedro sintió un placer tan intenso que empezó a sacar y meter su verga por ese conducto rectal con todas las fuerzas del alma, su intensidad salvaje hacía estremecer la doctora que sabía que muy pronto sus entrañas estarían llenas de semen y lo aguardaba con impaciencia, no tardó mucho pues una lechada de semen caliente y espeso lubricó su recto, Pedro aceleró al máximo sus movimientos para dejar hasta la última gota del perlático líquido en la estrechez de ese culo.
Lo doctora sintió un delicioso relax, volvió a la realidad y con una leve sonrisa le dijo a Pedro que tenían cita al otro día en horas de la tarde, era la sesión final de las terapias.
Esa noche Olga no podía conciliar el sueño, el recuerdo de la doctora la tenía excitada, recordaba su boca, sus dedos penetrantes y su lengua lasciva recorriendo los pliegues y paredes de su vagina, eran emociones que ella desconocía y que la habían llevado a orgasmos inolvidables, soñaba con despertar pronto para ir a esa terapia.
Pedro por su parte estaba en la misma situación , sus pensamientos también estaban centrados en la doctora, esa mujer lo había hecho despertar de nuevo a un mundo intenso de placer y emoción, su destreza en las caricias más atrevidas lo habían llenado de erotismo y placer, deseaba ardientemente volver a ese consultorio que se había convertido en un rincón erótico gracias a esa doctora.
Al otro día hacia las cinco de la tarde llegaron muy puntuales los dos al consultorio , sin cruzar palabra esperaron ansiosos el llamado de la doctora, primero entró Olga y quedó sorprendida, la oficina había sido acondicionada como para una cita romántica, música romántica de fondo, luces tenues, una mesa de centro adornada con un bello ramo de rosas rojas, unos candelabros con unas velas igualmente rojas para dar el toque de amor sensual y la pasión.
La doctora estaba recostada en el sofá con un desabillé transparente que ponía en evidencia su magnífica silueta, sus senos libres de toda sujeción se mostraban generosos, sus pezones rojos y erectos eran el indicador del estado de erotismo en que encontraba, sus piernas ligeramente abiertas dejaban casi a la vista su sexo, era una tentación viviente, Olga se aproximó a ella y no aguantó la tentación de caer en sus brazos, se pegó a su boca, sus labios buscan ansiosos el placer de un beso lujurioso, sus lenguas se enroscaban buscando la mayor área de contacto, mientras se besaban sus manos buscaban sus sexos para prodigarse caricias extremas, pronto cayeron en un apasionante 69 donde sus bocas succionaban sus vaginas para extraer los líquidos producto de esa intensa pasión, Pedro oyó un intenso jadeo en el consultorio y curioso abrió la puerta y quedó fascinado con el espectáculo de esas dos mujeres prodigándose intensas caricias, pudo rápidamente establecer un comparativo entre las dos hembras, había diferencias corporales pero la lujuria y la lascivia eran un denominador común, se desnudó rápidamente y su verga reaccionó de inmediato con una erección fortísima, en ese instante por casualidad su esposa quedó encima de la doctora inclinada sobre la vagina abierta de la doctora , Pedro miró a su esposa , su bello culo le ofrecía un ano incitante, la posición de su mujer hacía que ese pequeño orificio ofreciera una ligera dilatación que el aprovechó para meter su lengua y empezar a darle un beso negro con toda la intensidad, Olga no esperaba esto y el contacto de esa lengua avivó más sus deseos, Pedro al notar la reacción de Olga decidió penetrarla , clavó su enhiesta herramienta que un poco forzada entró en su recto, Olga se desconectó de la doctora, ella abrió sus piernas al máximo y clavó la cabeza de Olga en su sexo mientras Pedro la tenía clavada por detrás, Olga y la doctora previamente excitadas por sus caricias lésbicas llegaron pronto a un orgasmo simultáneo, Pedro en cambio quedó sano, su erección estaba intacta, ambas mujeres se pegaron a esa verga erecta para proporcionarle una mamada por duplicado, mientras una succionaba el glande la otra recorría la longitud de ese cilindro de carne, Pedro empezó a sentir como le temblaban las piernas, la doctora lo acostó en el sofá, se encaramó sobre él e inició una cabalgata de locura, Olga mientras tanto buscó el culito de su esposo, sentía deseos de penetrarlo, era una fantasía que guardaba desde hacía tiempo y era la oportunidad de hacerlo, los efluvios que bajaban de la vagina de la doctora y que bajaban hacía el culo de Pedro sirvieron como un lubricante que facilitó la tarea de Olga, cuando Pedro se sintió tocado en su recto se enloqueció de placer ,las dos mujeres lo tenían henchido de lujuria y un orgasmo intenso que culminó en una copiosa eyaculación lleno la hambrienta vagina dela doctora, Olga sacó el dedo del culo de Pedro y rápido tomo esa verga y succionó las últimas gotas de semen, la doctora pidió ayuda a Olga para chupar de nuevo esa verga y hacerla reaccionar, quería también una penetración anal , entre las dos lograron pronto su cometido y con un Pedro acostado en el sofá la bella amazona ahora se metió ese pene duro por su culito para sentir las más intensas emociones en su conducto rectal, mientras tanto Olga se acaballó encima de la cara de su marido para ponerle una vagina llena de líquidos para que los chupara y se saciara de sexo.
La doctora pronto llegó a un nuevo orgasmo y Olga la acompañó casi simultáneamente, Pedro en un último esfuerzo acabó con las últimas reservas y se derramó en el culo de la doctora.
Los tres quedaron exhaustos, Pedro las abrazó y las apretó contra su cuerpo, ambas mujeres le echaron una pierna por encima y en ese momento la doctora con voz solemne les indicó que la terapia había terminado, que ahora ese tratamiento debían hacerlo por lo menos dos veces por semana y que ella en su calidad de garante se ofrecía voluntariamente y sin costo a participar en esas terapias.
Ahora sagradamente el tratamiento es seguido por los dos esposos que día a día encuentran nuevos incentivos para liberarse del mal que los aquejaba.
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