Tercero 3ra parte.
Tuve sexo anal pero con el ano de otro hombre. .
– Ven Paul, tu primero – dijo ella acostada de espaldas en la cama con las piernas. Paul tomó posición y poniendo su miembro a la entrada de la vagina de Grace, lo hundió por completo, se escucho un suave quejido de ella.
– Ahora tú René – me dijo estirando su mano hacia mi. Toda la acción me tenía muy excitado. Me situé detrás de Paul que estaba encima de ella, me masturbe un poco y mojando su ano con saliba, puse mi miembro y empujé, suavemente pero con potencia. No puso mucha resistencia y entré con facilidad. » Hmmm » se quejo.
– Te dolió – le pregunté en su nuca.
– Un poco pero estoy bien, dale nomás – dijo despacio, ella le acariciaba las mejillas y lo besaba. Comencé con mi movimiento de bombeo, al mismo tiempo era el mete y saca de Paul, me daba la impresión de que estaba cogiendo con ella. Empujaba con fuerza y ella se corría hacia arriba y después bajaba.
Todo me gustaba, el ano suave, caliente y mojado de Paul me daba apretones que eran una delicia. No tiene porqué ser malo tener sexo entre hombres, sexo es sexo y es un placer.
Grace comenzó a quejarse, sentí sus gemidos reprimidos, me di cuenta que estaba teniendo un orgasmo, seguía con mi movimiento empujando a Paul y Paul a ella.
Me detuve cuando vi que ella abrió los brazos. Sería porque estaba haciendo todo el esfuerzo para que ellos lo pasaran bien, no sentía las ganas de eyacular. Al parecer Paul tampoco, cuando ella abrió los ojos y nos miró sonriendo, continúe con mi movimiento y com mi miembro a full.
Unos minutos después escuché a Paul gemir, ella estába con los ojos cerrados y la cara vuelta hacia un lado aferrada a los brazos de Paul. Aumenté la velocidad ya que el final venía rápidamente, ella comenzó a gemir y revolcarse, él la penetraba fuertemente y a fondo, yo hacía lo mismo con Paul.
Primero fue ella que comenzó con una risita, después Paul inyectándole su esperma y finalmente yo, que parecía que toda la energía que provenía de distintas partes de mi cuerpo, pasaban por mi miembro y perdiéndose en el interior de Paul.
Qué sensación más agradable, me sentía liviano, como si flotara.
Me bajé de Paul y me acosté de espalda al lado de Grace. La miré a los ojos y nuestra risa fue simultánea.
De qué se ríen – preguntó Paul aún dentro de ella. Grace lo miró, luego me miró y nos pusimos a reir nuevamente.
Paul se bajó acostándose al lado de ella dejándola en medio de los dos.
– Estás bien mi amor? Te gustó? – le preguntó ella acariciando su cara sudorosa.
– Si, estoy bien. Me gustó mucho, hacía tiempo que no me cogian tan rico. Gracias René – estirando su mano por encima de ella.
– Cuando quieras – le respondí estrechando su mano con mi otra mano. Bajamos las manos y puse la mía en la pelvis de Grace, el le tomó la cara y la besó tiernamente, comencé a acariciar su vuelva, sus labios y su clitoris.
– No, espera que estoy toda mojada – y era cierto, los jugos de Paul habían comenzado a emerger como manantial.
– Vamos a la ducha – dijo Paul levantándose y dándole la mano a ella para que se levantara.
Después de la ducha otro trago y nos acostamos de nuevo, pero les dije que estaba cansado y quería dormir.
Había insinuado irme a esa hora, pero insistieron que me quedara.
Abracé a Grace cucharita por detrás y Paul a mi.
No sé en qué momento me dormí, pero lo hice profundamente.
Desperté con un sueño erótico, la mano de Paul en mi miembro y el suyo dentro de mí. Era una rica sensación conocida. Ni siquiera abrí los ojos, acomodé como con un ronroneo y deje de Paul hiciera lo que quisiera y lo hizo. Después que terminó dentro de mí, se quedó dormido. Me quedé quieto un rato pensando en que iba a hacer, me quedaba o me iba. Me dieron ganas de quedarme, el miembro de Paul todavía estaba dentro de mí y se sentía agradable. Pero ya había amanecido y pensé en mi casa, » tengo que irme » pensé.
Lentamente comencé a hacerme hacia adelante hasta que el miembro de Paul salió completamente, no tenía una erección pero tampoco estaba flácido.
Me levanté sigilosamente, fui al baño y me senté en la taza, tenía muy poco, no sabía si se me había salido o mi ano lo había absorbido.
Mi limpié, recogí mi ropa que estaba por todos lados y salí del departamento antes de que despertaran.
Hice parar un taxi y me fui a mi casa, eran casi los 8 de la mañana.
Entré con los zapatos en la mano para no hacer ruido y me fui directo al baño a darme una ducha.
Debo tener semen hasta en el pelo, pensaba. Después de una rica ducha caliente me envolví en la toalla y me fui a mi habitación.
Dejé la toalla en el respaldo de la silla del escritorio y me acosté a pensar en esa noche de sexo, cerrando los ojos y relajándome.
Veía a Grace tomando mi miembro y lo movía suavemente, no, si me vine o no? Estoy soñando!
Me desperté y vi a mi hermana sentada en la cama a mi lado acariciando mi miembro erecto.
– Que haces ? –
– Nada, estaba así cuándo entré – su mano subía y bajaba lentamente.
No era la primera vez que hacía éso, es decir que la primera vez fue hace muchos años.
– Sabes? Quiero dormir, me dejarías un rato? – le pregunté. Además de que estaba despertando todos mis sentidos lascivos.
– Si, claro, duerme un rato, te vengo a buscar para almorzar – dijo sin dejar de mover su mano.
Se agachó y metió mi erección en su boca y succionaba. Mi quejido de placer la hizo reaccionar, se levantó rápidamente y tomando una manta me tapó, luego salió de la pieza llevándose la toalla.
Su mano y su succión me había hecho sentir cosquillas en mi cuerpo, principalmente en mi ano.
Me puse de lado y toqué mi ano, estaba delicado pero no me dolía, metí un dedo y recordé a Paul y su miembro.
Saqué mi mano, me acomodé y me quedé dormido.
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